Economía
Mazzucato en Bizkaia: ¿impulsar el Estado Emprendedor o blanquear el caciquismo vasco?

Es un romance que ha pasado un tanto desapercibido, pero deja al descubierto muchas intimidades ideológicas del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y sus planes de renovación. La célebre economista Mariana Mazzucato recibió el encargo de la Diputación Foral de Bizkaia, encabezada por Unai Rementería, de diseñar un sistema fiscal que otorgaría nuevos incentivos fiscales para las empresas que se comprometieron a alinearse con los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030.

El resultado ha sido un convenio firmado en mayo de 2020 por 448.975 libras esterlinas (más de 525.000 €), para el diseño de “The Biscay Model”. Ello se ha traducido en un escueto memorial de 38 páginas con tipografías gruesas, generosos sangrados y saltos de párrafo, que pretende alinear el diseño del modelo tributario vasco con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (de hecho, la enumeración de estos constituye la mitad del informe).

Por supuesto, el acuerdo también contemplaba tiempo para fotografiar a Mazzucato –posando cariñosamente ante el perro Puppy– con el diputado general de Bizkaia, Unai Rementería, o cenando con el presidente del Partido Nacionalista Vasco, Andoni Ortúzar. En este paradigmático contexto, surge la pregunta de si las tesis del Estado emprendedor son una suerte de góspel británico en torno al caciquismo vasco, es decir, si estamos ante un tipo de consultoría premium para blanquear la actividad fiscal del PNV y sus favores a las grandes empresas.

Sin coordinación entre las tres haciendas vascas no se puede poner en marcha así que probablemente la Diputación de Bizkaia haya derrochado más de medio millón de euros en un informe que nunca se aplicará

No nos cabe duda de que el informe presentado por Mazzucato y su equipo, cuyo subtítulo reza ‘A Concept Note by the UCL Institute for Innovatoin and Public Purpose’, es una propuesta “original”, ¿pero debe el dinero público servir para impulsar un concepto escueto y de difícil aplicación práctica? Esta es una pregunta legítima, más aún cuando en la prensa han trascendido las reticencias de Araba y Gipuzkoa a implementarlo. “El modelo propuesto no acaba de convencer a Álava y Gipuzkoa, y sigue bloqueado desde principios de año en el Órgano de Coordinación Tributaria (OCT) sin conseguir el visto bueno del resto de las haciendas”. Sin coordinación entre las tres haciendas vascas no se puede poner en marcha así que, probablemente, la Diputación de Bizkaia haya derrochado más de medio millón de euros en un promocionar un modelo fiscal que no existirá.

Los ODS, a examen

En cuanto al plano técnico, este experimento se desarrollaría tres etapas: la concienciación, la acción y el logro de los objetivos. Por otro lado, el avance deberá demostrarse a través de informes, lo cual, salvo para las empresas de mayor dimensión, implicará contratar los servicios de alguna firma especializada. Esto es, la propuesta tenderá hacia la expansión del llamado “capitalismo de consultoría”. De hecho, el sistema planteado por el equipo de Mariana Mazzucato incorpora un elemento de autoevaluación, el cual debiera impulsar a las empresas en un rito iniciático de concienciación que se reflejaría en la implantación de estándares de información. ¿Otro brindis al sol, o simplemente un mecanismo vacuo de responsabilidad empresarial?

Para llevar a cabo dicho ejercicio, las empresas deberán ser evaluadas por Hacienda, cuyo objetivo será determinar el nivel de concienciación, acción (avances hacia el objetivo) y logro (consecución de un objetivo). Finalmente, la hacienda vasca adjudicaría unos puntos en función del progreso de la empresa por el recto camino marcado por el Estado Emprendedor, los cuales le harían merecedora –o no– de beneficios fiscales. A nadie se le escapa, salvo a los consultores británicos, que esta propuesta solo servirá para crear oportunidades de que el gobierno del PNV asigne puntos arbitrariamente a las empresas de su confianza, ajustando las cargas tributarias en función del grado de apadrinamiento que tenga cada una de sus firmas amigas.

