Joaquín Ivars

'Rizoma' nos aportó valiosísimas posibilidades. Pero, una vez enredados en sus opciones, quizás empezamos a observar algunas de sus imposibilidades o de sus cierres.

¿Podemos llamarnos “sociedad” si no depositamos una confianza en los demás que impida que los intereses de unos pocos aplasten los derechos de muchos?

Más allá del ámbito científico y la epistemología, proponemos articular una 'razón compleja' desde ámbitos de estudio y prácticas políticas diversas.

La historia reciente de las relaciones entre arte y política parece responder a una sucesión de fracasos, algunos de ellos vergonzosamente exitosos.

Me parece razonable e ilustrativo prestar atención a las habituales miserias humanas, contradicciones, intereses, etc. que se dan en el arte político.

¿Es posible acercar alguna idea sobre los riesgos de lo artístico como hiperespecialización en “lo político”?

¿Es posible construir un Gran Relato tan flexible e inclusivo con la capacidad de hacer frente al discurso capitalista y sus prácticas totalizadoras?