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Integrante de ADAVASYMT y presidenta de esta asociación entre 1994 y 2009
Quiero recordar el caso de Nevenka Fernández, la concejala de Ponferrada (León) que denunció al alcalde Ismael Álvarez por acoso sexual. Los hechos han vuelto a generar titulares de prensa por la presentación de la serie Nevenka —producido por el medio de la periodista de La Sexta Ana Pastor, Newtral— y que se emite en Netflix sobre el que fue el primer caso denunciado y condenado por acoso sexual de un cargo público.
El acoso sexual se tipificó como delito en el año 1999, cuando se modifica el Código Penal con la revisión de los delitos de acoso sexual y el tráfico de personas con el propósito de su explotación sexual. Queda desde entonces definido en el Artículo 184 como el delito que comete quien solicitara “favores de naturaleza sexual, para sí o para un tercero, en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios”.
De la emisión de esta serie se han hecho eco múltiples medios de comunicación, recordando los hechos ocurridos hace 20 años, en 2001, año en el que Nevenka Fernández denunció Ismael Álvarez. Lo han hecho desde un prisma sesgado e intencionado, ocultando interesadamente la presencia del movimiento feminista y el papel esencial que jugó en todo el proceso, lo que supone un desprecio a la sociedad y a las clases populares, además de tener como consecuencia el no situar la responsabilidad en actores esenciales para el desarrollo de los hechos —el apoyo y campaña del PP y medios de comunicación de la época—. Se pone de esta manera el foco en una solución individual, mandando el mensaje de que de la violencia machista se sale sola, sin necesidad de apoyo de colectivos y movimiento feminista.
Violencia machista
Cuatro de cada diez mujeres han sufrido acoso sexual y la mayoría más de una vez
La serie, a mi parecer, hay que verla bajo cuatro ejes: el sufrimiento de Nevenka, el desprecio a las clases populares, la invisibilización del movimiento feminista y el enfoque individualista.
Sobre el primer aspecto, hay que decir que no hay duda —ni ahora, ni hace 20 años— de que Nevenka sufrió un infierno antes y después de la denuncia, algo de los que se ocupa el documental. La serie expresa de forma muy dramática el sufrimiento y el proceso de deterioro psicológico y físico que sufre una persona que está sometida de forma crónica a un proceso de acoso sexual.
Los hechos se produjeron en una sociedad que estaba inmersa en el proceso de lucha por el reconocimiento de la violencia machista contra las mujeres, cuando la presencia de mujeres en listas electorales era testimonial
Pero, para entender cómo sucedieron los hechos hace 20 años, hay que ir más allá. Cabe recordar que los hechos se produjeron en una sociedad que estaba inmersa en el proceso de lucha por el reconocimiento de la violencia machista contra las mujeres, cuando la presencia de mujeres en listas electorales era testimonial, en un entorno que venía de vivir de la minería y se abría a nuevas formas económicas.
En ese contexto, el entonces alcalde de Ponferrada emprendió una política de obras públicas faraónicas que inauguraba con gran fanfarria. Era el tiempo del “España va bien” de Aznar y del boom del ladrillo. La ciudad tuvo un campus universitario propio pagado con fondos Miner —ayudas destinadas a la reconversión de comarcas mineras—. Otro ejemplo es el macrocomplejo de ocio que se construyó a las afueras, también con el apoyo del alcalde, llamado La Gran Manzana. Ismael Álvarez en esa época puso en marcha además dos hoteles y un restaurante.
Álvarez privatizó todos los servicios públicos mediante concesiones a empresarios de su órbita, como José Luis Ulibarri —condenado por la trama Gürtel— y José Martínez Núñez que eran, a la vez, propietarios de los principales medios de comunicación. Ponferrada es la base desde la que se expandió el Grupo Begar, el conglomerado que dirige Ulibarri con intereses en la construcción, servicios de limpieza y medios de comunicación con el apoyo del alcalde Ismael Álvarez; un ejemplo es el macroproyecto urbanístico de La Rosaleda, en pleno centro, que tuvo a Ulibarri como principal beneficiario. Hasta ocho sentencias del Tribunal Superior de Castilla y León implican al Ayuntamiento Popular de Ponferrada a través de su empresa gestora del suelo público (Pongesur) en actuaciones irregulares que están vinculadas al Grupo Begar.
