Crisis climática
Ley de Cambio Climático, ¿transformación o postureo?

Es necesaria una ley para que lo cambie todo y no una ley para aparentar que algo cambia.
Fridays for climate 3
Sentada frente al Congreso de los Diputados en madrid el 29 de marzo de 2019 Álvaro Minguito
7 abr 2021 10:02

Tras más de dos años de tramitación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética esta encara los últimos pasos para su publicación definitiva. Durante este tiempo, la ciencia ha publicado informes más claros sobre las consecuencias de la emergencia climática, diversas organizaciones y activistas climáticos han enviado numerosas aportaciones y comentarios, miles de personas han salido a las calles reclamando mayores compromisos. Sin olvidar cómo con la pandemia del covid-19 ha mostrado la importancia de escuchar a la ciencia y actuar antes de que sea demasiado tarde. Una experiencia acumulada y un enorme trabajo colectivo que apenas queda reflejado en el texto final de la ley, donde pocas incorporaciones han tenido cabida desde el borrador inicial presentado en febrero de 2019.

El compromiso político del Gobierno de España queda así plasmado en negro sobre blanco. Lo que constituye un nuevo incumplimiento de las promesas electorales: las del PSOE anterior a la moción de censura a Rajoy, que prometía una reducción del 40% de las emisiones de 1990 para 2030; y las de Unidas Podemos, en cuyo programa de 2019 recogía su compromiso de una reducción de la mitad de las emisiones en 2030. Muy lejos están los objetivos programáticos con los que se presentaron a las elecciones del escaso 23% de reducción que se recogerá en la ley.

Las Naciones Unidas establecieron en 2018 la necesidad de una reducción anual del 7,6%, lo que llevaría a un objetivo de eliminar al menos el 55% de las emisiones en España en 2030 respecto a las registradas en 1990

Como activista climático, hoy uno se siente impotente ante el ninguneo de la petición de un debate claro y público sobre los objetivos. A la luz de las terribles consecuencias que un incremento de la temperatura global superior a 1,5ºC tendría para nuestro territorio, no se puede permanecer en silencio. Hay que pedir nuevamente que se pongan las indicaciones científicas por delante de los intereses económicos. Aunque resulte cansino, hay que recordar que las propias Naciones Unidas establecieron en 2018 la necesidad de una reducción anual del 7,6%, lo que llevaría a un objetivo de eliminar al menos el 55% de las emisiones en España en 2030 respecto a las registradas en 1990. De poco valen declaraciones de emergencia climática si no atendemos hoy a la responsabilidad histórica con las generaciones presentes y futuras.

Una impotencia que se ve agravada cuando a última hora se comprueba cómo la eliminación de la palabra “aéreo” de un artículo referido a medidas concretas sobre la aviación abre la posibilidad de seguir incluyendo como renovables en todo el transporte a biocombustibles como el aceite de palma o de soja, que ya han demostrado bajas eficiencias e importantes impactos climáticos. Del mismo modo, con estos cambios de última hora se podría incentivar la penetración del gas en este sector, un área que se debe descarbonizar bajo los principios de reducción de la demanda, electrificación, colectivización y máxima eficiencia. De hecho, la potencia renovable que sería necesaria instalar para estos carburantes parece indicar que, debido a las enormes implicaciones territoriales, el uso de electrocombustibles debería estar muy restringido a sectores vitales de difícil reconversión y en ningún caso dedicarse al transporte terrestre.

La ley recoge más intenciones que objetivos concretos, dejando su cumplimiento pendiente de la aprobación de importantes piezas legislativas que en muchos casos están en las manos de los diversos ministerios

La responsabilidad ante la emergencia climática hace ser lo suficientemente prudente como para admitir que, ante la urgencia de actuar y el enorme retraso acumulado, la validación final de la ley es necesaria. Por señalar algo positivo, tener una ley de cambio climático dará un mejor marco para el desarrollo de importantes sectores renovables con capacidad para sustituir a las fuentes energéticas fósiles, la prohibición de futuros proyectos de explotación de hidrocarburos o minerales radiactivos, el impulso de las comunidades energéticas, el establecimiento de objetivos de rehabilitación energética de edificios o la obligatoriedad de adoptar en los municipios zonas de bajas emisiones son buenas noticias que deberían ser aún más ambiciosas.

