Anarquismo
Los nombres de Madame Reclus

Elisée Reclus es quizás el mayor geógrafo de todos los tiempos, sin embargo su inmenso trabajo ha sido borrado de muchos sitios, posiblemente por ser anarquista. Los hermanos Reclus eran 14 en total, siempre permanecían juntos, como una comuna. Los varones Reclus fueron todos figuras reconocidas en su época y, a excepción de Armand, significados anarquistas. Pero sus hermanas, casi desconocidas, también llevaron a cabo importantes proyectos, fueron impulsoras de escuelas libres y participaron en círculos revolucionarios.
Noémi Reclus y Elie
Noémi Reclus y Elie


18 ago 2022 09:00

Aunque yace en la fosa del olvido de las academias de Historia, Elisée Reclus es, quizás, el mayor geógrafo de todos los tiempos. Nació francés en 1830 y murió como ciudadano del mundo en 1905. En ese intervalo introdujo una propuesta de relación entre la especie humana y el medio que hoy conocemos como ecología. Su amor a la humanidad libre y al planeta Tierra se transmutaron en un anarquismo que supo llegar a los hogares de los oprimidos, dándoles esperanza.

En el cementerio de Ixelles, al sur de Bruselas, según se entra, siguiendo el muro que hay a la izquierda, en la Avenue nº 12, se encuentra una pequeña lápida sobre la tierra, con la inscripción de los hermanos Elie y Elisée Reclus, fallecido el primero en Bruselas el 11 de febrero de 1904, a la edad de 76 años, y el segundo apenas un año después, en la noche que va del 3 al 4 de julio de 1905 en Torhout, cerca de Brujas, cuando tenía 75 años.

Paul Reclus, sobrino de Elisée e hijo de Elías, que asistió a la muerte de ambos, escribió una carta a Piotr Kropotkin el 6 de julio de 1905 en el que le cuenta al anarquista ruso los últimos días de Elisée Reclus. Refiere la última voluntad de su tío, ya consagrado en el mundo cultural del momento como gran geógrafo. A las puertas de la muerte, aún feliz por saber que en Rusia se acababan de rebelar los marinos del Kniaz Potemkim, pidió que llegado el momento nadie le acompañara al cementerio donde reposaba su hermano, ni siquiera sus propios familiares, salvo su sobrino Paul (“Paul seul me conduira au cimetière”), quien cumplió su última voluntad “al pie de la letra y en su espíritu”, recorriendo en compañía del féretro los más de cien kilómetros que separan Tourhout de Ixelles, en el último viaje del que fuera guardia de La Comuna. Tan distinto el trayecto, por lo llano de las planicies belgas, a los que hiciera durante el resto de su espectacular vida, cuando atravesó montañas, cruzó ríos, escaló glaciares y navegó los océanos que reflejó en sus libros.

Allí, en la misma fosa común donde le esperaba su hermano, de quien no se separó en vida ni tampoco se separaría en la muerte, compañero de revolución, bibliotecario de la Biblioteca de París durante La Comuna, fue enterrado Elisée Reclus el 6 de julio por la mañana, bien temprano, sin ningún tipo de ceremonia, salvo el acompañamiento de su sobrino y unos pocos curiosos que, a ciencia cierta, no debían de saber la importancia del hombre que estaba siendo inhumado en ese momento.

Lápida de Elie y Elisee Reclus
Lápida de Elie y Elisee Reclus
Elisée Reclus atravesó montañas, cruzó ríos, escaló glaciares y navegó los océanos que reflejó en sus libros

Poco tiempo después, alguien puso la pequeña lápida que podemos ver hoy día con el nombre de los dos hermanos, una losa sencilla y humilde entre la majestuosidad y boato del resto de tumbas y panteones, un conjunto de esculturas y arquitectura fúnebres que hacen hoy día del Cimètiere d´Ixelles un museo a cielo abierto, una de las joyas patrimoniales de la capital belga.1

Sin embargo, en la inscripción de la lápida falta un tercer nombre: diez días después de fallecer Elisée, moría también en Bruselas su cuñada, Marthe Noémi Reclus, esposa de Elie y madre de Paul, a la edad de 77 años. Fue enterrada el 14 de julio de 1905 en la misma fosa común, sin que a fecha de hoy nada señale en el lugar que allí descansan también los restos de esta mujer que no solo acompañó y alentó en todo momento las inquietudes y logros de los hermanos Reclus, sino que protagonizó, junto a otras, los inicios de la lucha por los derechos de la mujer y de la humanidad en la segunda mitad del 1800.

