Periodismo
¿Por qué murieron tres periodistas ecuatorianos en la frontera con Colombia?
Una veintena de periodistas de Ecuador y Colombia han seguido durante seis meses las pistas de sus colegas secuestrados y asesinados por una milicia colombiana. Las evidencias arrojan preguntas inquietantes sobre la actuación de ambos estados durante las negociaciones de rescate y sobre el proceso de paz

La investigación, titulada Frontera cautiva: tras los rastros de los periodistas ejecutados, busca honrar la memoria de los periodistas asesinados y esclarecer qué ocurrió en los días previos a que se tuviese noticia del fallecimiento. Para ello han contado con el apoyo de la ONG Forbidden Stories. La periodista Soraya Constante ha participado en dicho consorcio de periodistas. Los registros muestran cómo tanto el gobierno de Ecuador como el de Colombia quisieron ocultar detalles de las negociaciones con el grupo de rebeldes. De hecho, en la primera rueda de prensa en la cual se informó del secuestro, ni siquiera se comunicó la identidad de los periodistas.
El grupo autor del secuestro exigía la liberación de tres miembros detenidos en Ecuador y la retirada de un acuerdo entre ambos países para acabar con el narcotráficoEn un vídeo publicado una semana después del secuestro, los tres hombres aparecían encadenados. Javier Ortega aseguraba: “Presidente Lenín Moreno, en sus manos están nuestras vidas”. El grupo autor del secuestro exigía la liberación de tres miembros detenidos en Ecuador, así como la retirada de un acuerdo conjunto entre ambos países para acabar con el narcotráfico. El diario El tiempo de Bogotá llegó a anunciar la liberación de los periodistas en base a “fuentes oficiales” fiables. De hecho, un fiscal ecuatoriano les esperaba para llevarlos al aeropuerto de Esmeraldas, donde estaba planeado que tomasen un avión con rumbo a Quito. Lenín Moreno habría tenido una conferencia de prensa lista para anunciar la liberación de los periodistas. Según la versión del estado ecuatoriano, se llevó a cabo una negociación en lugar de apostar por la vía militar. Lo cierto es que al final los periodistas fueron asesinados y hasta hoy no se sabe el porqué.
Las FARC se distanciaron del asesinato
El secuestro y asesinato de los periodistas ecuatorianos se atribuye al excombatiente de las FARC Walther Patricio Arizala Vernaza, conocido en Colombia como Luis Alfredo Pai Jiménez y que en ambos países responde al alias de ‘Guacho’. En la única entrevista en vídeo que se ha publicado hasta el momento, concedida al canal RCN, asegura haber sido comandante de las FARC y no estar de acuerdo con el proceso de paz. “Somos guerrilleros activos”, asegura, además de decir que llevan a cabo una “lucha proletaria”. La milicia que comanda tendría unas 250 unidades según sus propias palabras y asegura no tener relación alguna con las mafias de la droga. Según fuentes cercanas a las negociaciones que se llevaron a cabo en La Habana, el ‘Guacho’ habría sido expulsado durante dichas negociaciones de las FARC.La organización FARC, que abandonó oficialmente la lucha armada en 2016 y pasó a ser un partido político llamado Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, condenó “de manera rotunda” el asesinato de los periodistas de Ecuador, en palabras de su senador Pablo Catacumbo. Asimismo, el presidente de dicho partido, Rodrigo Londoño, escribió en Twitter: “Mis más sinceras condolencias con los familiares de los periodistas ecuatorianos tras la irreparable pérdida. Lo sucedido evidencia la necesidad de seguir trabajando por la paz”.El estado colombiano no está cumpliendo con el compromiso de evitar que las disidencias de las FARC formen bandas armadas en la frontera, afirma ConstanteEl proceso de desarme de las FARC, con la creación de los llamados Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación, parece no estar funcionando todo lo bien que debiera. “El acuerdo de paz no se está cumpliendo”, explica Constante. “En uno de sus apartados, el tercero, se recoge que el estado colombiano se compromete a controlar que las disidencias de las FARC, que serían unos 1200 hombres, no formarán parte de bandas armadas en la frontera y el estado colombiano no lo está cumpliendo”.
Por otro lado, los crímenes de los que se acusa al ‘Guacho’ en ambos países incluyen no solo el narcotráfico en la región de Nariño al sur de Colombia, sino otros brutales asesinatos y secuestros, así como ataques con bomba que han tomado a la sociedad ecuatoriana por sorpresa. En enero volaron un artefacto en un cuartel policial y pocos días más tarde asesinaron a cuatro militares con una bomba que estalló al paso de un convoy militar. Las autoridades colombianas le buscan además por una matanza de campesinos en Tumaco.
