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Libertad de información
Pablo González, el periodista que lleva dos años en prisión por tener pasaporte ruso y rublos
El periodista Pablo González cumple hoy dos años en una prisión de Polonia en régimen de aislamiento. Se le acusa de ser un espía ruso, pero las únicas pruebas que han trascendido es que tiene pasaporte ruso con el nombre de Pavel Rubtsov (la traducción al ruso, ya que nació en Moscú en 1982, donde vivió hasta los 9 años) y moneda rusa (rublos), algo que es completamente lógico al tratarse de un profesional que, en el momento de la detención, viajaba mucho porque estaba cubriendo la invasión en Ucrania para diferentes medios como Gara, Público o La Sexta.
Le detuvieron los servicios secretos polacos en el hotel de la ciudad de Przemyśl la madrugada del 28 de febrero de 2022, cerca de la frontera con Ucrania, donde estaba informando sobre la crisis de migrantes que estaba originando la guerra. Ahora le acaban de prorrogar la prisión provisional en la que se encuentra por otros tres meses. Será la octava y con ella superará los dos años entre barrotes sin haber sido enjuiciado, lejos de su casa –está afincado en Nabarniz, Bizkaia- y de su familia –tiene pareja y tres hijos menores de edad-. Es el único periodista de la Unión Europea encarcelado en un país miembro.
Hoy una manifestación recorrerá las calles de Gernika para pedir que se le respete la presunción de inocencia y que se le juzgue ya respetando la ley. Saldrá a las 19 horas de la plaza Mercurio y contará con la presencia de la pareja del periodista, Oihana Goiriena. A la misma hora habrá una concentración en Madrid frente al Ministerio de Asuntos Exteriores, en la plaza de la Provincia.
Comunicación escasa y por carta
El amigo y portavoz de la Asociación #FreePabloGonzález, Juan Teixeira, le conoció hace 13 años estudiando un máster de Periodismo. Desde entonces, han viajado y trabajado juntos en diferentes conflictos bélicos por Rusia, Ucrania, Kosovo o Irán. Cuenta que la comunicación es escasa y “única y exclusivamente por carta”, que “son abiertas, leídas y traducidas por censores”. Cada una tarda unos dos meses, de manera que desde que le envían una misiva hasta que reciben la respuesta acostumbran a pasar unos 4 meses.
Por lo que les dice el periodista encarcelado en sus escritos, “físicamente está bien porque hace mucho ejercicio, ya que es su único entrenamiento”; aunque “está muy delgado” porque la comida “es escasa” y está teniendo “algunos problemas alimentarios”. Cada mes le envían 300 euros para complementar la dieta. “Está pasando por diferentes fases y acostumbrándose a la nueva realidad, pero está agotadísimo y hay momentos en los que le flojean las fuerzas y le cuesta continuar. Pero quiere aguantar para salir y contar todo lo que está sucediendo. Dice que se acabará sabiendo todo”, sostiene Teixeira.
El doctor en Ciencia Política y de la Administración por la UPV/EHU y director del grupo de investigación Geopolitikaz, Asier Blas, es el director de la tesis doctoral que estaba realizando Pablo González antes de entrar en prisión sobre el ascenso de la ultraderecha en Georgia. Desde la universidad pidieron que pudiera seguir matriculado, pero meses después lo denegaron. “No le dejan tener acceso a libros o material de estudio”, suspira el investigador. Igualmente, la única relación que han mantenido ha sido “alguna carta”.
En el entorno de Pablo González lucharán hasta el final, aunque admiten que tienen temores. “Al principio pensábamos que sería un problema menor y que le soltarían a la semana, pero se ha ido alargando en el tiempo y cada tres meses estamos viendo cómo le prorrogan la prisión provisional. Queremos que vaya ya a juicio o que suceda algo. Ahora mismo vivimos en el día de la marmota, sin ver pruebas ni darnos información porque todo está bajo secreto de sumario y no sabemos nada de lo que está pasando, solo que están investigando su vida de forma prospectiva, desde que llegó al estado español”, lamenta Teixeira, y añade: “Aunque tenemos esperanzas, no las tenemos todas con nosotros porque Polonia es un país donde la justicia no es plenamente independiente, con casos de prisión provisional de hasta 8 años, y no se respetan los derechos más básicos de las personas”.
