Abusos a la infancia
Cuatro de cada diez personas han sufrido violencia física durante la infancia

“Hoy rompemos un silencio. No el de la ignorancia sino el que se instala cuando lo inaceptable se vuelve costumbre. Durante años la violencia contra la infancia se ha tratado como un asunto privado, como algo que ocurre puertas adentro, como si fuera una historia particular y no dijera nada sobre la sociedad que lo hace posible. Este estudio, precisamente, lo que hace es desarmar esa ficción y atravesar esa frontera”. La Ministra de Infancia, Sira Rego, ha presentado este jueves 9 de octubre el Informe de Prevalencia de la Violencia contra la Infancia y la Adolescencia, el primero desde 1994, la última vez que se realizó un estudio de estas características. Dicho análisis, realizado a través de una macroencuesta que ha contado con 9.000 respuestas, indica que casi la mitad de las personas encuestadas ha sufrido violencia psicológica durante la infancia, cuatro de cada diez física y casi tres de cada diez, sexual.
“Son cifras sí, pero también respiraciones entrecortadas, miradas que esquivan por costumbre una memoria que nunca descansa. Detrás de cada número hay una experiencia viva, una niña a la que se le hizo creer que el amor duele, un chico que aprendió a pedir perdón antes de entender por qué, una adolescente que aprendió a callar para ser aceptada. Este estudio nos da una oportunidad histórica para romper ese pacto de silencio”, ha expresado Rego, en un emotivo discurso que ha puesto fin a la presentación del informe.
Tal y como ha explicado el autor del informe, Miguel de la Fuente, director general de Demométrica en Sigma Dos, a la encuesta han respondido personas de entre 18 y 30 años y, por tanto, se basa en el recuerdo de lo vivido durante la infancia. El motivo para usar esta técnica, y no haber pasado esta encuesta por los colegios, es que en estas instituciones se necesitaría la autorización de las familias para responder el cuestionario. “El medio escolar puede ser un sesgo porque necesitamos el consentimiento de padres y madres”, ha explicado.
El estudio demuestra que las personas que más sufren violencia durante la infancia o la adolescencia son las niñas y mujeres adolescentes, las personas LGTBIQ+, las personas migrantes o aquellas con algún grado de discapacidad
El estudio, que recoge seis tipos de violencia a saber psicológica y/o emocional, física, sexual, por la pareja, por negligencia y digital, demuestra que las personas que más sufren violencia durante la infancia o la adolescencia son las niñas y mujeres adolescentes, las personas LGTBIQ+, las personas migrantes, quienes cuentan con un nivel de estudios inferior a los universitarios, o aquellas que cuentan con algún grado discapacidad, “fruto de un sistema que sigue jerarquizando la vida de las personas”, ha valorado Rego.
Los datos principales
Entrando en detalle en los datos que ofrece el informe, se puede ver que la violencia psicológica es la que mayor prevalencia presenta: un 48,1% de las personas encuestadas la ha sufrido, siendo los progenitores los principales perpetradores. Del total de personas víctimas de este tipo de violencia, un 22,5% ha continuado sufriéndola en la edad adulta.
Tras esta se encontraría la violencia física, con una prevalencia del 40,5%. De nuevo, son los progenitores los principales perpetradores, seguidos de compañeros y compañeras del entorno familiar y escolar.
Un 28,9% de las personas encuestadas asegura haber sufrido violencia sexual y una de cada diez ha continuado sufriéndola en la edad adulta
De otro lado, un 28,9% de las personas encuestadas asegura haber sufrido violencia sexual y una de cada diez ha continuado sufriéndola en la edad adulta. Un 5,3% ha sufrido esta violencia durante sus primeros años de vida. En este caso, los principales perpetradores de esta violencia son las parejas (32,3%), desconocidos adultos (25,6%) y amigos y amigas (21%). En el 13% de casos el perpetrador de la violencia ha sido el padre.
Seguidamente, irían la violencia digital, sufrida por un 24,9% de las personas entrevistadas. Según el estudio, una de cada diez ha continuado sufriéndola durante la etapa adulta. En este caso, los principales perpetradores son las parejas (27,9%), desconocidos adultos (26,3%) y menores de edad (23,9%). Tras esto estaría la violencia en el ámbito de la pareja, que la han sufrido un 25,7%, con una repetición del 13,3% en la edad adulta.
Un mandato de la LOPIVI
Durante la presentación del estudio, la directora General de Derechos de la Infancia y Adolescencia, Sandra de Garmendia ha indicado que la intención es poner luz sobre “un tema invisible”, siguiendo el mandato de la Ley de Protección Integral a la Infancia y a la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI). “Desde 1994 no se cuenta con un estudio propio de estas características. Era urgente que desde el gobierno nos pusiéramos a estas tarea”, ha contado.
En palabras de De Garmendia, el objetivo pues es seguir avanzando en la generación de conocimiento sobre las violencias, tal y como se refleja también en la Estrategia estatal para la erradicación de las violencias contra la infancia, aprobada en 2022. En este contexto, desde el ministerio se están ultimando dos registros. Por un lado, el Registro Unificado de Servicios Sociales sobre Violencia contra la Infancia (RUSSVI) en colaboración con las comunidades autónomas. Un registro que ahora se centra en el ámbito doméstico “pero, como indica este informe vemos que no solo se dan en él”, ha indicado la directora general. Además, ha avanzado que se está ultimando un registro central que apela a los distintos ministerios.
“Detrás de los datos hay personas y hay que diseñar mejores políticas públicas para ellas. Para que dejen de ser un asunto privado y pasen a ser un asunto de toda la sociedad”, ha expresado Sandra de Garmendia
“Necesitamos mejores perfiles de las víctimas, agresores, y que medidas se ponen en marcha por parte de todas las administraciones públicas. Detrás de los datos hay personas y hay que diseñar mejores políticas públicas para ellas. Para que dejen de ser un asunto privado y pasen a ser un asunto de toda la sociedad”, ha concluido.
En este sentido, desde el ministerio de Infancia se plantea una reforma de la LOPIVI con el objetivo, en palabras de Rego, es garantizar el derecho a la infancia de ser escuchada. En esta reforma se incluyen mecanismos de detección temprana, la colaboración interinstitucional y el acompañamiento a víctimas y sus familias. El objetivo, según la ministra es que esta ley se convierta en “una herramienta para avanzar” y crear un sociedad “donde cuidar no sea un gesto individual sino una responsabilidad compartida”. “Queremos que la infancia no vuelva a ser el primer lugar donde se aprende el miedo, sino donde se aprende la dignidad”, ha concluido la ministra durante la presentación del informe.
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