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Industria automovilística
El clientelismo en el clúster de automoción que explica los problemas de competitividad vascos
Euskadi pierde posiciones a pasos agigantados en la división internacional del trabajo, es incapaz de innovar y de subirse al carro de la digitalización. Las empresas vascas no mantienen una productividad suficiente como para competir en las cadenas de valor globales que antaño controlaban porque sus fábricas están cada vez más anticuadas. El ejemplo de la automoción es paradigmático: así es cómo pequeños emprendedores podían hacer grandes ganancias en el extranjero, pero ahora no alcanzan la misma posición.
Euskadi fue la segunda comunidad en la que cayó con más fuerza la venta de coches nuevos en 2021, un 18,3% según datos de la patronal de concesionarios oficiales. Hace algunos meses, el lehendakari Iñigo Urkullu viajó a Alemania “para garantizar la inversión de Mercedes-Benz” en Gasteiz. Hay mucho en juego para el clientelista sector del oasis vasco. El sector de la automoción supone el 25% del PIB de Euskadi y una quinta parte del comercio exterior vasco. Además, alrededor del 45% del volumen de la industria de componentes del Estado corresponde a empresas vascas. Ahora bien, buena parte del valor competitivo del sector vasco de la automoción depende de inyecciones de ayudas públicas, que ha captado el 27% de las ayudas de fondos europeos para los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica del sector de la automoción en el Estado español. Es decir, de momento son ya 236 millones para dopar 10 proyectos que convierten a Euskadi en la comunidad con más iniciativas beneficiadas con ayudas públicas.
“Euskadi ha captado el 27% de las ayudas europeas otorgadas al Estado para el sector de la automoción”
El Clúster de Automoción de Euskadi y el centro para la automoción denominado Automotive Intelligence Center tejen la red clientelista del sector. La historia del clúster se remonta a 1993, cuando fue impulsado por el entonces Consejero de Industria y Energía del Gobierno Vasco, Jon Azua, ahora socio de un empresario que se hizo millonario en el subvencionado sector energético del oasis vasco. La Agrupación Clúster de Industrias de Componentes de Automoción de Euskadi nació como “asociación empresarial sin ánimo de lucro, con la misión de mejorar la competitividad del sector y aplicando la metodología del consultor estadounidense Michael Porter”. AIC se gestó como fundación en 2006 por impulso de la Diputación de Bizkaia, seis empresas privadas y el clúster ACICAE para “favorecer la investigación y la formación, crear nuevos proyectos empresariales y atraer proyectos innovadores”. Sin embargo, según declaraciones de la directora de AIC y ACICAE, “el 90%” de su facturación actual proviene de “proyectos internacionales”.
La dirección “familiar” de asesoría al sector
En el marco del clientelismo en el sector, una familia ha tomado el control de la toma de decisiones en AIC y ACICAE. Inés Anitua ejerce de directora del Cluster de Automoción de Euskadi (ACICAE) y el centro Automotive Intelligence Center (AIC) desde el año 2006. Su marido, Gonzalo Garrido, es propietario de la consultora ICR Consultores y a su vez trabaja como asesor de comunicación de ACICAE y AIC. Una hija del matrimonio, Sofía, trabaja en ICR Consultores y ha sido nombrada responsable de redes sociales y coordinadora de cursos en AIC. Asimismo, Leyre Ruiz, exempleada de ICR Consultores, en la actualidad está contratada por AIC. Según fuentes consultadas, ACICAE y AIC se han convertido en un “chiringuito familiar” para dirigir los “caprichos” del sector.
Gonzalo Garrido, exasesor de la Diputación Foral de Gipuzkoa, es también asesor de comunicación de CIE Automotive, una firma que lidera el clúster ACICAE y el centro AIC. El responsable de CIE Automotive, el millonario Antón Pradera, es hermano de José Alberto Pradera, quien fuera Diputado General de Bizkaia, a su vez implicado a través de un negocio de importación de coches en los papeles de Panamá. De hecho, el centro de AIC en Boroa se inspira en un fallido capricho de José Alberto Pradera e Ignacio López de Arriortua, exdirectivo de General Motors y Volkswagen. Por su parte, CIE Automotive lidera la iniciativa Basque CCAM LAB, incluido como proyecto de Euskadi Next que aspira a recibir 60 millones de fondos públicos europeos.
