Opinión
La elección negacionista y la derrota de la democracia en Chile

A 35 años del retorno a la democracia, al menos tres de los candidatos que estarán en la papeleta presidencial en las próximas elecciones guardan una estrecha relación con la dictadura.
Pinochet rodeado de los llamados Chicago Boys y gestores de los principales grupos económicos presentes en Chile.
Pinochet rodeado de los llamados Chicago Boys y gestores de los principales grupos económicos presentes en Chile.
11 sep 2025 06:00

“Ni siquiera los muertos estarán a salvo del enemigo, si éste vence”, señalaba Walter Benjamin. Lamentablemente, el escenario que domina los últimos meses previos a las elecciones de fin de año representa un inminente riesgo para los miles de muertos que la dictadura necesitó para desplegar con éxito la implementación de su proyecto histórico.

No se trata de una exageración, sino de la constatación de la realidad. Puede que el tema canse y parezca repetitivo, pero esta supuesta reiteración —que para algunos resulta abrumadora— sigue siendo insuficiente para ahuyentar las visiones negacionistas y reivindicativas de las políticas de terrorismo de Estado ejecutadas sistemáticamente durante 17 años a partir del 11 de septiembre de 1973.

A 35 años del retorno a la democracia, resulta llamativo —y preocupante— que al menos tres de los candidatos que estarán en la papeleta presidencial del próximo 16 de noviembre guarden una estrecha relación con la dictadura y, en consecuencia —porque no se puede desligar esta relación como se separan las piezas de un juguete—, con la impunidad de los crímenes cometidos durante ese periodo.

Kaiser: la reafirmación dictatorial

Quizás el caso más brutal e inescrupuloso lo representa Johannes Kaiser. El candidato del Partido Nacional Libertario, que hasta hace poco tiempo marcaba más de 15 puntos en las encuestas, es un acérrimo defensor de la dictadura. No solo ha señalado que estaría dispuesto a apoyar un nuevo golpe de Estado, sino que también ha expresado su deseo de proscribir al Partido Comunista (como ya ha ocurrido en repetidas ocasiones en la historia de Chile), donde milita Jeannette Jara, la abanderada presidencial única del oficialismo.

Pero el prontuario narrativo de Kaiser es aún más siniestro. En 2016 realizó un documental que reivindicaba la figura de Miguel Krassnoff, exbrigadier del Ejército de Chile condenado en numerosos casos de secuestro, tortura y desaparición de personas. Krassnoff es uno de los militares con más condenas en el país, acumulando más de 25 fallos ratificados por la Corte Suprema y sentencias que superan los mil años de presidio.

El candidato del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, que hasta hace poco tiempo marcaba más de 15 puntos en las encuestas, es un acérrimo defensor de la dictadura

Por si esto fuera poco, el candidato nacional libertario —que anteriormente militó en la UDI y en el Partido Republicano, una misma genealogía ideológica— ha señalado públicamente: “Estaban bien fusilados esa gente en Pisagua”, en referencia a las víctimas de crímenes de lesa humanidad que perecieron en uno de los campos de exterminio del norte de Chile. Una brutalidad e inhumanidad que no conoce límites.

Matthei y el pinochetismo: la falsa negación de sí misma

Evelyn Matthei, la abanderada de la supuesta derecha más moderada o liberal, no presenta precisamente un historial menos inicuo. Hace escasos meses, en una entrevista televisiva, señaló que el golpe de Estado “era necesario, si no, nos íbamos derechito a Cuba. No había otra alternativa”. Y agregó: “Yo lo que quiero señalar es que probablemente al principio, en 1973 y 1974, era bien inevitable que hubiese muertos, porque estábamos en una guerra civil”.

La guerra civil a la que hace alusión Matthei no es más que una burda defensa de  los crímenes de Estado perpetrados por aparatos militares y agentes policiales que los justifica como una respuesta al supuesto actuar insurgente de organizaciones sociales y actores civiles sin ninguna capacidad militar homologable a la del Ejército. Una tesis tan farsante como deshonesta, que pretende equiparar desvergonzadamente a víctimas y victimarios.

Es necesario recordar que, incluso antes de que Allende asumiera la presidencia, la derecha chilena, con el apoyo de Estados Unidos, ya estaba orquestando operaciones sediciosas de desestabilización contra el gobierno de la Unidad Popular, como el asesinato del general René Schneider o, años más tarde, el crimen contra el edecán Arturo Araya. La omisión absoluta de estos hechos —que tuvieron como víctimas a miembros de las Fuerzas Armadas— por parte de la hija del general de aviación y miembro de la Junta Militar, Fernando Matthei, solo da cuenta de un sesgo deliberado. Más grave aún es que la candidata Matthei califique como “inevitable” la muerte bajo torturas del general Alberto Bachelet —compañero de su padre en la FACH— ocurrida justamente en los años a los que ella hace referencia en sus declaraciones. Los años más cruentos de la maquinaria represiva de la dictadura.

Evelyn Matthei, la abanderada de la supuesta derecha más moderada, señaló que el golpe de Estado “era necesario, si no, nos íbamos derechito a Cuba. No había otra alternativa”

Es cierto que Matthei ha pedido disculpas recientemente por el daño que pudieron causar sus palabras. Sin embargo, se trata de un arrepentimiento interesado y poco creíble, que surge ante la necesidad de buscar apoyos en el centro político, dado que su candidatura se encuentra en tercer lugar y sin el impulso suficiente para pasar a segunda vuelta. Cabe agregar que la UDI, el partido que representa la candidata, aún incluye en su declaración de principios una alusión al bombardeo de La Moneda, donde lo califica como una “acción liberadora” que “salvó al país de la inminente amenaza de un totalitarismo irreversible”.

