Análisis
Conspiraciones

La reunión secreta entre políticos de Alternativa para Alemania (AfD) y la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y empresarios del pasado noviembre, para escuchar al portavoz del Movimiento Identitario austriaco exponer su plan para la deportación masiva de personas migrantes, recuerda al encuentro del 20 de febrero de 1933 entre Hitler y los principales industriales alemanes.
Carteles AfD
Islamofobia y racismo en los carteles electorales de la AfD: "¿Islam? No encaja en nuestra cocina" y "¿Nuevos alemanes? Los hacemos nosotros mismos"

Una reunión secreta entre hombres importantes –casi nunca hay mujeres entre los participantes– en un lugar discreto, protegido de las miradas por pesados cortinajes, puertas de madera noble y jardines cuidados. Las caras de participantes cambian, también lo hacen sus planes y, por supuesto, la ropa que visten y la decoración que los rodea, pero el escenario siempre se repite. Un reportaje de Correctiv ha arrastrado a los protagonistas de una de estas reuniones a la luz pública y causado un seísmo político en Alemania. Políticos de Alternativa para Alemania (AfD) y la Unión Demócrata Cristiana (CDU), juristas y empresarios se dieron cita secretamente el pasado 25 de noviembre en el exclusivo hotel Landhaus Adlon de Potsdam. El motivo de la reunión es una conferencia de Martin Sellner, portavoz del Movimiento Identitario de Austria, para cuya asistencia se pidió a los “patriotas” interesados desembolsar unos 5.000 euros a una “cuenta bancaria neutral” en concepto de donación. El objeto de la conferencia es un plan maestro de deportación masiva con el nombre de “reemigración”.

Según expuso el ultraderechista austriaco Martin Sellner, la derecha está dividida en torno a las medidas adoptadas por la pandemia, el conflicto en Ucrania y en Israel, pero coincide en su rechazo a la inmigración

Como expone a los asistentes Sellner —a pesar de sus 35 años, un viejo conocido de la ultraderecha austríaca—, la derecha está dividida en torno a las medidas adoptadas por la pandemia, el conflicto en Ucrania y en Israel, pero coincide en su rechazo a la inmigración o, en palabras del orador, “si, como pueblo en Occidente, sobreviviremos o no”. El objetivo de dicho plan –“un proyecto de décadas”, en palabras de Sellner– no se limita a los solicitantes asilo, sino que se extiende a extranjeros con derecho de residencia en el país y a los “ciudadanos no asimilados”, una categoría que incluiría a ciudadanos alemanes. Después de su conferencia, la diputada de AfD Gerrit Huy sugiere privarlos de su nacionalidad antes de expulsarlos. El portavoz del grupo parlamentario de AfD en la cámara de Sajonia-Anhalt, Ulrich Siegmund, se muestra más cauto y propone hacer que sea “los más poco atractivo posible” para los extranjeros vivir allí donde la ultraderecha gobierne, presionar a los negocios de hostelería regidos por extranjeros hasta que se vean obligados a irse.

La noticia de la reunión ha sido el detonante de las recientes manifestaciones multitudinarias en Alemania contra AfD (que han salpicado, aunque ni mucho menos dañado, a la CDU). También en la vecina Austria, donde el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) lidera las encuestas de intención de voto para las elecciones generales de este otoño. Aunque se ha aireado la propuesta de ilegalizar AfD, incluso los defensores de esta iniciativa se ven obligados a reconocer que la medida puede ser difícil de llevar a cabo e incluso contraproducente, pues ¿cómo ilegalizar a un partido con unos porcentajes de intención de voto de en torno al 20% a nivel federal e incluso superiores en algunos de los estados federados de la antigua República Democrática Alemana (RDA)? Las propias manifestaciones en las calles pueden proporcionar una imagen engañosa de rechazo. “Comparto el sentimiento y la indignación contra los despreciables organizadores neonazis de aquel encuentro”, escribía hace unos días el analista Wolfgang Münchau en The New Statesman, “pero dudo que estas manifestaciones tengan mucho efecto: ¿Os acordáis de la marcha de un millón de personas en Londres contra el Brexit? Las manifestaciones contra el Brexit son una advertencia de que las batallas políticas se ganan en las urnas.”

