Política
“Sin una masa social concienciada poco se puede hacer en las instituciones”

El nuevo miembro del CCE de Podemos augura una buena etapa para el partido y recuerda que los problemas siguen siendo los mismos que cuando empezaron
Ander Jiménez Cava
Ander Jiménez en la sede de Podemos en Donostia Ander Balanzategi

Ander Jiménez Cava (Beasain, 1986) forma parte, por primera vez, del nuevo Consejo Ciudadano Estatal de Podemos. El guipuzcoano tiene una larga militancia relacionada con el sindicato CNT, colectivos estudiantiles, asambleas contra el plan Bolonia, el gaztetxe de Beasain o diversas luchas de carácter laboral. Comenzó a ayudar a Miren Gorrotxategi en la campaña de las últimas elecciones y en septiembre pasó a trabajar en la elaboración del argumentario y discurso del partido. Para Jiménez, su militancia, más allá de por estar organizado colectivamente, responde a su compromiso con los movimientos sociales.

Podemos ha bajado en votos en los últimas ocasiones que ha acudido a las urnas. Perfiles como el tuyo, gente joven, ¿pueden servir para reenganchar con el electorado?
Es posible que pueda ser un banderín de enganche, pero creo que también opera más a un nivel simbólico, que la gente se pueda sentir identificada porque hemos compartido espacios. Más allá de eso, lo importante son los argumentos y los proyectos políticos que se dan para confrontar a otras fuerzas políticas. Podemos es un partido que está en las instituciones y tenemos que plantear un proyecto alternativo, real, viable. Y que la gente se dé cuenta de ello. Lo importante es generar cambios materiales en su vida cotidiana.

La ultraderecha se ha asentado en las instituciones, ¿te motiva más llegar a Madrid ahora?
Sí, me impulsa. Afortunadamente, en Euskadi la ultraderecha no tiene gran influencia. Aparte de lo que representa ideológicamente, lo que me incita es que ahora existe una crisis del sistema y que hay una salida nacional populista que representa la ultraderecha conservadora reaccionaria, y que además es ultraliberal. Más allá del partido, hace falta una oposición fuerte en la calle, en los sindicatos, en las organizaciones obreras, en los movimientos sociales… porque sin una masa social concienciada poco se puede hacer en las instituciones.

Sindicalistas y chavales de Ernai detenidos en una manifestación. ¿Hay miedo a la protesta?
A mayor represión es lógico que la gente tenga más miedo a manifestarse. El Consejo de Europa ya dice que el Código Penal en España atenta contra la libertad de expresión con delitos de opinión como los delitos contra la corona, enaltecimiento del terrorismo, u otros. Por eso hemos visto a raperos condenados. Hay que cambiarlo porque es altamente autoritario. Cuando existe un descontento general, el poder utiliza los resortes de la represión.

“Cuando existe un descontento general, el poder utiliza los resortes de la represión”

¿Ha servido la pandemia para mermar nuestros derechos?
Es evidente que ha habido un recorte de derechos fundamentales, pero creo que ha sido algo temporal, para parar la pandemia. La realidad es que el virus se contagia si hay aglomeraciones, por lo tanto, creo que los gobiernos de ultraderecha en el mundo han sido más liberales en este sentido. Hay medidas que atentan contra los derechos fundamentales, pero es necesario ese estado de excepción. Hay que andar con pies de plomo en estos temas porque se trata de nuestra libertad, pero cuando está en juego la salud pública no hay que guiarse por acciones políticas.

La Guardia Civil detuvo a Kai de Eguilaz por el sumario de los ongietorris.
En primer lugar, hay que decir que los ongietorris son legales y la propia Audiencia Nacional lo ha reconocido. En ese sentido, lo que es un delito en el Código Penal es el enaltecimiento del terrorismo. Y yo creo que hay que derogarlo porque por encima de todo está la libertad de expresión. La gente tiene todo el derecho a reprobar moralmente los ongietorris entendiendo que no se está mostrando solamente cariño a una persona que sale de la cárcel, sino que se está justificando su acción pasada violenta. Ilegalizarlos, perseguirlos o detener a gente me parece de la peor represión política que puede haber. No debería pasar en una democracia.

¿Cómo ves la lucha obrera en Euskadi?
En Euskadi y en todo Occidente la lucha está organizada cuando surge un problema. El conflicto social a veces se presenta de una forma evidente, como cuando ocurren temas como el de Tubacex o ITP, donde las empresas aprovechan una bajada de la producción para hacer despidos masivos. Cuando ocurren cosas tan graves, es cuando esa lucha de clases sale a la luz, pero ese conflicto social siempre está latente en cada puesto de trabajo. Ahora hay unas vulneraciones de derechos laborales de los más elementales. La CEOE quiere un trabajador flexible, que se adapte, en constante formación y que esté al servicio del capital. El sistema capitalista crea personas al servicio de un sistema económico basado en la plusvalía y en el beneficio del gran empresario. Quizá en estos momentos no exista un proletario organizado como existía antes de los 70.

La última reforma laboral no ayuda a mejorar esas condiciones.
Es necesario derogar la reforma laboral del PP. Y creo que este año se hará, no hay excusas. EH Bildu, Podemos y PSOE pactaron la derogación de la reforma laboral y al final vino la pandemia, donde el PSOE se echó para atrás. Esto pasa porque es un partido socioliberal y tiene un alma derechista. Si precisamente ahora vira en algunas leyes hacia la socialdemocracia es porque Podemos está estirando hacia ese lado. Ahora está la ministra Calviño y antes con Zapatero estaba Solbes, que los cambias por un ministro del PP y nadie nota la diferencia.