Cuando acudimos a pegar carteles con las compañeras de la ciudad, algunas nos expresaron que el miedo en la ciudad era palpable
Muchos veían en Ismael Álvarez un cambio, dinero, una esperanza de trabajo; muchos de su entorno y de los que le defendieron lo hicieron porque tenía poder. Para manifestarse en su contra había que vencer el miedo que inspiraba ese poder. Ese miedo era palpable en las calles de Ponferrada y, de hecho, cuando acudimos a pegar carteles con las compañeras de la ciudad así nos lo expresaron, agradeciendo nuestra actitud como un estímulo para vencer ese miedo ambiental. Por su parte, el alcalde Álvarez hizo un buzoneo a 64.000 vecinos de la capital berciana explicando su versión de los hechos y con dinero público.
El papel de los medios de comunicación —a la cabeza el programa “Protagonistas” de Onda Cero que dirigía Luis del Olmo, natural de Ponferrada—, fue la principal plataforma de apoyo a Ismael Álvarez. Allí los tertulianos defendieron con vehemencia la inocencia del alcalde durante todo el proceso e insistieron en que Nevenka había provocado la situación. Desde Onda Cero, Alfonso Ussía, periodista de ABC y La Razón, hizo famosa su frase: “El mismo hecho de acosar sexualmente a una mujer con la que se ha cumplido holgadamente el sexo se me antoja una contradicción”.
El PP apoyó al acosador, con un partido que cerró filas en torno al alcalde. Ana Botella, a la cabeza de ese apoyo, pidió “respeto total al alcalde de Ponferrada, que ha tenido una actitud impecable”. La condena por acoso sexual no restó apoyos a Ismael Álvarez dentro del PP. No solo Ana Botella elogió al exalcalde de Ponferrada por renunciar a su cargo. También el coordinador de organización del PP, Pío García Escudedo, le agradeció su “valor político”. A día de hoy, el PP no ha pedido perdón por su actuación en el caso Nevenka.
Presente en la calle, invisible en la serie
En el documental, el movimiento feminista no aparece por ningún lado en la narración de aquel proceso. No aparecen las movilizaciones que se hicieron, ni otras intervenciones en forma de declaraciones, comunicados, etcétera, del movimiento feminista de la época. Pero el movimiento feminista estuvo muy presente en aquellos hechos a pesar de las dificultades.
Somos feministas y desde ese feminismo estuvimos apoyando a Nevenka. Hace veinte años estuvimos en Ponferrada apoyando a la víctima, denunciando al acosador, señalando la hipocresía del Partido Popular, colaborando en la superación del miedo que ejercía Ismael Álvarez. Estuvimos en las calles de Ponferrada, en las de Valladolid y en las de Burgos. Desarrollamos la campaña “ningún agresor en cargos públicos” y estuvimos, también, en el juicio denunciando al fiscal que sometió a la víctima a otro infierno con interrogatorios marcadamente machistas: “¡Usted no es la empleada de Hipercor a la que le tocan el trasero y tiene que aguantarse porque es el pan de sus hijos!”, llegó a decir el fiscal, y conseguimos que fuera apartado del caso. La sentencia llegó en mayo de 2002: la primera condenatoria a un cargo político por acoso sexual.
Como prueba de lo que decimos está la hemeroteca, la cobertura que la prensa hizo de algunas de las manifestaciones que realizamos. En verano de 2001, desde la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos decidimos iniciar la campaña “Ningún agresor en cargos públicos, ninguna agresión sin respuesta”, y para ello iniciamos una serie de contactos con diferentes colectivos de Ponferrada. Se creó la Plataforma “Ponferrada Contra la Violencia hacia las Mujeres”, que fue presentada públicamente el martes 3 de julio de 2001, como recoge el periódico ABC del 4 de Julio de 2001, anunciando su primera actuación: la manifestación de apoyo a Nevenka convocada el 7 de Julio. En Valladolid se sumó a la campaña la Coordinadora de Mujeres.
El 26 de junio de 2001, se llevó a cabo una concentración ante el tribunal Superior de Justicia por la declaración de Ismael Álvarez, una convocatoria de la Coordinadora de Mujeres a la que se sumaron colectivos de León (Adavas y Flora Tristán) y de Burgos (Mujeres Castellanas). Además, se elaboró un manifiesto que se presentó en las Cortes de Castilla y León en el que se exigía la dimisión del alcalde y que recogía la firma de grupos políticos de las Cortes. PSOE, IU y Tierra Comunera, firmaron el manifiesto, a la espera de la contestación de PP y UPL, como recoge el Norte de Castilla el 26 de junio de 2001.
