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Minería
La única mina de coltán de Europa enfrenta a vecinos, ecologistas y una multinacional en la Galicia despoblada
El conflicto es recurrente en las zonas deprimidas económicamente y con explotaciones de recursos naturales: ¿Crear puestos de trabajo o dejar de arruinar la biodiversidad de una zona devastada medioambientalmente? A nivel teórico, resulta complejo hilar soluciones que satisfagan ambas expectativas. En la práctica, es casi imposible. La mina de Penouta, en el Ayuntamiento ourensano de Viana do Bolo, no es ninguna excepción en esa dualidad. Lo es, en cambio, en lo que allí se busca. Es la única mina de la que se extrae coltán en toda Europa.
A pesar de los intentos de la Xunta y de la multinacional canadiense Strategic Minerals de anular la paralización cautelar que ha impuesto el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), ni unos ni otros lo han conseguido con argumentos prácticamente indiferenciables. Por ahora, allí no se moverá una piedra. La Justicia gallega así lo ha decidido a petición de Ecoloxistas en Acción que ha impugnado la autorización para operar en los términos en los que el Gobierno gallego aceptó seguir sacando minerales allí: “Ante la mera posibilidad de que se produzca un daño irreparable o de muy difícil reparación, debe prevalecer la suspensión de la ejecución de la actividad que puede producir ese riesgo, al ser prevalente el interés general de mantener indemnes esos espacios públicos”.
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Minería Imputados un empresario minero y un alcalde del PP por una explotación en la frontera con Galicia
Aunque las potencialidades de la mina fueron descubiertas a comienzos del siglo XX, el periodo de mayor intensidad de explotación se llevó a cabo entre los años sesenta, setenta y comienzos de los ochenta donde se llegaron a extraer cerca de un millón de toneladas de diferentes minerales, pero principalmente granito y wolframio según el testimonio documental del Instituto Geológico y Minero del Estado español. Era otro tiempo, existían otras necesidades y las medidas de protección del medioambiente brillaban por su ausencia. Y de aquellos polvos, estos lodos. La mina fue abandonada en 1987 sin su respectiva restauración posterior a pesar de ser de propiedad estatal en aquel momento. Tras ello y extinguidas las concesiones y la responsabilidad por los pasivos ambientales, en 2013 la Xunta de Galicia concedió una autorización para reprocesar balsas y escombreras de la mina abandonada, aunque los trabajos no empezaron hasta 2018. Pero en 2020 se suspendió la actividad. Mientras tanto, la empresa estaba tramitando los permisos para una nueva mina a cielo abierto, que se concedieron en 2022 y que la Justicia acaba de paralizar.
La empresa canadiense Strategic Minerals, operadora de la mina de Penouta, ha expresado su “total disconformidad” con la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TXSG) de mantener la suspensión cautelar de la mina. En un comunicado dirigido a los medios, la compañía ha confirmado su intención de apelar la decisión. Strategic Minerals rechaza el contenido del auto emitido por el alto tribunal gallego el 1 de diciembre, que ratificó la suspensión cautelar de la mina, decidida en septiembre y previamente desestimó los recursos presentados tanto por la empresa como por la Xunta. El comunicado señala que el auto, notificado a Strategic Minerals el miércoles, confirma la paralización de la explotación y vuelve a dar la razón a Ecoloxistas en Acción, al tiempo que advierte sobre posibles omisiones en la tramitación administrativa del proyecto minero.
