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Violencia machista
Feminicidios fuera de la pareja: 13 mujeres asesinadas, todas por personas conocidas
Un total de 13 mujeres han sido asesinadas por ser mujer fuera del ámbito de la pareja o expareja en el primer semestre de este año. De estos 13 casos, ocho han sido feminicidios familiares, lo que representa el 61,5% del total de los feminicidios. En cinco de los casos el agresor era descendiente (62,5% de los familiares), tratándose en cuatro de los hijos y en uno de un nieto.
Además, se han contabilizado tres feminicidios sexuales, lo que supone un 23,1%. En los tres casos, las víctimas ejercían la prostitución. A diferencia del primer semestre del año 2022 donde hubo dos casos de feminicidios sexuales y ambas víctimas tenían 14 años, en este primer semestre del 2023 los tres casos tenían edades comprendidas entre los 41 y 50 años
Por último, dos han sido feminicidios sociales, lo que representan el 15,4% del total de los feminicidios. Los presuntos agresores eran un conocido de la víctima (hijo de su amiga ) y el otro era un compañero de piso. Es decir, en la totalidad de los 13 casos contabilizados los asesinos eran personas conocidas por las víctimas.
En cuanto a menores asesinados por violencia contra las mujeres, la estadística indica que hay un menor asesinado por violencia contra su madre ejercida por la pareja de esta en el primer semestre. También se contabiliza un menor asesinado por violencia contra su madre fuera de la pareja, quien fue asesinado junto a su madre por su tío.
Violencia machista
Feminicidios fuera de la pareja en 2022: todos los asesinos eran conocidos de la víctima
De los 13 agresores, cuatro (30,7%) eran hijos, uno (7,6%), nieto, uno era el hermano, otro un sobrino y otro un sobrino nieto cada uno de ellos representa un 7,6% del total. En cuanto a asesinos sin relación familiar, en un caso (el 7,6%) se trataba de un compañero de piso y en cuatro casos (14,7%) de otros conocidos. Por lo tanto, en el primer semestre del año anterior los agresores más numerosos fueron los hijos con un 36,6% (ocho casos de 22).
Además, en seis de los 13 casos (46,2%) había convivencia con el agresor en el momento del crimen. Este porcentaje sube al 62,5% en el caso de los feminicidios familiares (cinco de ocho casos). En el caso de los feminicidios en pareja o expareja, en el 64% de los casos, la mujer convivía con su agresor. En el primer semestre del año anterior en el 36,6% de los casos había convivencia con el agresor.
La delegada del Gobierno para la violencia de género, Victoria Rosell, ha presentado estos datos este lunes en una comparecencia en la que ha señalado cómo “el domicilio, que parece un sitio seguro desde una mirada masculinizada, es evidentemente un lugar de mayor riesgo para las mujeres”.
Con respecto al hecho de que en los tres feminicidios sexuales las víctimas fueran mujeres en situación de prostitución, Rosell ha destacado que desde el Ministerio se han impulsado medidas de reinserción laboral dentro del llamado Plan Camino. Además, ha asegurado que los centros de crisis previstos en la ley de libertad sexual que deberán ponerse en marcha en todas las comunidades, tendrán que dar atención a mujeres en situación de trata, prostitución y explotación sexual.
Por primera vez, ha declarado, existen recursos específicos y se irán aumentando exponencialmente. “Quienes creemos en el abolicionismo material pensamos que ese es el camino, y no penar o disuadir la explotación en la calle, porque supone mayor ocultación y vulnerabilidad”, ha valorado la delegada, que también ha detallado que estas tres víctimas han sido asesinadas en domicilios, en dos casos en el domicilio donde ellas ejercían y en el caso restante en el domicilio del cliente.
En diciembre de 2021, Igualdad anunció que pondría en marcha una nueva operación estadística para la contabilización de los feminicidios fuera de la pareja o expareja para ampliar los datos que se conocen sobre violencia de género desde enero de 2003, cuando se empiezan a recoger datos de los asesinatos de mujeres en los términos previstos en la Ley Integral contra la Violencia de Género, es decir, los cometidos por parejas o exparejas, que son los de mayor incidencia. En el año 2013 se empezaron a recoger también datos de menores huérfanos y menores asesinados por violencia de género contra su madre.
