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Sáhara Occidental
Marruecos pugna por dominar el espacio aéreo saharaui mientras utiliza drones contra la población civil
Un niño hace una visita a su abuelo, que vive en una localidad diferente a la de sus padres. En un momento dado, el vehículo en que ambos viajan se queda sin gasolina, lo que les obliga a caminar el resto del trayecto a casa del abuelo y regresar al día siguiente con una garrafa de gasolina en la camioneta de su tío. Luce un sol de gloria en una mañana de noviembre. Abuelo, tío y nieto disfrutan del aire fresco que les concede la vida. A su alrededor apenas se escucha el siseo atrayente de la arena del desierto, que zigzaguea juguetonamente entre sus pies mientras caminan desde donde aparcaron la camioneta hasta el coche del abuelo.
De pronto, un bombardeo. Estalla el mundo y el niño está muerto. Otro proyectil, bum, un sonido que perfora los tímpanos y hieren de gravedad al abuelo, que nunca superará el trágico asesinato de su nieto y morirá dos meses después en un estado catatónico, el abuelo no volverá a abrir la boca ni hablará con nadie hasta que se presente a rendir cuentas ante su Creador. Y el niño tiene nombre porque esta historia no es ficción: se llamaba El Ban, tenía trece años y falleció el 25 de noviembre de 2021 tras caerle una bomba arrojada por un dron marroquí a dos mil metros de altura. El Frente Polisario contabiliza ya al menos 60 civiles fallecidos a causa de los drones que sobrevuelan el Sáhara Occidental ante la indiferencia internacional —la organización AFRAPADESA ha registrado 55 de forma oficial—, la cifra va aumentando por cada semana que pasa. El Ban se convierte así en un número del conflicto, una cifra por la que lloran sus padres, una fotografía recopilada por los organismos de ayuda saharauis mientras su abuelo, también inocente, ni siquiera llega a eso.
Breve introducción a la gestión del espacio aéreo saharaui
La gestión del espacio aéreo saharaui corre a cargo de la compañía ENAIRE, entidad pública empresarial española adscrita al Ministerio de Transportes. Cuando se requirió información a esta empresa pública sobre el tema a tratar, esto es, información pública que debería estar al alcance de toda la ciudadanía, su respuesta fue que “no es fácil para nosotros informar sobre este tema y tampoco podemos ofrecer un portavoz debido al componente político que tiene”. Puertas cerradas. Sólo alcanzaron a reconocer que el espacio aéreo del Sáhara pertenece a la FIR/UIR (Región de Información de Vuelo Superior) del Centro de Control Aéreo de Canarias desde que O.A.C.I. (Organización de Aviación Civil Internacional), que controla el tráfico aéreo en esta zona de la misma forma en la que se realiza en el resto de los sectores del espacio aéreo designado a esa Dirección Regional de Canarias de ENAIRE, sin que exista diferencia alguna. Respecto al tráfico militar, indicaron que se gestiona “de la misma forma que el resto de tráfico civil en general”.
España es potencia administradora, no propietaria del espacio aéreo saharaui. Por tanto, a efectos de la legalidad internacional, España no ostenta ningún permiso para decidir si ceder o no cederlo
La profesora de derecho internacional de la Universidad Complutense de Madrid, María de los Ángeles Ruiz Colomé, confirma que “el espacio aéreo saharaui lo controla de iure y de facto España, por la condición de Estado que ejerce el Protectorado sobre el territorio” pero que “Marruecos podría controlar, sin derecho, de facto, la parte del Sáhara ocupada ilícitamente hasta este momento”. Ejemplos de este control “de facto” se suceden casi a diario. En diciembre de 2021, un Boeing C-17 Globemaster III de la Fuerza Aérea Catarí sobrevoló el espacio aéreo saharaui y aterrizó en el aeropuerto de El Aaiún. Esta aeronave en concreto (código de vuelo LHOB250), utilizada para el transporte de equipo militar pesado, ya llamó la atención de la prensa italiana en junio de 2022 por sus continuos vuelos de naturaleza “secreta”. Igualmente, basta una ojeada a las imágenes satelitales de Google Maps para encontrar cazas de combate marroquíes estacionados en el aeropuerto de El Aaiún.
