Opinión
Crónicas de la verdad Insumisa: el momento de la izquierda en Francia

Ahora mismo la Francia Insumisa representa seguramente el caso de la izquierda más interesante en Europa. Ante la profundidad de la crisis sistémica en Francia, es un ejercicio interesante saber cuáles han sido sus principales hallazgos.
Melenchon nupes
Jean-Luc Mélenchon en un acto de campaña del Nuevo Frente Popular.

Economista y doctorando en Historia contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente es profesor de teoría política en la Universidad de Girona. Miembro del colectivo Debats pel Demà.

Historiador y profesor de historia de los movimientos sociales en la Universidad Autónoma de Barcelona. Miembro de Debats pel Demà y coeditor de Gabriel Alomar. Republicanisme, catalansime socialisme (Tigre de Paper, 2021).

8 oct 2025 04:27

Después del verano, parece que la situación política en Francia está trayendo cambios y turbulencias, pero también nuevas posibilidades, con la izquierda como actor guía de estas opciones de cambio. Pese a que los medios macronistas se empeñen en ver beneficios para la extrema derecha detrás de toda agitación popular, lo cierto es que los hechos tanto de los últimos meses como del calendario por venir tienen en gran parte que ver con el rol jugado en la política nacional por La France Insoumise (LFI). Tras la caída del conservador Bayrou el 8 de septiembre, el blocage general del día 10 y la huelga del jueves 18 que sacó a la calle a más de un millón de personas, el 6 de octubre ha dimitido el tercer Primer Ministro nombrado por Macron, Sébastien Lecornu. En el corto plazo, el futuro es incierto. De fondo, el suelo de la V República francesa tiembla bajo una crisis de legitimidad entre el legislativo y el ejecutivo detonada por la no aceptación de la victoria del Nuevo Frente Popular que ganó las legislativas del año pasado. El 70% de los franceses ya quieren a Macron fuera del Elíseo.

En este contexto, el partido de Jean-Luc Mélenchon ya ha amenazado con interponer una moción de destitución amparándose en el artículo 68 de la Constitución, que permite deponer al Presidente por “faltar a sus deberes manifiestamente incompatibles con el ejercicio de su mandato”. También han avisado que lo harán a nivel europeo contra Ursula Von der Leyen. Además, en el 2026 habrá elecciones municipales y finalmente, en caso de que Macron lograra agotar la legislatura, las presidenciales se celebrarán en el 2027.

Sin embargo, en este artículo nos planteamos desarrollar las principales claves que han llevado a LFI a ser la primera fuerza de la coalición del Nuevo Frente Popular que ganó las últimas elecciones legislativas y a ser actualmente, sin muchas dudas, la fuerza más dinámica de la izquierda europea, con 450.000 militantes inscritos. Por eso vale la pena trazar un breve repaso de las ideas que han llevado al partido de Jean-Luc Mélenchon a situarse actualmente con opciones reales de pasar a segunda vuelta a las presidenciales y a poder convertirse en una alternativa de gobierno.

Darse cuenta del ascenso de la islamofobia les llevaría a incorporar la lucha contra el odio al islam como parte integral de los valores republicanos

LFI se creó en febrero de 2016 con lo que era, en el fondo, no más que una candidatura a las presidenciales de una personalidad con mucha presencia mediática y un discurso contestatario como Jean-Luc Mélenchon, aspirando a romper el sistema político bipartidista de Francia. Es lo que llamaron, por influencia de Podemos, el “momento populista”. A partir de entonces, el partido se construiría realmente, y evolucionaría influido por las luchas sociales del período posterior a 2017. Desde una protesta iniciada por una tasa a los carburantes como serían los Chalecos Amarillos en el 2018; pasando por la manifestación contra la islamofobia tras el ataque a la mezquita de Bayona en el 2019; las movilizaciones contra las violencias policiales en el 2020 tras el asesinato de George Floyd; hasta llegar a las grandes protestas contra la reforma de la edad de jubilación, que Macron quería subir en el 2023; o el apoyo a las movilizaciones antirracistas por la muerte de Nahel Merzouk en 2023.

