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Teatro
Cabeza, corazón y vientre para contar la historia de las madres protectoras
Al cruzar la puerta del Teatro del Barrio se escucha gritar “secuestradora de niños”. En el escenario y con las butacas vacías como público está Pamela Palenciano, que esta semana ultima los detalles del montaje de Arrancamiento, y su grito conecta con todos los titulares que en 2019 señalaban a una serie de mujeres. “Secuestraniños”. “Brujas”. “Criminales”.
Los titulares no fueron tan sonoros cuando, en enero de 2020, la Fiscalía archivó el informe plagado de incoherencias con el que la Policía trató de inculpar a varias mujeres por su supuesta pertenencia a una supuesta trama organizada para denunciar en falso. Con este caso, el caso Infancia Libre, se advirtió a muchas otras mujeres y organizaciones en defensa de los derechos de la infancia de lo que pasa si se denuncia la violencia sexual contra niños y niñas cuando son sus padres los perpetradores.
Arrancamiento va de eso. De los niños y niñas que cuentan que su padre abusa sexualmente de ellos sin que nadie les crea. De los prejuicios sexistas que persisten en el sistema de administración de justicia. Del castigo que reciben las mujeres que se niegan a dejar a sus hijos con sus maltratadores. De cómo se convierte a esas madres protectoras en criminales. De los puntos de encuentro familiares. Del Síndrome de Alienación Parental y Richard Gardner. De los informes psicosociales. De las estadísticas del Consejo de Europa sobre violencia sexual contra menores. De violencia institucional.
Lo último de la autora de No solo duelen los golpes es una obra tan documental que a ratos se hace periodística de tanto dato, de tanto citar fuentes. Es, también, un acto de justicia poética con estas madres mientras la otra justicia sigue castigándolas, a ellas y a quienes las defienden.
La obra seestrena cuatro años después de las primeras detenciones del caso Infancia Libre y unos días después de que el Tribunal Supremo haya condenado a Irene Montero a pagar 18.000 euros a la expareja de María Sevilla, cabecilla de una asociación negacionista de la violencia de género amiga de Vox. La ministra de Igualdadse pronunció sobre el indulto parcial a la expresidenta de Infancia Libre, hace un año. Dijo que el Estado tiene una deuda con las madres protectoras y que se deben poner en marcha políticas para que “los maltratadores no puedan asesinar a sus hijos e hijas”. No dijo “Rafael Marcos”.
Lo último de Pamela Palenciano es una obra documental y un acto de justicia poética
—A lo mejor me lo imaginé, porque cuando lo hablaba con mi padre me decía que me lo estaba imaginando. ¡No me acuerdo, hostia! —sobre el escenario, Pamela es ahora uno de esos niños.
—Busca ahí la vulnerabilidad… —le susurra Laura Pacas.
Hay un silencio, sigue el ensayo:
—Siento que me falta sostener las pausas.
—Es que cuando actuamos tenemos miedo a los silencios.
—Date tiempo. La reflexión tiene que venir internamente. ¿Te resuena lo que te digo?
—Bastante.
Queda poco para el estreno y la directora escénica, Laura Pacas, tranquiliza a Pamela: “Lo importante está, estamos puliendo lo pulido”. Pero Pamela sigue dando vueltas. El texto lleva doce versiones y le preocupa la responsabilidad de “contar una historia que no es la mía”, dice la autora del monólogo que lleva en carretera desde 2004 y donde trata su historia personal de violencia machista. Esto es diferente. “Es una historia con la que me siento muy vinculada por muchas razones, pero tengo un miedo horrible porque no es la mía”, explica.
—Esta parte la veo muy lineal. La confusión la digo, pero no sé si se ve.
—Yo sí la veo, la confusión es también rabia.
—Me gustaría que tuviera más colchón la parte vulnerable.
—Cabeza, corazón, vientre. Revisa el texto y subraya con un color diferente cada una de esas partes.
La mañana de ensayo va llegando acabando. Hay que rematar un final que les ha costado mucho encontrar, cuentan mientras recogen un libro de cuentos, un montón de folios, una docena de velas, un puñado de tizas.
‘Arrancamiento’ iba a ser un podcast, pero se convirtió en un montaje teatral que involucra a una decena de personas, por eso busca financiarse con un crowdfunding
Arrancamiento iba a ser un podcast gracias a un encargo que La Laboratoria le hizo a Pamela Palenciano y donde ella pretendía hablar de violencia institucional. Pero mutó a teatro, eligió contar la historia de las madres protectoras, y se ha convertido en un montaje que involucra a una decena de personas, entre ellas Iván Larreyñaga con el texto, Marina Pallarès como ayudante de dirección y Elisabeth Palenciano como directora de producción, junto a Pamela Palenciano y Laura Pacas, entre otras.
Por eso Arrancamiento busca financiarse a través de un crowdfunding que sigue abierto en Verkami. Pero Pamela y Laura reconocen que no está siendo fácil y creen que es por la dureza del contenido de la obra, en la que uno de los hitos es un vídeo real de una de estas separaciones a la fuerza de madres y criaturas.
“Arrancar” es “quitar con violencia”, lo dice la Real Academia de la Lengua, y eso nadie lo quiere ver, el arrancamiento de una criatura a su madre. “La cantidad de amigos que nos dicen que no van a venir a mí me da un termómetro de qué coño pasa en este país”, dice Pamela. Sin embargo, también hay belleza en Arrancamiento: “La belleza está en la lucha de las madres, en lo que ellas hacen para sus hijos un día puedan reconstruir su historia”, dice Laura. Para Pamela, “hay mucha luz” en la resiliencia de las madres.
Pamela Palenciano y Laura Pacas reconocen que no está siendo fácil financiar y promover ‘Arrancamiento’, y creen que se debe a la dureza de su contenido
Sobre por qué contar en un teatro lo que algunos medios (muy pocos) venimos intentando explicar desde hace cuatro años, las dos coinciden: por la emoción. “Cada lenguaje tiene su herramienta, el teatro tiene música, imágenes, luz... todo eso son elementos que nos ayudan a tocar a la gente”, dice Laura, que cuenta cómo, tras cada ensayo que han hecho con espectadores, alguien ha ido luego a comentar que ha vivido algo parecido o conoce a alguien que ha pasado por ello.
Laura y Pamela contienen el aliento ante el estreno. Saben la reacción que pueden encontrarse contra esta obra. Pamela, además, ha vivido el señalamiento y sus consecuencias por su trabajo en forma de mucha violencia y una querella. Ambas contienen el aliento mientras nos despedimos en el ambigú del Teatro del Barrio mientras fuera se utiliza el caso Infancia Libre para culpabilizar a más mujeres y se ahogan las prácticas protectoras de estas madres.