Chile
El “ahora qué” en Chile después del “ahora o nunca”

Este año debería haber sido, con la entrada de Boric en la Moneda y el plebiscito de salida de la Constituyente, aquel en el que se definiese el “ahora o nunca” en el que estaba basado el sentimiento de la revuelta. Explica Marina Garcés que los actuales movimientos de protesta ya no se preguntan ¿hacia dónde?, sino ¿hasta cuándo?
Encuentro popular x la vivienda con Gabriel Boric 1
Encuentro popular por la vivienda con Gabriel Boric el pasado 11 de diciembre. Foto: Tomas Hirsch G.
Graduado en Filosofía en la UAM.
10 oct 2022 08:05

Es imposible que cualquier persona que acabe de llegar a Santiago y mire por la ventana del autobús o del taxi que le lleva a su destino no piense: “aquí pasa algo”. A los pies de la cordillera de los Andes se extiende una ciudad tatuada, no solo por las personas que transitan de este a oeste de la Alameda, sino por los propios edificios de la época colonial que, llenos de pintadas, pregonan lemas transfeministas, ecologistas, anticapitalistas o simplemente lamentos (como el omnipresente quejido “No me 100to bien”). El estallido de octubre de 2019 ha dejado una huella tangible en la primera impresión de todos los nuevos visitantes a la capital chilena, entre ellas en la mía. Si a esto se le suma una llegada el mismo día en que era investido Gabriel Boric, que coincidió en viernes, jornada de revuelta, el resultado es que el movimiento que prometen los grafitis del área Metropolitana se haga carne a partir de las 19 horas entre los chorros de los guanacos y las ráfagas de aire con gas lacrimógeno.

El estallido de octubre de 2019 ha dejado una huella tangible en la primera impresión de todos los nuevos visitantes a la capital chilena

Los movimientos sociales y estudiantiles de Chile han pasado, entre marzo y septiembre, de la ilusión contenida que generaba la coyuntura del estallido y la constituyente a la fatiga. Esta fatiga ha sido provocada por los truenos del rechazo y la amenaza de que estos tres años solo hayan sido una piedra que sortear para las élites en el imparable camino del neoliberalismo en la historia del país. Aunque es cierto que la investidura del nuevo presidente no hacía prever una perspectiva de cambio tan radical como la que se podía imaginar con Daniel Jadue, alcalde de Recoletas y contrincante de Boric en las primarias presidenciales por Apruebo Dignidad, sí se esperaba la apertura de un nuevo ciclo político. Este, sujeto a la aprobación de la nueva Constitución, prometía asegurar al país de cierta estabilidad en sus servicios públicos, en la protección de la tierra y los recursos naturales, además de un marcado protagonismo para la lucha feminista y de los pueblos originarios. A su vez, es cierto que desde que se constituyó la asamblea, la Convención Constitucional parece haber estado más a la izquierda del espectro ideológico que el sentido común social.

Los movimientos sociales y estudiantiles de Chile han pasado, entre marzo y septiembre, de la ilusión contenida que generaba la coyuntura del estallido y la constituyente a la fatiga

Este año debería haber sido, con la entrada de Boric en la Moneda y el plebiscito de salida de la Constituyente, aquel en el que se definiese el “ahora o nunca” en el que estaba basado el sentimiento de la revuelta. Explica Marina Garcés en Ilustración radical que los actuales movimientos de protesta ya no se preguntan ¿hacia dónde?, sino ¿hasta cuándo? El estallido se enfrentaba a cuarenta años de neoliberalismo exacerbado concibiendo, e incluso en parte aceptando, la posibilidad real de la propio extinción, bien como especie, bien como civilización basada en el progreso, ante la situación límite del clima y de lo vivible. Las proclamas atacaban directamente al corazón del sistema y a los partidos que habían sido protagonistas los últimos treinta años, aun teniendo en cuenta que los horizontes políticos de transformación de la izquierda radical y revolucionario en Chile son muy modestos (se pelea por el derecho a la salud, a la educación, la vivienda o para que exista un sistema de pensiones). La brutalidad del sistema neoliberal en Chile supone que la clase trabajadora reclame unos derechos que se podrían considerar como básicos no solo en comparación con el resto de la región latinoamericana o del mundo, sino también respecto a las condiciones anteriores al golpe de estado de Pinochet.

Chile
El proceso constituyente chileno como suceso clave transformador
El proceso constituyente chileno y el estallido social que lo antecede contienen una fuerza emancipadora con respecto a la actual estructura de poder.