“Si tuvieran pruebas, ya habría ido a juicio. Ahora Polonia no sabe cómo deshacer este entuerto y la dilación está siendo un calvario para Pablo”
El también periodista y fotógrafo Juan Teixeira explica que desde la Asociación #FreePabloGonzález sospechan que todavía no se ha sentado ante el juez porque “no han logrado conseguir ningún tipo de prueba con la que puedan acusarlo”: “Si la tuvieran, ya habría ido a juicio. Vendieron su detención como que era un espía ruso, pero eso hay que demostrarlo con pruebas. Cuando han investigado y no las han encontrado, el caso está pasando de fiscal en fiscal. Seguramente ahora Polonia no sabe cómo deshacer este entuerto y la dilación está siendo un calvario para Pablo. Es la única explicación que le vemos”.
Sin apoyo del Gobierno español
El portavoz de la asociación dice que solo han recibido apoyos políticos de los partidos independentistas, entre los que cita a EH Bildu, ERC y BNG, así como Podemos en los últimos meses y Anticapitalistas, que llevaron su caso al Parlamento Europeo el pasado mes de julio. Sobre la actuación del gobierno español, el entorno de Pablo González es muy crítico. “Que sepamos, no ha hecho absolutamente nada, más que sembrar dudas sobre la culpabilidad o no de Pablo”, critica Teixeira.
Y hace alusión directa a las declaraciones del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que ha dicho, entre otras cosas, que se enfrenta a cargos “graves y muy serios” o, más recientemente, ha asegurado que sus derechos “están siendo perfectamente respetados”, como “su derecho de comunicación, de visitas consulares, de asistencia letrada o de visitas de sus abogados”. Su familia solo le ha podido visitar dos veces en dos años. Desde la Asociación #FreePabloGonzález aseguran que “el ministro no ha tenido ningún tipo de comunicación directa con la familia, organización ni nadie cercano” al periodista preso.
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Un año y medio detenido La voz encerrada de Pablo González
El profesor Asier Blas recuerda que el Gobierno español ha intercedido para asegurar derechos de presos españoles en otros países como el caso de Daniel Sancho, que admitió haber cometido un asesinato en Tailandia, o el viajero madrileño apresado por visitar la tumba de la joven Mahsa Aminia, que murió bajo custodia de la policía de la moral por llevar mal puesto el velo y que hace poco fue puesto en libertad por las presiones desde Madrid.
“En el caso de Pablo no pasa esto porque está la geopolítica por medio y ahí acaban los derechos humanos y de los reclusos. Es obvio que aquí hay una razón política”, sostiene el investigador. De hecho, denuncia que desde el ministerio hubo “una orden” a los medios de comunicación para que mantuvieran el tema “en un perfil bajo” o directamente no se hablara de él. “No están defendiendo los derechos de Pablo como recluso. Defienden a los presos políticos disidentes de otros países, pero no dicen ni hacen nada de los nuestros”, lamenta.
“Lo lógico es que en un país de la UE se respeten los derechos básicos, no tener una persona encarcelada en una situación tan dura sin que haya trascendido ninguna prueba ni que haya habido proceso judicial”
Juan Teixeira, desde la Asociación #FreePabloGonzález, subraya que piden “que haya un juicio rápido y justo”: “Lo lógico es que en un país de la UE se respeten los derechos básicos, no tener una persona encarcelada en una situación tan dura sin que haya trascendido ninguna prueba ni que haya habido proceso judicial. El gobierno español debe intentar que se defiendan los derechos de Pablo, que no se están cumpliendo. No ha podido hablar con sus tres hijos por teléfono, solo por carta, y vive en una situación penitenciaria durísima solo por ejercer su actividad profesional”.