El 27 de junio de 2001 nos concentramos ante las Cortes de Castilla y León, a las puertas del castillo de Fuensaldaña, donde se encontraba Ismael Álvarez como procurador de las mismas, con la pancarta “Ningún agresor en cargos públicos, Ismael dimisión”, convocada por la Coordinadora de Mujeres de Valladolid.
El 3 de julio de 2001 nos concentramos ante el Tribunal Superior de Justicia, coincidiendo con la declaración de ratificación de la denuncia de Nevenka, con el lema “Cuando digo no, es no”, como recogieron algunos medios.
El 7 de julio de 2001 tuvo lugar una Manifestación en Ponferrada convocada por la recién constituida Plataforma “Ponferrada Contra la Violencia hacia las Mujeres” y por la Coordinadora de Mujeres, con una asistencia de más de mil personas. Desde Valladolid una significativa representación del movimiento feminista estuvo en esa manifestación.
Al año siguiente, el 29 de abril de 2002, estuvimos en el comienzo del juicio, a las puertas del juzgado, de donde fuimos expulsadas por la Policía, como recogió Diario de Valladolid al día siguiente, convocadas por la Coordinadora de Mujeres. También lo reflejó el Norte de Castilla.
El 5 de mayo de 2002, grupos de mujeres se concentraron ante la Sede del Tribunal Superior de Justicia para pedir la retirada del fiscal García Ancos del caso Nevenka. El 14 de mayo de 2002, grupos de mujeres se concentraron ante la sede del Tribunal de Justicia de Castilla y León y el 30 de mayo de 2002 se hicieron varias declaraciones públicas ante la sentencia que recogían el mensaje de las feministas de que acosar salía muy barato.
El 12 de junio de 2002 tuvo lugar una concentración ante Caja España de Valladolid para exigir que Ismael Álvarez abandonase el cargo de consejero de la entidad, convocada por la Coordinadora de Mujeres de Valladolid.
Con la afirmación que hace el documental de que las asociaciones feministas no se hicieron eco del caso se transmite el mensaje de que a las víctimas se las respalda en función se si pertenecen a un partido o a otro
Pese a todo ello, el documental de Netflix asume que no hubo asociaciones feministas que se hicieran eco del caso o que le ofrecieran su ayuda, lo que es un intento de silenciar la importancia que tiene la lucha feminista y su apoyo a las víctimas. Se transmite así un mensaje a las víctimas: que la ayuda y respaldo que diariamente les venimos prestando pudiera depender de si pertenecen a un partido, a otro o a ninguno, lanzando un mensaje individualista como fórmula de afrontar la violencia de género. En nuestro ADN está inscrito que a las víctimas se las cree; y esto es así porque sabemos de sobra que ese es, precisamente, uno de los problemas más graves con que se encuentran: el silenciamiento de su verdad.
Por esa razón creamos hace 26 años la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos de Valladolid (ADAVASYMT). Llevamos todos estos años prestando asistencia jurídica, psicológica y social gratuita a todas las mujeres víctimas de agresiones que nos lo solicitan. Y, sí, somos feministas.
Señalar y criminalizar al feminismo con total impunidad, censurar esta parte de nuestra historia supone una completa falta de respeto y un robo a todas nosotras
Señalar y criminalizar al feminismo con total impunidad, censurar esta parte de nuestra historia supone una completa falta de respeto y un robo a todas nosotras. Esta censura de la participación del movimiento feminista hace 20 años ocurre en un momento en el que asistimos a numerosos intentos por silenciar y estigmatizar el discurso feminista.
Pero las feministas no vamos a callarnos por más que intenten silenciarnos. Muy al contrario, denunciaremos todas las veces en las que se intente silenciar el discurso feminista, de las que están y de las que estuvieron antes que nosotras; el conocimiento de la historia feminista y el legado de quienes nos precedieron son parte fundamental del activismo feminista.
El acoso sexual sigue siendo una realidad hoy, que no ha cambiado mucho en los últimos 20 años. Según la última macroencuesta sobre violencia machista elaborada por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, solo un 8% de las mujeres que sufre violencia sexual la denuncia. Detrás de la decisión de no hacerlo se esconde muchas veces el miedo a represalias y a ser despedidas, ante la posibilidad de que, como hace 20 años, en lugar de tomar medidas contra el acosador, es la víctima quien recibe las represalias: despidos, cambio de puesto, traslados y aislamiento.