El favorable plebiscito de salida para la nueva Constitución, con un equilibrio de fuerzas casi arrollador para la izquierda transformadora, no frenó las tendencias sociales que se instalaron en el 2019. Después de la apertura de las restricciones para frenar la pandemia de Covid19, cientos de personas se volvieron a juntar todos los viernes en la Plaza Baquedano (bautizada como Plaza Dignidad) para protestar y tratar de avivar de nuevo el espíritu de lucha que cortó el confinamiento. No obstante, las dudas sobre el sentido de institucionalizar las protestas, el desgaste del constante combate con los Pacos (el nombre despectivo de los Carabineros) y la falta de respuestas institucionales a las demandas aminoraron tanto su fuerza como su significado. Según fueron bajando las temperaturas en abril y mayo, las protestas han ido debilitándose, algo que parece una cuestión cíclica en Chile desde los 80. Como dice en Tengo miedo torero Pedro Lemebel: “Todos los años era lo mismo, tanto acumular energía para septiembre y después todo seguía igual”.

Según fueron bajando las temperaturas en abril y mayo, las protestas han ido debilitándose, algo que parece una cuestión cíclica en Chile desde los 80

Llegados a este punto, Chile se encuentra en un estado de incertidumbre política sin parangón desde el 73, con una asamblea Constituyente en proceso de revisión y con unos poderes mediáticos que, comparando el país constantemente con Venezuela, transfiguran la verdad con el fin de culpar al gobierno de la inflación y la inseguridad. Se han sucedido un sinfín de análisis políticos que tratan de explicar qué circunstancias podían justificar el ‘Estallido de octubre’, qué suponía para el futuro del país el proceso constituyente, hasta dónde podría llegar el nuevo gobierno de Boric, cómo se podía leer en clave social la potente aparición de Kast y la extrema derecha en las elecciones, etc. No obstante, el foco sobre la situación chilena se ha ido alejando progresivamente de los actores sociales que fueron quienes realmente iniciaron el proceso en el que ahora se encuentra el país: las y los estudiantes.

Llegados a este punto, Chile se encuentra en un estado de incertidumbre política sin parangón desde el 73, con una asamblea Constituyente en proceso de revisión y con unos poderes mediáticos que transfiguran la verdad con el fin de culpar al gobierno de la inflación y la inseguridad

El alza programada de treinta pesos en el precio del metro impulsó a las jóvenes a saltar masivamente los tornos de las estaciones, incluso a pesar de que el pase escolar no estuviera subiendo. Su justificación era movilizarse por sus padres, madres, abuelos y abuelas, dejando clara la arraigada conciencia de clase de su lucha, que está latente desde las movilizaciones del 2001, cuando ya introdujeron entre sus reclamaciones el apoyo al paro de profesores que se había llevado a cabo unos días antes. Esas mismas estudiantes volvían a la presencialidad en las universidades, liceos y colegios la segunda semana de marzo de este año y, con ello, retornaban a los campus el movimiento de las asociaciones, las asambleas organizativas y las disputas con las direcciones de los centros y la policía.

Sin duda, la Universidad de Chile es la institución cuyas estudiantes van a la cabeza en cuanto a luchas y movilizaciones respecto a las más de veinte universidades desperdigadas por las comunas de Santiago. El campus de Juan Gómez Millas, en el que se encuentra la facultad de Filosofía, Ciencias, Ciencias sociales o Artes, es el que más movimiento congrega de todos. De hecho, en el primer semestre de este año, ya se han vivido dos paros y una toma: la última semana de marzo el estudiantado se puso en huelga para exigir un aumento en las becas alimentarias, a lo que hay que sumar los dos meses entre mayo y junio por los recortes a los funcionarios y la imposición de medidas sanitarias que no cumplían con las condiciones mínimas de bienestar estudiantil y laboral.

Opinión
Chile: la sabiduría de las olas del mar
Entristece y genera una rabia tan profunda saber que perdimos la oportunidad de lograr una constitución que otorgaba un Estado democrático y garante de derechos, de justicia y dignidad tan amplia.

