Un año esperando la evacuación de su bebé en Gaza y la misma respuesta: “La lista está parada”

Majd Mousa, palestino con protección internacional, solicitó una extensión familiar para que su esposa y su hija pudieran salir de Gaza. El Ministerio de Exteriores no responde cuando se le pregunta cuántas personas hay en esta misma situación. Entre las nueve medidas de Pedro Sánchez, ninguna incluye un plan para estas personas.
Majd Mousa refugiado palestino
Alex Méaude Majd Mousa, refugiado palestino.

“Estimado Sr, su nombre ya aparece en la lista de evacuación. De momento las evacuaciones están paradas. Cuando tengamos novedades informaremos de ello. Saludos cordiales.”

Esta es la respuesta que Majd Mousa, palestino con protección internacional, lleva recibiendo en un correo electrónico desde hace un año. Hasta siete veces ha recibido la misma misiva este hombre de 33 años que vive en Madrid y que ha ido comunicándose con el Consulado de España en Jerusalén para preguntar por la evacuación de su mujer, Duha, y su hija, Habiba, un bebé de tan solo un año y cuatro meses. “Conozco casos de muchos países que han sacado mucha gente como Bélgica, Francia, Alemania o Irlanda”, lamenta. “Pero a mí siempre me dan la misma respuesta”. 

La mujer y la niña se encuentran en Jabalia, en el norte de Gaza. Allí sobreviven como pueden después de que su casa fuera destruida en un bombardeo en febrero de 2024, un bombardeo en el que murió el menor de los hermanos de Majd. No era el primer ataque de Israel sobre Jabalia, enclave que sufrió diferentes bombardeos por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre de 2023.

Una casa destruida y un hermano asesinado

En 2023, Majd llevaba siete años viviendo en España. Antes de eso, había estudiado y trabajado en Argelia. “Mi madre quería que yo estudiara Derecho”, cuenta. Y eso hizo. En febrero de 2024, el hombre se encontraba en Jabalia con su esposa, también palestina. Ambos quedaron sepultados por los escombros tras el bombardeo.“Mataron a mi hermano pequeño y a mí me sacaron de debajo de las piedras”, cuenta. “Me quedé ingresado en el hospital, casi muerto”, recuerda. Y no solo él. También Duha, ya embarazada, tuvo que ser rescatada. “Pensé que habíamos perdido al bebé, pero gracias a Dios, la niña estaba viva. Mi mujer es muy fuerte”, cuenta.

Herido, Majd pudo regresar a España. Pero lo hizo sin Duha. Majd solicitó traer a su familia a Madrid, primero mediante una extensión familiar para Duha y, más tarde, cuando nació, para Habiba. La “extensión familiar” es el derecho que tienen las personas con protección internacional, como es el caso de Majd, a obtener también esa misma protección, sin tener que solicitarla individualmente y basándose en la dependencia económica o la convivencia previa en el país de origen. Este derecho puede solicitarse para diferentes tipos de familiares y, en todo caso, para el cónyuge y los hijos, por lo que tanto Duha como Habiba tienen derecho a la protección en España.

Majd Mousa: “Es muy difícil, la verdad. No hay nada. Yo trabajo y mando casi todo el dinero casi para comprar pañales y leche, pero si mando 400 euros llega la mitad. Cuando llega el domingo, no quiero descansar. Solo quiero trabajar para no tener que pensar”

Pero el cierre de fronteras las mantiene allí atrapadas. Buscar agua y comida es la tarea a la que se enfrenta Duha todos los días. Encontrar pañales es misión casi imposible. Desde que a Majd le han comunicado que ambas cumplen los requisitos para la protección mediante la extensión familiar, la situación no ha parado de empeorar en Gaza. El asedio a ciudad de Gaza, el ataque de Israel en Qatar o el dron sobre la flotilla que lleva ayuda humanitaria son los episodios más recientes de esta escalada.

Mientras, para Majd, se repite la respuesta: la lista está parada. “Es muy difícil, la verdad. No hay nada. Están comiendo todo el rato lentejas y viviendo en una carpa. Yo trabajo y mando casi todo el dinero casi para comprar pañales y leche, pero si mando 400 euros llega la mitad. Cuando llega el domingo,  no quiero descansar. Solo quiero trabajar para no tener que pensar”. 

Palabras, pero no respuestas

España ha realizado hasta ahora cuatro operaciones de evacuación de Gaza. En total, se ha evacuado a 44 menores gazatíes heridos o enfermos, así como a un centenar familiares en el marco del compromiso adquirido con la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la extrema vulnerabilidad que sufre la población civil en la Franja de Gaza, según el Gobierno

Tras retornar a ciudadanos españoles que estaban en Gaza cuando comenzó el genocidio, quienes han llegado a España desde allí han sido, sobre todo, pacientes pediátricos oncológicos y niños o niñas con traumatismos severos, como explica Elena Muñoz, coordinadora estatal del área jurídica de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Preguntada por cómo es el proceso de extensión familiar para personas beneficiarias de protección internacional, explica: “Los familiares tienen que acudir al consulado a tramitar un visado”. En el caso de Gaza, lo que está sucediendo es que las personas no pueden salir para acudir o al consulado en Jerusalén en Egipto, que sería lo más cercano. “Lamentablemente, son los israelíes quienes controlan las fronteras”.