Ruiz Colomé especifica que las conversaciones que está manteniendo España “sobre la atribución territorial por título de cesión del Sáhara Occidental a Marruecos” se refieren únicamente a la zona ocupada, aunque todo ello se hace en contra de las Resoluciones de la Asamblea General de la ONU porque “no se puede ceder lo que no se tiene, y el Sáhara Occidental no está bajo soberanía absoluta de España, ya que es un territorio recogido como en situación de descolonización”. En esta última afirmación se centra uno de los puntos más delicados en lo que respecta a la “cesión” del espacio aéreo saharaui a Marruecos que tanto está dando que hablar por estas fechas a los medios de comunicación.
El actual ministro de Interior español, Fernando Grande Marlaska, dictó en un auto de la Audiencia Penal en el año 2014 que “España sigue siendo la Potencia Administradora del territorio, y como tal, hasta que finalice el periodo de la descolonización, tiene las obligaciones recogidas en los artículos 73 y 74 de la Carta de Naciones Unidas, entre ellas dar protección, incluso jurisdiccional, a sus ciudadanos contra todo abuso, para lo cual debe extender su jurisdicción territorial”. España es potencia administradora, no propietaria del espacio aéreo saharaui. Por tanto, a efectos de la legalidad internacional, España no ostenta ningún permiso para decidir si ceder o no ceder el espacio aéreo saharaui a quien lo solicite. Es así de simple. Hacerlo iría en contra de las Resoluciones de la ONU y en contra del derecho internacional.
Así lo confirmó el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en una sentencia del 2018, en la que se confirmó que la jurisdicción del espacio aéreo del Sáhara Occidental recaía sobre el Frente Polisario como representante legítimo del pueblo saharaui, tal y como recogen las continuas Resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la descolonización.
En lo que se refiere a las operaciones militares marroquíes en Sáhara Occidental, las postura de la profesora Ruiz Colomé concuerda con la legislación vigente: “Desde el momento en el que España es la que ejerce, lícitamente, la jurisdicción sobre el espacio aéreo saharaui, por supuesto que puede vetar operaciones militares en el mismo, salvo que se lo consienta expresamente a Marruecos”. Esto implica que los centenares de fallecidos saharauis a causa de los bombardeos aéreos marroquíes han sido permitidos, si no consentidos de forma expresa, por España.
Queda claro entonces que la cesión de una sola milla del espacio aéreo saharaui contradice directamente el derecho internacional, las resoluciones de la ONU y las sentencias dictadas por el TJUE. A la hora de buscar responsables sobre las víctimas, Ruiz Colomé no duda en afirmar que “España sería tan responsable como Marruecos, en este caso”.
“Desde el momento en el que España es la que ejerce, lícitamente, la jurisdicción sobre el espacio aéreo saharaui, por supuesto que puede vetar operaciones militares en el mismo, salvo que se lo consienta expresamente a Marruecos”
Favores a tres bandas (Estados Unidos, Marruecos e Israel)
No faltarán quienes se pregunten qué le debe el PSOE a Marruecos, y por qué se están dando esta serie de negociaciones en lo que respecta al espacio aéreo saharaui. Lejos de las teorías de conspiración que relacionan a la esposa de Pedro Sánchez con lo sucedido, la realidad es que se percibe una respuesta derivada del ámbito geopolítico actual y que poco tiene que ver con el partido de Gobierno. Ruiz Colomé interpreta la actitud actual de España sobre el Sáhara “como una respuesta al chantaje al que Marruecos somete a España con el grifo de la inmigración marroquí y subsahariana”. Además, “los movimientos de EE. UU sobre Marruecos e Israel revelan un movimiento a favor de Marruecos en el caso del Sáhara Occidental, con el fin de proteger a Israel”. Y no parece faltarle razón. Uno de los eventos geopolíticos más sonados del Magreb en 2022 fue la reapertura de las fronteras entre Marruecos e Israel para sus respectivos ciudadanos en los acuerdos conocidos como “Abraham”, mientras las relaciones diplomáticas entre sendos países se han estrechado a nuevos niveles en lo que llevamos de 2023. A esto tendría que sumarse la adquisición marroquí de material militar israelí desde 2021 (como tarde), año en que Rabat compró drones israelíes Harop por valor de 22 millones de dólares.