Pese a la participación institucional y las cuantiosas ayudas públicas que reciben ACICAE y AIC, los servicios que les factura la consultora de Gonzalo Garrido, ICR Consultores, no han sido objeto de fiscalización pública. A tenor de la documentación a la que ha tenido acceso Hordago-El Salto, AIC contabilizó como gasto por “servicios de profesionales independientes” más de 845.000 euros en el ejercicio del 2020 y 956.000 en 2019. En el apartado de “gastos de administración”, el centro destinó cerca de 550.000 euros a “servicios exteriores” durante los años 2019 y 2020.
"El Tribunal Vasco de Cuentas Públicas subrayó la opacidad en torno a un contrato de Automotive Intelligence Center sobre el que no se había facilitado documentación del importe ni del desglose del coste de sus diferentes servicios”
El clúster de automoción ACICAE, bajo control del tándem formado por Inés Anitua y Gonzalo Garrido, presta servicios al centro AIC. Este contrato de “arrendamiento de servicios” fue cuestionado en 2013 por el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, TVCP. El tribunal cifró el contrato en 3,2 millones de euros “desde 6 de octubre de 2006 hasta 31 de diciembre de 2011”. Además, subrayó la opacidad en torno a este contrato ya que no le había sido “facilitada documentación soporte de la determinación del importe del contrato inicial, ni de su prórroga, ni el desglose del coste de los diferentes servicios que se incluyen en el mismo”. Añadió que “en la facturación mensual (...) tampoco se desglosan los servicios prestados ni el coste de los mismos”.
Bajo la lupa del TVCP
Pese a las aportaciones institucionales por importe de más de 100 millones al centro AIC de Boroa y más de dos millones de euros al clúster ACICAE, en los últimos años ambas entidades se significan por su opacidad y falta de fiscalización. ACICAE no ha sido objeto de fiscalización pública hasta el momento y AIC como tal solo fue fiscalizada íntegramente en 2013, en concreto el ejercicio del año 2011. El Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP) puso en la diana en varias ocasiones entre 2006 y marzo del 2015 al centro AIC en diversos informes sobre Fundaciones del Sector Público y cuentas generales del Territorio Histórico de Bizkaia. Sin embargo, cuando el TVCP pasó a estar presidido por el que fuera padrino institucional de AIC, el exDiputado General José Luis Bilbao, el centro dejó de estar bajo la lupa del tribunal.
A partir de julio del 2015, fecha en la que fue nombrado presidente del TVCP el antiguo Diputado General de Bizkaia José Luis Bilbao, cargo que ha ocupado hasta diciembre del 2021, las referencias al centro de automoción han desaparecido de los informes del tribunal. Cabe señalar que un amigo del que fuera Diputado General, Rafael Sarriá, director de Metro Bilbao cuando José Luis Bilbao presidía la entidad, fue colocado durante un tiempo como director general en una sociedad del centro de automoción, AIC Start, hasta su nombramiento como director de Euskal Trenbide Sarea en 2013.
Ese mismo año, en 2013, la Diputación de Bizkaia otorgó una subvención de 400.000 euros a AIC Start para promover la creación de nuevas empresas. El TVCP, antes de estar presidido por el jelkide José Luis Bilbao, también había puesto bajo su lupa esta ayuda “para promover la generación de nuevas empresas en el sector de la automoción en Bizkaia”. Según el tribunal, la resolución de la concesión de la ayuda era “genérica y no indica las estimaciones realizadas para determinar la cuantía de la subvención, dificultando el posterior control de la ejecución” de la misma y “la justificación” del “gasto” anual por parte de AIC Start.
Rafael Sarria, histórico militante del PNV, fue cesado de su cargo en Metro Bilbao por el Gobierno del socialista de Patxi López, poco después del cese de José Luis Bilbao como presidente de la entidad. Sarria se llevó una indemnización de cerca de 90.000 euros debido al blindaje establecido en una cláusula de su contrato y el PNV le buscó acomodo en AIC.
