Madrid
Cinco años condenadas a la oscuridad: más de 4.000 personas sobreviven sin luz en la Cañada Real

“Nunca pensamos que llegaríamos a este punto. Niñas y niños han crecido estudiando a la luz de la vela, ancianos que pasan el invierno entre mantas. Personas enfermas sin la posibilidad de enchufar la máquina que de vida”, expresaba Houda, vecina del sector 6 de la Cañada Real en el comunicado que han lanzado Mujeres de la Asociación Tabadol y vecinas y vecinos de la Cañada Real, para recordar este quinto aniversario sin luz.
Ni las innumerables movilizaciones, demandas, reuniones con administraciones y políticos, ni siquiera la condena que emitió el Comité Europeo de Derechos Sociales hace siete meses, por violación de los derechos incluidos en la Carta Social Europea, nada de ello ha servido para devolverle la energía eléctrica a 4.000 personas sobreviven en condiciones inhumanas en los sectores 5 y 6 de este poblado que limita con otros tres municipios del sur Madrid.
Otros organismos internacionales también se han hecho eco de la disfunción que afecta a este poblado cercano a amplios núcleo urbanos como Getafe, Riva Vaciamadrid y Coslada. Seis relatores de Naciones Unidas se pronunciaron en defensa de las familias de la Cañada, el Defensor del Pueblo ha reclamado en más de una ocasión la restitución inmediata de la luz, y un informe sobre salud mental calificó de “entorno torturante” la vida en la Cañada Real. Y, “a pesar de ello, seguimos en la oscuridad” denuncian desde Tabadol.
“La desigualdad se multiplica en cada deber hecho a la luz de una vela, en cada ducha fría, en cada mujer que no puede conectarse para estudiar, trabajar o comunicarse con los servicios de salud”
Exponen además que desde mayo de 2025 se encuentran también incomunicadas digitalmente porque la empresa Movistar retiró el cajetín de wi-fi, dejándoles sin conexión de internet. “Este abandono golpea especialmente a las mujeres y las niñas, que ven truncado su progreso, su educación y su futuro. La desigualdad se multiplica en cada deber hecho a la luz de una vela, en cada ducha fría, en cada mujer que no puede conectarse para estudiar, trabajar o comunicarse con los servicios de salud”, advierten.
Pero la falta de luz se suma también a décadas de abandono de las administraciones municipales y que mantiene en la precariedad a las familias y el entorno mismo de La Cañada, sin calles asfaltadas, mayormente con infraviviendas y sin medios de transporte públicos. El verano pasado, precisamente el local de la Asociación Tabadol y algunas viviendas vecinas, sufrieron un incendio que destruyó el espacio comunitario donde se reunían y realizaban sus actividades. Las ruinas que dejó el fuego solo pudieron ser removidas por excavadoras porque nada quedó en pie. “Nos quitaron nuestro lugar de encuentro, pero no nuestra fuerza. Porque, aunque nos arrebaten la luz y los espacios, seguimos sembrando, constituyéndonos y resistiendo juntas”.
Las mujeres de Tabadol así como vecinos y vecinas de la Cañada no ha querido dejar pasar este 2 de octubre sin recordar nuevamente sus reivindicaciones que mantienen a pesar de la oscuridad en que les ha mantenido la inacción de diversas autoridades, con la complicidad de las compañías eléctricas que se niegan a dar este servicio esencial. Por ello vuelven a levantar la voz y demandan: “la restitución inmediata de la electricidad en todos los hogares de la Cañada Real; la celebración de contratos de suministro que permitan pagar nuestro consumo como un derecho legítimo de cualquier ciudadano; la reposición del servicio de internet retirado por Movistar, y la creación de una mesa de trabajo de seguimiento con participación de las familias y las asociaciones, para garantizar soluciones reales y duraderas”.
Demandan la restitución de la electricidad, derecho a contratos legales del suministro, reposición del internet y la creación de la mesa de seguimiento con participación de las familias y asociaciones de la Cañada
Asimismo, para recordar, denunciar y mantener viva la memoria de su lucha, este jueves organizaron una jornada que incluía la lectura de de la obra “400 días sin luz” y dos pases de lo que han llamado “Museo Memoria Cañada es real: Con el miedo en el cuerpo”.
La Cañada solidaria con Palestina
En un día marcado por las movilizaciones contra la detención de activistas de la Global Sumud Flopilla -en misión humanitaria para romper el cerco a Gaza- y pesar de su propia tragedia, las mujeres de la Asociación Tabadol han tenido palabras de solidaridad para con el pueblo palestino. “Dos historias distintas pero un mismo patrón: los poderosos que deciden sobre la vida de los más vulnerables, que cortan la luz, que bloquean los alimentos, que impiden la dignidad y que matan a las personas”, lamentan. “Desde la Cañada Real hasta Gaza compartimos la misma oscuridad impuesta, pero también compartimos la misma luz que no se puede cortar. La de la resistencia, la de la solidaridad, la de la vida que sigue adelante aunque ellos la quieren apagar”, añaden.
“Desde la Cañada Real hasta Gaza compartimos la misma oscuridad impuesta, pero también compartimos la misma luz que no se puede cortar. La de la resistencia, la de la solidaridad"
Finalmente, las vecinas de la Cañada reiteran que a pesar de los cinco años de vulneración continua de sus derechos, “la Cañada Real es un barrio de Madrid: no somos invisibles. Nos han intentado apagar, pero juntas seguimos alumbrando el camino”.
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