Este proceso de lo que llaman “un ciclo largo de revolución ciudadana” ha sido el detonante de un aggiornamento político con consecuencias en la acción, la estrategia y el ideario de LFI. Sería, de hecho, en 2019 que crearían también su fundación, El Instituto La Boétie, tomando el nombre del humanista francés del siglo XVI, Étienne de La Boétie, gran amigo de Montaigne, fijando la indisolubilidad del humanismo con su anticapitalismo.

Así, la aplicación de recortes y políticas del “elitismo” neoliberal del Gobierno Macron —al que llamaban en el 2017 algunos periodistas afines “el Mozart de las finanzas”—, junto al ascenso social de la ola reaccionaria, serán detonantes, causa y motivo de esta actualización. Centralmente, darse cuenta del ascenso de la islamofobia y el papel determinante que juega en la construcción ideológica de la extrema derecha francesa les llevaría a incorporar la lucha contra el odio al islam como parte integral de los valores republicanos. Si bien antes defendían con mayor énfasis una interpretación estricta de la laicidad, su enfoque ha evolucionado para incorporar una visión más inclusiva que considera la lucha contra la islamofobia como parte integral de los valores republicanos. A su vez, este posicionamiento, que responde a una voluntad de conectar con las preocupaciones de las clases populares racializadas y musulmanas, ha tenido un alto coste: LFI ha sido objeto de ataques constantes por parte de la derecha, que le acusan de “islamo-izquierdismo”, así como de tensiones con otras fuerzas de izquierda. A continuación desarrollamos algunos de los otros principales elementos que constituyen esta propuesta política actualizada.

Nuevo pueblo, nueva izquierda

La Francia Insumisa se entiende a sí misma en continuidad explícita con la experiencia del movimiento obrero y la lucha por el socialismo de los siglos XIX y XX. Sin embargo, las condiciones propias del siglo XXI requieren de una actualización; éste es el objeto del segundo libro colectivo publicado por el Instituto La Boétie: Nouveau peuple, nouvelle gauche (2025). Según explica Mélenchon en una conversación del libro con Nancy Fraser, “el capitalismo hoy se apoya sobre las lógicas de la renta y los peajes más que en la extracción de valor en la producción”; de esta forma, “en las condiciones de nuestro siglo, la percepción de la existencia de bienes comunes inalienables produce una motivación colectivista muy fuerte que puede contribuir más al ensanchamiento de una conciencia anticapitalista que otras experiencias asociadas al mundo del trabajo”.

Según la lectura de LFI, hoy la hegemonía capitalista se sustenta en gran medida mediante la introducción de oposiciones aparentemente irreconciliables en el seno de las clases populares

Si esto se refiere a las mutaciones del capitalismo contemporáneo que generan nuevos lugares de emergencia de la conciencia de clase, el mundo de las clases populares también se ha visto profundamente transformado, y la homogeneidad de la clase trabajadora del siglo XX ha dado paso a una realidad mucho más heterogénea.

Según la lectura de LFI, hoy la hegemonía capitalista se sustenta en gran medida mediante la introducción de oposiciones aparentemente irreconciliables en el seno de las clases populares: los nativos contra los inmigrantes, el campo contra la ciudad, los viejos contra los jóvenes, los hombres contra las mujeres, el ecologismo contra los puestos de trabajo, etc. Partiendo de este contexto, la labor política-ideológica que se plantean los insumisos consiste en desmontar estas falsas oposiciones en el seno del campo popular (clivajes horizontales) y unificar los intereses de estos sectores, proclamados como pueblo, contra la oligarquía (clivaje vertical). Así pues, en su definición, el pueblo engloba, además de la clase obrera industrial, el conjunto de la población que cumple funciones en la propia reproducción social. El pueblo incluiría a los estudiantes, los parados, los jubilados, o todo el que hace que salga agua de un grifo, mientras que por fuera se sitúan los sectores especuladores y de los juegos financieros, rentistas, etc.