Clientelismo en el clúster
Entre los socios del clúster vasco del sector de la automoción, ACICAE, encontramos a personas estrechamente ligadas al PNV. Además del ya citado Antón Pradera, destacan dos sociedades dirigidas por Lorenzo Mendieta, mecenas del jeltzale Grupo Noticias. Se trata de Alcorta Forgin Group y Albia Capital Partners, en está última ejerce de director de desarrollo corporativo un exviceconsejero de Industria del Gobierno Vasco, Javier Zarraonandia. Entre los socios del clúster también figuran Vicomtech, dirigida por el esposo de la consejera del Gobierno Vasco Arantxa Tapia, e Ikei, consultora vasca que figura en los Paradise Papers..
“Otro socio destacable de ACICAE es PriceWaterhouseCoopers, sancionada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en 2021 por integrar un cártel y dirigida por el exburukide Asier Atutxa”
Otros socios destacables de ACICAE son PriceWaterhouseCoopers (PwC), sancionada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en 2021 por integrar un cártel y dirigida por el exburukide Asier Atutxa, Bmasi, otra consultora del cártel que fue creada por un hermano del exvicelehendakari Jon Azua, y LKS, investigada en la actualidad por la Autoridad Vasca de la Competencia y cuyo director de desarrollo es el exalto cargo del Gobierno Vasco Joseba Bilbao.
El fiasco del vehículo eléctrico del oasis vasco
En 2015, representantes de la plantilla del fallido proyecto de coche eléctrico denominado Hiriko comparecieron en el Parlamento de Gasteiz para denunciar que AIC acababa de presentar un producto que “ya estaba patentado” en el marco del proyecto Hiriko. Durante la presentación del coche eléctrico Hiriko en Bruselas, Inés Anitua, directora de AIC y del clúster de automoción vasco ACICAE, respaldada por la eurodiputada jelkide Izaskun Bilbao, llegó a afirmar que “un buen ejemplo de todo el trabajo del sector en el País Vasco es el nuevo Hiriko”.
En la presentación de Hiriko en Bruselas también estuvo presente el director de la Unidad de Inteligencia de AIC, Oriol Saperas, quien anteriormente había sido responsable de formación de Epsilon Euskadi, empresa que impulsaba un proyecto en el marco de la Fórmula 1 y también terminó quebrando. En 2015, el TVCP reprochó a la Diputación de Bizkaia la concesión de una subvención directa de 300.000 euros, sin convocatoria pública, a un proyecto auspiciado por AIC para la carrera automovilística Fórmula Student en el que un equipo vizcaíno competía con la vista puesta en ascender a las World Series y la Fórmula 1.
70 millones de fraude en ayudas públicas a Hiriko y Epsilon
Los fallidos proyectos de Hiriko y Epsilon se llevaron por delante cerca de 70 millones de euros en ayudas públicas del Gobierno Vasco, el Gobierno español y la Unión Europea. En 2016, el Tribunal Supremo confirmó la condena al administrador de Epsilon Euskadi por la quiebra del proyecto. Dos años más tarde, en 2018, la Audiencia Provincial de Araba ratificó las condenas del empresario jeltzale Jesús Echave y del excargo público del PNV Iñigo Antía por la quiebra de Hiriko. Las cenizas del proyecto Hiriko se subastaron en 2019 durante una puja que apenas superó los 26.000 euros. Como si nada de esto tuviera que ver con AIC, en 2019, el centro de Boroa decía estar “con la vista puesta en el coche eléctrico”. Pese al precedente de Hiriko, el Gobierno Vasco espera una inversión de más de 2.100 millones de fondos públicos europeos con destino al coche eléctrico.