Charla en la UPV/EHU y solidaridad de diferentes organizaciones
Este miércoles 28 de febrero se ha organizado la charla “Pablo González. Dos años de vulneración de los derechos fundamentales en la UE” a las 12 horas en el auditorio de la facultad de CCSS y de la Comunicación de la UPV/EHU. En ella participarán Gabirel Ezkurdia, miembro de Geopolitikaz; Oihana Goiriena, pareja de Pablo González; y el mencionado Asier Blas. Como explica este último, se tratarán tres aspectos: la logística, en qué momento se encuentra y la situación de la familia; una parte más personal sobre cómo es el periodista, qué le gusta, etc.; y una tercera dimensión política del caso, en la que tratarán de explicar “qué se esconde” tras una prisión preventiva de dos años sin juicio.
En estos dos años diferentes organizaciones profesionales de periodistas, ONG y entidades de la sociedad civil han denunciado la anomalía y “tortura psicológica” en la que vive el periodista Pablo González en una cárcel de Polonia. Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha denunciado que es un caso sin “precedentes” en la UE y su presidente, Alfonso Bauluz, ha instado a las autoridades judiciales polacas a que pongan le pongan en libertad “para que pueda defenderse ante un tribunal, que debe llamarlo a juicio lo antes posible”.
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Libertad de información Oihana Goiriena: “Me duele que el Gobierno español no haya dado la cara por mi marido y sí por Polonia”
Asimismo, ha pedido a la Fiscalía “que garantice un mínimo de transparencia sobre las pruebas que obran contra el periodista encarcelado durante tanto tiempo”. También Amnistía Internacional ha mostrado su “preocupación” por las condiciones de su detención en régimen de aislamiento y ha pedido su puesta en libertad a la espera de juicio.
En la Gala de los Premios Periodismo Vasco que se celebró en Bilbo el pasado mes de noviembre se reprodujo un mensaje de Pablo González desde la prisión en el que decía: “Aquí sigo en mi Guantánamo particular, disfrutando del respeto a los derechos básicos en esta nuestra Unión Europea. Como potencial delincuente intelectual tengo bastante restringido el acceso a la actualidad, pero aun así me voy enterando, como puedo, de lo que sucede en el mundo”. Un año antes, en la misma ceremonia, le concedieron el galardón José María Portell a la Libertad de Expresión.
Aunque como en la mayoría de los estados europeos, en Polonia hay un plazo máximo de dos años de prisión provisional para un preso que no haya sido juzgado, la norma contempla algunas excepciones. Entre ellas, constan ciertas complicaciones en la obtención de pruebas de casos de especial complejidad o fuera del país y en eso se escudan, oficialmente, para mantenerle entre rejas.
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LIBERTAD PARA PABLO GONZÁLEZ Y OTROS PERIODISTAS
El caso de Pablo González –periodista hispano-ruso en prisión provisional desde hace más de dos años en Polonia, sin que se le hayan comunicado los hechos concretos por los que está acusado de espionaje–, resulta parecido al de Julian Assange, de WikiLeaks:
aislados durante años en una pequeña celda veintitrés horas al día y solo una para caminar, sin compañía en el patio, a la espera de juicio sine die
[Curioso es que desde hace poco Google haya cambiado mi teclado y el malentendido de mi pronunciación se convierta en boicot
¿Se ha vuelto idiota el corrector de Google?
¿O se pasa de listo?
Pues mira: todo es en vano, porque no voy a dejar de escribir y de hablar aquí y allá...]
