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Transfobia
El feminismo que odia a las mujeres
Si echamos la mirada atrás, nos daremos cuenta de que el repudio del Partido Feminista hacia las mujeres trans no es nada nuevo.
¿Os habéis dado cuenta de que todavía cuando mencionamos a las personas trans es siempre en relación a sus derechos? Las mujeres trans son mujeres que no se sienten conformes con el género que le asignaron al nacer, ya que este está en nuestra cabeza y poco tiene que ver con los genitales, en resumidas cuentas: la sociedad asumió que eran chicos. Nadie se identifica con un género, sino que se “es”, se “nace siendo”, y es imposible de cambiar. Ante esto tienes dos opciones: vivir una infancia reprimida o, en el mejor de los casos, irás a un médico que en la mayoría de ocasiones (bendita la excepción) te dirá las operaciones que debes hacerte y las pastillas que debes tomar para cambiar tu cuerpo si quieres ser “una mujer normal”. Actualmente, hay una vertiente del feminismo conocida como TERF (Trans-Exclusive Radical Feminism) cuya finalidad es excluir a las mujeres trans de la lucha feminista, ya que aseguran que “son hombres disfrazados de mujeres que pretenden ocupar sus espacios”.
Si echamos la mirada atrás, nos daremos cuenta de que el repudio del Partido Feminista hacia las mujeres trans no es nada nuevo
Si echamos la mirada atrás, nos daremos cuenta de que el repudio del Partido Feminista hacia las mujeres trans no es nada nuevo. Todos los grupos que sufren discriminación están formados a su vez por grupos minoritarios, y cuando consiguen que su lucha sea escuchada, cuando consiguen un espacio en la sociedad, cuando entran en la norma, piensan que aquellos subcolectivos les estorban, y, por tanto, es hora de echarlos, de evitar que “se relacione con nosotros”, porque ahora nosotros tenemos privilegios. Es algo que sucedió con el colectivo gay no hace mucho, cuando comenzó a disfrutar de sus espacios y a encajar como un colectivo más en la sociedad opresora. Una vez más, esta disonancia surge porque la gente no conoce al colectivo trans, no lo entiende; sin embargo, aunque estén en contra, todo el mundo conoce el feminismo, todo el mundo conoce la homosexualidad, por ello, es más fácil “echar a las transexuales porque se puede confundir nuestro mensaje y nos supone más esfuerzo avanzar en la consecución de derechos”. En una palabra, estorbamos.
El colectivo trans es muy frágil, creemos que no, pero desgraciadamente le hace falta mucho empoderamiento, porque está formado por una gran minoría de la sociedad, la cual vive, en su mayoría, intentando encajar en la norma, por lo que cuando lo consiguen, dejan de luchar, generando falta de cohesión grupal. Hermanas trans, estamos dispersadas.
Se está mostrando que el colectivo trans ahora más que nunca está autoaceptándose. Yo digo que es mentira
Se está mostrando que el colectivo trans ahora más que nunca está autoaceptándose. Yo digo que es mentira, cuanto más reconocimiento obtenemos y más avanza la ciencia más se les enseña a los niños trans desde pequeños que encajen en el modelo binario, en un intento de “normalización”, cuando antes las mujeres trans pisaban las calles con un estilo estrafalario y debido a la falta de recursos sobresaltaban sus cuerpos. Solo les quedaba ser auténticas.
La normalización no es un proceso negativo. Sin embargo, el enfoque debería ir encaminado a la autoaceptación, reivindicación de lo diferente y no como medio para encajar en la norma. Y precisamente, la transexualidad rompe la norma en todos los sentidos, rompe todos los modelos sociales que hay, y eso incomoda porque hace que todo tenga que ser tachado, desmitificado, reevaluado y readaptado, desde el machismo hasta el feminismo, incluyendo roles de género, hasta el género en sí mismo, sin olvidarnos de los cuerpos. Supone decir que el mundo como lo hemos concebido es una mentira, pasando por todos los ámbitos de conocimiento; la psicología, la medicina y la biología son formas de entender y etiquetar la realidad y, por tanto, han sido tránsfobas, y lo son. Si encajamos en la norma, ya no somos trans. Las personas como yo pretendemos introducirnos y, con ello, dejar de ser nosotros, desde que intentamos entrar en el molde, lo cual sucede continuamente.
Un profesor de historia me dijo una vez que las mayores guerras no se generan por dinero, sino por creencias, y es así. Lo más rígido e inamovible que puede tener una persona son sus creencias, y las creencias parten de lo establecido, de eso que nos llevan enseñando desde que nacemos... Y las trans rompemos esas creencias. Por ello, la sociedad recurre a la biología en busca de un argumento de apoyo que nos sirva para entender que hay algo malo en este colectivo, nada más lejos de la realidad.