La reunión del 20 de febrero de 1933

La reunión destapada por Correctiv en Brandeburgo ha dado pie en la prensa y en las redes sociales a comparaciones con la llamada Conferencia de Wannsee del 20 de enero de 1942, en la que un grupo de altos funcionarios del régimen nazi se reunió en un palacete a las afueras de Berlín para aprobar, en el mayor de los secretos, un plan sistemático para el genocidio de la población judía en Europa (“solución final”) y garantizar la necesaria coordinación entre departamentos gubernamentales con ese fin. El papel del empresario Hans-Christian Limmer –a la sazón gerente de la cadena de hamburgueserías ‘Hans im Glück’–, uno de los principales facilitadores de la reunión de noviembre de 2023, invita a retroceder un poco más en el calendario para buscar otro paralelismo más adecuado, porque lleva la investigación histórica a uno de los actores no solamente clave, sino imprescindibles, del ascenso de la ultraderecha y que rara vez sale a la luz pública: el del que la financia.

El 20 de febrero de 1933 se dieron cita en el Palacio del Presidente del Reichstag, bajo los auspicios de quien era titular del cargo, Hermann Göring, un grupo de influyentes empresarios, convocados por el entonces expresidente del Reichsbank Hjalmar Schacht. Entre ellos se encontraban Gustav Krupp, presidente del consejo ejecutivo de la todopoderosa Federación Alemana de Industria; August Rostberg, director general de Wintershall; Georg von Schnitzler, miembro del consejo ejecutivo de I.G. Farben; Wolf-Dietrich von Witzleben, director del despacho de Carl Friedrich von Siemens; Kurt Schmitt, presidente del consejo ejecutivo de Allianz; Fritz von Opel, miembro del consejo ejecutivo de Opel; Günther Quandt, miembro de la influyente familia Quandt, con intereses sobre todo en la industria armamentística; o Friedrich Flick, magnate con intereses en la minería, la industria y la defensa. Se trataba del “nirvana de la industria y las finanzas”, hombres “duchos en reuniones” que “acumulaban consejos de administración o de supervisión, todos pertenecientes a alguna asociación patronal”, y que se comportan “pausada, sensatamente, mientras el diablo pasa detrás mismo de ellos, de puntillas”, como bien describe Éric Vuillard en El orden del día (2018). El motivo de la cita era asegurar una victoria del Partido Nacional-Socialista Obrero Alemán (NSDAP) en las inminentes elecciones del 5 de marzo de 1933, para la que los nazis necesitaban fondos con los que financiar su campaña.

Análisis
Análisis ¿Qué está pasando en Alemania? La izquierda alemana, la organización desde abajo y las garras del Estado
Tercera y última parte de la serie de tres artículos sobre lo que pasa en Alemania desde el 7 de octubre. La última pregunta a la que trata de responder su autora es '¿qué pasa en la izquierda alemana?'.

Conviene recordar que no se trataba de la primera vez: la compra del Palacio Barlow de Múnich, donde el NSDAP instaló su sede, se sufragó con donaciones de empresarios, y el acuerdo entre Franz von Papen y Hitler para que este último se hiciese con la cancillería se fraguó en la casa de un banquero, Kurt Freiherr von Schröder, en Colonia, con la mediación una vez más de Schacht. Ya en 1926, y apenas un año después de salir de la cárcel, Hitler retomó los contactos que había hecho con representantes de la gran industria alemana, para quienes dio conferencias durante los años siguientes. En un discurso en Düsseldorf de 1932 al que asistió la flor y nata del empresariado alemán, Hitler, en palabras del historiador Georg Hallgarten, “evitó patéticamente cualquier referencia a la palabra ‘socialismo’ y habló solo fugazmente del racismo y el antisemitismo: tal vez los empresarios tuvieran que andar de uno u otro modo con cautela respecto de judíos que controlaban su credibilidad financiera [internacional]”, y “su opinión tolerante hacia ellos sólo habría de cambiar, cuando cambió, con la ‘arianización’ emprendida por el III Reich”. Como observó Carl von Ossietzky en Die Weltbühne, el magnate de los medios de comunicación Alfred Hugenberg no quería “dejar libre a su golem, Hitler”, y, “cuando ya no lo necesite más, le cortará el grifo de la financiación y el movimiento nacionalsocialista desaparecerá tan misteriosamente como estos últimos dos años misteriosamente ha crecido.”