Política
Reunión de alto nivel Marruecos y España, una amistad bajo sospecha
Cabe destacar que Donald Trump fue el primer presidente norteamericano en reconocer oficialmente el Estado de Israel, mientras “reconoció” de forma no oficial en Twitter la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, el 10 de diciembre de 2020: “Hoy firmé una proclamación reconociendo la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. ¡La propuesta seria, creíble y realista de Marruecos es la única base por una solución justa y duradera para garantizar la paz y la prosperidad!” La reciente aproximación de Marruecos y el mayor aliado militar de España (en una época donde el militarismo ha vuelto a ponerse de moda en Europa a raíz de la guerra de Ucrania) no deja de ser excusa suficiente para que España cumpla con los deseos de Washington y de Rabat.
A finales de marzo, Fernando Clavijo Batlle, senador designado por el Parlamento de Canarias del grupo parlamentario Junts per Catalunya – Coalición Canaria, formuló la siguiente pregunta al Gobierno español: “¿Qué negociaciones está llevando a cabo el Gobierno de España con el Reino de Marruecos para el traspaso de la gestión del espacio aéreo en el Sáhara Occidental?”. Y la respuesta del Gobierno fue contundente: “Las conversaciones con Marruecos en este ámbito se han iniciado […] y se circunscriben a la gestión de los espacios aéreos y la coordinación entre ambas partes en aras de conseguir una mayor seguridad en las conexiones y cooperación técnica”.
Abdesalam Omar Lahsen, presidente de la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis, asegura que “en realidad, España ya cedió el espacio aéreo” a Marruecos
En la respuesta del Gobierno destaca una palabra: seguridad. Queda así patente que el término “seguridad” no se refiere a la lucha que sostiene Marruecos contra el Frente Polisario, una batalla que a España le es indiferente a efectos prácticos, sino a la seguridad de los aviones comerciales que sobrevuelan el Sáhara Occidental y que corren un serio peligro debido a las prácticas aéreas ilegales que efectúa Marruecos desde finales del siglo pasado.
La revista Aviación Digital recogió documentos tan atrás como en 2015 donde se demostraba sin lugar a dudas que existía una falta de información o información errónea en el AIP (Publicación de Información Aeronáutica) de España sobre zonas restringidas y peligrosas establecidas por cuenta de Marruecos y sobre los TMA (Área de Control Terminal) que ha establecido Marruecos ilegalmente en el espacio aéreo asignado a España por Naciones Unidas (TMA Laayoune /FL125 y TMA Dakhla/FL085), y resaltaba igualmente la inexistencia de la comunicación directa requerida entre el Control de Tráfico Aéreo de Canarias y las torres controladas por Marruecos en el Sáhara Occidental. Esto implica una inseguridad aérea de manual, en la que se dan vuelos no controlados por Canarias (que recordemos que es, a efectos oficiales, quien gestiona los vuelos sobre el espacio aéreo de Sáhara Occidental) y que podrían provocar accidentes catastróficos con vuelos comerciales.
A esto se refiere la palabra “seguridad”. A que España, tal y como determinó la profesora Ruiz Colomé, no controla “de facto” el espacio aéreo saharaui, dejando los tratados y sentencias de los distintos organismos y tribunales en papel mojado. Así lo confirma en una entrevista telefónica Abdesalam Omar Lahsen, presidente de la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis, cuando asegura que “en realidad, España ya cedió el espacio aéreo” a Marruecos tras las acciones mencionadas en el párrafo anterior.
