Opinión
En esta lucha nos jugamos el futuro

Nadie en el mundo, nadie en la historia ha conseguido nunca su libertad apelando al sentido moral de sus verdugos, nos recuerda Assata Shakur. La paz sólo llegará de la mano de la justicia.
Red Universitaria por Palestina.
7 oct 2025 10:55

El pasado verano redescubrimos lo obvio. La Vuelta ciclista nos recordó que para cumplir y hacer cumplir el derecho internacional no necesitamos pedir permiso a quien ni lo cumple ni obedece las resoluciones de Naciones Unidas, ni de su Corte Internacional de Justicia o su Tribunal Penal Internacional. Ante la miserable colaboración de tantos Estados que se llaman democráticos, la Flotilla Global Sumud ha vuelto a mostrar al mundo la demolición de un orden legal internacional cuya montaña de ruinas ha sido arrojada sobre el pueblo palestino, pero también ha demostrado que ese pueblo palestino es el vocero de la verdad más justa, que su causa es la nuestra y que su victoria también lo será.

No pedimos permiso para hacer cumplir las obligaciones derivadas del dictamen de la Corte Internacional de Justicia de julio de 2024, que exige a todos los estados tomar las medidas necesarias para poner fin al sistema ilegal de ocupación y apartheid de Israel. No pedimos permiso para hacer llegar ayuda humanitaria a Gaza a través de un corredor internacional legal, tal y como obligan las reglas de San Remo. El bloqueo marítimo es parte intrínseca de esa ocupación que, como recuerda la Corte Internacional de Justicia, sigue siendo ilegal.

La liberación final de Palestina, colonizada, oprimida, torturada pero nunca sometida, pasa por la necesaria liberación de Europa

No pedimos permiso para exigir el fin de un genocidio que, en Gaza, está matando a la humanidad entera. No pedimos permiso para invocar el derecho, también reconocido por ese mismo orden legal en ruinas (R3070), de todo pueblo ocupado a resistir por todos los medios a su alcance contra las potencias ocupantes en su legítima lucha para liberarse de la dominación colonial, así como la llamada a los estados a apoyar esas luchas de los pueblos por su autodeterminación e independencia. Nadie en el mundo, nadie en la historia ha conseguido nunca su libertad apelando al sentido moral de sus verdugos, nos recuerda Assata Shakur. La paz sólo llegará de la mano de la justicia, no de las mentiras y los trucos de magia de quienes presentan planes de paz con una mano y con la otra aceleran el exterminio. “Ha habido tantos planes de paz como años de Nakba porque la paz de los criminales es la Nakba de Palestina”, nos recuerda Rodrigo Karmy.

No lo olvidaremos nunca: el colonialismo es el crimen. La ocupación es el crimen.

Recordaremos una y mil veces, porque así lo exige la heroica perseverancia de nuestras hermanas y hermanos en Palestina, que por mucho que llorásemos a sus hijos muertos, si tuviéramos la poca vergüenza de atrevernos a “enseñarles” cómo deben resistir al proyecto colonial que lleva un siglo asesinándoles, pasaríamos a la historia como otra generación, una más, del eurocentrismo supremacista. La liberación final de Palestina, colonizada, oprimida, torturada pero nunca sometida, pasa por la necesaria liberación de Europa.


En el campo de la educación, en la universidad, el compromiso con la justicia social, la legalidad internacional y una definición digna (global) de solidaridad es compromiso con cualquier idea de futuro vivible. Una universidad muda y dócil frente al poder político y militar de gobiernos sanguinarios y déspotas se convertirá, en el mejor de los casos, en un chiringuito irrelevante de nuestro presente. Por eso, desde la Red Universitaria por Palestina mostramos todo nuestro apoyo a la Flotilla Global Sumud y, como ella, a la Causa Palestina, con mayúsculas.

Exigimos a nuestros gobiernos liberar de forma inmediata a todas las integrantes de la Flotilla secuestradas en aguas internacionales del Mediterráneo por el ejército de ocupación. Exigimos que nuestros gobiernos cumplan sus obligaciones legales, ejecuten un embargo de armas completo y efectivo y rompan todas las relaciones diplomáticas con Israel. Es nuestra obligación extender a nuestras universidades estas exigencias, entre otras igualmente impuestas por el marco jurídico internacional. Tampoco pedimos permiso para hacer de la justicia social el pilar que sostenga nuestro sistema de educación pública. Sólo esta educación y esta universidad abrirían el camino a un futuro digno de ser vivido en sociedad.

Viva Palestina Libre.

 Red Universitaria por Palestina
Guillermo Muñoz, Tamer Hamdan, Elena Matamala (U. València), Daniel Jiménez, Paula González, César Sánchez, José Antonio Mérida, Daniel Sorando (U. Zaragoza), Johanna Lems, Mercedes Martín, Ángeles Díez (U. Complutense Madrid), Enrique J. Díez (U. León), Irina Fernández, Ángeles Manjarrés (UNED), Laia Haurie, Francisco Morillas (U. Politècnica Catalunya), Riad El Aila (U. Al-Azhar), Mar Rodríguez (U. Coruña), Auxiliadora Durán (U. Málaga), Gloria Gómez (U. Politécnica Madrid), María J. Lera (U. Sevilla), Feliciano Castaño, David Peñafuerte (U. Jaén), Ignacio Mendiola (Euskal Herriko U.), Caterina Calafat (U. Illes Balears), Lucía Molina, Hesham Abu-Sharar (U. Autónoma Barcelona), David Sevilla (U. Extremadura), Linda Jones (U. Pompeu Fabra), Carlos de Castro (U. Autónoma Madrid), Leonor Sáez (U. Murcia), Ana Arriba (U. Alcalá), Jesús González (U. Cantabria), Pamela Stoll (U. Alacant), Gabriel Cueto, Sandra Dema, Beatriz González (U. Oviedo), en nombre de la Red Universitaria por Palestina (RUxP), presente en las 50 universidades públicas del Estado español.
Pensamiento
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