Es un fenómeno extendido que se denuncia poco, pero que se juzga todavía menos. Los jueces siguen dictaminando sentencias en las que culpan a la víctima por “llevar faldas muy cortas, escotes o no resistirse”. En el periodo entre 2008 y 2015 solo 49 sentencias condenaron al agresor. A ello hay que añadir que las penas por acoso sexual son muy bajas; como en el caso de Nevenka, sale muy barato agredir a las mujeres.
Quiero hacer un homenaje muy especial a las mujeres de Ponferrada, que a pesar de la brutal presión mediática e institucional en contra de la movilización por la dimisión de Ismael Álvarez salieron en reiteradas ocasiones a la calle con esa finalidad, y fueron elemento clave en el resultado del juicio y, por tanto, en la salida de Ismael Álvarez de la alcaldía de la ciudad. Ignorar o minusvalorar esa presencia real es participar objetivamente en la línea del borrado histórico del movimiento feminista y de la lucha de las mujeres.
Ningún agresor en cargos públicos.
Ninguna agresión sin respuesta.
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Bueno, ¿y quién carajo es Netflix? Debe ser algún cineasta o intelectual de prestigio, cuando aquí se llora por no salir en el documental.
¡Pues se escribe un artículo contando la aportación del feminismo en el suceso! No esto, que empieza con el “disgusto” de no salir en Netflix. Toda la vida luchando, y no salimos en Netflix. Tenemos derecho a salir en Netflix. Cómo es posible que no salgamos en Netflix.
(Miren: el documental está hecho por alguien que ha decidido hacer el documental a su manera. Lo llaman “libertad de creación”.¡Ya saldrán vds. en la tele, tengan paciencia!).
Para este tipo de documentales se selecciona bien a los "actores" principales, no caben los secundarios, ni disidentes. Hay un guión dirigido a la máxima audiencia posible. Netflix, al fin y al cabo es una empresa que está para ganar dinero, no para concienciar ni dar voz a las minorías. El acoso a esta mujer era la punta del iceberg. Un pueblo comprado por la corrupción generalizada que promete, destruye y maquilla fue complice de esta mascarada que sigue encallada en la vida política local, regional, estatal, continental y mundial.
Si los jueces le condenaron yo no soy quién para negarlo. Ahora, que hubiese acoso entendido como un trato impropio derivado a la sexualidad en un entorno que no correspondía como era el ayuntamiento es grave, pero no se puede ignorar que habían sido pareja y que los despechos (por ambas partes) son naturales cuando una pareja rompe. Hasta dónde sé no hubo sexo forzado, violación o tocamientos, si no un comportamiento reprobable derivado de una ruptura amorosa. Sea del partido político que sea cumplió su pena, pagó una multa y una indemnización y nadie tiene derecho 20 años después a insultarle. A ninguno nos gustaría que habiendo cumplido la pena nos sigan acusando de ladrones o lo que sea dos décadas después. Y por supuesto tiene su derecho de considerarse inocente. Si os gusta perseguir a la gente yo no sé quién será el nazi al que hay que llamar nazi, pero como esperéis 10.000 personas regalándoos dinero os vais a morir de hambre.
No es verdad.
Al lado de Nevenka estuvieron feministas, pero cuatro. Para la mayoría no era más que una pija de derechas a la que le pasaba lo que le pasaba por trepa.
No es que Netflix haya ignorado al movimiento feminista es que ni se les vio el pelo, que algunos tenemos memoria. Y sí, hubo quienes se movieron por ella y hasta se manifestaron por ella, pero fue algo totalmente minoritario
Sintiendolo mucho el feminismo actual es el dominante efectista y pancartero y el antiguo es aburrido y no sabia ser visible osea que no servia de nada
Sin faltar no se puede tirar por tierra la lucha de tantas mujeres, derecho al voto, la lucha sindical, a igual trabajo igual salario, aborto, etc. Si esto te parece aburrido a muchas nos ha costado mucho para que tu estés "divertida " , es decir tengas derecho al trabajo, puedas estudias, etc. Etc. Piensa un poco, la lucha de verdad no es divertida , es dura, muy dura