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País Vasco
La nueva ley de educación cierra la puerta a la inmersión lingüística en euskera
La propuesta final de la ley de educación que se aprueba este martes en Consejo de Gobierno da un giro al sistema de organización lingüística de la escuela vasca y propone el euskera como “eje central”, abandonando, sin embargo, la posibilidad de la inmersión lingüística. El texto, al que ha tenido acceso El Salto, define la escuela como “un sistema multilingüe cuyo eje central será el euskera” y apuesta por el aprendizaje de las “dos lenguas oficiales y, al menos, una extranjera”.
Se transforma el actual sistema de modelos lingüísticos —A, B y D—, vigente desde 1993 y se da paso a un modelo centrado en el nivel de conocimiento de las lenguas. Al finalizar la primaria el alumnado deberá alcanzar, al menos, un B1 de euskera y castellano y un B2 al terminar la secundaria. Sin embargo, la ley no establece mecanismos de evaluación externa para acreditar la competencia de idiomas y deja en manos de los equipos docentes “valorar los niveles obtenidos por el alumnado”, lo que abre la puerta a la discrecionalildad en la acreditación. Sí contempla poner en marcha un “sistema eficaz de seguimiento”, pero no concreta cómo será.
La ley no establece mecanismos de evaluación externa para acreditar la competencia de idiomas y deja en manos de los equipos docentes “valorar los niveles obtenidos por el alumnado”
Este modelo lingüístico ya generó discrepancias entre los grupos políticos y fue uno de los escollos para sacar adelante el pacto educativo el pasado marzo. La propuesta del PSE de que las tres lenguas – euskera, castellano e inglés – fuesen consideradas lenguas de aprendizaje a un mismo nivel, contraviniendo el texto inicial de su socio de gobierno, el PNV, hizo saltar las alarmas de EH Bildu, quien exigía una mayor presencia del euskera en las aulas. De hecho, la votación del pacto tuvo que retrasarse en varias ocasiones por este motivo, lo que enrareció el buen ambiente mostrado hasta ese momento entre los grupos. La negociación se alargó hasta prácticamente la noche y finalmente todos los partidos, a excepción del PP y VOX, apostaron in extremis por este modelo, salvando el pacto educativo y cerrando la puerta a un modelo centrado en la inmersión lingüística.
La propuesta de ley recoge también la creación del Instituto para el aprendizaje del euskera y de las lenguas, un organismo autónomo adscrito al Departamento de Educación cuya finalidad será la capacitación del profesorado, la producción de material escolar y la promoción de actividades para la normalización del euskera. En este sentido, el profesorado deberá contar con el C1 para realizar su trabajo en la red educativa vasca, algo que ya es obligatorio en la red pública pero que hasta ahora quedaba a elección discrecional del centro en el caso de la concertada y la privada.
Cada centro tendrá que elaborar sus propios proyectos lingüísticos en los que deberá concretar sus objetivos curriculares y recoger una batería de “actividades extraescolares que vayan encaminadas a asegurar el uso ambiental de la lengua vasca”. La ley contempla también medidas —que no desarrolla— para la formación específica del alumnado que proviene de fuera de la Comunidad Autónoma Vasca.
Tras la aprobación en el Consejo de Gobierno se cierra la fase ejecutiva y queda en manos del legislativo las modificaciones y aprobación de la ley. Se abre ahora la fase para que los grupos presenten comparecencias y enmiendas, un proceso que puede dilatarse durante meses hasta su votación en pleno.
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Soy canaria. El idioma de las primeras habitantes de mi isla se perdió. Solo nos quedan topónimos, nombres propios y alguna que otra palabra hermosa. ¡Qué envidia me dan los pueblos que han podido conservar su lengua! Más aún si hablamos del euskera, cuyos orígenes misteriosos presentan tantas incógnitas apasionantes.