Filosofía
Capturar y soltar: a propósito de 'Rizoma' de Deleuze y Guattari

'Rizoma' nos aportó valiosísimas posibilidades. Pero, una vez enredados en sus opciones, quizás empezamos a observar algunas de sus imposibilidades o de sus cierres. ¿Quién diría que Rizoma produce cierres, cuando su voluntad era la de emanciparnos?
Mil agujeros. Mil mesetas. Joaquín Ivars
Detalle de la obra de Joaquín Ivars 'Mil agujeros. Mil mesetas' (2021). Joaquín Ivars
Artista visual e investigador. Profesor titular de la Universidad de Málaga
17 sep 2021 09:30

En el análisis que abordo en este proceso necesariamente inconcluso que aquí se inicia, trato de interpretar pares de acciones en la forma verbal del infinitivo, término que significa etimológicamente “incompleto”. Estas formas infinitivas no son de tipo causal, como en el caso de Foucault en Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión: porque vigilo, detecto la falta y castigo la conducta transgresora (aunque siempre me he preguntado, respecto del planteamiento del filósofo francés, si “vigilar” no era ya un “castigar”, se produzca la vigilancia en un ámbito de relaciones interpersonales o de mayor escala social). Así que, aunque la forma verbal nos recuerde el libro del filósofo francés, lo que aquí presento son pares de acciones o pasiones, insufrible e inevitablemente binarias que entiendo que no han de manejarse como fotos fijas. Son procesos en movimiento, vaivenes, oscilaciones. Y, a menudo, esa movilidad configura límites borrosos que nos conducen probablemente del infinitivo al gerundio y viceversa, algo dinámico y no encasillado por la rígida estanqueidad del continente, pero tampoco diluido en los procelosos e incomprensibles océanos de la arbitrariedad.

Filosofía
Vidas gobernadas: la biopolítica según Foucault
La biopolítica supone el despliegue de tecnologías, prácticas, estrategias y racionalidades políticas que tienen como objetivo el gobierno de la vida.

Para tratar ese par de infinitivos, ese vaivén entre capturar y soltar, no puedo sino remitirme a mi libro El rizoma y la esponja, un breve ensayo publicado en 2018, aunque fue redactado unos años antes. En ese texto, asalto Rizoma de Gilles Deleuze y Félix Guattari, sabiendo que es un libro conocido por una gran cantidad de personas de toda clase y condición, algunas cercanas al mundo del pensamiento, de la filosofía, de la arquitectura o del arte, y otras que se han aproximado a él por intereses espurios y nocivos. Y, desde luego, no puedo obviar que existen grupos de estudio o de acción que incluyen “rizoma” en su denominación y que representan la importancia que desde su aparición tomó el concepto. Así que, con todo eso en mente, abordo este asunto de nuevo, pero de un modo distinto, más sintético que en mi libro.

El rizoma

Rizoma nos aportó valiosísimas posibilidades. Pero, una vez enredados en sus opciones, quizás empezamos a observar algunas de sus imposibilidades o de sus cierres. ¿Quién diría que Rizoma produce cierres, cuando su voluntad era la de emanciparnos? Lo que en esa introducción a Mil Mesetas. Capitalismo o esquizofrenia, de 1980, que supone Rizoma (publicado por primera vez de manera independiente algunos años antes), se suele apreciar principalmente son sus capacidades de enlace entre heterogéneos, no sus bloqueos. Cuando se habla del rizoma como de algo distinto del árbol, se suele olvidar que rizoma comporta un esquema de captura; el mismo cometido que se le atribuye al árbol. Describen los autores de Rizoma: “El rizoma procede por variación, expansión, conquista, captura, inyección”.

El rizoma, por tanto, sale afuera, a la conquista, ¿de manera agresiva, seductora? Y se insiste en que sus procedimientos son distintos de los del árbol. El árbol, expansivo (de un tronco común proceden las ramificaciones subsidiarias siempre de un calibre mayor), responde al esquema de un eje genético, y por tanto vertical; mientras que el rizoma actúa por interconexión transversal, multipolar, horizontal, algo que nos trajo un mundo de posibilidades que antes de su aparición no habíamos siquiera entrevisto y que algunos confunden un tanto bobamente con la red. Pero, una vez hecha esta distinción morfológica y fisiológica entre árbol y rizoma, solemos olvidar que existe una semejanza funcional más primordial entre ellos. Si nos preguntamos para qué se usan, cuál es su función, a qué objetivo apuntan, entonces la respuesta coincide: sirven para conquistar, capturar.