“Pese al precedente de Hiriko, el Gobierno Vasco espera una inversión de más de 2.100 millones de fondos públicos europeos con destino al coche eléctrico”
Muchas expectativas fijadas en el coche eléctrico vasco han resultado ser un fiasco. Cuando la Diputación de Bizkaia, encabezada por José Luis Bilbao, promovió en 2009 la creación del centro para la automoción en Boroa denominado Automotive Intelligence Center, AIC, este centro firmó una serie de convenios con Iberdrola y Mercedes para desarrollar la producción de coches eléctricos. Poco después, el Clúster de Energía liderado por el Consejero de Industria Josu Jon Imaz, más tarde presidente del PNV y ahora número dos de Repsol, firmaba un convenio con el clúster ACICAE para el aumento de las competencias relacionadas con el vehículo eléctrico y los sistemas de recarga asociados al mismo. Además, el Gobierno Vasco y Repsol crearon la sociedad Ibil para desplegar una red de electrolineras. Tras todo este despliegue institucional en torno al coche eléctrico, el ministro de Industria español, Miguel Sebastián, situó a Euskadi en la “primera línea de I+D” para liderar la producción de coches eléctricos en Europa.
En 2013, el “boom” vasco del vehículo eléctrico comenzó a desmoronarse. El proyecto Hiriko que según el Gobierno Vasco iba a “colocar a Euskadi en primera línea mundial” encallaba por las dificultades para financiar su desarrollo, Mercedes seguía sin encontrar demanda para sus furgonetas eléctricas y la red de electrolineras de Ibil pasó a estar en fase de letargo. Además, también en 2013, el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas había presentado un informe demoledor sobre AIC. Se estimaba que en 2015 el sector del coche eléctrico del oasis vasco debía generar 1.800 empleos y en la realidad apenas había llegado a un centenar.
Más de 100 millones en ayudas públicas a AIC
Aunque se ha revestido al centro Automotive Intelligence Center (AIC) como una iniciativa privada, lo cierto es que sobrevive gracias al dopaje de ayudas públicas. Para la construcción y ampliación del centro en Boroa se han destinado más de 92 millones de ayudas públicas por parte de la Diputación Foral de Bizkaia y la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Además, se le cedieron terrenos de propiedad pública por valor de más de 13 millones.
En la dotación inicial de AIC en el año 2006, por entonces inscrita como una fundación, la Diputación de Bizkaia aportó 30.000 euros. Por su parte, el Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano y el de Ermua aportaron otros 30.000 euros cada uno. Varias empresas privadas (ZF Lemförder TVA, Carbureibar, Grupo Pierburg, Microdeco, Autokomp Ingeniería y Grupo Amaya Tellería-G.A.T. Staff, las dos últimas del grupo CIE Automotive) invirtieron 180.000 euros. Por tanto, la aportación de entidades públicas ascendió a 90.000 euros, mientras que la de entidades privadas fue de 180.000 euros. Como la Administración no contaba con una aportación mayoritaria, no era obligatoria una fiscalización pública de la fundación.
La directora de AIC declaró en marzo que el sector vasco de automoción facturó un 10,5% más en 2021 y el empleo bajó un 2,1%. De hecho, poco antes, uno de los socios estratégicos de AIC, Gestamp, anunció el cierre de dos plantas en Euskadi con 230 empleados. Precisamente esta, junto a Mercedes, lidera un proyecto de fábrica de baterías que será financiado con 107,8 millones de fondos europeos. Según un informe de Boston Consulting Group, la transición de la automoción a la movilidad eléctrica supondrá una reducción del empleo en el sector del 8% en 2030. Buenas noticias para los empresarios, malas para los empleados y las arcas públicas.
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Muy buen trabajo, Ahoztar. Mi propia experiencia con AIC es que son lo más opacos que he visto nunca. Llevo desde julio solicitando una información para un artículo sobre los Intelligence Centers, al hilo de la próxima inauguración del EIC, y me ha sido totalmente imposible acceder a información veraz de AIC, siempre con excusas peregrinas de que si no habían recibido mi solicitud, que si faltaba mi DNI... Lo peor de todo es que lo solicité también a la Diputada de Promoción económica, al de Hacienda y al Diputado General, y lo único que hicieron fue tirar balones fuera y mandarme de vuelta a la fundación. Parafraseando a Marcelo en Hamlet, algo huele a podrido en Bizkaia.