Opinión
La Copa del amarillo prohibido… y del confeti dorado

En un nuevo ejercicio de máximas libertades en el Estado español, las fuerzas de seguridad requisaron camisetas, bufandas y mochilas de color amarillo en la final de la Copa del Rey.

amarillo prohibido
Juan Carlos Rojas Lazos amarillos cayendo del cielo de Madrid en la final de la Copa del Rey 2018.

Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @pablorcebo.bsky.social, pablo.rivas@elsaltodiario.com

22 abr 2018 12:27

El Ministerio del Interior y las fuerzas de seguridad del Estado no cejaron en su empeño por que no se viese el color amarillo de la Assemblea Nacional Catalana, símbolo de la solidaridad con los dirigentes independentistas catalanes actualmente en prisión, en la final de la Copa del Rey de este 21 de abril. Pero a pesar de sus esfuerzos, nada salió bajo el guión que pretendían las autoridades españolas.

La pitada al himno fue, como viene siendo habitual, tremenda —aunque en esta ocasión se escuchó alta y clara a la parte de la afición sevillista que coreó el himno patrio—. Las estelades se colaron en un Wanda Metropolitano que se estrenaba en este tipo de celebraciones. Y el temido color amarillo estuvo muy presente, y no solo en las gradas. El puesto de alguien de la organización peligra, o por lo menos se va a llevar una buena bronca: la celebración del triunfo del FC Barcelona se hizo, entre otras cosas, con una explosión de confeti dorado saliendo del centro del estadio. Cagada.

El fútbol español tiene ‘clásicos’ varios, no solo los Madrid-Barça. La polémica por las pitadas al Borbón en la final de la Copa del Rey son el pan nuestro de cada año, más si ya va un lustro con equipos catalanes o vascos llegando a la venerada final, con especial mención a la del 2015. Athletic de Bilbao – Barcelona, pitote por partida doble.

El ambiente ya lo calentaron las organizaciones independentistas y sus correspondientes réplicas españolistas a lo largo de la semana. Òmnium Cultural (OC), la ANC y el Comitè Republicà 21 Abril —este último señalaba incluso que Felipe es “el máximo enemigo del independentismo catalán”— habían llamado a la afición a portar camisetas amarillas, especialmente durante la escucha del himno español.

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, durante una entrevista en el diario Marca, respondía y subía la temperatura: “No le quepa la menor duda de que desde el momento en el que haya una falta de respeto hacia alguien, ya sean personas o instituciones, eso tendrá una repercusión y el Comité de Disciplina también actuará. Antiviolencia tiene una legislación para aplicarla y la vamos a aplicar”.

Llegó el partido, y con él el surrealismo. En los controles de seguridad para entrar al Wanda Metropolitano, la Policía Nacional añadía a la habitual búsqueda de armas y botellas de vidrio en los cacheos, cualquier prenda u objeto del temido color, además de las estelades. Camisetas, chalecos, mochilas, bufandas… Si era amarillo, al contenedor.

Comenzaba la indignación, y el despiporre en las redes sociales.

Omnium Cultural señalaba en su cuenta de Twitter: “El Gobierno español también decide cómo se debe ir vestido en #FinalCopa: ¡la policía española requisa las camisetas de la Assemblea y esteladas! ¡Su nueva cruzada!”.

KRLS se sumaba, apuntando que “si un color simple es ahora una ofensa contra el estado, ¿qué sigue?”, añadiendo en el texto un recadito a Interior: “Policía política española”

La jueza y exdiputada de Podemos, Victoria Rosell, se apuntaba a las críticas recordando que en la Ley de Seguridad Ciudadana “no hay espacio jurídico para amparar la privación de camisetas”. No es que haya hecho mucha falta que estuviese en el ordenamiento jurídico, pero apunten para la próxima reforma del Código Penal y/o de las leyes mordaza. Total, una más…Y mientras tanto, en el planeta naranja, Albert Rivera ponía el enésimo tuit con las palabras “radicales separatistas” y pedía “educación” y “respeto”. Nótese que en un mundo naranja —y en Tabarnia, of course— el amarillo estaría prohibido. Qué menos.Por supuesto, la llegada del confeti amarillo, en el momento de más audiencia por cierto, tampoco pasó desapercibida.Así, con todas las dudas despejadas y ya con la resaca del partido, solo quedan un par de preguntas sin contestar. ¿Tiene apellidos catalanes la persona responsables del confeti amarillo?¿Recibió una llamada poco amigable poco antes de las medianoche del sábado? Si saben la respuesta, cuéntenoslo en los comentarios aquí debajo.

Ah, la asociación de abogados Drets ya ha señalado que estudiará los hechos y el decomiso de prendas amarillas durante la final de la Copa del Rey para una posible denuncia. Ninguna ley ni código penal prohíbe colores, señalan, añadiendo que se ha producido una grave vulneración" de los derechos fundamentales. A ver qué opina Zoido. 

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