Gracias a los fondos financieros de los “capitanes de industria” alemanes, a una campaña electoral marcada por la violencia política en las calles el partido nazi se impuso en los comicios con un 43’9% de los votos

Los “capitanes de industria” quedaron convencidos por los nazis y sus patrocinadores financieros y desembolsaron tres millones de marcos para el NSDAP y el Frente de Combate Negro-Blanco-Rojo –la coalición entre el Partido Popular Nacional Alemán (DNVP) y Stahlhelm (la organización que agrupaba a la mayoría de veteranos de la Primera Guerra Mundial de ideología nacionalista)–, de los cuales el 75% fue a parar directamente a las arcas del partido nazi. Gracias a los fondos y una campaña electoral marcada por la violencia política en las calles, donde la policía patrullaba codo con codo con hombres de las SS, y la represión institucional del gobierno del canciller Adolf Hitler –se prohibieron las contramanifestaciones y la publicación de la prensa socialdemócrata y comunista, y se detuvo a decenas de dirigentes comunistas (incluyendo al secretario general del Partido Comunista de Alemania, Ernst Thälmann), militantes anarquistas y periodistas críticos–, el NSDAP se impuso en los comicios con un 43’9% de los votos.

Algunos de aquellos “capitanes de industria” fueron juzgados en Núremberg y los llamados juicios subsiguientes. El fiscal estadounidense, Robert H. Jackson, dijo famosamente de Hjalmar Schacht que “su superioridad [intelectual] respecto a la mediocridad del común de los nazis no es su excusa; es su condena”. El industrial Gustav Krupp no pudo ser juzgado debido a su avanzado estado de edad y su manifiesta senilidad, aunque no se le retiraron los cargos que se le imputaban. Friedrich Flick fue condenado a siete años de prisión y, aunque cumplió íntegramente su pena, su fortuna quedó intacta y fue durante muchos años uno de los hombres más ricos de Alemania occidental, llegando incluso a recibir la Orden del Mérito de la República Federal en 1963. Los 23 procesados en el juicio contra IG Farben fueron condenados a penas de prisión de uno a ocho años de cárcel, que no siempre cumplieron de manera íntegra. Las duras condenas de prisión impuestas a doce directivos de Krupp –incluyendo a su presidente desde 1943, Alfried Krupp von Bohlen y Halbach–, fueron reducidas entre 1951 y 1952 por el alto comisario de EEUU para la RFA, John J. McCloy, como parte de la necesidad de restaurar la capacidad industrial de Alemania occidental frente a una emergente Unión Soviética, incluso si la maniobra suponía una clara violación del apartado B.12 del Acuerdo de Potsdam de 1945, según el cual “en el plazo más breve posible la vida económica alemana ha de descentralizarse con el objetivo de destruir la desproporcionada concentración existente del poder económico, representada especialmente por los carteles, corporaciones, trusts y otras asociaciones monopolistas”.

Conspiraciones y teorías de la conspiración

De acuerdo con Byung-Chul Han en La crisis de la narración (2023), el relato proporciona a una sociedad orden, sentido e identidad. En sociedades deshistorizadas cuyas identidades están en un claro avanzado estado de desintegración frente a los cambios sociales y económicos, esa función la proporcionan los discursos populistas, nacionalistas, étnicos y, también, las teorías de la conspiración, señala el filósofo surcoreano. Las teorías de la conspiración sirven para ordenar, dar forma y sentido –por equivocado que éste sea– al tsunami informativo que vivimos a diario, son, por así decir, una forma de anclaje narrativo, de ahí que incluso las teorías de la conspiración más disparatadas –desde el terraplanismo hasta Qanon, por mencionar aquí solamente a dos de las más conocidas– encuentren adeptos.

Por citar al escritor estadounidense Don DeLillo en Libra (1988), “desde fuera asumimos que una conspiración es el perfecto esquema de trabajo”. “Una conspiración”, continúa DeLillo, “es todo lo que no es la vida ordinaria: es el juego para quienes saben de qué va la cosa, frío, seguro, sin distracciones, permanentemente vetado para nosotros, los imperfectos, los inocentes, intentando dar algún sentido a los envites diarios”. Los conspiradores “tienen una lógica y una audacia más allá de nuestra comprensión”, y todas las conspiraciones, “la misma historia tensa de hombres que encuentran la coherencia en algún tipo de acto criminal.”