Por eso, en la línea de un proyecto de emancipación y transformación radical de la sociedad, los portavoces de LFI pueden plantear abiertamente una ruptura con el capitalismo (“la erradicación del capitalismo” en los términos del propio Mélenchon) con un vocabulario que resuena a la propia Revolución Francesa. Igualmente, los insumisos reconocen que la construcción de un pueblo revolucionario no es sólo una tarea simbólica o discursiva, consistente en invocar al pueblo o la nación, sino que implica un gran esfuerzo militante para construir un movimiento de masas que se active mediante campañas compartidas, momentos y espacios, puerta-a-puertas y al mismo tiempo conciben la propia acción como “un gran movimiento de educación popular”. Por eso Mélenchon afirmó en su conferencia de los Amfis de 2025, El momento político, que “nosotros no somos un partido de vanguardia. Somos un movimiento político que ayuda a las masas a autoorganizarse”.

Banlieues, quartiers populaires y estrategia del Cuarto Bloque

Como mencionan de forma recurrente en Nouveau peuple, nouvelle gauche (2025), “la emancipación de las clases populares debe ser obra de las mismas clases populares”. Esta famosa proclama de Marx y Engels, reformulada sustituyendo la noción de “clase obrera” por “clases populares”, es una de las máximas políticas que atraviesan toda la acción y el pensamiento insumiso, también a menudo formulada como: “así son las clases populares; así debe ser la izquierda”. LFI parte del reconocimiento de que, desde los años ochenta, en Europa, se ha ido dando un profundo divorcio entre la izquierda y los sectores más empobrecidos de la sociedad, fenómeno que explica la larga crisis de la izquierda.

Este divorcio ha tenido efectos tanto en la variación de la composición de clase de los militantes, dirigentes y representantes de las fuerzas de izquierda, donde las clases medias y profesionales cualificadas se encuentran sobrerrepresentadas, como en la variación de la composición de clase del voto: la abstención es hoy el principal partido de los sectores más empobrecidos de los sociedades, que en los años ochenta votaban masivamente a la izquierda. Los insumisos también identifican cómo uno de los elementos que ha contribuido a generar este divorcio ha sido el abandono por parte de la izquierda de un horizonte de transformación radical de la sociedad, como había representado el horizonte de construcción del socialismo. Partiendo de estas constataciones, LFI se plantea una estrategia coordinada en dos frentes:

El primero es consolidar una presencia estable del movimiento insumiso en las banlieues y barrios populares que les permita generar militancia y liderazgos orgánicos de forma coordinada con los movimientos existentes en estos barrios y los referentes comunitarios. Con este objetivo organizan todo tipo de actividades conocidas (caravanas populares, cafés populares, recogidas de alimentos) y tienen planes de captación y formación política específicos para los militantes de estos barrios para que puedan alcanzar posiciones de liderazgo en el seno del movimiento insumiso.

La activación política del bloque abstencionista iría ligada a la consolidación de LFI como una alternativa real y disponible de transformación radical de la sociedad francesa

Siguiendo este criterio, la selección de los participantes en el curso reforzado del Instituto La Boétie (el curso anual intensivo de formación política avanzada para los militantes jóvenes) intenta sobrerrepresentar a los militantes provenientes de estos barrios (35% de los participantes hasta ahora no tenían el bachillerato, mientras que muchos militantes provenientes de universidades de élite). Esta estrategia ha empezado a dar los primeros resultados, con varios liderazgos surgidos de estos barrios consolidados en el seno del partido, o con el hecho de que los insumisos ganaran a 9 de las 12 circunscripciones de las banlieues de París de Seine-Saint-Denis en las últimas elecciones legislativas de 2024. Aún así, siguen sin asemejarse lo suficiente a los sectores sociales que aspiran a representar.