Los drones: un as en la manga marroquí
Pero existe un dato poco comentado por los medios de comunicación y que directamente arruga, quema y tritura los tratados y las sentencias. A lo largo del artículo se han ido dando pistas sobre qué podría ser: se vio en la muerte prematura de El Ban y en la compra de material militar a Israel.
Son los drones. El arma de moda en los conflictos militares del siglo XXI. Basta ojear los periódicos un día cualquiera para comprobar el uso constante que hacen de ellos en Ucrania, o repasar los ataques pasados de Estados Unidos en Siria y Afganistán.
Dentro de la escueta contestación concedida por ENAIRE, se afirmó que “respecto a los vuelos no tripulados o drones, debido a la escasa altitud de vuelo, son gestionados directamente por el control aéreo de las torres de control afectadas por dichos vuelos, por lo que no se controlan desde el Centro de Control de Canarias de ENAIRE”. Esto significa, dicho por la propia empresa encargada del control del espacio aéreo, que son los marroquíes, y no España, quienes controlan los vuelos de estas máquinas mortíferas.
Abdesalam opina que Marruecos comenzó a utilizar drones contra el Frente Polisario “debido al elevado número de bajas” ocasionadas a sus tropas terrestres, que calcula en unas 30.000 desde el inicio del conflicto en la década de los 70. El uso de los drones se da tanto contra objetivos civiles como militares. Abdesalam apunta que una mayoría de los ataques se dan en el noreste y sureste del Sáhara Occidental, habiendo fallecido por su causa tanto saharauis como civiles mauritanos y argelinos. Se trata de una estrategia que recuerda al uso de bombas de fósforo blanco y napalm contra los núcleos de éxodo de la población saharaui en 1975, como fue la masacre de Um Dreiga, que actualmente se encuentra incluida en un auto de la Audiencia Nacional de 2015 para procesar por genocidio a 11 mandos militares y civiles marroquíes que aún no han sido detenidos.
Así se ha configurado un estado de terror que afecta a toda la población civil; donde un caza de combate ruge y hace temblar el cielo, avisando a sus víctimas de que el ataque será inminente, el vuelo silencioso de los drones vuelve imposible saber cuándo, cómo o dónde atacarán. La tensión se escurre durante las veinticuatro horas del día. Comerciantes y pastores son objetivos de esta amenaza silenciosa, como lo fueron El Ban y su abuelo, que, por cierto, y por si había dudas, no iban armados cuando fueron bombardeados.
Fotografías del aeropuerto de El Aaiún compartidas a este periodista por activistas saharauis muestran un elevado número de drones CAIG Wing Loong II de fabricación china estacionados en sus hangares, igual que se han captado diferentes imágenes de dichos drones sobrevolando la capital saharaui. A estos habría que sumarles los drones suicidas Harop comprados a Israel en 2021 y la evidencia recogida que muestra un vuelo de pruebas de un Bayraktar TB2 sobrevolando en 2021 el territorio marroquí, entre Touzint y Ouled Bouali. El ejército marroquí cuenta también con drones Thunder, Heron-1, Hermes 900 y Hermes 450 de fabricación israelí, así y como drones Predator vendidos por Estados Unidos a partir de 2020.
El uso de drones contra el Frente Polisario en el Sáhara Occidental lleva comunicándose a la opinión pública desde comienzos de 2023, pero la realidad muestra que llevan utilizándose desde hace varios años, y también contra la población civil. Un alto oficial del Frente Polisario asegura que el primer ataque con drones por parte del ejército marroquí tuvo lugar el 5 de enero de 2021; desde entonces, asegura que un 67% de estos ataques se realizaron en zonas fronterizas “donde nomadean regularmente civiles saharauis y mauritanos”. Se tratan de zonas que distan en centenares de kilómetros de las posiciones defensivas marroquíes. Dicho oficial saharaui, de nombre Habuha Braica, al igual que el padre de El Ban y el resto de entrevistados, confirmaron y aportaron pruebas que señalan que dichos ataques han sido registrados por la MINURSO (la misión de los cascos azules en Sáhara Occidental) o incluso atestiguados en ciertos casos, pese al silencio que les ha seguido.
