Sumar no da por zanjado el asunto y analiza la respuesta a la escisión de Podemos

Desde el grupo informan que este martes debatirán si deciden tomar más medidas contra los morados, además de quitarles las portavocías pactadas. El partido de Belarra no oculta su alegría por haber recuperado plena autonomía y capacidad de “hacer política”. La mayoría de investidura no está en riesgo pero sí se dificultará la aprobación de leyes. El pacto en Euskadi para las autonómicas se complica.
Debate de investidura Pedro Sánchez Yolanda Díaz- 5
David F. Sabadell Yolanda Díaz en el Debate de Investidura.

“Nos pilló a todos por sorpresa, nadie sabía nada. Yo estaba sentado en el pleno, acababa de intervenir Agustín (Santos Maraver) y recibí un mensaje de Whatsapp con la noticia. En ese momento veo que se pone de pie Txema (Guijarro) y se va. A los pocos segundos, Marta también se va. Nos quedamos todos en shock”, explica uno de los diputados de Sumar a El Salto cuando recuerda el momento exacto en que estallaba la noticia de la escisión de Podemos.

Fue el martes por la tarde mientras transcurría el pleno del ministro de Asuntos Exteriores. Esa ponencia fue el detonante que precipitó los hechos, según la formación morada, que había quedado indignada tras la negativa de la dirección del grupo Plurinacional Sumar a que Ione Belarra pueda hacerle una pregunta a Albares sobre la situación en Gaza y el posicionamiento de Moncloa al respecto.

“Ya no hay palomas y halcones, no hubo discrepancias en la reunión. Todos opinaron que había que irse porque la actitud de Sumar es la misma hace meses”, explican desde Podemos

Según han contado fuentes de Podemos, la decisión de separarse del grupo e irse al Mixto fue tomada ese mismo mediodía. Hubo una convocatoria de reunión urgente de la Ejecutiva (ahora le dicen “secretariado”) esa mañana al constatar que Belarra no podría preguntar. El encuentro fue parte en persona y parte telemática, porque no todos podían acudir.

“Ya no hay palomas y halcones, no hubo discrepancias en la reunión. Todos opinaron que había que irse porque la actitud de Sumar es la misma hace meses”, explican desde la cúpula de Podemos. También es cierto que quienes están enfrentados a la estrategia de los dirigentes “pablistas”, especialmente en torno a qué hacer con Sumar, ya se han ido. Como fue el caso de Alejandra Jacinto y esta misma semana el de Jesús Santos, secretario general de Podemos Madrid, a quien hace casi medio año nadie ve en las reuniones de Ejecutiva.

Sumar se lo piensa

Las primeras reacciones tras salir del estado de sorpresa por parte de Sumar han sido bastante cautelosas, destacando que infringe el acuerdo electoral firmado en junio pasado. Los de Catalunya en Comú y Más Madrid fueron un paso más allá y pidieron a Podemos que entregue las actas. Otros han sido más prudentes, como los de Compromís, Chunta Aragonesista y Ara Més, y solo han lamentado el divorcio parlamentario.

Una fuente de Sumar, un legislador de la confianza de Yolanda Díaz, ha respondido a El Salto que los próximos pasos todavía no están decididos. Con cautela, señala: “Hay un debate interno todavía por hacer. Por ahora la posición del grupo es el comunicado pero el martes se volverá a hablar del tema y tenemos que analizar todos los escenarios. Hay consecuencias del incumplimiento del acuerdo (electoral)”.

Para empezar, la dirección del grupo de Díaz ya ha activado los procedimientos para quitarle todas las portavocías, los sitios en las mesas de las comisiones y la presidencia de la comisión de Derechos Sociales a los diputados de Podemos. El acuerdo, que avanzó El Salto sobre final de noviembre, fue plasmado en papel el día anterior al anuncio de la escisión. “Nos dio tiempo para dar de baja a los diputados propuestos”, grafica uno de los ‘yolander’.