El segundo frente ha sido activar electoralmente la abstención —especialmente concentrada en estos barrios— es lo que llaman la estrategia del Cuarto Bloque (Quatrième Bloc). Esta estrategia parte de la constatación de que en la sociedad francesa hay hoy tres bloques políticos y electorales bien definidos: el bloque popular que se agrupa en torno al Nuevo Frente Popular y LFI, el bloque liberal macronista, y el bloque de la extrema derecha. Según leen, se está dando una tendencia a la confluencia entre el bloque liberal y el de la extrema derecha, y sostienen que en este contexto la tarea central del bloque popular no es evitar la derechización macronista dando un giro hacia la moderación, sino ampliarse a través de una alianza con un “cuarto bloque”, que es el bloque constituido por la abstención.

La activación política de este bloque iría ligada a la consolidación de LFI como una alternativa real y disponible de transformación radical de la sociedad francesa, así como del reforzamiento de la batalla ideológica en el campo del antiracismo y la lucha contra la islamofobia y contra la violencia policial. Según extraen de los últimos resultados electorales, una bajada de la abstención del 5 o 6% en estos barrios se traduce en una subida de más del 20% de los votos en los insumisos. Igualmente, si se observan los resultados de las presidenciales de 2022, se ve como un 53% de los anteriormente abstencionistas que votaron lo hicieron entonces por Mélenchon, cifra que alcanzaba el espectacular 69% en el caso de los musulmanes.

Mélenchon plantea que la izquierda debe defender el universalismo, pero no como negación de la diferencia sino como una integración de la misma en un objetivo común

Los insumisos tienen claro que sus posibilidades de pasar a segunda vuelta a las presidenciales piden activar masivamente la abstención, aunque probablemente no sería suficiente en una segunda vuelta contra la extrema derecha. Al menos, consideran que la moderación política que requeriría acercarse a ciertas clases medias o a los “macronistas de izquierda” sería un suicidio político que les impediría captar el voto del cuarto bloque. En todo caso, apuestan por consolidar su base electoral en las banlieues y quartiers populaires y, a partir de ahí, poder atraer parte del voto de estos sectores indecisos en una hipotética segunda vuelta contra la extrema derecha.

Créolisation (criollización)

Uno de los elementos destacados de esta actualización política y de ideario de LFI ha sido el trabajo con el concepto de créolisation. ¿Pero qué significa? ¿De dónde sale? Podemos empezar diciendo que partiendo de las reflexiones de carácter antropológico del poeta y ensayista francés de Martinica, Edouard Glissant, LFI ha construido una comprensión de la sociedad y cultura francesa tal y como realmente es a mediados de la tercera década del siglo XXI. Mélenchon afirma que “la forma cultural concreta de nuestra era es el mecanismo de la criollización”, diferenciando esta dinámica de la del mestizaje, ya que éste es un proceso ideológico primero —no existen varias razas humanas— y sólo después se convierte en un proceso cultural. Tampoco se trataría del multiculturalismo, donde existen diversas culturas ya “hechas” que se encuentran en un espacio común de contacto. Continuando con la definición: “la criollización conduce a los grupos humanos diferentes, separados por las barreras de la lengua, de los rituales y de las costumbres, a producir de nuevo en común para intercambiar y apropiarse de nuevo de las novedades y usos que se convierten en comunes”.