Esta propuesta crea oportunidades para que el gobierno del PNV asigne puntos arbitrariamente a las empresas, ajustando las cargas tributarias en función del grado de apadrinamiento que merezca cada contribuyente

Por otro lado, el sistema incluiría un filtro negativo inspirado en los criterios que utiliza el fondo de pensiones soberano de Noruega, es decir, no beneficiaría a empresas de armamento, tabacaleras, etc. Hasta aquí, nada que objetar, pero la selección de los ODS –y su definición– delatan los sesgos ideológicos neoliberales del PNV. Por ejemplo, en el área de actuación relativa al reto demográfico, se abunda en el alarmismo sobre las pensiones públicas, que siempre se presentan como desvalidas y necesitadas de un caballero de la industria financiera para protegerlas. Para ello, el sistema propuesto incentivaría la creación de planes de pensiones privados, que es crucial precisamente para la consecución del ODS 3, cuyo objetivo es “garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos en todas las edades”.

En lo relativo a la innovación social que debiera facilitarlo, el ODS 8 busca “promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el pleno empleo y productivo y trabajo digno para todos”. Más allá de la retórica, este objetivo se centra en la medición del número de nuevas empresas en las que se ha invertido, el lanzamiento de spin-offs piloto lanzadas y el número de start-ups escaladas. Es decir, se incentiva la reestructuración societaria de las empresas sin tener en cuenta que estructuras empresariales tan complejas no tienen por qué implicar una mayor cantidad de empleo y actividad económica respecto a una más sencilla, como puede ser el caso de las cooperativas. 

Además, el informe apunta que basta con incentivos fiscales para que las empresas aseguren el ODS 11, es decir, convertir a  las “ciudades y asentamientos humanos en inclusivos, seguros y sostenibles”. Este objetivo se cuantificaría midiendo el acceso de las personas jóvenes y de rentas bajas a la propiedad. Ahora bien, resulta difícil creer que las empresas, movidas por el ánimo de lucro, vayan a ser capaces de compensar la grave carencia de un parque público de vivienda social. O que el sistema caciquista del PNV – especialmente en lo que respecta a las constructoras y gestoras de suelo en Euskadi– pueda escapar a su propia inercia y cumplir con dicho objetivo de inclusión. Más aún, cuando los precios de la vivienda aumentan a la misma rapidez que la edad de emancipación.

Cabe preguntarse si el informe, de tan elevado precio, preparado por Mazzucato y su equipo se ha parado a analizar con detalle el modus operandi de las actividades empresariales provinciales. Creemos que si fuera así, desde luego, no llegaría a semejantes conclusiones.

The Biscay Model: Aligning tax policy with the United Nations Sustainable Development Goals by Hordago El Salto on Scribd

Consultoras y mindfulness fiscal 

El proyecto de reforma fiscal propuesto por el equipo de Mazzucato también genera muchas dudas. En primer lugar, abre un resquicio a la interpretación subjetiva. Si uno entiende el modus operandi de la ideología neoliberal del PNV puede imaginar un escenario en el que la redacción de un buen informe para conseguir una rebaja fiscal sea la herramienta escogida para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible. Este desenlace empoderaría a las consultoras vacas y su modelo caciquista, ampliamente denunciado desde las autoridades de competencia vasca y española. ¿No serían estos ataques a la competencia, entendida de manera liberal, variables a tener en cuenta en el citado estudio?

La cuestión no es baladí, y nos lleva al siguiente punto: para que el Estado lidere, como le gustaría señalar a Mazzucato, ese ‘Biscay Model’ (o modelo Bizkaia) que propone exigiría de una elevada formación de los técnicos de Hacienda de manera en que sean capaces de interpretar correctamente un sistema de baremo que evalúa avances en múltiples objetivos, personalizados para cada contribuyente. La cuestión es que buena parte de las burocracias gubernamentales están siendo reemplazadas por consultoras privadas, quienes redactan y ejecutan los planes públicos. 

Cómo las Big Four han absorbido al Estado y sustituido a la burocracia

Ekaitz Cancela

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Multinacionales

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El millar de contratos que aparecen en los boletines oficiales del Estado son algunos ejemplos de la delegación de funciones políticas a las ‘big four’ (KPMG, Deloitte, Ernst & Young y PwC), una vieja historia de privatización encubierta que le ha costado a las arcas públicas al menos 378 millones de euros en poco más de una década.