La sociedad nos ha intentado moldear asumiendo que teníamos un problema que debía ser tratado, y no hay nada peor que decirle a un niño desde los cinco años que tiene que someterse a una serie de cirugías porque es un bicho raro
Hagas lo que hagas está mal, da igual que encajes o sobresalgas. El rechazo no atiende a la razón, sino al puño y, menos aún, el miedo a lo diferente. La sociedad nos ha intentado moldear asumiendo que teníamos un problema que debía ser tratado, y no hay nada peor que decirle a un niño desde los cinco años que tiene que someterse a una serie de cirugías porque es un bicho raro.
Actualmente, las feministas que pretenden abolir el género, romper con la existencia de los géneros, nos culpan a las personas trans de intentar perpetuar el género, cuando precisamente son ellas las que nos han obligado a encajar en uno, ya que nosotros llevamos rompiendo el binarismo de género cisnormativo establecido desde que existen las personas trans, es decir, desde que existe la humanidad.
Cuando asistí al 8M, iba con una pancarta que ponía “El Feminismo será trans-inclusivo o no será”. Debo admitir que iba con algo de miedo, ya que soportar el rechazo por parte de los hombres (asumir que aquel que te atrae te rechaza, te hace daño, te discrimina, o se avergüenza de ti -¿debido a su frágil masculinidad?- es algo a lo que estoy acostumbrada) lo he vivido y lo viviré hasta que me muera, pero sentir el propio rechazo de las mujeres son palabras mayores. Y llega un punto en el que te cansas, te cansas de sentir inseguridad en un espacio y que de repente todo se vuelva gris, de sentir impotencia y resquemor de que en todos los espacios siempre haya alguien que te rechace, de no poder bajar la guardia, y confiar, y que te acaben rechazando los rechazados y oprimiendo los oprimidos. Es una sensación de agotamiento y evitación mezclada con rabia, que vives cada día, pero solo te queda seguir luchando y sacar positivismo, pensando en todo lo bueno que tienes y lo que puedes cambiar. “Eso es, todo sucede por algo, y he venido a cambiar el mundo, aunque sea un poco”, me digo a mí misma cuando siento que nadie me entiende.
He sido conocedora de que las TERFs asistieron a la manifestación feminista de forma violenta y generando conflictos en el inicio de la marcha. Sin embargo, yo estuve en el bloque mixto, aquel en el que pueden estar hombres y mujeres diversos, y solo puedo decir que me sentí arropada por mis compañeras. Miles de pancartas a modo de sororidad con las personas trans iluminaban Madrid al caer la noche: “Yo te apoyo, hermana” o “Hermanas trans, gracias, sin vosotras no habría feminismo”. Me resultó de lo más bonito, ya que, ¿quién se iba a preocupar por un grupo de personas insignificante? Ellas. Todas con pasados diferentes, intentando labrarnos un mismo futuro, y haciendo que, cada día, este mundo sea menos de hombres y más de todos. Por último, citar una frase, “no existe nada imposible para una mujer, solo le toma tiempo conseguirlo”, y yo soy una mujer, una mujer trans.
Gracias a El Salto Extremadura y a Fundación Triángulo de Extremadura por darme voz.
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Son transfobas hasta el hartazgo, solo quieren mujeres trans operadas del todo y patologizadas como trastornadas.
El feminismo no odia a la gente con disforia, más visiviliza el origen de nuestra opresión como mujeres. Transactivismo es misoginia y homofobia. ¿O será adecuado tratar a una persona anoréxica con una manga gástrica, lo mismo que mutilan a una persona por no estar conforme por los roles de género?
No. El feminismo es de y para las mujeres, será radical o no será.
Me ha encantado el artículo, me parece muy interesante y te mando todo mi apoyo y respeto porque tiene que ser muy duro abrirte paso en una sociedad rígida y poco empática en el cambio de sexo. Pensaba que habíamos avanzado y que habíamos empezado a diferenciar entre sexo y género pero viendo los comentarios, veo que queda mucho camino por recorrer. El ser humano busca la certidumbre, nos han educado en la concepción de que los genitales femeninos son sinónimo de género femenino y lo mismo con los genitales masculinos ligados al género masculino. Nuestra identidad, incluida la de género es una parte fundamental de nosotrxs mismos. Para algunas personas es mejor negar la disforia de género y perpetuar sus creencias ya que suele ser más fácil resistirse al cambio que dar el paso, abrir la mente y modificar nuestras creencias y conceptos más arraigados.