El modelo rizomático supone un esquema de pensamiento incluyente, conectivo. Los heterogéneos, los diferentes se encuentran en las líneas de conexión del rizoma, como en ese ejemplo del encuentro entre la avispa y la orquídea.

Rizoma trata de una Multiplicidad sustantiva: y + y + y, en la que la conjunción copulativa “y” juega un papel primordial, a diferencia de las claras distinciones cartesianas que venían regulando, marcando el paso, a muchos (no a todos) de nuestros sistemas filosóficos y vitales. El modelo rizomático supone entonces un esquema de pensamiento incluyente, conectivo. Los heterogéneos, los diferentes, se encuentran en las líneas de conexión del rizoma, como en ese ejemplo del encuentro entre la avispa y la orquídea; así que todo está relacionado con todo, real y sorpresivamente, no como en la red en la que toda distinción sufre un proceso de homogeneización, para maximizar su distribución mediante la adaptación a determinados códigos. Por tanto, rizoma supone esa otra forma “vegetal” que se distribuye por nuestro cerebro y que se diferencia de las jerarquías del formato árbol (Dios, Padre, Rey, Estado, Orden).

Filosofía
Rizoma: un pensamiento anti-jerárquico del devenir
“Rizoma” es uno de los principales conceptos con los que poder entender el funcionamiento y la complejidad de nuestras actuales sociedades.

La propuesta de Deleuze y Guattari es la de un ingenio productor de conjunciones y comunicación en todos los niveles de la existencia que no ofrece distinción jerárquica, que es más igualitario y más disruptivo porque se propone fuera de las reglas y las ordenanzas. Solo hay que leer sus páginas, absolutamente recomendables, para encontrarse todo un discurso frente al formato árbol. Se trata de unas pocas páginas que alertan a nuestras lábiles sensibilidades sobre la siempre acechante posibilidad de que un comandante en jefe, un general, enraíce en nuestros cerebros y consiga ejecutar sus órdenes superiores mediante una bien engrasada y descendente cadena de mando. Unos imperativos que transmiten consignas desde el señorío supremo hasta los agentes más precarios del Sistema, a los que convierte en súbditos, cómplices y eficaces correas de transmisión. Un sistema que opera de ese modo en sus principios lógicos y, consecuentemente, en las formas sociales, culturales, epistemológicas, hermenéuticas y económicas.

Sin embargo, más allá de sus enseñanzas, que son muchas y muy fructíferas, inestimables según mi criterio, es probable que la apuesta mayor de Rizoma siga pareciéndose demasiado —por no decir coincidiendo plenamente— con la funcionalidad del árbol, y esa apuesta es la que se basa fundamentalmente en la aprehensión, la toma del poder. En El rizoma y la esponja argumento de distintas maneras que el rizoma es, antes que nada, como ya he adelantado más arriba, un aparato de captura, un artefacto legítimo de ocupación (Occupy), con todo lo que esto significa: conexión de heterogéneos, por ejemplo en cuestiones de inclusión social, intelectual o activista; pero también es un artefacto (no seré el primero ni el último que lo mencione) de dominación táctica y estratégica para los militares israelíes, que lo tienen perfectamente estudiado, o para el aleccionado mundo financiero (cuando se juega el porvenir de los más precarizados, esos que de pronto se ven sorprendidos y aún más arruinados porque tal o cual transacción económica global los deja sin empleo y sin futuro). Y esto es consecuencia de su disposición a la captura, que sirve tanto a unos intereses como a otros.

La esponja

En mi libro propuse buscar en la esponja la cara oculta del rizoma. Y propongo que acudamos al aspecto más estereotipado de la esponja. Viéndolo así, no es más que un animal lleno de agujeritos, que deja pasar “el afuera” a su adentro y deja escapar su adentro al afuera. Un animal “perforado” que, más que capturar, deja pasar: toma y suelta sin apenas apresar más que lo imprescindible, aunque todo el exterior pase por su interior.