En septiembre de 2022 se dieron a conocer los primeros datos semestrales de los cuatro tipos de feminicidio fuera de la pareja o expareja definidos en esta estadística. Se trata del feminicidio familiar, que sería el asesinato de una mujer por hombres de su entorno familiar (excluida la pareja o expareja); el feminicidios sexual, quesería el asesinato de una mujer por hombres sin relación de pareja ni familiar vinculado a las violencias sexuales incluidas en ley de libertad sexual; el feminicidio social, que sería el asesinato de una mujer por una agresión, de carácter no sexual, por parte de un hombre con el que no se tenía una relación de pareja ni era familiar, y el feminicidio vicario, que sería el asesinato de una mujer por parte de un hombre como instrumento para causar perjuicio o daño a otra mujer por razón de género.
Menos que en el primer semestre de 2022
Si se comparan estos datos con el primer semestre del año anterior (2022), se observa que el total de feminicidios registrados fuera de la pareja ha disminuido un 40,9% (de 22 en 2022 a 13 en 2023). En ese sentido, los feminicidios familiares han disminuido un 42,8% (de 14 en 2022 a ocho en 2023), los feminicidios sexuales han aumentado un 50% (de dos en 2022 a tres en 2023) y los feminicidios sociales han disminuido un 66,6% (de seis en 2022 a dos en 2023), si bien se trata de datos provisionales, ha advertido Rosell, dada la dificultad que entraña la investigación de los feminicidios fuera de la pareja o expareja.
Al considerar la edad, el 61,5% de las mujeres asesinadas eran mayores de 50 años y la franja de edad con más feminicidios en el primer semestre corresponde al grupo de 51 a 60 años con cuatro. En siete de los ocho feminicidios familiares (87,5%), la mujer asesinada era mayor de 51 años. Si se consideran las tasas por millón mujeres, en el caso de otros feminicidios la más alta se da en mujeres mayores de 84 años (1,7), seguida por la franja de edad de 51 a 60 años (1,1).
En el 92,3% (12 de 13 casos), el agresor no intentó suicidarse, mientras que en el caso de los feminicidios en pareja o expareja el 68% de los agresores no intentaron suicidarse.
En 11 casos (84,6%), las mujeres no habían denunciado, una cifra menor que las de los feminicidios en pareja o expareja, donde el porcentaje de no denuncia es del 76%.
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Por otra parte, con la confirmación de tres casos que estaban en investigación, a 18 de septiembre son siete las mujeres asesinadas por sus parejas o expresas —feminicidios íntimos—, lo que supone un total de 47 en 2023, y un total de 1231 desde 2003.
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Artículo muy pedagógico y esclarecedor. Gracias.
Importantes y muy necesarios los comités de crisis para seguir adoptando medidas de protección a las víctimas del terrorismo machista. Policías y juzgados deben mejorar sus trabajos., esto es, Interior y Justicia.
Ya el periodismo sicario y cloaquero ha traspasado todas las líneas éticas al acusar a la ministra Irene Montero de los asesinatos de mujeres víctimas de la violencia de género. Menos mal que hubo una periodista que hizo frente a las declaraciones inmundas del periodista miserable. Ocurrió en la Cuatro.
Hay que informar siempre de las medidas de prevención, ayuda y reparación que ofrecen las instituciones estatales y colectivos feministas a las víctimas o posibles víctimas.del terrorismo machista. Y poner el foco en el agresor.
Erradicar la violencia machista es una cuestión de Estado; toda la sociedad debe implicarse.
Comparto sus palabras. Pequeñas cositas que hacemos o decimos en nuestra vida diaria tal vez no sirvan para salvar vidas aquí y ahora, pero sí en un futuro no muy lejano. Me refiero, por ejemplo, a educar a mi hijo en la tolerancia y en la igualdad. En cuanto al peligro que sufren en este mismo momento miles de mujeres, se trata de una cuestión de muchas dimensiones que debe ser abordada desde el Estado en su conjunto, como bien dice usted. El problema es que vivimos en un Estado sexista, xenófobo y gobernado por una minoría de oligarcas sin moral. Además, las garras sucias de la Iglesia católica aún nos ahogan impunemente.
El presente es muy negro, pero seguiré luchando para construir un futuro mejor para mi hijo y las generaciones venideras.