Consenso político de izquierda a derecha a favor de la mina
La medida cautelar que ha adoptado el TSXG a instancias de los argumentos medioambientales esgrimidos por Ecoloxistas a enfrentado a trabajadores, algunos vecinos y todos los partidos políticos con representación con los activistas. El consenso desarrollista va de izquierda a derecha sin apenas matices. Tanto el Partido Popular, que gobierna el Ayuntamiento de Viana do Bolo, como la oposición, formada por el BNG y el PSdeG, rechazan categóricamente que se deje de explotar la mina en una zona económicamente deprimida y en pleno proceso de despoblación que, aunque con diferencias de clase, se mueve entre el 4% y el 33% de la población más pobre de Galicia en renta per cápita, según el Instituto Español de Estadística, y señalan a las “casi 200 familias” que se verán afectadas directa e indirectamente por el cese de la actividad. Y entre los sindicatos que forman parte del comité de empresa también hay unanimidad: tanto Comisións Obreiras como la CIG claman por mantener abierta la explotación minera a cielo abierto.
“No parece de recibo querer cambiar puestos de trabajo por veneno en el agua”, sentencia Cristóbal López, portavoz de Ecoloxistas en Galicia a propósito de las posiciones unánimes de los representantes políticos de la zona. “Se empeñan en alabar bondades de lo que llaman oro negro, pero ni nos hablan de porcentajes ni de calidad ni de la perdurabilidad en el tiempo. Cuando dejen de explotar la mina en 30 años, la multinacional se marchará pero la contaminación se quedará durante mucho más tiempo en recursos fundamentales como el agua”, lamenta López. Aunque albergan esperanzas en que el TSXG y el Supremo mantengan la misma línea de argumentación, en Ecoloxistas son escépticos sobre el futuro: “Nosotros nunca ganamos. Como mucho, volvemos a la casilla de salida”. Mientras la Justicia paraliza un proyecto de explotación, la empresa y la Xunta preparan otro nuevo que probablemente se autorice hasta que se vuelva a impugnar y así sucesivamente. O al menos así proceden las multinacionales mineras en Galicia y en todo el planeta con más o menos restricciones por parte de las Administraciones.
En esa línea, la tesis que sostienen desde la organización ecologista se basa en cómo este tipo de corporaciones trasnacionales fundamentan su negocio en la “especulación” con las potencialidades mineras: “Con una autorización ambiental favorable y un proyecto de explotación sus acciones suben en bolsa”. O consiguen subvenciones públicas que mantienen la liquidez de la empresa para hacer prospecciones aunque lleguen o no a buen puerto, como está pasando paralelamente en el monte Galiñeiro (Pontevedra) o en Campo de Montiel (Ciudad Real).
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Minería Reciclar metales o destrozar montañas: Galicia y La Mancha contra el lobby minero de las tierras raras
Expedientes sancionadores de la Confederación Hidrográfica
Históricamente, la mina ha sido responsable de la contaminación por metales pesados en arroyos y ríos cercanos. Una situación medioambiental crítica que persiste hasta el momento. Los niveles de arsénico, cadmio, plomo y mercurio superan los límites legales en diversos arroyos, como Treita de Cortiñas, Rego de Valdafranca y Rego dos Corvos, todos ubicados dentro de los límites de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Pena Trevinca en la Rede Natura 2000. De hecho, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil ha abierto múltiples expedientes sancionadores a la empresa minera desde el inicio de sus operaciones en 2018 vinculados a vertidos contaminantes sin arreglo a la ley.
Y viene de largo. En 1975, un fallo crítico en la presa de lodos resultó en una catástrofe ambiental que causó una grave contaminación de las tierras agrícolas. Las balsas de lodos han ocasionado incidentes periódicos de contaminación, llegando incluso a interrumpir el suministro de agua potable en la localidad de Viana do Bolo. El más reciente hace apenas tres años. La mina de Penouta, advierten los ecologistas, “es un gran foco de contaminación por metales pesados de los arroyos cercanos a Pena Trevinca, en la Red Natura 2000”. Esto se debe a las características geoquímicas del yacimiento, pero sobre todo a la falta de cumplimiento por parte de las sucesivas concesionarias y de la administración de sus obligaciones en materia de restauración del espacio afectado por las actividades mineras.