Queda mucho camino por recorrer y muchas personas a las que concienciar. Bastante duro es nacer en un cuerpo con el que no te identificas y las consecuencias que supone, tanto vivir reprimidx como llevar a cabo el cambio de sexo, como para que encima seas rechazadx por la sociedad. Basta.
Gracias por el artículo y por vuestra fuerza. El cambio, la normalización, el respeto y la aceptación es gracias a sucesos como este artículo que nos enseña una realidad a las personas que no hemos pasado por esto.
Llegará el día en el que no hará falta tener que explicar todo esto porque todxs lo sabremos y nos respetaremos.
Muchas gracias a El Salto por este artículo tan necesario y qué bien que sea una exposición en primera persona. Es importante dar voz a las personas trans, históricamente marginadas por una sociedad binaria y rígida, en la que todavía hay gente que se empeña es cuestionar y no aceptar lo que ponga en tela de juidio ese binarismo de género cisdominante. La transexualidad ha existido siempre, en los humanos y en los animales, está más que demostrado (sólo hay que informarse un poso) que la identidad de cada cual nada tiene que ver son sus genitales. Gracias!
Yo creo que soy una jirafa. ¿Quién eres tú para cuestionarlo? No se cuestiona que tú creas que eres una jirafa, se cuestiona que lo seas. Y si crees que eres una jirafa tienes un problema, y si hay gente que deduce de tu creencia de ser una jirafa una existencia como jirafa, esa gente tiene un problema más grave que el tuyo. Y eso es lo que sucede con El Salto. Pena, penita, pena.
Quiénes somos los demás para decidir sobre algo tan profundo e íntimo como es la identidad de género de cada cual? A las personas cis no se les cuestiona su identidad de género, por tanto, a las personas trans tampoco se les puede cuestionar. Además, nadie puede conculcarle a otro el derecho a ser, simplemente, se trata de un derecho fundamental, así que dejemos de cuestionar a las personas trans y sus derechos. Gracias por este artículo, después de ver algunos de los comentarios aquí expuestos me queda mucho más claro la importancia de artículos como estos y de la visibilidad trans.
No estoy de acuerdo con bastante de lo que se opina aquí.
No, no creo que las mujeres trans sean mujeres. Tus genitales masculinos (asumiendo que los tienes y por ello se te asocia al género masculino y eres una mujer trans al haber transicionado al género femenino) son una contingencia tanto biológica como sociológica completamente distinta de los de una mujer. Esa "corriente" del feminismo a la que se hace referencia no creo que tenga por objetivo excluir a los transexuales o trans-lo que sea que os resulta menos ofensivo, más bien desrelativizar la condición femenina en terminos sexuales, reproductivos, sociales y culturales, asentándola en una base material no abstracta: el cuerpo, su rol en la reproducción biológica, social y cultural, como uno con agencia propia y no subsidiario de la condición masculina (como la costilla de Adán), es decir: autónomo y específico.
El problema que encuentro con las mujeres transexuales es que no corresponden a las mujeres en ninguna de estas categorías, de entrada porqué a los trans no se les asume un rol subsidiario en la estructura familiar ni empresarial patriarcal, y hasta dónde entiendo, han sido siempre unos parias sociales relegados al espectáculo de variedades, unos excluídos sociales. Es cierto que el feminismo en su análisis transversal de la realidad económica, política y social incluye (necesariamente) a trans y hombres, pero la condición de la mujer es específica. Desde los ejemplos más vulgares, como el permiso de mujeres trans de competir en categorias femeninas en competiciones deportivas, hasta reflexiones como la de los derechos reproductivos dejan esto en evidencia.
Luego esta esa rúbrica vanidosa de que la transexualidad "rompe la norma en todos los sentidos, rompe todos los modelos sociales”, que no es más que otra sandéz. Transexuales masturbándose en directo a cambio de dinero en plataformas privadas perfectamente integrados en la sociedad de consumo los hay por miles. Perfectamente integrados en la fantasía pornográfica de la feminidad concebida por el mismo sistema que oprime esa condición sobre la base de la cual debieran “autoaceptarse”. Sois minoritarios, y en lo social navegais zonas ambiguas, pero eso no os convierte en revolucionarios ni en nuevos paradigmas de la evolución humana. Sois otra excepción entorno a la cual se debería modificar la norma.
Creo que en lo legal, los trans deberian tener una serie de derechos específicos a su condición, y estos no pueden ser una transposición exacta de los que se garantizan a las mujeres, que evidentemente no son una transposición exacta de los que se garantizan a hombres: se tiene que producir una adecuación.