Pero el trabajo está lejos de terminarse ya que la ley recoge más intenciones que objetivos concretos, dejando su cumplimiento pendiente de la aprobación de importantes piezas legislativas que en muchos casos están en las manos de los diversos ministerios. Una realidad que podría agilizar la toma de decisiones a cambio de dejar en manos de la voluntad de este o de futuros gobiernos regulaciones fundamentales para enfrentar la emergencia climática, y que podrían verse afectadas por intereses partidistas. Un hecho que debería haber sido contrarrestado con adecuados mecanismos de participación, evaluación y monitoreo que en la ley brillan por su ausencia, indefinición o falta de competencias claras.

O se reduce significativamente nuestro consumo energético neto en los próximos 20 años para mantenernos en un intervalo de seguridad para la vida, o será la fuerza de los hechos la que nos situará en un punto de no retorno con terribles consecuencias ambientales, sociales y poblacionales

Enfrentar la emergencia climática es mucho más que sustituciones tecnológicas, es decir, cualquier futuro viable pasa por comprender y asumir que, o se reduce significativamente nuestro consumo energético neto en los próximos 20 años para mantenernos en un intervalo de seguridad para la vida, o será la fuerza de los hechos la que nos situará en un punto de no retorno con terribles consecuencias ambientales, sociales y poblacionales. Pero mientras que en el texto se detallan con gran precisión elementos concretos que facilitarán la instalación de puntos de recarga, nuevas infraestructuras de transporte o el impulso de nuevos sistemas de producción y almacenamiento, poco o nada se habla de la necesidad de establecer calendarios de cierre de los sectores contaminantes, del freno a las macrogranjas, de un insostenible sector turístico o de las enormes cadenas de comercio global, entre otros ejemplos de una larga lista de omisiones.

Basar la apuesta de la transformación ecológica en medidas blandas basadas en incentivos o penalizaciones fiscales no parece ser el camino más transformador posible. Es más, en algunos casos una mala aplicación podría agravar desigualdades y reforzar el sistema que nos ha traído a la situación actual. Más preocupante es la ausencia de la obligación de abordar instrumentos de planificación y de control público vinculantes de sectores tan importantes como el eléctrico, donde muchas de las demandas históricas siguen siendo desatendidas. Mientras sea la iniciativa privada de las grandes empresas la que determine la ubicación, idoneidad o tamaño de los proyectos futuros, seguirán estando garantizadas importantes tensiones territoriales, fragmentaciones e impactos en valiosos ecosistemas, a la vez que se impulsan proyectos que agravan la degradación ambiental cuando se presentan como soluciones al problema climático.

Da la impresión de que la ciencia y la sociedad son simples etiquetas para incluir en el discurso, porque las peticiones científicas y ciudadanas de mayor ambición no han sido en ningún momento consideradas

Compatibilizar la lucha climática, la protección de la biodiversidad y la justica social es un deber irrenunciable para cualquier representante público que sirva al interés general. La ventana de oportunidad que supone la aprobación de esta ley se cerrará pronto, y cinco años para revisarla puede ser demasiado tiempo. Hay que reiterar un llamamiento de última hora a la responsabilidad del momento histórico en el que vivimos y apoyar las enmiendas menos lesivas con la lucha climática en las votaciones finales.

Ante la falta de cambios sustanciales cabe también preguntarse para qué han servido más de dos años de tramitación de la ley. Los objetivos relevantes incluidos son básicamente los mismos que se presentaron en el primer borrador, la participación de diversos actores solo ha servido para incluir pequeñas matizaciones y aportaciones de mínimo calado y se ha imposibilitado un debate público sobre la suficiencia de los objetivos. Da la impresión de que la ciencia y la sociedad son simples etiquetas para incluir en el discurso, porque las peticiones científicas y ciudadanas de mayor ambición no han sido en ningún momento consideradas. El tiempo se agota y las escusas también. El compromiso de muchas activistas climáticas en demandar medidas suficientes frente a la emergencia climática se refuerza ante la clara incapacidad política.

Es necesaria una ley para que lo cambie todo y no una ley para aparentar que algo cambia mientras todo sigue igual.