Así, esta capacidad de creación cultural —simbólica, si se quiere— sería precisamente lo que nos hace humanos. Mélenchon, citando el libro del humanista Giovanni Pico della Mirandola, De la dignidad del hombre, explica que “lo que nos hace humanos es la capacidad de construir nuestra propia realidad, a diferencia de los animales que sólo reproducen lo que son, no crean nada nuevo”. A su vez, la créolisation como explicación de la dinámica de la creación cultural humana parte de la diferencia como algo esencial —no circunstancial— y de la socialización como dinámica determinante de la autocreación de la especie humana. Allí donde ha habido comunidades humanas más heterogéneas se ha tendido a acentuar el elemento innovador. Por eso, la migración pasa de ser un elemento externo a ser algo definitorio de lo directamente humano, un hecho positivo para toda comunidad, y la socialización el factor que permite el surgimiento cultural. De alguna manera, la cultura criolla que generaría la Francia antillana —con orígenes en el esclavismo, por supuesto— no sería totalmente africana o francesa, o sólo Martinica, sino que daría lugar a lo que hoy en día entendemos por cultura créol.

Estas reflexiones antropológicas se aplican al mismo debate sobre la nación francesa. Aquí, por las particularidades de la identidad nacional, una construcción cultural moderna que se plantea como elemento compartido de forma universal dentro de una comunidad llamada nación, la dinámica criolla revela algunas claves en la dinámica entre el universalismo, la diferencia y la identificación. Mélenchon plantea que la izquierda debe defender el universalismo, pero no como negación de la diferencia sino como una integración de la misma en un objetivo común. Especialmente cuando los adversarios políticos reaccionarios recalcan la diferencia con el objetivo de la división, y en último propósito, de la sujeción. El caso del género y la raza es muy evidente. Y hoy, el elemento de la “cultura” o el concepto de civilización han cogido centralidad política tomando la idea del libro de gran éxito en su momento, El Choque de Civilizaciones, del miembro de la reaccionaria Trilateral, Samuel Huntington.

Frente a un racismo que justifica la vulneración de derechos, los diputados de LFI afirman que Francia es un solo pueblo donde nadie debe tener más derechos que otros

Por otra parte, LFI opta por defender en su programa político la Nouvelle France (Nueva Francia), poniendo énfasis en una construcción nacional que sitúa el acento en el futuro, con una matriz cultural abierta que Mélenchon ejemplifica con una conferencia de Jean Jaurés en Argentina en 1911 donde él como socialista proponía a él como socialista juntarse no por el origen común (que es normal) sino hacerlo junto a las reivindicaciones y esperanzas comunes y, precisamente, esa unión de las luchas comunes de cambio es lo que debía ser la nueva nación, la Nouvelle France.

De este modo, este diferencialismo de reacción, en el fondo, lo que hace es situar la diferencia como pretexto para la diferencia de derechos. Por eso, frente a un racismo que justifica la vulneración de derechos, los diputados de LFI afirman que Francia es un solo pueblo donde nadie debe tener más derechos que otros, y que los orígenes de alguien son a menudo la justificación para hacer trabajar sin contrato, impedir ir al médico o acceder a becas. Cuando Le Pen afirma que Rima Hasan (eurodiputada de origen sirio de LFI) es una “francesa de papel”, lo que está haciendo realmente es poner en duda la legitimidad de los derechos como eurodiputada de alguien con presencia internacional en la denuncia del genocidio palestino.


Sin embargo, la criollización no es una solución, es un proceso de formación de las sociedades y las culturas humanas. Tal y como explica Mélenchon en su conferencia de la Universidad de Verano de LFI, a lo largo de la historia gran parte de las sociedades que han existido han estado formadas por procesos de criollización, mientras que desde el presente a veces se tiende a ver más su resultado que su formación. Podríamos hablar de la criollización de las sociedades antillanas, del caso de Latinoamérica, más atrás en el tiempo, el caso árabe en la historia catalana e hispana, hasta llegar a la propia identidad y lengua francesas. Sólo pensamos que en el momento de oficialización del francés para la burocracia del Estado, el provenzal tenía más palabras; hasta la Primera Guerra Mundial, los bretones hablaban bretón y actualmente de las 35.000 palabras utilizadas usualmente en francés, 4.192 (12%) tienen origen extranjero. La novedad histórica de nuestro siglo es el alcance global y hasta ahora inusitado de esta dinámica de conformación de las culturas humanas.