Veamos algunas diferencias. El rizoma crece por expansión; la esponja crece por plegamiento, hacia dentro. El rizoma busca nuevas e infinitas conexiones y establece complicidades y alianzas; la esponja va de un lado a otro sin buscar esa conectividad, flota y a veces arraiga mínimamente, lo imprescindible para sobrevivir. El rizoma agencia, consolida; la esponja favorece el ciclo, de entrada y salida. Diríamos que su “economía” es abierta, circular. Una esponja apenas captura lo que pasa por su interior; metafóricamente, todos los mares la atraviesan, y su ejemplo nunca será el de ampliar sus dominios. Además, las células de una esponja (que algunos señalan como el animal más antiguo del planeta), son totipotenciales, algo así como células madres dispuestas a ejercer distintas funciones sin que medie la “tradicional” esclerosis de la especialización técnica.

La esponja se ofrece como un espacio de cobijo, de respiro, de resistencia. Es un espacio abierto que, sin embargo, no se deja intoxicar por eslóganes que cierran el mundo con sus postulados, con sus microidentidades o sus universalismos; la esponja tiene sus filtros, como todo buen pensar, y elimina los tóxicos: no todo vale lo mismo.

Pero, vistas estas propiedades, entendamos bien que no se trata de la aceptación del mundo tal y como es. La esponja se ofrece como un espacio de cobijo, de respiro, de resistencia. La esponja es un lugar que permite cierta captura pero que también deja pasar; un espacio abierto que, sin embargo, no se deja intoxicar por eslóganes que cierran el mundo con sus postulados o creencias, con sus microidentidades o sus apabullantes universalismos o sus doctrinas y mandamientos; la esponja también tiene sus filtros, como todo buen pensar, y elimina los tóxicos: no todo vale lo mismo.

Capturar y soltar

Pensar el modelo rizoma-esponja no supone abandonar el rizoma, sino ampliar sus posibilidades de suelta una vez que hemos visto cómo se han optimizado sus habilidades para la captura. Podemos ejemplificar alguna función: la mano prensil no es un simple dispositivo de la inteligencia humana en estado de alerta solo para la caza, empuñar la lanza o apretar el gatillo; la mano humana también sirve para soltar, para dejar de apretar, para liberar, para ofrecer.

Captura y suelta, ambas, están entre nuestras posibilidades más inmediatas, más incorporadas a nuestras destrezas primordiales. Y entonces, cabe preguntarse: ¿por qué insistimos tanto en la captura y tan poco en la suelta? ¿Un atavismo aún no superado? ¿No estamos siendo predeterminados solo por una de nuestras opciones y tenemos la otra un tanto abandonada, lejos de nuestros insospechados horizontes de posibilidad, al margen de nuestros azarosos devenires? Cuando nuestra mano prensil no se convierte más que en puño férreo, ¿no estamos simplemente imitando las maneras brutales de aquellos que siempre han dominado bajo el imperio de las armas (de guerra, de seducción, económicas, sociales y laborales)? ¿No es eso lo que, casi sin apercibirnos, nos convierte en sus cómplices, proporcionándoles las excusas idóneas que hacen que el ladrón piense que todos son (somos) de su misma condición? ¿No les estamos otorgando coartadas para tratarnos como aspirantes envidiosos, prestos a suplantarlos cuando ellos decaigan de sus poltronas? ¿Cómo distinguir nuestros actos de los de semejante pelaje?

Cuando el terreno de juego y las reglas no los ponemos nosotros (aquellos que no consideramos nuestra razón de existir el uso alienante de otros seres humanos a base de látigo o de pan y circo), pero aceptamos tácitamente que gane el más fuerte o el más seductor, ese que solo juega para ganar porque en realidad nunca aprendió a jugar, ¿no estamos haciendo dejación de funciones y cediendo a unas formas que no nos resultan, vistos los resultados, ni adecuadas ni útiles?