En Sumar con respecto a Podemos hay dos sensibilidades: la primera, las palomas, son los diputados de las confluencias periféricas, que prefieren dejar reposar el asunto y no contribuir a mayor enfrentamiento fratricida en las izquierdas. La segunda, los halcones, son el círculo más cercano a la vicepresidenta y los de Más Madrid, que se inclinan por al menos sopesar posibilidades de hacer pagar a Podemos “la deslealtad”. Algunos están indagando vericuetos del reglamento del Congreso con ese objetivo.

Quienes llevan el comando de Sumar creen que en un momento de “hostigamiento” al Gobierno es un acto “políticamente imprudente” el dificultar la aprobación de las leyes fragmentando más la mayoría de investidura. Sin embargo, cuando se les pregunta por qué ocurrieron algunos hechos bastante llamativos, como que Podemos sea la única fuerza integrante del grupo que no habló en el hemiciclo hasta ahora, no saben qué responder.

“Las decisiones se toman en la dirección del grupo, que vota. A veces hemos tomado decisiones que no todos compartimos. Pero las condiciones políticas llevan a donde llevan, no había grandes alternativas”, se limitan a añadir. No es fácil para los legisladores este momento: la mayoría de ellos está atrapado en un enconado enfrentamiento, más personal y de poder que ideológico, entre Díaz y su entorno político más íntimo y la cúpula de Podemos.

Hablar con dirigentes de la formación morada es escuchar alivio y alegría. Algunos de ellos hasta exultantes. Ya pasado el huracán, sienten que han recuperado pies y manos para poder andar políticamente en la legislatura. Lo que antes se quejaban por lo bajo ahora lo dicen delante de los micrófonos y sin bozal.

“He vivido un constante maltrato, lo que valía para las otras fuerzas políticas no valía para Podemos. Somos la única fuerza que no tenemos ni siquiera firma para presentar iniciativas. Todas las fuerzas políticas grandes (IU, Comuns, Más Madrid) están en el Gobierno salvo Podemos. No se nos dejó hablar ni siquiera dos minutos habiendo cursado una solicitud. Es tan demencial que en el último pleno intentamos invitar a un colectivo a la tribuna y no se nos dejó. Querían tenernos amordazados toda la legislatura”, ha dicho a Cadena Ser la diputada canaria Noemí Santana, electa por la circunscripción de Las Palmas.

“Sumar tendría que haber gestionado mejor la diversidad y darle un poco más de juego a Podemos. No había un enfrentamiento ideológico tan grave como para que haya un quiebre”

Uno de los diputados que no está en un bando ni en el otro admite fuera de micrófono que “la culpa es de los dos, han ido a buscar la bronca desde el minuto cero” y cuestiona tanto la partida de Podemos, la cual daba por descontada pero no tan pronto, como la gestión de Díaz. “Sumar tendría que haber gestionado mejor la diversidad y darle un poco más de juego a Podemos. No había un enfrentamiento ideológico tan grave como para que haya un quiebre. Cuando en las reuniones se los escucha, es un problema más de tonos que de contenido”, opina un testigo presencial de las reyertas internas.

De hecho, la convivencia en estos cinco meses de legislatura ha sido bastante armoniosa entre todos los sectores, excepto los dos en pugna casi personal. Quienes han presenciado las discusiones parlamentarias ha visto que el debate bronco lo protagonizaron siempre Txema Guijarro (secretario general del grupo, exmiembro de la Ejecutiva morada) y Enrique Santiago (IU-PCE) y Lilith Verstrynge, la número 3 de Podemos.

Sobre el divorcio parlamentario tampoco se ponen de acuerdo. Los morados rechazan tajantemente ser tránsfugas y responden que el compromiso era facilitar la constitución del grupo Sumar y que tenga sus lugares en las comisiones y en la Mesa del Congreso, pero que no firmaron una permanencia irrestricta. Por supuesto que los ‘yolanders’ dicen todo lo contrario.