El oficial Braica identifica tres objetivos dentro del uso de drones por parte del ejército marroquí contra la población civil saharaui: sembrar el pánico entre los civiles que nomadean por las zonas castigadas, implicar a los países de la zona en una guerra abierta y, lo más importante, impedir cualquier flujo de mercancía e intercambio comercial entre Argelia y Mauritania, así como el libre tránsito de personas. Prueba de ello son las dos zonas más atacadas: la carretera que lleva desde Atar (Mauritania) hasta Aguelt el Adam (Mauritania) y la carretera que conduce desde Ain Ben Tili (Mauritania) hasta poco antes de la localidad de Tinduf (Mauritania). Existen amplios registros fotografiados sobre ataques en las zonas citadas y que se sitúan muy alejadas de la zona del frente.
Habuha Braica, alto oficial del Frente Polisario, asegura que el primer ataque con drones por parte del ejército marroquí tuvo lugar el 5 de enero de 2021; desde entonces, afirma, un 67% de estos ataques se realizaron en zonas fronterizas
Dato: el 19 de octubre de 2021, un automóvil civil fue atacado por un dron en el área de Safya, hiriendo a Saleh Lehbib Laman y Jatri Mustafa, y quedando el automóvil completamente destruido. Dato: Tres camioneros argelinos que transportaban material de construcción fueron bombardeados por drones marroquíes cuando viajaban hacia Mauritania en noviembre de 2021. Los tres fallecieron en el acto. La MINURSO se desplazó al lugar de los hechos pero la ONU sigue sin pronunciarse al respecto. Dato: Ayub Mohamed Jatri Embarec, Bachir Mohamed Jatri Embarec, Othman Salma Dah, Sid Ahmed Salha Mulay —propietario del coche—, Muhammad Salem Muhammad Abdallah Lahcen, Mansour Muhammad Yahdia y Sheikh Hamdi Abd al-Nabi son los nombres de siete civiles asesinados a manos de drones, también en noviembre de 2021. Las fotografías de sus cadáveres y de los vehículos calcinados muestran a los fallecidos vestidos con ropas civiles, viajando en transportes civiles y desarmados. Dato: el 26 de enero de 2022, un dron bombardeó un automóvil Land Rover de propiedad civil en la región de Azgoula, provocando la muerte de su conductor, Hamdi Laabeid Salek, y la destrucción del vehículo. Suma y sigue.
Abdesalam concluye que “los asesinatos selectivos que se llevan a cabo lejos de las hostilidades o contra civiles desarmados constituyen graves violaciones de las normas del derecho internacional, mientras que el mero hecho del despliegue de armas en violación de las normas del Derecho Internacional Humanitario acarrearía la Responsabilidad del Estado sin perjuicio de las responsabilidades individuales”. Marruecos muestra así su mano derecha y enfurece, retuerce y fuerza en lo que se refiere al uso del espacio aéreo saharaui; y su mano izquierda se escinde y arroja drones contra civiles mientras la legalidad internacional, todavía a la zaga en lo que respecta al uso de drones en el Sáhara Occidental, parpadea confundida sin atreverse a reaccionar.
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Hace décadas que España y sus partidos gobiernantes (PP y PSOE) han dejado olvidado al Sáhara Occidental, al que no solo no protegemos como potencia administradora, sino que encima apoyamos al ocupador marroquí.
Pero detrás de esto hay una conexión de intereses económicos de elites occidentales, las cuales necesitan de un Sáhara ocupado ilegalmente para poder saquear los recursos naturales saharauis. Al mismo tiempo, esto nos deja entrever lo súbditos que somos de EE.UU, tanto en Ucrania como en el Sáhara Occidental, dejando de lado los derechos humanos para apoyar a países colonialistas y asesinos como Marruecos e Israel...