En una conferencia dada por Gabrielle Cadier-Rey, con ocasión de los encuentros sobre Elisée Reclus en Orthez (Pirineos Atlánticos) entre el 9 y el 11 de diciembre de 2005, publicadas bajo el título Les Reclus au feminin (Los Reclus en femenino), la autora señala el olvido que la Historia ha deparado a las hermanas de los ilustres Reclus, cuyos nombres masculinos conocemos ligados a diversos grandes logros en el avance de las ideas y la ciencia: el antropólogo Elie (1827-1904), los geógrafos Elisée (1830-1905) y Onésime (1837-1916), el marino y promotor del canal de Panamá Armand (1843-1927), y el cirujano Paul (1847-1914), introductor de la cocaína como anestésico en las operaciones de cirugía. Todos ellos hombres reconocidos en su época, autores de numerosos libros propios de su especialidad y, a excepción de Armand, quien eligió una vida burguesa, significados anarquistas, activos integrantes de los movimientos revolucionarios del momento y del lugar donde se encontraran.

Los hermanos Reclus. Foto del taller de Nadar. Biblioteca de Francia
Los hermanos Reclus. Foto del taller de Nadar. Biblioteca de Francia
Marthe Noémi protagonizó, junto a otras, los inicios de la lucha por los derechos de la mujer y de la humanidad en la segunda mitad del 1800

Gabriell Cadier-Rey da noticia de los logros de la madre, Zéline Marguerite Helène Trigant-Marquet (1805-1887), pedagoga notable que abrió una escuela e internado para niñas, y de las hijas y hermanas, Suzanne (1824-1844), Loïs (1832-1917), Marie (1834-1918), Louise (1839-1917), Noémi (1841-1915, no confundir con Noémi Reclus, esposa de Elie), y Yohanna (1845-1937), todas ellas mujeres muy cultas y activas participantes en tiempos convulsos, de quienes se sospecha que redactaron y tradujeron en diversas ocasiones los escritos de sus hermanos para editoriales de la época, ocultando sus nombres tras el de los primeros, como revela la carta escrita por Elisée a su cuñada Madame Noémi Reclus, desde París en 1868, en la que le cuenta que una editorial les paga a él y a su hermano 600 francos por una traducción del relato de sus viajes, siempre que venga firmada por Elie y no por el de una mujer, porque el nombre de las mujeres no vende (Il n´a pas voulu d´une signatura de femme, parce que les noms féminins ne poussent pas assez à la vente).2

En su estudio sobre los logros de las hermanas, Cardier-Rey no se detiene en el nombre de otras mujeres muy ligadas a los Reclus, entre quienes destacan las compañeras de Elie y de Elisée. La compañera del primero, Noémi Reclus, quien descansa junto a los hermanos en la misma fosa de Ixelles sin que su nombre aparezca en la lápida, unió su vida a su primo hermano, Elie Reclus, en 1855, a la edad de 27 años.

Los hermanos Reclus fueron todos ellos hombres reconocidos en su época, autores de numerosos libros propios de su especialidad y, a excepción de Armand, quien eligió una vida burguesa, significados anarquistas, activos integrantes de los movimientos revolucionarios del momento

Noémi Reclus es recordada por su lucha a favor del reconocimiento de la mujer. Entre 1868 y 1869 funda junto a otras mujeres como Caroline de Barran, Louise Michel, André Léo y Maria Deraisme, primero la Sociedad de reivindicación de los derechos de la mujer (Societé de revendication des droits de la femme) y después la Societé por la melioration du sort de la femme et la revendication de ses droits, sociedades dotadas de un carácter socialista, revolucionario y netamente anticlerical.3 Otras de las fundadoras fueron Mme. Cotta, María David, Adéle Demars, Maxime Breuil, Nelly Lieytier, junto a hombres como Gustave Francolin, Jules Malarmet, Augustin Vedure e Hyppolite Leval.