Esta capacidad de organización para presionar y combatir a las comisiones directivas de los centros educativos, que llega hasta puestos relevantes del Gobierno chileno, se explica por la disposición y articulación de un movimiento estudiantil cuyas acciones abarcan desde la enseñanza media en los colegios o liceos hasta la licenciatura. La cuestión es que toda la atmósfera que se ha conseguido a favor de la militancia en el ámbito educativo, donde las reuniones, las manifestaciones y los espacios seguros e inclusivos entran dentro de la cotidianidad para aquellas estudiantes que estén movilizadas, no tiene una traducción directa fuera de los límites de los campus.

Principalmente esto se debe a que al salir del sistema educativo es muy complicado encontrar un espacio semejante en el que continuar con la actividad militante, bien por la reducción de tiempo que conlleva la entrada completa a la actividad laboral, por las escasas alternativas para organizarse o por el diseño de una ciudad tan inmensa como Santiago, que por su extensión y sus espacios juega a la contra de la coordinación colectiva. Aquellas que sí logran continuar con un compromiso y trabajo político terminan muchas veces integrándose plenamente en las instituciones, como es el ejemplo del presidente Boric, quien fue líder del movimiento estudiantil allá por 2011.

La cuestión es que toda la atmósfera que se ha conseguido a favor de la militancia en el ámbito educativo no tiene una traducción directa fuera de los límites de los campus

Dice Karina Nohales en la formación “La revuelta chilena” de la XI Universidad de Verano de Anticapitalistas que cuando se habla de Chile y de su proceso constituyente hay que tener en cuenta no solo momentos como la redacción y posible aprobación de una nueva Constitución, sino también la existencia de un proceso constituyente vital que está en curso y que es mucho más profundo: el proceso de cómo la clase trabajadora se ordena a sí misma y conforma un sujeto colectivo capaz de portar una alternativa al sistema neoliberal. El resultado de este proceso de politización de masas que se abrió hace tres años se mantiene todavía en disputa, a pesar del golpe del rechazo. Hoy en día siguen existiendo unos elementos organizativos bastante dispersos y débiles, pero que sin embargo contienen de manera palpable experiencias larguísimas de luchas en todos los frentes. Las estudiantes han conseguido construir un pequeño oasis a nivel organizativo cuyo ejemplo debe ser un punto de atención para el devenir de los movimientos sociales chilenos. Trasladar la estructura democrática y la conciencia de la participación política activa del campus a la comuna es un reto tan ambicioso como fundamental para no seguir viviendo a la defensiva.

Chile
El rechazo de Chile
La victoria del “no” a la nueva constitución chilena obliga a volver la vista a las razones íntimas de este rechazo popular.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Tratados UE-Mercosur, el acuerdo que acabará con el modelo de agricultura europeo
Toda la producción agroalimentaria familiar, de pequeña escala y que desarrollan la economía local va a salir perdiendo, sea en Europa o los cuatro países latinoamericanos.
Honduras
Reportaje Honduras, el país que sembró Berta Cáceres
Honduras heredó del narcogobierno de Juan Orlando Hernández la violencia que ejercen de forma estructural la Policía, el Ejército, las maras y los sicarios contratados por las empresas para matar a líderes ambientales.
América Latina
América Latina Las derivas autoritarias del capitalismo del siglo XXI
Una batalla económica, política, cultural y geopolítica de gran magnitud se libra en el contexto de búsqueda de reposicionamiento del capitalismo.
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.

Últimas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Crisis energética
Análisis Los aerogeneradores no son molinos, son gigantes
El megaproyecto eólico del Clúster Maestrazgo, punta de lanza del capitalismo verde, destruirá un área natural de alrededor de 1325 campos de fútbol.
Ecofeminismo
COP29 La brecha de género en las Cumbres del Clima
VV.AA.
Las cumbres del clima no están aisladas del resto de espacios políticos y también están atravesados por las dinámicas patriarcales, pero ¿en qué lo notamos? ¿cómo abordan las negociaciones climáticas las políticas de género?
Más noticias
Galicia
Galicia Activistas de Greenpeace instalan ‘una celulosa’ en la sede de la Xunta en protesta contra Altri
Los ecologistas han realizado una acción en la sede del Gobierno gallego de Alfonso Rueda para animar a gallegos y gallegas a asistir a la manifestación de este domingo en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Comunidad de Madrid
Educación pública El Gobierno de Ayuso recula y aplaza hasta junio los despidos masivos en Educación
Integradoras sociales, enfermeras, educadoras, auxiliares y otros perfiles de personal laboral se enfrentaban a la incertidumbre de ser cesados en plenas vacaciones de Navidad.

Recomendadas

Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.