Una frontera pobre altamente militarizada
Mientras los gobiernos mantienen la zona en un estado de práctica ocupación militar por ambas partes, como denuncia el grupo de periodistas autor de la investigación, los campesinos que viven en el área sur de Colombia se dedican sobre todo al cultivo de la coca. En una zona que el estado colombiano tiene marginada, las familias incluso financian los maestros con el usufructo de la venta de coca, como explica el alcalde de una de las localidades al programa de investigación Testigo Directo. El gobierno de Colombia estaría por tanto no solo dejando de lado esta zona de su país con sus habitantes, sino incumpliendo otro punto del acuerdo de paz, el cuarto, en el cual se recoge el fomento de cultivos alternativos a la coca, así como la protección de los agricultores frente a los grupos ilegales armados. Soraya Constante explica que la región siempre se ha caracterizado por un alto desempleo y pobreza. El territorio está controlado por las mafias de la droga, con 19.000 hectáreas de cultivos de hoja de coca y toneladas de cocaína producida cada mes con destino a México y los Estados Unidos. “Siempre ha sido una zona caliente por el tema de la droga, antes controlada por la guerrilla de las FARC, que se cree que podría haber tenido acuerdos con el gobierno de Ecuador, aunque todo ello está siendo investigado aún”, afirma la periodista. Según Constante, con el gobierno de Lenín Moreno esta política del “dejar hacer” habría cambiado hacia un mayor control. “Ahora lo que tenemos es una disputa de varias bandas criminales que son disidentes de las FARC y que pugnan entre ellos para controlar esa mina que supone el control de los campos de coca, así como las rutas de distribución”, diagnostica.Hasta ahora los periodistas no se sentían amenazados en esta frontera y es por ello que sus colegas han levantado la voz de alarma y quieren sensibilizar más allá de sus países. “A ambos lados de la frontera operan dos disidencias de las FARC: el Frente Oliver Sinisterra y las Guerrillas Unidas del Pacífico, así como el Ejército de Liberación Nacional, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y bandas delincuenciales como Gaula NP y Las Lágrimas”, describen la situación. Los habitantes de la región siguen esperando la llegada de un estado que responda y condiciones de vida dignas y seguras, los familiares de los periodistas, por otro lado, aún esperan un esclarecimiento y explicaciones oficiales, así como la captura y condena de los responsables de la matanza.
Periodismo
Ecuador: nos quitaron tres
Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, tres periodistas secuestrados el 26 de marzo en la frontera entre Ecuador y Colombia, han sido asesinados por un grupo disidente de las FARC.
Colombia
Colombia: el difícil camino hacia una paz duradera
Relacionadas
Asturias
Las Seis de la Suiza consiguen el tercer grado penitenciario a la espera del indulto prometido por el Gobierno
Laboral
Legislación laboral en condiciones de calor extremo: existe pero ¿se aplica?
Portugal
La derecha y la extrema derecha portuguesas acuerdan una ley antimigrantes sin precedentes
El Salto n.79
Galicia dice 'no' al capitalismo verde y en el último número de la Revista El Salto te lo contamos
Opinión
Nunca es tarde: sobre justicia transicional y régimen colonial español en el Franquismo
Euskal Herria
La transferencia a Euskadi de los subsidios de desempleo se atasca
Incendios
El vecindario de la Cañada responsabiliza del incendio a Ayuso y denuncia la actuación de Emergencias
Grecia
Grecia muestra su peor cara ante el aumento de llegadas de personas migrantes a Creta
Torrejón de Ardoz
Torrejón clama justicia por Abderrahim un mes después de que muriera asfixiado por un policía de Madrid
Palestina
El ataque de Israel a una iglesia indigna al Gobierno francés, que sigue sin hacer nada contra el genocidio
Últimas
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Cómic
Simon Hanselmann y el arte de lo obsceno
Región de Murcia
Más de mil organizaciones piden que se castiguen los discursos de odio que incentivan las agresiones racistas
El Salto Radio
Yupanqui, la música en colectivo
Región de Murcia
Bulos y algaradas: la estrategia internacional para promocionar el supremacismo
Estados Unidos
No es una guerra de Trump contra el fentanilo, es una guerra contra los pobres
Justicia
Organizaciones civiles y de derechos humanos piden protección para el hijo menor de Juana Rivas
Francia
Francia se ensaña con los más desfavorecidos con su nueva batería de recortes
Recomendadas
Pensamiento
Nuria Romo
“Los procesos de medicalización no son neutros, se hacen sobre todo hacia las mujeres”
Comunismo
Jodi Dean
“Sin organización, los movimientos surgen y desaparecen como setas”
Arte contemporáneo
Palabras contra el poder: la vigencia radical de Barbara Kruger
Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!