Saliendo del ruido de una discusión que parece casi de patio de escuela, deben reconocerse dos hechos: el primero es que el acuerdo electoral firmado en forma bilateral en junio pasado y al que tienen acceso los medios dice explícitamente que el pacto incluye ser parte integral del mismo grupo. En el apartado 10.1 se deja en claro: “Podemos se compromete a permanecer en el grupo parlamentario durante la completa duración de la legislatura”.

Pero por otro lado también hay otro hecho insoslayable: los negociadores de Díaz (en aquel momento Josep Vendrell, básicamente) no le avisaron a Belarra que no iban a tener coportavocías, ni iban a ser tenidos en cuenta en el Consejo de Ministros, que se les iban a bloquear todas las iniciativas y que no iban a poder hablar en el hemiciclo durante cinco meses de legislatura (y seguramente se venían unas cuantas semanas más). De hecho hubo tres proposiciones no de ley que sugirió Podemos y que fueron bloqueadas. Una de ellas de un asunto indoloro para la política doméstica como era sobre la situación interna de Senegal (las otras dos eran sobre Doñana y sobre Palestina).

Los negociadores de Sumar no le avisaron a Belarra que no iban a tener coportavocías, ni iban a ser tenidos en cuenta en el Consejo de Ministros

Próxima parada, Euskadi

La política del Estado español no descansa y en tres meses, poco más poco menos, habrá elecciones autonómicas en Euskadi y Galicia. No están convocadas oficialmente pero nadie en esos territorios cree que los comicios vayan a ser más allá de marzo.

En Galicia los morados han perdido representación parlamentaria, cuando en las últimas autonómicas llevaron como candidato a Antón Gómez. En las generales, Sumar obtuvo tan solo 1 de 23 escaños en disputa en las cuatro provincias de esa nacionalidad histórica. Allí el reto de Díaz es enorme pero las posibilidades son pocas.

Pero no lo es en el País Vasco, en donde la presencia territorial de Podemos es mayor. Allí Elkarrekin (la alianza con IU y Alianza Verde) tiene seis escaños en el parlamento autonómico. Lander Martínez, diputado electo por Bizkaia y que abandonó Podemos en 2020, es el encargado de negociar un frente electoral de izquierdas no nacionalista.

En Sumar creen que la escisión de la semana pasada “introduce ahora otros elementos” a la hora de negociar una coalición, en un territorio en donde la izquierda está dominada por EH Bildu. Sin embargo, esperan que se alcance un acuerdo y vayan todos juntos. Las encuestas por ahora otorgan a Elkarrekin (aunque seguramente cambie de marca electoral) entre tres y cuatro escaños.

En el planto estatal, Podemos asegura que no hay ningún riesgo para la continuidad de Sánchez. La estrategia será ahora poder “hacer política, que hasta ahora no se podía”, y tener un rol similar al de ERC y EH Bildu: negociar ley por ley y tratar de empujar el Gobierno a la izquierda. Con la libertad, a diferencia de hace un mes, de decir cosas que no lo permitía la permanencia en el Consejo de Ministros.

En Sumar algunos ven esto como una oportunidad para salir del remanso y no dejarse comer por izquierda por Podemos ni por el PSOE con sus maniobras de comunicación. “Habrá que escorarse a la izquierda”, dice uno de ellos entre risas. La política de esta legislatura recién comienza.

Opinión
Todo comenzó el martes
La salida de Podemos al Grupo Mixto mete en un problema a Sumar. Tanto el proyecto de Yolanda Díaz como el de Ione Belarra quedan encasillados en una posición subalterna al PSOE.
Podemos
Podemos oficializa su ruptura con Sumar y pasa al Grupo Mixto
El giro estratégico del partido liderado por Ione Belarra los privará de recursos económicos, pero les facilitará mayor visibilidad y más libertad de acción en el Congreso de los Diputados.
Cargando valoraciones...
Ver comentarios 20
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...
Cargando portadilla...
Comentarios 20

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...