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A única mina de coltán de Europa enfronta a veciños, ecoloxistas e unha multinacional na Galiza despoada
O conflito é recorrente nas zonas deprimidas economicamente e con explotacións de recursos naturais: Crear postos de traballo ou deixar de arruinar a biodiversidade dunha zona devastada medioambientalmente? A nivel teórico, resulta complexo fiar solucións que satisfagan ambas as expectativas. Na práctica, é case imposible. A mina de Penouta, no Concello ourensán de Viana do Bolo, non é ningunha excepción nesa dualidade. Éo, en cambio, no que alí se busca. É a única mina da que se extrae coltán en toda Europa.
A pesar dos intentos da Xunta e da multinacional canadense Strategic Minerals de anular a paralización cautelar que impuxo o Tribunal Superior de Xustiza de Galiza (TSXG), nin uns nin outros conseguiron nada con argumentos practicamente indiferenciables. Polo de agora, alí non se moverá unha pedra. A Xustiza galega así o decidiu a petición de Ecoloxistas en Acción, que impugnou a autorización para operar nos termos nos que o Goberno galego aceptou seguir sacando minerais alí: “Ante a mera posibilidade de que se produza un dano irreparable ou de moi difícil reparación, debe prevalecer a suspensión da execución da actividade que pode producir ese risco, ao ser prevalente o interese xeral de manter indemnes eses espazos públicos”.
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Verteduras contaminantes Guerra xudicial da patronal mineira contra ecoloxistas que denuncian as súas verteduras contaminantes
Aínda que as potencialidades da mina foron descubertas a comezos do século XX, o período de maior intensidade de explotación levou a cabo entre os anos sesenta, setenta e comezos do oitenta onde se chegaron a extraer preto dun millón de toneladas de diferentes minerais, pero principalmente granito e wolframio segundo o testemuño documental do Instituto Xeolóxico e Mineiro do Estado español. Era outro tempo, existían outras necesidades e as medidas de protección do medioambiente brillaban pola súa ausencia. E daquela desfeita, este padecer. A mina foi abandonada en 1987 sen a súa respectiva restauración posterior a pesar de ser de propiedade estatal naquel momento. Tras iso e extinguidas as concesións e a responsabilidade polos pasivos ambientais, en 2013 a Xunta de Galiza concedeu unha autorización para reprocesar balsas e vertedoiros da mina abandonada, aínda que os traballos non empezaron ata 2018. Pero en 2020 suspendeuse a actividade. Mentres tanto, a empresa estaba a tramitar os permisos para unha nova mina ao descuberto, que se concederon en 2022 e que a Xustiza acaba de paralizar.
A empresa canadense Strategic Minerals, operadora da mina de Penouta, expresou a súa “total desconformidade” coa decisión do Tribunal Superior de Xustiza de Galiza (TXSG) de manter a suspensión cautelar da mina. Nun comunicado dirixido aos medios, a compañía confirmou a súa intención de apelar a decisión. Strategic Minerals rexeita o contido do auto emitido polo alto tribunal galego o 1 de decembro, que ratificou a suspensión cautelar da mina, decidida en setembro e previamente desestimou os recursos presentados tanto pola empresa como pola Xunta. O comunicado sinala que o auto, notificado a Strategic Minerals o mércores, confirma a paralización da explotación e volve dar a razón a Ecoloxistas en Acción, á vez que advirte sobre posibles omisións na tramitación administrativa do proxecto mineiro.
Consenso político de esquerda a dereita a favor da mina
A medida cautelar que adoptou o TSXG a instancias dos argumentos ambientais esgrimidos por Ecoloxistas a enfrontado a traballadores, algúns veciños e todos os partidos políticos con representación cos activistas. O consenso desarrollista vai de esquerda a dereita sen apenas matices. Tanto o Partido Popular, que goberna o Concello de Viana do Bolo, como a oposición, formada polo BNG e o PSdeG, rexeitan categoricamente que se deixe de explotar a mina nunha zona economicamente deprimida e en pleno proceso de despoboamento que, aínda que con diferenzas de clase, móvese entre o 4% e o 33% da poboación máis pobre de Galiza en renda per cápita, segundo o Instituto Español de Estatística, e sinalan ás “case 200 familias” que se verán afectadas directa e indirectamente polo cesamento da actividade. E entre os sindicatos que forman parte do comité de empresa tamén hai unanimidade: tanto Comisións Obreiras como a CIG claman por manter aberta a explotación mineira ao descuberto.