Su propósito inicial era el de crear una “escuela primaria democrática”, para escolares de seis a doce años, completamente ajena al control e influencia de la Iglesia, donde el niño y la niña pudieran desarrollar su propia iniciativa, basada en un método que permitiera estudiar la facultades naturales de la infancia y amoldarse a ellas, en lugar de violentarlas con ideas preconcebidas, estimulando la curiosidad, la observación y el razonamiento, mediante el empleo de la experimentación directa y no la abstracción.4

Este interés pedagógico fue truncado por la guerra y el posterior estallido de La Comuna, donde Noémi Reclus participó en las labores de organización junto a André Leo y otras tres mujeres más, responsabilizándose de la Comisión establecida para organizar y supervisar la enseñanza en las escuelas de niñas, tal y como se expresa en el excelente ensayo de Ana Muiña, André Léo, del socialismo utópico a la Comuna de París.5 Cabe destacar que la hermana de Noémi, Pauline Reclus, casada con el garibaldino Julio Kergomard, fue una ilustre pedagoga, inspectora de educación, autora de numerosos libros sobre la enseñanza, promotora de las escuelas infantiles y fundadora de escuelas libres. Recibió la Legión de Honor francesa por su labor en la enseñanza.

André Leo
Portada del libro de la editorial La linterna sorda

Tras el exilio que vino después de su tiempo como comunera, Noémí Reclus unió sus días de forma definitiva a Elie y Elisée y participó en buena parte de los círculos revolucionarios y filosóficos que aglutinaron en torno suyo los hermanos. Tradujo junto a Elie diversas obras para editoriales como Hachette, como la voluminosa obra en dos tomos Dans les Ténèbres de l´Afrique, del explorador Henry Morton Stanley.

Historia
Historia El infinito regreso al futuro de la Comuna de París
La primavera en la que los pobres gobernaron París fue breve y concluyó con ríos de sangre obrera derramada. Pero su florecimiento sigue permitiendo soñar 150 años después de que se izase la bandera roja en el ayuntamiento de la capital francesa.

Días después de su fallecimiento, el 14 de julio de 1905, Jean Grave publicó en el periódico Les Temps Nouveaux (continuidad de La Revolte, que había dirigido junto a Elisée), la necrológica de Noémí Reclus, señalando que “fue una mujer de gran corazón y de gran inteligencia, a quien siempre recordaremos con amor y estima”. Como ya apuntamos, fue enterrada en la misma fosa junto a su esposo y a su cuñado, en Ixelles.

Se cree que fue Noémi Reclus quien medió para la unión entre Elisée y Marguerite Clarisse Brian (1832-1869). Esta última fue la primera compañera reconocida como tal de Elisée Reclus, madre de sus tres primeras hijas (Magali, Jeannie y Anna). Clarisse era senegalesa, mestiza, según los cánones de la época, perteneciente a la etnia fulani, descendiente de un calvinista británico dedicado a la trata de negros. En diciembre de 1858, Elisée y Clarisse se unen en un acto civil, tras poner Elisée dos condiciones esenciales, que son transmitidas por Noémi a la futura compañera como condición sine qua non para la unión: nada de ceremonia religiosa y nada de bautizar a los hijos e hijas en caso de que se tengan.6

­Tras el exilio que vino después de su tiempo como comunera, Noémí Reclus unió sus días de forma definitiva a Elie y Elisée y participó en buena parte de los círculos revolucionarios y filosóficos que aglutinaron en torno suyo los hermanos
Crarisse Brian y su hija Magali
Clarisse Brian y su hija Magali

Hay quien ha visto un gesto político en la unión de Elisée Reclus con una mujer mestiza, si bien el espíritu de lo expresado en su correspondencia, enviada a su esposa desde los destinos más variados de sus viajes y exploraciones geográficas, revelan un sincero enamoramiento entre ambos cónyuges. Clarisse Reclus siempre llevó mal el clima francés, tan diferente al originario de Senegal. Finalmente falleció al dar a luz a su tercera hija, Anna, que tampoco sobrevivió. Fue madre de Magali y Jeannie, cuya unión libre con sus respectivas parejas, celebrada en el Hotel des Ambassadeurs de París el 14 de octubre de 1882, sin ceremonia civil ni religiosa, en presencia de apenas una decena de familiares, supuso un escándalo para la sociedad parisina de la época, pues se consideraba concubinato, y en la que Elisée y Elie pronunciaron un discurso que poco después la familia publicaría en forma de folleto y en el que se exponen las bases de este tipo de uniones libres, con hermosos pasajes sobre lo que debe ser y suponer la unión libre entre dos personas que se aman.

