Italia
Italia se alza por Gaza: una huelga y masivas protestas retan al gobierno de Meloni

Desde el abordaje israelí del miércoles por la noche, las manifestaciones y actos de desobediencia se cuentan por centenares, y el viernes llevaron de nuevo a grandes multitudes a protestar en unas cien ciudades. Las marchas incluso se alargaron por kilómetros en ciudades como Roma o Milán. Según la CGIL, uno de los sindicatos organizadores, más de dos millones de personas se movilizaron en todo el país, y la huelga tuvo un seguimiento de alrededor del 60%. En Roma, salieron hasta 300.000 personas, en Milán fueron 100.000, y en Turín superaron los 50.000, según cálculos del mismo sindicato.
Entre otras acciones, hubo cortes de carreteras o de las vías de tren en muchos puntos del país, se bloquearon puertos como el de Nápoles o Génova, y el descontento se hizo sentir en toda la alargada geografía italiana, desde Trieste en el noreste hasta la isla de Sicilia. En Bolonia hubo choques con la policía cuando los manifestantes cortaban la autopista. También hubo cargas policiales en Turín, mientras un grupo de movilizados intentaba irrumpir en la sede de Leonardo, la principal empresa de equipamiento militar de Italia que estos años ha mantenido ciertos servicios y suministros a Israel.
“Estamos manteniendo arriba el honor del país. Iremos adelante hasta que no se reconozca al pueblo palestino el derecho de existir”: Maurizio Landini, secretario general de la CGIL
“El malestar popular es claro y transversal, pero el gobierno no da respuesta a ello”, decía a este medio Noemi, que como muchos otros, este viernes se ausentó de su empleo en Roma para sumarse a la huelga convocada por los sindicatos USB y la CGIL, el más grande del país. “Estamos manteniendo arriba el honor del país. Iremos adelante hasta que no se reconozca al pueblo palestino el derecho de existir”, declaraba a los medios el secretario general de la CGIL, Maurizio Landini. Este se vio condicionado estas últimas semanas a tomar medidas más contundentes ante la presión surgida de las calles, después de que el 22 de septiembre la CGIL no secundara otra huelga convocada por USB, un sindicato más minoritario y orientado a la izquierda que logró articular un paro también multitudinario.
“Palestina libre” o la clásica canción partisana del Bella Ciao estuvieron entre los cánticos y melodías más entonados en las movilizaciones de Roma, con marchas convocadas en varios puntos de la ciudad que desembocaron en la Piazza dei Cinquecento, ante la estación central de trenes de Termini. Desde ahí, se siguió con una marcha unitaria en la que se veía a personas de todas las edades.
“Se tiene que acabar con este genocidio en Gaza, y aunque no vaya a cambiar la política del Gobierno italiano, al menos mostramos disensión”, comentaba a este medio Carla, una mujer de unos sesenta años residente en las afueras de Roma, que llegó a primera hora para sumarse a la protesta, cogiendo uno de los pocos trenes que había en circulación ante los servicios mínimos debido a la huelga.
Como muchos otros, Carla ya se movilizó en las comunes protestas por Gaza que se fueron produciendo en Italia desde hace dos años, pero asegura que estas no fueron escuchadas por el Ejecutivo. Ante ello, expresaba “impotencia” por la “inacción” de las autoridades italianas hacia las masacres en Gaza, un sentimiento generalizado entre el conjunto de manifestantes que este viernes salieron a protestar.
“El Gobierno se limita a dar una respuesta de cara a la galería ante Israel, pero no va a lo fundamental, que es parar el genocidio y reconocer el Estado palestino”, decía a este medio Riccardo, miembro del Comité Popular del barrio romano de la Certosa, una zona de fuerte tradición izquierdista y antifascista donde las acciones y gestos de solidaridad con Palestina son presentes desde años. Junto a otros compañeros de la misma entidad vecinal, Riccardo caminaba el viernes por la mañana hacia el centro de Roma, donde muchos calentaban motores para las marchas enarbolando banderas palestinas.
Estos días, los manifestantes representan gran variedad de sectores de la sociedad, desde personas a título individual, trabajadores, sindicalistas, estudiantes de universidad y secundaria o miembros de movimientos sociales de distinta índole. Según recalcan muchos, la ola de protestas también marca un punto disruptor en la dinámica de las calles de Italia, un país con una hegemonía política cada vez más hacia la derecha, y donde la desmovilización se había hecho cada vez más amplia en los últimos años.