“Non parece de recibo querer cambiar postos de traballo por veleno na auga”, sentenza Cristóbal López, portavoz de Ecoloxistas en Galiza á mantenta das posicións unánimes dos representantes políticos da zona. “Empéñanse en encomiar bondades do que chaman ouro negro, pero nin nos falan de porcentaxes nin de calidade nin da durabilidade no tempo. Cando deixen de explotar a mina en 30 anos, a multinacional marchará pero a contaminación quedará durante moito máis tempo en recursos fundamentais como a auga”, lamenta López. Aínda que albergan esperanzas en que o TSXG e o Supremo manteñan a mesma liña de argumentación, en Ecoloxistas son escépticos sobre o futuro: “Nós nunca gañamos. Como moito, volvemos á casa de saída”. Mentres a Xustiza paraliza un proxecto de explotación, a empresa e a Xunta preparan outro novo que probablemente se autorice ata que se volva a impugnar e así sucesivamente. Ou polo menos así proceden as multinacionais mineiras en Galiza e en todo o planeta con máis ou menos restricións por parte das Administracións.
Nesa liña, a tese que sosteñen desde a organización ecoloxista baséase en como este tipo de corporacións transnacionais fundamentan o seu negocio na “especulación” coas potencialidades mineiras: “Cunha autorización ambiental favorable e un proxecto de explotación as súas accións soben en bolsa”. Ou conseguen subvencións públicas que manteñen a liquidez da empresa para facer prospeccións aínda que cheguen ou non a bo porto, como está a pasar paralelamente no monte Galiñeiro (Pontevedra) ou en Campo de Montiel (Cidade Real).
Medio ambiente
Medio ambiente A loita polo maior banco de berberechos de Galicia: “As verteduras vannos deixar sen futuro"
Expedientes sancionadores da Confederación Hidrográfica
Historicamente, a mina foi responsable da contaminación por metais pesados en arroios e ríos próximos. Unha situación ambiental crítica que persiste ata o momento. Os niveis de arsénico, cadmio, chumbo e mercurio superan os límites legais en diversos arroios, como Treita de Cortiñas, Rego de Valdafranca e Rego dous Curvos, todos situados dentro dos límites da Zona de Especial Conservación (ZEC) Pena Trevinca na Rede Natura 2000. De feito, a Confederación Hidrográfica do Miño-Sil abriu múltiples expedientes sancionadores á empresa mineira desde o inicio das súas operacións en 2018 vinculados a verteduras contaminantes sen arranxo á lei.
E vén de longo. En 1975, un fallo crítico na presa de lodos resultou nunha catástrofe ambiental que causou unha grave contaminación das terras agrícolas. As balsas de lodos ocasionaron incidentes recorrentes de contaminación, chegando mesmo a interromper a subministración de auga potable na localidade de Viana do Bolo. O máis recente fai apenas tres anos. A mina de Penouta, advirten os ecoloxistas, “é un gran foco de contaminación por metais pesados dos arroios próximos a Pena Trevinca, na Rede Natura 2000”. Isto débese ás características xeoquímicas do xacemento, pero sobre todo á falta de cumprimento por parte das sucesivas concesionarias e da administración das súas obrigacións en materia de restauración do espazo afectado polas actividades mineiras.
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Uno de los síntomas claros de que hemos colapsado, es que, para que nuestro sistema económico siga por la senda del crecimiento, necesita destruir lo que queda de naturaleza. Hasta el último gramo, hasta la última gota. Toda la economía humana, descansa sobre la naturaleza del planeta Tierra.