Fallecida Clarisse Brian, Elisée Reclus unió sus días a Fanny L´Herminez. La había conocido mucho antes, en 1852, cuando debido a su exilio tras el golpe de estado de Luis Bonaparte en Francia tuvo que residir en Londres en la pensión propiedad de Edouard L´Herminez y Gudule Eulalie Renard, ambos “propagandistas socialistas”. Este matrimonio tenía cuatro hijas, de las cuales la mayor era Rosalie Fanny L´Herminez, a quien llamaban Fanny. En el verano de 1869, tras la muerte en el febrero anterior de Clarisse, Elisée regresa a Londres invitado a dos sesiones del Consejo general de la AIT, y allí se reencuentra con Fanny, ahora convertida en maestra. Apenas un año después, el 26 de mayo de 1870, Elisée y Fanny celebran su unión libre en Vascoeuil (Alta Normandía), en presencia de familiares y amigos, entre quienes se encuentran el periodista anarquista Benoit Malon y su compañera, Léodile Champseix, la feminista revolucionaria compañera de Noémi Reclus de la que ya hablamos, cuyo seudónimo será André Leo.

Elisée y Elie pronunciaron un discurso que poco después la familia publicaría en forma de folleto y en el que se exponen las bases de este tipo de uniones libres, con hermosos pasajes sobre lo que debe ser y suponer la unión libre entre dos personas que se aman

Tras la experiencia de su primera unión con Clarisse, la opinión e ideas sobre el matrimonio había evolucionado en Elisée Reclus, hasta llegar al convencimiento de que el mismo “es una asociación que depende de la sola voluntad de los cónyuges, y puede ser disuelta, si ambos lo juzgan así necesario, bajo sus solas responsabilidades, no aportando la institución más que trabas o restricciones a esta libertad, que es el más alto grado la libertad de conciencia”.7

Fanny y Elisée vivieron los tiempos convulsos que estaban a punto de llegar, motivados por la guerra contra Prusia. Él se alistó como aeróstata en el batallón del Observatorio Aerostático fundado por el fotógrafo Félix Nadar, desarrollando el sistema de palomas mensajeras lanzadas desde los globos, que servían también para observar las posiciones enemigas que cercaban París. Durante el asedio, Elisée fue un simple guardia comunero, apresado por el ejército de Versalles, librándose de la ejecución por la influencia de personas muy significativas del momento, como Charles Darwin.

Fanny L´Herminez
Fanny L´Herminez

Durante su estancia en prisión, todavía en septiembre de 1871, su compañera Fanny vive junto a los hijos de Reclus en un domicilio del este de París. El editor Pierre Jules Hetzel la ayudó a sobrevivir pagándole 200 francos al mes en concepto de adelanto por una edición de Historia de la Montaña.8

Una vez libre Elisée y después de diversos viajes, la pareja se traslada junto a sus hijos a vivir a Lugano, en calidad de refugiados políticos, en el sureste de Suiza, apenas a unos kilómetros de Locarno, donde residen Mijail Bakunin y Carlo Cafiero, prodigándose las reuniones en el círculo amistoso y anarquista de los Reclus, en los que Fanny participa activamente. Con el tiempo. Elisée se convertiría en uno de los principales albaceas de los archivos de Bakunin.

La muerte sorprenderá a Fanny L´Herminez en su primer parto. En febrero de 1874 fallece de unas fiebres puerperales. El recién nacido tampoco sobrevive.

Las hermanas Reclus acuden junto a Elisée, pues temen que este se suicide. Admirador de su compañera por su inteligencia, Fanny había enseñado a los hijos de Reclus, Magali y Jeannie, a hablar un inglés perfecto, hasta el punto de que este ofrecerá a la editorial Hetzel la traducción de unos cuentos dravidianos realizados por las niñas, de 14 y 11 años, proyecto que la editorial rechaza (Brun y Ferretti). El día de la inhumación de Fanny, Elisée dijo en su discurso fúnebre: “Había durante apenas dos años gozado en Lugano de una deliciosa calma, sucediendo a un período tormentoso. El lugar del exilio había sido para ella menos duro que el de la patria”.9

Una de las más reconocidas compañeras de Elisée Reclus fue Caroline Ermance Gonini, a quien se uniría en Zúrich el 10 de octubre de 1875, en presencia de la familia de Elie. Reconocida botánica y científica, había protagonizado anteriores viajes de exploración con Elisée Reclus, hasta el punto de que este último hablaba de ella como su “bon compagnon”. Llamaba la atención como exploradora porque solía prescindir en su atuendo de las engorrosas enaguas que solían vestir las mujeres. Ambos estaban emparentados por parte de la madre de Elisée. A partir de su unión, durante media docena de años, Elisée viviría rodeado completamente por mujeres: su compañera Ermance, la madre y una hija adoptiva de esta y sus dos hijas naturales, Magali y Jeannie.