Me parece bien que te quieras considerar tal y cual, que quieras que te cambien el género en el DNI y que quieras usar el baño de mujeres, porqué no creo ni que tenga que existir algo concebido generalmente como “baño para mujeres”. Me da igual si te quieres pintar las uñas y poner tacones pero no tetas. Te encuentras en medio de una sociedad que vive de vender identidades, y tu te situas deliberadamente en la frontera de algunas de ellas, y eso tiene consecuencias psicológicas y emocionales, puedo entenderlo, pero creo que sería sano dejar de lado todo ese relato sobre la autenticidad que se extrapola del individuo al grupo, para dejar de juzgar como trascendentes condiciones que a menudo no pasan de lo cosmético.
Puedes creer lo que quieras. Es parte de la libertad que todos tenemos para creer y pensar. Lo que sí debes hacer es respetar a cada cual y a su derecho a ser libremente. La identidad de género es algo íntimo de cada cual y en lo que nadie externo puede decidir. ¿Te imaginas que cuestionaran tu identidad de género? ¿A que no lo permitirías? Eso es lo que muchos intentan hacer con las personas trans, cuando a las personas cis nadie les cuestiona nada, como debería ser para todos.
Hablas de mis creencias como si no aportara un argumento razonado, un indicador de que no distingues argumentos de opiniones infundadas.
Estoy de acuerdo en que la identidad de género es algo íntimo, y por eso no puede extrapolarse a un aparato legal que modifique injustamente el modo en el que se estructuran las relaciones sociales. Esto es lo mismo que hace el mercado con los pobres: convencerlos de que juegan con las mismas cartas que los demás cuando es mentira. El mercado es el lugar en el que el 99% pierde para que unos pocos concentren la riqueza, mientras se publicitan casos de éxito excepcional que se pretende hacer pasar por norma. Los trans son excepciones a la norma, que pasa por tener una autopercepción alineada de los atributos sexuales, de sentirse de acuerdo al cuerpo que uno habita en términos generales. El argumento relativista que pretende convencer a la gente de que es todo consecuencia de una doctrina social tóxica cuya modificación es signo de progreso he incluso revolución es una falacia. Eso no quita que haya aspectos tóxicos en el modo en el que se estructuran las relaciones sociales de acuerdo al género. Considerar legal y administrativamente a los trans como mujeres es injusto. Los derechos reproductivos de los que disfrutan mujeres deben ser exclusivos porqué la condición biológica es exclusiva. Las categorias deportivas deben ser exclusivas porqué los indicadores bilógicos que las condicionan son científicos y determinantes, no ideológicos ni relativos. El argumento del peso de la mujer en la reproducción social del capitalismo es tan mensurable como la falta de él por parte de los transexuales, y por tanto la equiparación a la condición de la mujer en lo productivo-reproductivo no se debe producir. Y por último: te equivocas, permitir que todo esto suceda en pos de la "tolerancia" e "inclusividad" no hace sino condicinar la identidad de género de todos los demás, de las mujeres que menstruan, se quedan preñadas y paren, de las que entrenan para competir contra otras mujeres, y de las que cuidan de mayores y niños y limpian la mierda de los demás, así como la de todos los hombres que empiezan a tener que juzgarse como tal desde su perspectiva, condiciones todas ellas con un fundamento material inequívoco.
La condición biológica de poder gestar no es exclusiva de las mujeres, yo soy un hombre y tengo ovarios y útero con el que poder gestar. Y si vas a decirme que por tener ovarios y útero soy mujer, te lo puedes ahorrar porque no necesito tu validación.
Cuando dices "los transexuales" contemplas la variedad de cuerpos e identidades que engloba ese término?
¿Estamos considerando si las mujeres trans son o no son mujeres (algo que no debería suponer un debate) en base a lo que hayan producido para el sistema capitalista? Aparte de que me parece un criterio dudoso, sabemos que las mujeres trans, si no se han hecho la vaginoplastia, siguen pudiendo engendrar, no? Porque son muchas las que son madres.
Menudo cacao tienes, pobre. Si tienes utero eres mujer, una mujer que te sientes hombre pñorque te imaginas que lo eres y debes sentirte feliz y ser respetada o respetado , pero no me hagas creer que las dos realidades, la tangible y la imaginaria son la misma. hasta ahi hemos llegado, y menos por ley. de eso nada
una realidad muy bien contada, desde la propia experiencia, gracias!
¿Quién eres tú para decidir sobre la identidad de género de los demás? ¿Acaso alguien te cuestiona la tuya? A que no lo permitirías....cierto? Pues el mismo derecho tienen las personas trans.