Archivado en: Crisis climática
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Portugal
Juicio a 11 activistas climáticos La revolución portuguesa está vieja, ¿verdad hijo?
En vísperas del cincuentenario de la Revolución de los Claveles, 11 activistas de Climáximo estarán en los tribunales por haberse levantado para detener la guerra contra la sociedad que es la crisis climática.
Ecología
Ecotopías Planeta Madre
Relato finalista del I Certamen de relatos ecotópicos de Ecologistas en Acción
Teatro
Teatro Social Quiero colapsar a tu lado
Entrevistamos a Laura Presa y Sandra Arpa, actrices, que componen, junto con Fernando Gallego, la compañía La Rueda, una de las pioneras y más estables agrupaciones de teatro social.
Política
Lawfare ¿Qué decisiones puede tomar Pedro Sánchez tras amagar con dimitir?
Tras el anuncio del presidente, se abren varias posibilidades que no se resolverán hasta el lunes: ¿Una moción de confianza? ¿La convocatoria de elecciones? ¿Un cambio de marco? ¿Dimitir y dar el salto a la presidencia del Consejo Europeo?
Medios de comunicación
Opinión ¿Y qué esperabas, Pedro?
Los gobiernos de derechas llevan años alimentando con dinero público a sus medios afines que esparcen bulos y manipulan sin que el Gobierno haya hecho nada para evitarlo.
Sanidad pública
Ribera Salud Hospital del Vinalopó: el último rehén de la privatización del PP valenciano
La vuelta del PP al gobierno valenciano ha supuesto un balón de oxígeno para la principal beneficiaria de la privatización sanitaria, que mantendrá la concesión de Elx-Crevillent a pesar del malestar social.
Portugal
Memoria histórica 50 años del 25 de abril: la reforma agraria
Cuando se cumple medio siglo de la Revolución de los Claveles este catedrático y corresponsal de prensa en Portugal entre 1974 y 1975 relata una de las caras menos conocidas de este proceso histórico: la reforma agraria.
Derechos Humanos
Libertades y derechos Amnistía Internacional acusa al Estado de no investigar casos graves de violación de los derechos humanos
El informe anual de esta organización de derechos humanos denuncia “la persistente falta de rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas por el Estado español”.

Últimas

Medio ambiente
Minas en Andalucía La sinrazón de los vertidos mineros al Guadalquivir
Se cumplen 26 años del vertido minero desde la Mina de Aznalcollar al Río Guadiamar en abril de 1998. Ahora, los nuevos proyectos de vertidos mineros desde las minas Cobre-Las Cruces y Aznalcóllar-Los Frailes vuelven a poner en peligro la zona al no haber tenido en cuenta las características del lugar.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Más noticias
Palestina
Palestina La Flotilla hacia Gaza anuncia un retraso de la salida de los barcos de ayuda
La organización refiere presiones internacionales para que no se lleve a cabo una misión que pretende entregar 5.500 toneladas de alimentos y productos de primera necesidad a la población atrapada en el territorio palestino.
Tratado de la Carta de la Energía
Tratados El Parlamento Europeo aprueba la salida del Tratado de la Carta de la Energía
Con una inmensa mayoría, la eurocámara vota la salida de un tratado que era incompatible con los objetivos climáticos y que España ya anunció que abandonaría.
Derecho a la vivienda
Derechos a la vivienda Catalunya se adelanta al Gobierno central y regula los alquileres de temporada y por habitaciones
El Banco de España recomienda en su informe anual “medidas restrictivas” para controlar los alquileres turísticos, de temporada y por habitaciones, convertidos en la vía predilecta de grandes y pequeños propietarios para eludir las legislaciones.
Sanidad pública
Sanidad Pública Vecinas de Madrid preparan otra gran manifestación en defensa de la sanidad pública
Después de que Madrid supere el millón de pacientes en lista de espera y del éxito de las dos convocatorias anteriores, el espacio vecinal de barrios y pueblos prepara una gran marcha para el próximo domingo 19 de mayo.

Recomendadas

Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.
Pensamiento
Kristen Ghodsee “Necesitamos soluciones que podamos llevar a cabo sin la ayuda del Estado”
Esta escritora y etnógrafa estadounidense explora experiencias utópicas del pasado y del presente en su último libro ‘Utopías cotidianas’ (Capitán Swing, 2024).