La indignación popular por Gaza también hizo endurecer la cautelosa posición de Meloni hacia Israel, al que acusó de extralimitarse y librar una ofensiva “desproporcionada” contra Gaza
La indignación popular por Gaza también hizo endurecer la cautelosa posición de Meloni hacia Israel, al que acusó de extralimitarse y librar una ofensiva “desproporcionada” contra Gaza. Aún así, la jefa de Gobierno -alineada con los EEUU de Donald Trump- mantiene un discurso equidistante que para muchos equivale a connivencia. Ha sido reacia a adoptar sanciones contra Israel, no califica lo ocurrido en Gaza como genocidio, ha roto o enfriado lazos con las autoridades israelíes, apunta de forma continua a Hamás como responsable del estallido de la guerra. Asimismo, estos días tampoco procedió al reconocimiento del Estado palestino que siguieron otros países europeos y occidentales, mientras que criticó abiertamente iniciativas como la Flotilla y la huelga convocada para este viernes.
“Sigo creyendo que todo esto no llevará ningún beneficio al pueblo palestino, y pienso que traerá muchas complicaciones al pueblo italiano”, declaró el jueves Meloni, tras la intercepción israelí de la Flotilla y la convocatoria del paro laboral del viernes, sobre el que ironizó que los sindicatos lo convocaron para tener “un fin de semana largo”. En la última semana, el Ejecutivo presionó para que los barcos de la Flotilla -con una cuarentena de italianos embarcados- renunciasen a intentar romper el bloqueo israelí sobre Gaza, mientras que también amenazó con tomar medidas para frenar la huelga del viernes.
El ministro de Transportes, Matteo Salvini, puso en cuestión la legalidad del paro laboral al alegar que no se convocó con la antelación debida, y amenazó con aplicar una orden para frenarlo que finalmente no adoptó. Aún así, sus advertencias no pararon a los manifestantes. Tras la huelga, la intención es mantener alto el nivel de protesta con otra marcha nacional por Gaza convocada en Roma este sábado.
Los estudiantes universitarios son de los colectivos más movilizados, se han sumado en gran número a las protestas y ocuparon facultades de universidades en Roma, Milán, Bolonia o Nápoles
En las últimas semanas, el impacto mediático de la Flotilla se ha hecho sentir especialmente entre los jóvenes. Los estudiantes universitarios son de los colectivos más movilizados, se han sumado en gran número a las protestas y ocuparon facultades de universidades en Roma, Milán, Bolonia o Nápoles. También lo hicieron muchos alumnos de secundaria, como Francesco, estudiante de bachillerato de Roma que se sumó con más compañeros a las marchas. “Otras personas de nuestra clase se quedaron en casa, pero nosotros quisimos venir”, decía, entre banderas palestinas a su alrededor.
“La Flotilla se convirtió en un fenómeno mediático de masas en Italia, e hizo despertar a muchos estudiantes que se sintieron muy involucrados en la iniciativa”, señalaba a este medio Annarita Pagliara, profesora de un instituto de secundaria de Roma donde la mayoría de alumnado hizo huelga este viernes.“Solo una treintena de los 800 alumnos del centro fueron este viernes a clase”, indicó.
En los últimos tiempos, la cuestión palestina ha ido ganando peso entre muchos adolescentes, pero también entre el profesorado, que este viernes secundó en gran medida la huelga, explicaba Pagliara, mientras caminaba con otros docentes en la movilización de Roma.

La consternación ante las masacres en Gaza aumentó especialmente en Italia en los últimos tiempos, y se refleja en las encuestas. “Todos los sondeos muestran ahora una mayoría de población condenando al Gobierno israelí, algo que no era tan claro hace unos meses”, comenta a este medio Lorenzo Castellani, investigador y profesor de Historia Política en la Universidad LUISS de Roma.
Según remarca, “esto empujó a Meloni a elevar un poco su tono hacia Netanyahu, y a condenar más duramente las acciones del gobierno israelí”, aunque hará falta ver si la cuestión de la Flotilla y las protestas en la calle le afectan en tal medida que provoquen una pérdida del consenso general hacia el Gobierno. “El efecto de la Flotilla ha sido poner a Gaza en el centro del debate público y entre los primeros asuntos del panorama político, algo que no era así hasta este verano”, concluye Castellani, mientras las calles en Italia intentan mantener el pulso ante la indignación general por Palestina.
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