Cuando hemos comprobado hace tiempo que la vida individual y social se cifra más en fenómenos de simbiosis que de captura, más en cooperaciones que en competiciones, resulta un sinsentido que nuestras prácticas sociales asuman sin más el rol de conquista propuesto por el árbol o el rizoma y no manejemos instrumentos menos colonizadores, menos expansivos. No se trata de ser ingenuos y de conceder simplemente que el rizoma ha sido utilizado groseramente, maliciosamente, en beneficio de los más poderosos; se trata de hacer otro aprovechamiento menos simple y brutal de nuestras capacidades.

Que el enemigo es grande, poderoso y despiadado, nadie lo duda. En otras ocasiones he comentado “El tamaño de lo que importa” a la hora de hacer frente a esas enormidades. Pero o se enfrenta a él algo que no sea meramente un aparato de captura arrastrado por una manada de lobos sedientos de sangre (dando la razón a los precursores y a los secuaces de Hobbes), o estaremos simplemente imitando, y proporcionando armamento cada vez más sofisticado, a los explotadores (como ha ocurrido con las “flexibilidades” del propio rizoma tan astutamente aprovechadas por el capitalismo más sociopático).

Filosofía
El tamaño de lo que importa
¿Es posible construir un Gran Relato tan flexible e inclusivo con la capacidad de hacer frente al discurso capitalista y sus prácticas totalizadoras?

Probablemente las posibilidades de la esponja no seduzcan a los abusadores —a los extractivistas de recursos naturales y humanos— de la misma manera exitosa en que lo hace rizoma. Requiere para los capitalistas financieros más feroces un gigantesco esfuerzo de imaginación y buena voluntad dejar pasar suculentas oportunidades, algo a lo que esos abanderados del neoconservadurismo y del neoliberalismo no nos tienen acostumbrados. ¿Soltar? Ni muertos.

Quizás se trate de crecer interiormente, por plegamiento, sin capturar más de lo imprescindible; sin tener que acumular objetos o absorber teorías que no dejan de competir entre sí; sin sofocar al planeta; sin consumir más de lo necesario.

Quizás se trate de crecer interiormente, por plegamiento, sin capturar más de lo imprescindible; sin tener que acumular objetos o absorber teorías y consumos que no dejan de competir entre sí; sin sofocar al planeta; sin consumir más de lo necesario... La esponja no es una respuesta milagrosa, desde luego, y no creo que existan semejantes soluciones. La esponja es solo una tentativa metafórico-conceptual, una imagen que pretende alumbrar otra cara del rizoma, esa que comporta quizás otra ética menos mimética respecto a la de la acumulación por captura. Oscilar entre momentos de captura y suelta, ir de aquí a allá, reconocer a la vida un funcionamiento sistólico y diastólico, discontinuo, intermitente.

Esa oscilación quizás solo constituya una imagen fugaz y borrosa, casi imposible de aprender, pero la preferiré siempre a la foto fija que pretende secuestrar la realidad en un instante inamovible, inconmovible. Cuando recuerdo el capítulo 2 del Tractatus de Wittgenstein siempre me viene a la mente algo así como: ¿lograríamos imaginar alguna cosa (quehacer, obra, ser) que difumine sus contornos para hacerse penetrable, horadable, sin que nada haya de tramarse? ¿No sería la pausa, la abstención, la que abriría las condiciones de posibilidad a todo lo demás y a ella misma?

Archivado en: Política Filosofía
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Oasis en directo y la melancolía
El anuncio de la vuelta de Oasis tiende a ser interpretado como la resurrección de un pasado heroico de la industria musical, menos algorítmico, más puro, donde los músicos tocaban de verdad y los conciertos eran de verdad.
Opinión
Opinión Razones para leer a Fredric Jameson
Gracias a las herramientas teóricas que desplegó Fredric Jameson es posible interpretar con acierto lo que sucede en las sociedades del capitalismo tardío.
Filosofía
Transmodernidad El último Dussel y el futuro de la Historia
El articulo que publicamos constituye el prólogo a la obra Al otro lado de la modernidad. Ensayos de filosofía de la Historia (Bellaterra, 2024)
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.

Últimas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.
Más noticias
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Crisis energética
Análisis Los aerogeneradores no son molinos, son gigantes
El megaproyecto eólico del Clúster Maestrazgo, punta de lanza del capitalismo verde, destruirá un área natural de alrededor de 1325 campos de fútbol.

Recomendadas

Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.
Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.