 La tercera cuestión está estrechamente ligada con este punto, y es que no queda claro el coste fiscal de la reforma. Además, el sistema tributario propuesto puede resultar muy costoso de aplicar y más difícil de vigilar para una burocracia con tan escasa iniciativa para gestionar la complejidad, externalizando en su lugar la gestión de los presupuestos públicos a toda suerte de intermediarios privados, sean consultoras, bufetes de abogados, inmobiliarias o entidades financieras. En muchos casos, además, estas son las mismas firmas privadas que asesoran a las empresas cómo evadir impuestos o utilizar ingeniera fiscal. En otras palabras, es como el zorro que cuida de las gallinas, pero con los objetivos de desarrollo sostenible como ejercicio de greenwashing. 

Todos estos factores  ponen en riesgo principios básicos del sistema tributario, como el de “limitación de costes indirectos derivados del cumplimiento de obligaciones formales”, recogido en la normativa general, o la necesaria objetividad en el cálculo de las obligaciones de tributación. Va de nuevo: existen serios motivos para pensar que este informe es una forma de blanquear, así como de reducir las trabas, al modelo de funcionamiento del capitalismo de consultoría en Bizkaia.

Impuestos y fallas de mercado

La propia nota conceptual presentada por el equipo de Mazzucato menciona que “históricamente, los impuestos se han diseñado e implementado para corregir las ‘fallas del mercado’, abordar las externalidades negativas y desalentar las prácticas nocivas. Sin embargo, los impuestos pueden ir más allá de abordar las externalidades negativas y fomentar el progreso en los desafíos sociales”. Estos objetivos son loables y defendibles pero el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.

En primer lugar, el engranaje del sistema tributario no debe alcanzar demasiada complejidad so riesgo de que se atasque su mecanismo. Hay cosas que se pueden conseguir con los impuestos, pero retirar poder de compra no es lo mismo que ejecutar el poder de acción. Actuar desde lo público se lleva a cabo con políticas, leyes y estrategias gasto, no con informes de consultorías donde la empresa privada marca la dirección del Estado. Esta es una de las líneas de flotación teóricas más evidentes en el trabajo de la economista italiana.

De hecho, a golpe de incentivos fiscales para quienes tienen mayor capacidad de inversión, nuestro sistema tributario ha ido relegando el objetivo de mejorar la distribución de la renta y la riqueza. El problema es que en el documento, al igual que en el trabajo de Mazzucato, se desprende cierto diseño fiscal de tipo pigoviano, cuyo nombre se deriva del economista que desarrolló la teoría para corregir los fallos de mercado. No sin cierto pensamiento mágico confía en que, a través de los beneficios empresariales, un sistema económico capitalista entregue los resultados deseados. Pero lo más probable es lo contrario: que éstos beneficios sean decepcionantes y tardíos. Precisamente, eso es lo que busca la ideología dominante en el País Vasco.

El moderno estado capitalista, y especialmente su variante vasca, ha desmantelado la capacidad de las administraciones públicas para actuar ante las situaciones de emergencia como el reto climático. El aditivo neoliberal, en su fobia hacia la iniciativa pública, es una ideología agotada por su propia incapacidad de proponer soluciones eficaces. Hoy sólo puede ofrecer un cóctel de incentivos fiscales y subvenciones de dudosa eficacia mientras un Estado, que se presenta como débil ante la ciudadanía, renuncia a actuar de forma decidida. El informe aquí expuesto nos pide que, en este contexto, dejemos que la iniciativa privada se haga cargo. Pero solo hay que mirar al estado de la salud pública en este territorio para ver que eso nunca funciona.

En suma, la propuesta de la economista italiana afincada en Londres es imaginativa y seguramente bien intencionada pero sólo resultará en más regresividad fiscal, ‘greenwashing’ y capitalismo de consultoría. De hecho, podríamos decir que Mazzucato ha perdido algunos pelos de su prestigio en la gatera al aceptar el encargo de diseñar el costoso trampolín con el que Rementería, quien tiene buenos fontaneros, trata de dispararse hasta Lehendakaritza. 

Vender el alma al caciquismo jeltzale

Que el PNV de Bizkaia recurriera al prestigio académico para validar un nuevo modelo fiscal no es sorprendente. Al diputado general de Bizkaia, Unai Rementería, se le nota ansioso porque su paso por la Diputación Foral de Bizkaia deje un legado memorable. No es un secreto que está entre los candidatos a suceder a Urkullu en la lehendakaritza. Dado que la competencia más importante de las diputaciones forales es la recaudación de impuestos ¿qué mejor oportunidad de transmitir una imagen de político imaginativo que contratar a una celebridad para un diseño conceptual de la nueva fiscalidad? Si en arquitectura no hay político que no se resista a contratar a un Calatrava o un Foster ¿por qué ser menos en el árido terreno de la fiscalidad?