“El PSOE es un partido socioliberal y tiene un alma derechista”

La trama del cártel norte ha dejado claro que la corrupción y el clientelismo están presentes en Euskadi. Pero no parece que estas noticias tengan mucho impacto social.
Es posible que nos lo cuestionemos poco y depende de cuántas veces y de cómo salga en los medios de comunicación. Cuando un partido como el PNV lleva tantos años en el gobierno, hay unas prácticas donde la élite política y la élite empresarial crean unos vínculos que hacen que el sistema esté corrupto. Esas inercias son algo intrínseco al funcionamiento de la economía neoliberal. Si externalizas y privatizas toda la gestión que en realidad debería pertenecer al sector público, encuentras una serie de empresas que son un oligopolio, que se reparten el pastel, que se conocen entre ellas y a quienes están en la élite política.

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¿Pasará factura en las urnas?
Existe aún ese imaginario del PNV como buen gestor y parece que la sociedad vasca le perdona todo. Que eso le pase factura en las urnas dependerá cómo lo interprete la gente, de cómo salga reflejado y cuántas veces se exprese en los medios de comunicación. La ciudadanía puede entender que hay una manzana podrida que se quita y ya está. O que hay unas relaciones que se dan casi inevitablemente de manera corrupta. Para eso tenemos que hacer un trabajo comunicativo.

La educación es un tema tabú en Euskadi. ¿Las ikastolas dentro del modelo concertado generan segregación?
Es un tema tabú para la izquierda abertzale, aunque hay mucha gente de esa izquierda abertzale que es crítica. Ahí tienen una contradicción grande, porque cuando las ikastolas surgieron eran completamente necesarias, dentro del movimiento popular, de la defensa del euskera, porque no existía el derecho a aprender euskera y a usarlo. Es un trabajo que hay que reconocer, ensalzar y estudiar. Ahora en Euskadi existe un modelo público D y unas ikastolas que lo que crean es una tremenda segregación social. No hay ninguna persona de izquierdas que pueda defender eso, por mucha perspectiva nacionalista que tengas en Euskadi. No hay más que ir por los pueblos y los barrios y ver quién va a la ikastola y quién no. En Ordizia, el 20% del alumnado del colegio público es migrante, y en la ikastola solo el 4%. Esto es desigualdad social pura. Por el tema identitario, la izquierda abertzale no se atreve a meterse mucho en ese tema, pero es algo que tenemos que señalar.

El PSOE ha propuesto a Unidas Podemos un mecanismo con el que se podría regular el precio del alquiler. ¿Por qué tanta resistencia a hacerlo?
Ábalos se negó a intervenir el mercado del alquiler, que es algo por lo que venimos luchando desde hace meses. Se recoge en el pacto de gobierno y parece que tienen presiones de los lobbys. Están protegiendo intereses de fondos de inversión por encima del derecho a la vivienda. Si no hay intervención del alquiler no puede haber derecho a una vivienda digna y asequible.

“Están protegiendo intereses de fondos de inversión por encima del derecho a la vivienda”

El cuanto al precio de la luz, ¿por qué es incapaz el gobierno de regular el mercado?
Entender el mercado eléctrico es muy complejo, pero es cierto que gracias a Podemos se ha bajado el impuesto del 21% al 10%, lo que supone alrededor de 6 euros al mes. No es que me parezca mucho, pero es una medida para paliar la subida. Lo que hace falta es una empresa pública que compita con ese oligopolio para que la factura de la luz pueda bajar. No hay otro modo.

Los indultos en Cataluña, ¿abren el camino al dialogo y a la concordia?
Se va a normalizar la situación. Los indultos son buenos y se podía haber hablado de amnistía. Es evidente que el gobierno ha cambiado de estrategia respecto a lo que hacía el PP. Con Rajoy había una forma de actuar en la cuestión nacional que beneficiaba a la derecha más rancia y nacionalista. Y que, a la vez, creaba más confrontación. Es el dialogo lo que tiene que primar para solucionar los problemas de carácter nacional. Hay que hablar de referéndum y de amnistía.

Podemos se ha renovado. ¿Cómo ha sentado el nuevo cambio del partido?
La ilusión es un artefacto con una mecha muy corta. Los medios de comunicación y una oposición rastrera habían quemado el personaje de Pablo Iglesias y le habían convertido en algo que no es. Él mismo dijo que cuando dimitió estaba movilizando más gente en contra que a favor. Y creo que es una lectura correcta. Yolanda Díaz es una ministra muy bien valorada y que teniendo en cuenta de donde viene tiene una conciencia de clase bastante evidente, que puede movilizar a la izquierda, esa ilusión para tener buenos resultados. Veo una buena etapa, una formación política que ha madurado, que ahora tiene experiencia de gobierno y no creo que haya cambiado de ideología ni de lo que surgió, porque los problemas siguen siendo los mismos.

¿Y en Euskadi?
Ahora mismo veo muy bien las cosas con Miren Gorrotxategi y Pilar Garrido. Avanzando con ganas de aglutinar a más gente y de reactivar la militancia en los pueblos.

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