El poder coloca barreras, muros, alambradas para impedir la libre información, y ésta tiene que ver con la opinión propia reconocida ante el lector, y no la reproducción en serie de la información que reparten ministerios y medios afines
La prisión incomunicada busca la desesperación de las personas que airean crímenes de Estado o no desfilan al ritmo que tocan
Actualmente hay más de quinientos periodistas presos, y se cuentan por decenas las asesinadas, secuestradas y desaparecidos
En Polonia no hay límite legal a la prisión provisional
Uno de los principios del derecho es la presunción de inocencia
el detenido o preso ha de ser informado de los hechos concretos y de los cargos que se le imputan, y a Pablo González en dos años y medio se le ha tratado como al protagonista de El Proceso de Kafka: con un absurdo silencio burocrático
La prisión provisional tiene como fin evitar la destrucción de pruebas y la protección de los bienes y la integridad de los perjudicados, la presencia del acusado en juicio, e impedir nuevos delitos
Pero la función de los jueces de instrucción y las fiscalías es la de investigar con celeridad, con toda garantía, nunca extorsionar al investigado forzando su autoinculpación mediante acuerdo a cambio de la mejora en su situación personal, porque sería crear pruebas falsas, y esto sí es delito
El ministro de exteriores español dice que poco puede hacer. Que han de ser los jueces y el Ministro de Justicia quienes reclamen por Pablo González
Desde febrero de 2022 vive preso en una pequeña celda, a solas durante veintitrés horas al día, con una de visita al patio de la prisión, en la práctica incomunicado, ya que las cartas que cruza con sus familiares tardan meses en llegar
Una cosa es el Derecho y la Justicia, otra la tortura, la extorsión y el abuso de poder
Si en casi dos años y medio no ha avanzado la investigación lo suficiente para concretar los hechos y los delitos en que hubiere incurrido, déjesele en libertad
Libertad para Pablo González y otros periodistas
Aquella Europa de los Pueblos que nos vendieron para entrar, se trata ni más ni menos que de la "Europa de los mercaderes OTANicos"; donde prima lo que manda el FMI, adornado por los medios que fundan y dominan. . .¡Los que nos controlan!
Lo de Pablo González raya la categoría "misógina" del gobierno ultra polaco. Las pruebas: "saber ruso, tener rublos en los bolsillos y estar informando de una guerra. La UE es la que debe de pedir su liberación cuanto antes. ¡Es un ciudadano de la UE!
Aunque hay otros casos en la UE como en Estonia, que han eliminado el nombre de una calle de un soldado vasco soviético Ignacio Agirrekoa puesta en 1965. Ahora la han quitado como parte de una campaña contra las propuestas rusas.
Nacido en Soraluz (gipuzkoa), escapó de los franquistas en el 1937, de un barco fue enviado a la antigua URSS, con 14 años. En Kiev a los 18 años se formó como piloto de avión, y en la II Guerra Mundial combatió en el frente de Estonia donde los rusos lucharon contra los nazis. Fue asesinado en 1944. De ser considerado un héroe, al "liberarlos de los nazis". . .¡Ahora es una vergüenza para el gobierno estonio. . . ¿Que está pasando en la mentalidad de los jefes europeos? Luego vendrán a por los demás, es lisa y llanamente el fascismo.
vergüenza de Union Europea y España...a tomar por saco el estado de derecho, los derechos humanos, etc, etc..
No somos ya ni la sombra de lo que fuimos.
Señor Albares ¿qué pasa con Pablo? ¿por qué el Gobierno español no ha pedido explicaciones en defensa de un ciudadano español detenido?
Tanto da que Pablo sea culpable o inocente, que sean acusaciones falsas o no. El simple hecho de llevar dos años en prisión preventiva (renovada cada tres meses), sin presentación alguna de pruebas contra él y sin pasar a ser juzgado es una situación totalmente anómala en un país de la UE. El Gobierrno tiene la obligación, sí la obligación de velar por los derechos de cualquier ciudadano español ante la evbidencia de su vulneración.
Señor Albares las "acusaciones muy serias" cuáles son, y que explicaciones les han dado oficialmente. Da la impresión de que este Gobierno ha abndonado a un ciudadano ¡encarcelado en un país de la UE! de forma evidentemente anómala y mirando hacia otro lado.
Todo esto huele mal, señor Albares, huele muy mal.
Lo que ha hecho y sigue haciendo el gobierno de España con Pablo es de una falta de vergüenza inaudita. Me enfurece ser parte de este sistema que permite algo así. Nuestr@s líderes y representantes son incapaces de dar un golpe en la mesa y hacer valer los derechos de uno de sus ciudadanos. Lameculos bien entrenad@s, cobardes.