Música
Las jarchas del extranjero de David Montañés

Todo el mundo debiera saber qué es una jarcha, o al menos a todo el mundo debiera sonarle qué es a poco que preste atención en las clases de lengua y literatura en secundaria. Porque para eso se esforzaban algunos profesores abnegados en su labor, que con mayor o menor pasión explicaban lo que eran, entre bostezos de algunos y algunas. Hoy lo explican y exponen entre scrolles.
Por lo que sea, porque no hace falta que todo tenga una explicación, un incipiente músico (David Montañés) cuando iba al instituto conecta de alguna manera con estos poemitas de la tradición oral (se dice que su origen es previo a Al-Ándalus) que tratan sobre todo temas de carácter romántico y cuya voz es femenina. Este último, un detalle que también los hace únicos.

Pero como aquí, que no somos versados en casi nada, dejamos a ese muchacho que se dejó cautivar por las jarchas en su juventud que nos explique que es eso de Aljamía, su último trabajo discográfico:
E el material para prensa se describe Aljamía en los siguientes términos:
En él desarrolla los conceptos de Etno-trance, Protoflamenco, Psicodelia Mozárabe y Alquimia Lírica: música extática que conecta con lo ancestral, de la que emerge la llamada del amor insondable, siendo el ser amado casi siempre el último límite de la libertad, como un horizonte que al avanzar se desplaza. Su ser inalcanzable crea el camino. Este es el recorrido que encontramos reflejado en ALJAMÍA.
¿Me puedes explicar esto? ‘pa’ ti y ‘pa’ te lo pregunto en ‘granaíno’ ¿Esto que &@&*)$ es?
Lo de alquimia lírica hace referencia a cuando te das cuenta de que hay profundidad en lo lírico, hay muchas cosas ahí escondidas, muy potentes. ‘Su ser insondable’ (…) ‘crea el camino’ son palabras de María Zambrano que introduje ahí porque me parecieron muy adecuadas. Al final, tanto ella, como Lorca y San Juan de la Cruz recogen un poco esa profundidad que precisamente también encontramos en la jarcha.
En torno al punto alquímico… El poeta se pregunta también cómo se puede mezclar el fuego con las lágrimas. En la introducción de la canción de la gacela que hago en directo dice ‘Quien ama llora lágrimas de sangre ¿cómo es posible que el agua y el fuego puedan combinarse?’ Todo ese mundo poético del Al-Ándalus, ese mundo lírico, mágico lírico, ahí hay cosas muy profundas.
¿Cuál es el caldo de cultivo de este disco? Me explico, porque uno no se levanta un día y dice: “Voy a hacer un disco en romance andalusí” de jarchas, voy a coger unas cuantas de estas composiciones del acervo popular y les voy a poner música y ‘ea’.
Siempre he querido hacer algo con las jarchas, desde el instituto, me llamaba la atención ese idioma misterioso. Las jarchas son breves, son el remate de las moaxajas, textos escritos en la lengua culta, en árabe y eran más largos. Las jarchas eran remates que ya estaban, que eran preexistentes y que venían del pueblo. Se sospecha que son muy anteriores, se pierde un poco la procedencia, su origen.
Por otro lado, a nivel musical todo parte de la necesidad del texto, al ser algo tan misterioso y corto la opción musical ¿Cuál es? Rumiar ese texto y hacerlo como un mantra, que también son textos cortos. La propia sonoridad y métrica de las jarchas te lleva por ese camino, no sé cómo explicarlo la propia métrica de la melodía te va llevando por un camino.
Como son textos cortos he tenido la oportunidad de hacerlos un poco mantra, es lírica, lírica alquímica, hay profundidad, algo escondido más allá de lo puramente lírico, por eso esa cosa de lo repetitivo y en lo estático, de etnotrance.
Esto de musicar jarchas no tiene muchos precedentes…
La propuesta así ‘pelá y mondá’ ya es bastante pionera, no soy el primero que música jarchas, pero sí que es el primer disco íntegramente de jarchas.
Hablando más en clave musical me interesaba hacer algo un poco más misterioso, hipnótico y oscurillo, más relacionado con los discos anteriores a Juerga y vino, que era una excepción ya que era un disco de canciones alegres, por así decirlo.
En Aljamía he querido buscar un sonido propio para este disco, esa oscuridad un poco mágica basado en la electrónica, pero tocada, que eso también le da trance y tiene dramatismo en lugar de usar un sample. Me fijo en las maneras y en los diseños de la electrónica pero lo hago a la manera física.