Estados Unidos
La conspiranoia QAnon como negocio político de la intoxicación trumpista

QAnon no es una organización o una estructura fija, sino una idea, un culto, un movimiento difuso formado en internet. Entre la administración de Trump abundan sus seguidores y simpatizantes y este movimiento conspiranoico cada vez está más presente en la política y el mundo real.

El problema con las teorías de la conspiración –y, por extensión, y de manera aún más preocupante si cabe con las críticas al uso a las teorías de la conspiración– es que amenazan con eclipsar que las conspiraciones, efectivamente, existen. Casi siempre son más banales y más imperfectas de lo que la imaginación febril del público puede llegar a idear. Los encuentros de noviembre de 2023 o febrero de 1933 en Alemania son dos buenos ejemplos. La ironía soterrada en todos estos casos es que quienes más se afanan por denunciar conspiraciones desde las tribunas oficiosas y cargos de poder –desde los protocolos de los sabios de Sión hasta las “agendas globalistas” pasando por alambicadas “tramas rusas” y otras fabulaciones más esotéricas– son quienes, a la hora de la verdad, forman parte de una.

“No pensemos que todo esto pertenece a un lejano pasado”, advierte Vuillard. “No son monstruos antediluvianos, criaturas lastimosamente desaparecidas en los años cincuenta, bajo la miseria pintada por Rossellini, transportadas a las ruinas de Berlín”, prosigue. “Esos nombres siguen existiendo, poseen inmensas fortunas, sus sociedades se han fusionado en alguna ocasión y forman todopoderosos conglomerados”, recuerda el escritor francés. Con otras intenciones, empresarios de todo pelaje siguen reuniéndose en secreto y creando todo tipo de sociedades pantalla –think tanks, fundaciones, empresas de astroturfing y en ocasiones hasta medios de comunicación– para influir en el proceso de toma de decisiones de la política –cuando no la financian directamente a través de donaciones, se sobreentiende–. Una actividad que conocemos por los medios de comunicación como lobbying y para la que existe en español el venerable término de cabildeo. Solamente en Bruselas existen unos 25.000 lobistas, la mayoría de ellos pertenecientes al sector privado. Su objetivo es, como es sabido, influir en los diputados del Parlamento Europeo para conseguir marcos legales favorables a los intereses comerciales de quienes han contratado sus mefistotélicas artes de seducción. Su primer mandamiento es minimizar en todo lo posible cualquier interferencia democrática en el derecho despótico que las grandes empresas mantienen sobre sus trabajadores. Y, por descontado, las más de las veces estos hombres se reúnen en aquel lugar discreto, protegido de las miradas por pesados cortinajes, puertas de madera noble y jardines cuidados. Cambian las modas, pero el escenario se repite.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Unión Europea
Unión Europea ReArm Europe tropieza en los parlamentos de Países Bajos y Alemania
La CDU de Merz ha maniobrado para aprobar el plan ReArm Europe antes de la constitución de las nuevas cortes, a sabiendas de que la negativa de La Izquierda y de AFD supondría un varapalo importante para el proyecto de la Comisión Europea.
Opinión
Opinión El evitable ascenso de Alternativa por Alemania
El mejor cordón sanitario a la extrema derecha es combatir las causas que han generado su ascensión, que sus ideas y propuestas no se apliquen de forma interpuesta por los partidos de la gran coalición que presumiblemente gobernara Alemania.
Análisis
Análisis Alemania: victoria sin entusiasmo de la CDU y retorno de La Izquierda
Los conservadores optan a gobernar con el SPD en coalición. AfD obtiene un resultado histórico que le convierte en amenaza para el futuro de Alemania. La Izquierda se desempeña bien en las elecciones tras una campaña tácticamente inteligente.
Energía
Gran apagón Apagones, energías renovables y estabilidad del sistema eléctrico: tareas pendientes y visos de futuro
Es posible avanzar en la penetración de las renovables, al menos hasta cierto punto, sin perder seguridad en el sistema energético. Este debe modernizarse, descentralizarse y estar planificado por el Estado, opina un experto.