El evitable ascenso de la extrema derecha 

En la segunda vuelta de las elecciones legislativas de 2024, 27 de los 27 sondeos publicados situaban a la extrema derecha como la gran vencedora. Aun así, La France Insoumise salió de aquellas elecciones siendo la mayor fuerza dentro de la alianza que ganó aquellos comicios, el Nuevo Frente Popular. El año pasado el mismo Instituto La Boétie publicaba un libro colectivo donde pretendía sintetizar cómo habían combatido (y derrotado) a la derecha lepenista: Extrême droite: la résistible ascension (2024). Según dicen, “hay que ser intransigentes en el fondo y en las formas [...] no se combate el Reagrupamiento Nacional o la persona de Marine Le Pen, se combate un fenómeno social: la extrema-derechización”. La diputada y co-presidenta del Instituto La Boétie Clemence Guetté también afirma: "la batalla contra la extrema derecha exige un rigor de fondo. Hay que combatir absolutamente una tentación: nunca ganaremos aproximándonos a sus posiciones. Los partidos que adoptan retóricas de la extrema derecha simplemente contribuyen a aumentar el voto. en ciertas cuestiones introducidas en el debate público es participar del proceso de extrema-derechización y contribuir a su ascenso”. Por último, los insumisos identifican que la extrema derecha tiene tres debilidades principales que hay que saber explotar:

Primero. Al intentar construir un bloque que una un componente popular y al menos una parte de las élites económicas y patronales, la extrema derecha está sujeta a importantes contradicciones en las cuestiones sociales que le restan credibilidad. El Reagrupamiento Nacional cambió sustancialmente las medidas sociales de su programa durante las últimas semanas de la campaña de las legislativas de 2024 (supresión de la subida de la edad de jubilación, rebaja del IVA a los bienes de primera necesidad, etc.).

Segunda. La extrema derecha es incapaz de construir un partido de masas. Es esencialmente un fenómeno mediático con poco anclaje local y poca fuerza militante.

Tercera. La extrema derecha no puede construir relaciones duraderas con el mundo intelectual y universitario. Su acercamiento a intelectuales y el intento de construir su propia fundación de pensamiento han sido un fracaso estrepitoso.

Ya hemos visto que estas primeras semanas de septiembre han sido una rentrée política y social movida. Después de la dimisión de Lecornu, el desenlace deberá encontrarse en ningún otro lugar que en la voluntad popular y su expresión en el voto. Como recordaba el dia 6 de octubre mismo por la mañana Mathilde Panot: “En las elecciones legislativas del año pasado, 27 encuestas profesionales daban la victoria al Frente Nacional pero hubo un récord de participación en los barrios populares no previsto”.

En vano sería desempeñar la tarea de oráculo; este artículo sólo pretende contar una breve historia de cómo llega la izquierda francesa a un escenario donde el agotamiento del extremo centro macronista parece que traerá efectos sísmicos considerables y ahora mismo la Francia Insumisa representa seguramente el caso de la izquierda más interesante en Europa.

Literatura
Jérôme Leroy: “Son los hijos de antiguos comunistas, no sus padres, los que se convirtieron en fascistas”
Autor de novelas, ensayos, libros juveniles y poemarios, Jérôme Leroy publica por primera vez en español. 'El bloque' es una novela sobre el auge de la extrema derecha en la Francia de comienzos de siglo.
Francia
Militantes e intelectuales exigen la absolución de Anasse Kazib, perseguido por su apoyo a Palestina
El Estado francés utiliza el tipo penal de “apología del terrorismo” para perseguir a personalidades y colectivos que han mostrado su apoyo a Palestina y su repulsa al genocidio cometido por Israel.
Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando...
Cargando...
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...