Has estudiado las jarchas, has recuperado un buen puñado de ellas y le has puesto música ¿Cuánto tiempo te ha llevado poner toda esa inquietud en este disco?
Han sido dos años de trabajo.
¿Cómo has escogido las jarchas que están en el disco?
No se conserva la música, he jugado a imaginarme como sería eso que estaba en la memoria de la tradición oral del pueblo andaluz, el protopueblo andaluz y las he escogido por lo que me iban diciendo ellas.
Hay alguna que otra bastante picantona…
‘Yá fatín’ es muy picantona, es genial.
En la cual aparece un término de uso bastante popular, ‘gilón’ (gilós), y en la letra se deja entrever que la amante invita al amado a que venga cuando el ‘gilón’ se va…
Sí, además hablando con Luis Melgarejo que es un poeta de aquí de Granada, y él la había traducido también como ‘gilón’
(‘gilón’ o ‘gilona’ es un término de uso popular sobre todo en Andalucía, que hace referencia a alguien digamos… que no se da cuenta de las cosillas… pero por simplificar vendría a ser como tonto/a)
Aljamía tiene tres acepciones en el diccionario de los hispanohablantes: Del ár. hisp. al‘aǧamíyya, y este del ár. clás. a‘ǧamiyyah.
- f. Entre los antiguos musulmanes habitantes de España, lengua de los cristianos peninsulares.
- f. Texto morisco en romance, pero transcrito con caracteres árabes.
- f. Texto judeoespañol transcrito con caracteres hebreos.
¿Qué es Aljamía, Montañés?
La palabra ‘Aljamía’ tiene muchas acepciones. Tiene que ver con cómo llamaba el mundo musulmán en Al-Ándalus al mundo mozárabe, el mundo las minorías cristianas que quedaban y que hablaban esa herencia del latín vulgar que no quiere decir que a esos musulmanes les fuera ajeno el latín porque por lo general quitando un 10% todos los en la época de Al-Andalus los que vinieron, vinieron de Marruecos siendo solo un 10% la aristocracia que vino de fuera tipo Damasco todo eso era una minoría entonces la mayoría de personas que vinieron cruzando el estrecho eran de Marruecos y de muy el norte y el norte de África estaba latinizado igual que estaba todo el Mediterráneo entonces no era realmente un lenguaje ajeno.
Por otro lado, y eso es paradójico, ‘Aljamía’ también significa extranjero. A la lengua romance, que era algo preexistente de la península, decían que eso es lengua de extranjero, porque era de la minoría.
Porque al final no existe lo extranjero y existe siempre. Nos sentimos extranjeros a veces cuando vas andando por Granada con este turismo masivo. Y no es una cuestión facha de ser ajeno a mí, sino de que estos están viniendo aquí para dos días y arrasar con todo y reventar los precios. Para mí, cualquier persona que lleve aquí más de una semana y viene aquí a vivir es ‘granaíno’, me da igual el color de piel y la cultura, pero ese turismo masivo que viene aquí dos días arrastrarlo todo, te hace sentir extranjero.

La puesta en escena de este Aljamía también es una cosa bastante trabajada. En la presentación en Madrid recibió muy buenas críticas, una de ellas del Canijo de Jerez. Ahora le toca en la tierra que pace en el teatro Isabel La Católica de Granada este sábado cuatro de octubre, en la tierra en la que a veces se siente extranjero, donde a veces se siente Aljamía.
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