Tampoco resulta tan sorprendente que Mazzucato haya aceptado el encargo. En 2017 trasladó su labor docente e investigadora a la University College London (UCL) donde dirige el Institute for Innovation and Public Purpose. Su prestigio académico le ha facilitado múltiples contratos con diversos gobiernos (Reino Unido, Sudáfrica, Suecia, Italia, Escocia, el Partido Laborista) y organismos multilaterales (Comisión Europea, Foro Económico Mundial, OMS, OECD, Naciones Unidas). El último en unirse a la lista de clientes de Mazzucato es la Diputación de Bizkaia.

Grear dinner in Bilbao with Andoni Ortuzar, president of PNV and Unai Rementeria, President of Biscay Government, sharing views about SDGs, taxation, mission-oriented policies & …football. And what a glorious city to wake up in! ⁦@urementeria⁩ ⁦@andoniortuzar⁩ ⁦ pic.twitter.com/jxWeCLFQZJ

— Mariana Mazzucato (@MazzucatoM) June 28, 2022

Este giro es importante. En un entorno de austeridad presupuestaria, las universidades públicas han apostado por generar ingresos adicionales mediante contratos de investigación, consultoría y asesoramiento. Para la UCL los ingresos clasificados como “investigación patrocinada” constituyen “una medida importante del entorno de investigación de UCL”.

La fuente principal de financiación de las universidades británicas procede de un organismo público, la Higher Education Funding Council for England (HEFCE). No obstante, las universidades necesitan complementar esos ingresos con fuentes alternativas, como las matrículas de estudiantes extranjeros, la investigación y consultoría bajo contrato. La pérdida de financiación procedente de la Unión Europea tras el Brexit ha añadido unas dosis de ansiedad sobre la financiación que el gobierno del conservador Boris Johnson no ha despejado totalmente. No sorprende por tanto que las universidades recluten a académicos reputados capaces de atraer golosos contratos de la industria y del sector público.

En el caso del asesoramiento a gobiernos un dilema que no podemos despejar es si estos contratos responden a los intereses académicos del investigador o a intereses políticos. ¿Se paga al asesor para que haga recomendaciones neutrales y útiles para el diseño de las políticas públicas o se le paga para que respalde las políticas y la imagen del gobierno? Rementería necesita un trampolín para sus aspiraciones políticas y Mazzucato necesita proveer a su universidad algunos ingresos adicionales. Se podría calificar como una relación simbiótica.

Mazzucato y el Estado emprendedor

Mariana Mazzucato se ha convertido en una de las economistas más influyentes, sobre todo entre quienes impugnan el modelo neoliberal, ése donde toda la iniciativa se entrega al sector privado y el papel del Estado queda relegado a la creación de una prolija regulación favorable a los intereses económicos de la oligarquía. Es autora de un éxito editorial, El Estado Emprendedor, obra que reivindica el papel del Estado en el progreso tecnológico y que ha contribuido a desmontar ese mito, tan caro para el neoliberalismo, del emprendedor que monta una empresa innovadora en su garaje de Silicon Valley 

Según Mazzucato, “el papel dirigente del estado ha permanecido ‘oculto’ por motivos políticos, creando una red descentralizada de agencias estatales. Irónicamente, esto ha convertido a los EEUU en una de las economías más intervencionistas del mundo”. Mazzucato relató cómo el Departamento de Defensa financió el desarrollo de internet, lo cual permitió que surgieran los Facebook y Google. La tecnología de miniaturización, pantallas táctiles y telecomunicaciones que originó la tecnología de móviles fue el resultado de potentes programas de investigación militar y espacial que luego pudieron aprovechar exitosamente empresas como Apple. Los National Institutes of Health acometen cada año inversiones en programas de investigación clínica que superan los 30 mil millones de dólares de EEUU. Con estos antecedentes resulta llamativo que haya impulsado una propuesta de reforma fiscal tan desacertada e incoherente con sus propuestas anteriores como la que ha entregado a la Diputación Foral de Bizkaia.