Esto en lo relativo a lo más reciente; porque no podemos olvidar que, a fines de la década de 1990, Matthei se movilizó públicamente contra la detención de Pinochet en Londres. Como senadora recién asumida, fue protagonista de protestas frente a las embajadas del Reino Unido y de España en Santiago, exigiendo la liberación del dictador. Incluso llamó a un “repudio activo”, a boicotear a estos dos países e incitó a “lanzar un huevo o un tomate” contra miembros de las embajadas. Más adelante, justificó su actuar como una defensa de la soberanía nacional. Difícil de creer al ver las imágenes en que se abraza cariñosamente con Pinochet a su regreso a Chile: un Pinochet sano, impune, tan farsante como el discurso de la candidata en materia de memoria y derechos humanos.

Kast: el heredero de Paine

El tercer y último caso corresponde a quien encabeza todas las encuestas, tanto en primera vuelta como en un eventual balotaje: José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, un personaje cuya familia colaboró estrechamente con la dictadura.

José Antonio es hijo de un miembro del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán que llegó a Chile tras la derrota de las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial. La familia Kast se asentó en Paine, donde cooperó con la feroz represión sufrida por los campesinos de la comuna una vez iniciada la dictadura. Tanto Michael, el padre del clan familiar, como Christian, uno de sus hijos, estuvieron implicados en detenciones que culminaron con desapariciones forzadas. Michael murió en calidad de imputado por la justicia, mientras que Christian no fue procesado porque al momento de los crímenes era menor de edad.

José Antonio Kast es hijo de un miembro del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Señaló que “el 11 de septiembre de 1973 se hizo lo que se tenía que hacer”

Paine es la comuna en Chile con mayor cantidad de desaparecidos y ejecutados de la dictadura en proporción a su población. Los asesinatos ocurridos allí evidencian la complicidad entre uniformados y civiles en la planificación y ejecución de violaciones a los derechos humanos. Un acto de venganza del latifundismo local contra los campesinos beneficiados por la reforma agraria. El periodista Javier Rebolledo aborda en profundidad este caso en su libro A la sombra de los cuervos.

Resulta alarmante que, habiendo crecido en esta comuna y conociendo dicha historia, José Antonio Kast haya señalado que “el 11 de septiembre de 1973 se hizo lo que se tenía que hacer”, y que años atrás se haya reunido con Miguel Krassnoff, de quien afirmó “no creer todas las cosas que se dicen de él”, negando así la verdad establecida por fallos judiciales. El candidato del Partido Republicano incluso comentó, en su primera aventura presidencial, que si Pinochet estuviera vivo “votaría por él” y que tomarían un té juntos.

A todo lo anterior se suma el rol de Miguel Kast, fallecido hermano del actual candidato, quien fue ministro del Trabajo durante la dictadura y artífice de las reformas laborales y de pensiones que consolidaron un sistema carente de derechos sociales. Pero eso es materia de otro análisis.

La disputa electoral y el campo de la memoria

Como bien señala Elizabeth Jelin, la memoria no es un archivo neutro, sino un campo de luchas políticas y simbólicas donde actores disputan significados sobre el pasado reciente. Se trata de un proceso activo atravesado por relaciones de poder y conflictos.

El actual escenario electoral arroja un marco en que la suma de los tres candidatos analizados supera el 50% de la intención de voto. El negacionismo, la relativización o —peor aún— la legitimación de las violaciones a los derechos humanos constituye actualmente un riesgo tan real como peligroso para el funcionamiento de la democracia.

Hannah Arendt, sostenía que el mayor mal no es perpetrado por fanáticos, sino por personas comunes que aceptan las premisas de su tiempo. Resulta preocupante —y desolador— que existan potenciales presidentes que, teniendo la oportunidad de juzgar en retrospectiva lo ocurrido, con todos los antecedentes y evidencias históricas a la vista, sigan aceptando y sosteniendo las mismas premisas que permitieron las peores atrocidades del periodo más oscuro de la historia de Chile.

“Estaban bien fusilados”, comenta Kaiser.
“Se hizo lo que se tenía que hacer”, indica Kast.
“Era necesario”, dice Matthei.
“Ni siquiera los muertos estarán a salvo del enemigo, si éste vence”, advirtió Benjamin.

Chile
Jeannette Jara: la primera comunista que liderará la izquierda chilena
En las primarias de las elecciones chilenas ganó Jeannete Jara por el Partido Comunista con más del 60% de los votos.
Chile
Daniel Jadue: “4,8 millones han creído en una Constitución que es la que la mayoría del pueblo chileno quiere”
El exalcalde de la localidad chilena de Recoleta se encuentra actualmente en arresto domiciliario por un contencioso con las farmacéuticas. Desde su Ayuntamiento puso en marcha una experiencia pionera: las farmacias populares.
Chile
Las izquierdas españolas y la “vía chilena al golpe de Estado”
La vía chilena al socialismo —y “al golpe de Estado”, tal como ironizó Vázquez Montalbán— se convirtió en un espejo de las izquierdas españolas para desarrollar sus propias estrategias.
Chile
A cinco años del estallido social en Chile: ¿transformación o desencanto?
Muchas demandas clave como salud, pensiones y justicia social siguen sin resolverse. La sensación de estancamiento y la falta de avances concretos generan frustración.
Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...
Cargando portadilla...
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...