El artículo 46 de la Ley de Asilo que insta a tener en cuenta la situación específica personas en situación de vulnerabilidad, entre ellas familias monoparentales y menores

CEAR, explica, ha tratado de hacer incidencia desde que comenzó la invasión para que las personas que tienen protección internacional en España puedan salir del enclave. Sobre si existe algún tipo de prioridad en una eventual evacuación de las personas en esta situación, Muñoz se remite el artículo 46 de la Ley de Asilo, que insta a tener en cuenta la situación específica de vulnerabilidad de personas “tales como menores, menores no acompañados, personas con discapacidad, personas de edad avanzada, mujeres embarazadas, familias monoparentales con menores de edad, personas que hayan padecido torturas, violaciones u otras formas graves de violencia psicológica o física o sexual y víctimas de trata de seres humanos”.

edificio Jabalia
Imagen del edificio en el que vivía la familia de Majd tras un bombardeo en febrero de 2024.

Y, aunque no puede dar un número, asegura que son muchas las personas en esta situación de las que CEAR tiene constancia y explica que no es Exteriores, sino Israel, quien puede autorizar las salidas. “Ahora mismo no hay posibilidad de estas evacuaciones porque las autoridades israelíes lo están impidiendo; no es una falta de voluntad del Ministerio de Asuntos Exteriores”, dice Muñoz.

El Ministerio de Exteriores, preguntado por El Salto sobre cuántas personas hay en la lista de evacuación que tiene el consulado de España en Jerusalén y sobre si ha establecido alguna prioridad en esa lista, explica que “el Gobierno de España es consciente del drama humano de muchas familias palestinas y trabaja para la verdadera y única solución, que es la solución de dos Estados, para que la ayuda humanitaria entre de manera masiva e inmediata y se alcance un alto el fuego”. También dice en su respuesta que “España es el país del mundo que más ha hecho por Palestina”.

Pedro Sánchez anunció este unes una batería de nueve medidas ante el genocidio de Israel sobre Palestina, entre ellas el embargo de armas. Pero ninguna de ellas se refiere a posibles evacuaciones

Esta respuesta es anterior al anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por el cual, y tras  varios días de importantes movilizaciones para pedir una respuesta de España ante el genocidio de Israel sobre Palestina, pondrá en marcha nueve medidas al régimen de Netanyahu. Entre ellas están  el embargo de armas a Israel, la prohibición legal y permanente de comprar y vender equipamiento militar al país, la prohibición del tránsito por puertos españoles a todos los barcos que transporten combustible destinado a las Fuerzas Armadas de Israel (FDI), la prohibición de acceder a territorio español a las personas que hayan participado o estén participando directamente del genocidio en Gaza, la prohibición de importar productos producidos en los territorios ocupados (Gaza y Cisjordania) y un refuerzo de la Autoridad Palestina (AP). Sobre evacuaciones, ni una palabra.

El Salto también ha preguntado al Ministerio de Juventud e Infancia si tiene información sobre las personas de esa lista y si ha podido emitir alguna recomendación sobre los niños, niñas y adolescentes que pueda haber en ella. El gabinete de Sira Rego advierte de que la competencia corresponde plenamente al Ministerio de Exteriores. 

“Todo el rato calentita”

“Mi hija todo el rato está enferma, está calentita. Está  mejor que muchos niños, pero si no la sacan ahora mismo, ¿cuándo lo van a hacer?”, se pregunta Majd mientras es testigo del avance de Israel en Gaza y de cómo se eleva el número de víctimas. 

Pese a la situación en la franja su familia, a excepción de su esposa y su hija, nunca ha querido moverse de Jabalia. “No quieren dejar el norte. Y, además, desplazarse es muy complicado. Mi mujer tendría que llevar a la niña andando y no podría llevar ni ropa. Al llegar hay que hacer una carpa, un baño, comprar un cubo. Es una locura, por eso prefieren morir allí a moverse”. 

Majd las llama todos los días. A veces, si la situación es especialmente tensa, dos veces. “Es muy difícil tener internet y hago llamadas internacionales, gasto mucho dinero, solo quiero saber cómo están”. Cuenta que la niña dice “papá” cuando suena el teléfono, pero lamenta que no conozca su cara. Sonríe cuando se imagina cómo reaccionaría la niña en un supermercado o en un parque de Madrid.

También sonríe cuando se le pregunta cómo era Jabalia antes de la guerra. “La ciudad, los chalets y el campo cerca del mar, los coches, los restaurantes, la gente comprando… Y el mar, increíble, todo el día el mar”, evoca. En la galería de fotos de su móvil, las imágenes de una fiesta se mezclan con las de las ruinas de lo que fue su casa, y las de chicos pescando en la playa no están lejos de las del funeral de su hermano. “Teníamos una buena vida”, lamenta.

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