Ermance Trigant
Ermance Trigant

Ermance y Elisée realizarían varios viajes juntos, entre los que destaca el de 1893 por América del Sur. En 1895 la editorial Hachette publica Vacances chez le grand-pere, de Ermance Reclus, un libro de carácter infantil de carácter dulce y naturista, con ilustraciones de plantas e insectos, que recuerda el de Mi familia y otros animales, de Gerald Durrel (1956).

La pareja se traslada junto a sus hijos a vivir a Lugano, en calidad de refugiados políticos, en el sureste de Suiza. Con el tiempo. Elisée se convertiría en uno de los principales albaceas de los archivos de Bakunin

Ermance y Elisée debieron de separarse entre 1895 y 1900, cuando este último se une a Florence de Brouckère, viuda de un acaudalado burgués liberal de Bruselas, cuya familia dará importantes nombres a la política belga. Brouckére es reconocida por el mismo nombre que tiene el histórico hotel de Bruselas, en cuyo diseño se cree que participó Elisée. Florence acompaña a Elisée en su proyecto de realizar un enorme globo terráqueo para la Exposición Universal de París de 1900, de 127 metros de diámetro, que debería representar la unión fraternal de todas las naciones del mundo y que finalmente no se llegó a hacer. Elisée había visto un globo terráqueo similar en 1852, en la Exposición Mundial de Londres, durante su exilio y residencia en la pensión donde conoció a Fanny L´Herminez. Ahora, según se lee en algunas de su biografías y por testimonios de su hermano Elie, parecía reconocer en Florence, 20 años más joven que él, a quien fuera su segunda compañera, hasta el punto de que en vez de llamarla Florence la llamó siempre Fanny.

Florence Brouckère financió una escuela libre y subvencionó varios proyectos de Reclus, sobre todo los que tenían que ver con la enseñanza. Entre sus alumnas de aquellos tiempos estuvieron dos jóvenes llamadas Alexandra: una era la hija de Piotr Kropotkin, y la otra la reconocida orientalista, anarquista, feminista e infatigable viajera, Alexandra David-Neel, la primera mujer en visitar la ciudad de Lhasa, disfrazada como mendigo en compañía de un monje tibetano. Elisée Reclus redactó el prólogo de su libro de carácter anarquista Elogio de la vida, publicado en 1898 [en descarga aquí].

Anarquismo
Propuestas anarcofeministas en 'La Conquista del Pan' de Pedro Kropotkin
Kropotkin escribe desde una mirada androcéntrica. Con todo, ofrece análisis fundamentales que conectan con las propuestas actuales de algunas ramas del feminismo.

Tras la muerte de Elisée, en la casa de Tourhout y en presencia de Florence, el clan Reclus sepultó también la memoria de Florence Brouckère bajo una pesada chapa de plomo.10 Florence murió en la primavera de 1927, a la edad de 85 años. Nueve años antes, en abril de 1918, había muerto Ermance, a la edad de 92. Esta última reivindicó y fue siempre reconocida por muchas instituciones y círculos de la época como “la viuda de Elisée Reclus”.

Les Temps Nouveaux, 29-07-1905, necrológica de Jean Grave sobre Noémi Reclus
Les Temps Nouveaux, 29-07-1905, necrológica de Jean Grave sobre Noémi Reclus
Alexandra David-Neel fue la primera mujer en visitar la ciudad de Lhasa, disfrazada como mendigo en compañía de un monje tibetano

Noémi, Clarisse, Fanny, Ermance, Florence… ¿también Alexandra?..., todas ellas fueron Madame. Reclus, las grandes olvidadas que muchas biografías del gran geógrafo anarquista y hermano han situado a la sombra del clan, atribuyéndoles a veces un papel secundario, de madres cuidadoras de los hijos e hijas y pacientes ante sus ausencias, como Penélope ante la ausencia de Odiseo. Sin embargo, sus nombres se han abierto un camino propio en la Historia. Fueron mujeres inteligentes, decididas, que seguramente dejaron su impronta en la obra de los Reclus. Las obras de Elisée, como La Geografía Universal y El Hombre y La Tierra, de miles de páginas y años de trabajo, guardan seguramente las aportaciones de estas mujeres que, por las condiciones patriarcales de la época, no pudieron hacer valer públicamente su genialidad y dedicación a una utopía que, en ese momento, se creía al alcance de la mano. Nunca sabremos cuánto hay de ellas en esos maravillosos libros.