Ley Trans
Ley trans El Constitucional enfrenta el recurso del PP a la ley trans, los colectivos piden evitar la senda antiderechos
El Alto Tribunal deliberó por primera vez sobre este recurso sin llegar aún a ninguna decisión. Plataforma Trans pide que no se sume a la carrera de odio contra las personas trans y avale la norma.
There Is Alternative
There Is Alternative There Is Alternative #2: de supermercados, las cosas del comer y todo lo que no sea Juan Roig
Segundo episodio del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de los supermercados, las grandes superficies y sus alternativas cooperativistas.
Laboral
1º de Mayo Inmigración y sindicatos: derechos universales o derrota colectiva
Los líderes sindicales no pueden ofrecer soluciones realistas para la situación de las personas migrantes, porque parecen asumir la vieja tesis de que la inmigración perjudica a la clase trabajadora en su conjunto.
Cómic
Fabien Toulmé “Hablar de trabajo es menos sexy que hablar de amor o de guerra”
En su libro ‘Trabajar y vivir’, el autor francés recorre distintas realidades reflejando cómo las personas se relacionan con ese mandato ineludible de hacerse con un empleo para sostenerse económicamente.
1 de mayo
1 de mayo Primero de Mayo: contra el militarismo y por la paz universal
Europa reaviva su deriva militarista. Como en 1914, el movimiento obrero se enfrenta al dilema de sumarse al consenso bélico o alzar la voz por la paz.
Empresas recuperadas
Natalia Bauni “En este primer año del Gobierno de Javier Milei casi no hubo empresas recuperadas”
Natalia Bauni es coordinadora del Observatorio Social sobre Empresas Recuperadas y Autogestionadas del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Eléctricas
Oligopolio eléctrico Sánchez no admite responsabilidades en el apagón mientras sus socios piden nacionalizar la red eléctrica
El presidente del Gobierno señala a los “operadores privados”, entre ellos Red Eléctrica, cuyos últimos dos presidentes vienen del PSOE y cuyo principal accionista es el Estado, con el 20%, seguido por el 5% de Amancio Ortega.
València
València El tejido social presenta su propuesta de reconstrucción tras la dana
Los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción y las asociaciones de víctimas definen los presupuestos de Mazón y Vox como una declaración de guerra.
Más noticias
Galicia
Galicia La Xunta aprobó la celulosa de Altri argumentando que su chimenea de 75 metros sería “icónica”
El Informe de Patrimonio Cultural, favorable a la multinacional, se emitió en base a dos encargos externos, contratados y pagados por la empresa al ex presidente y al actual tesorero de Icomos-España.
Opinión
Opinión Provoquemos la próxima interrupción
Lo que nos resta es gobernar el apagón que habrá de venir, ser la causa colectiva de las próximas interrupciones, aquellas que lleven al fin de este mundo desbocado y sin sentido.
Energía
Energía El gran apagón de abril | El suministro de energía se recupera al 99%
Pedro Sánchez explica que se produjo una “pérdida” del 60% de la electricidad a las 12:33h: “15 gigavatios se han perdido súbitamente del sistema en apenas 5 segundos. Aproximadamente el 60% del sistema eléctrico”.

Recomendadas

Eléctricas
Sistémica eléctrico Del lobby nuclear a la burbuja de las renovables: comienza la pugna por encontrar al culpable del apagón
Un crecimiento desmedido de las renovables guiado por intereses corporativos y una red eléctrica que no ha sido actualizada a la nueva realidad energética son algunas de las causas señaladas del apagón del 28 de abril.
Empresas recuperadas
Natalia Bauni “En este primer año del Gobierno de Javier Milei casi no hubo empresas recuperadas”
Natalia Bauni es coordinadora del Observatorio Social sobre Empresas Recuperadas y Autogestionadas del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Senegal
Migraciones El mito de la migración ordenada: la denegación de visados por el Consulado de España en Dakar
Maltrato institucional. Estas dos palabras son las más escuchadas cuando se pregunta a personas descontentas con el Consulado de España en Dakar. Cada vez más personas denuncian denegación de visados que no consideran justificados.