Plano del Cementerio de Ixelles
Plano del Cementerio de Ixelles. Editado por Comunne d´Ixelles, Bruselas

No muy lejos de donde murió Elisée Reclus, en Brujas, descansan también los restos de otro gran exiliado por las ideas de su época: Luis Vives, muerto en esa ciudad en 1540. Su esposa Margarita Valdaura, mucho más joven que él, le sobrevivió hasta 1552. Tras residir junto a ella en Londres y ser preceptor de las hijas de Enrique VIII, Luis y Margarita se exiliaron en Brujas, donde debido al achacoso estado del valenciano Margarita hubo de hacerse cargo de escribir sus textos al dictado, añadiendo correcciones y encargándose de que fueran dados a conocer. Tampoco sabemos cuánto hay de uno y de otra en los textos que nos han llegado hasta nuestros días, aunque sí conocemos, por las cartas que escribió Margarita hacia el final de los suyos a doña Mencía de Mendoza (Duquesa de Calabria, Marquesa de Zeñete, etc.) las penurias que la viuda de Vives pasó, muriendo pobre y olvidada por todos.

Como acontece con el entorno Reclus, sus nombres de mujer llaman con fuerza e insistencia a las puertas de la Historia.

Reclus portada
Uno de los pocos libros de Reclus que se pueden encontrar a dia de hoy publicados en España
Aclaración sobre una fotografía

La fotografía de Fanny L´Herminez, la segunda compañera de Elisée Reclus, con quien vivió los días de La Comuna y del exilio en Suiza, ha sido extraída de una página francesa sobre árboles genealógicos (www.geneanet.org), sin que hayamos podido constatar su autenticidad. No obstante, queremos creer que la imagen es la de la mismísima Fanny L´Herminez y suponer, de paso, que el autor de la fotografía fue Nadar, Gaspard Félix Tournachon (1820-1910), el gran fotógrafo de Francia ligado a La Comuna a quien debemos tantos retratos, caricaturas y dibujos. Sea como fuere, la fotografía bien podía ser la misma a la que hace referencia una carta escrita por Elisée Reclus a su amigo Nadar, nada más fallecer Fanny, desde su exilio en Lugano. La carta dice así:


A Nadar, Lugano, 24 de junio de 1874:

Queridísmo amigo:

Acabo de recibir la preciosa fotografía que me ha enviado: no sabría decirle cuánto me emocionó su testimonio de amistad. Para mí, que vivo más con los muertos que con los vivos, ese retrato es uno de los objetos más preciados, y a usted se lo debo. Comúnmente, cuando pienso en París, esa ciudad que se ha dejado vencer dos veces, experimento un sentimiento de repulsión, pero si allí volviera alguna vez, iría a estrecharle la mano para tener al menos una alegría. Usted y todos aquellos que son buenos y fuertes, constituyen la nación.

Le pido presente mis respetos a su señora y a su valiente Pablo.

Su amigo, Eliseo Reclus.

P.S. Sofocada por las lágrimas, la pobre madre me pide que agregue su agradecimiento al mío”.

[En Eliseo Reclus, Correspondencia, traducción de Horacio E. Roqué, p. 13]

NOTAS 

1 Le cimetière d'Ixelles, une ville miniature. https://issuu.com/ixelles-elsene/docs/cimeti_c3_a8re_broch_fr_20web

2 Correspondance d´Elisée Reclus, Tome premier. Schleicher Freres, p. 278, BNF.

3 Le feminisme en France, en Les Conférences. Paris, Maison de la Bonne Presse, 1912, p. 105, BNF.

4 Christophe Brun, Federico Ferretti. Elisee Reclus, une chronologie familiale 1796-2014. Chronologie d’Elis´ee Reclus. 2014, http://hal.archives-ouvertes.fr/

5 Ana Muiña, André Léo, del socialismo utópico a la Comuna de París. La Linterna Sorda, Madrid, 2021, p. 49.

6 Introducción en Reclus, Elisée, Lettres à Clarisse. Clasiques Garnier, Paris, 2018, pp. 11-16.

7 Eliseo Reclus, Correspondencia, de 1850 a 1995. Ediciones Imán. Buenos Aires, 1943, selección a cargo de Luce Fabbri, traducción del francés, de Horacio E. Roqué, p. 92.

8 Brun y Ferretti, artículo citado.

9 Eliseo Reclus, Correspondencia, 1850-1905, p. 129.

10 Jean-Didier Vincent, Élisée Reclus, Géographe, anarchiste, ecologiste. Éditions Robert Laffont, París, 2010.

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19/8/2022 10:21

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