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Hay textos que cuesta escribir más que otros. Este es uno de ellos. Cuesta encontrar las palabras para referirme a las últimas declaraciones de Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid. Si bien es cierto que reconoció que estaba al frente de la gestión de las mismas, a continuación dijo que los que murieron allí lo hicieron porque “mucha gente mayor cuando iba a los hospitales también fallecía”, es decir, que iban a morir igual. Esas palabras, aplaudidas por su bancada, solo las puede emitir alguien que carece de humanidad mínima, de respeto a las familias y amistades de los fallecidos, pero también a la sociedad. Ayuso está mandando un mensaje claro y quizá premeditado, si no tienes dinero, si no tienes un seguro privado, vas a morir en las peores condiciones posibles, asfixiada, deshidratada, atemorizada y sola.
Sabemos que el Gobierno de Ayuso sí permitió a las personas residentes con seguro privado asistir al hospital y negó a las personas que carecían del mismo el derecho humano sanitario más básico. Mientras, cabe recordar que ella se alojaba en una suite de lujo, tomando decisiones que dejaban morir de manera indigna a 7.291 personas. Ayuso es el ejemplo de la iniquidad, del desprecio absoluto a los derechos humanos básicos y la sociedad no se merece a alguien que no cuida ni lo más mínimo de su ciudadanía, independientemente del nivel adquisitivo que tenga.
Comprendo que en la pandemia todo estaba colapsado, consecuencia también de años de expolio y desmantelamiento de la sanidad pública por parte del Partido Popular, pero decir que iban a morir igual no solo es falso sino que también es inhumano.
Esas 7.291 personas no tenían por qué morir igual y desde luego no tenían que morir como lo hicieron: la realidad es que se salvó el 65% de los residentes hospitalizados
La realidad es que no, esas 7.291 personas no tenían por qué morir igual y desde luego no tenían que morir como lo hicieron. La realidad es que se salvó el 65% de los residentes hospitalizados, según datos del Gobierno madrileño.
Como no se les permitió pasar por ningún triaje, nunca se les dio la oportunidad de vivir, pero además se les negó la posibilidad humana básica de morir con dignidad. Ya no se trata solo de vivir o no, sino del derecho a una muerte digna, el derecho a morir con unos cuidados paliativos que cualquier ser humano merece y que permiten morir sin dolor y con dignidad.
Elecciones Madrid 4M
Ayuso y sus diez polémicas en la gestión de la crisis del covid
No, señora Ayuso, no tendrían por qué morir igual y usted lo sabe y usted tendrá que dar explicaciones en los procesos judiciales que le esperan en el futuro donde no estarán sus socios hinchas aplaudiendo como hacen en la Asamblea de Madrid. Tampoco tendrá el pinganillo de M.A. Rodríguez dictándole al dedillo lo que tiene que contestar.
La realidad es que Ayuso y los suyos decidieron que sobrevivieran los de su misma clase socioeconómica, los de primera, los que después le votarían en las elecciones municipales dándole la mayoría. La realidad es que nunca importaron los pobres y eso es después de todo el asunto de fondo, que los pobres habrían muerto igual porque les condenaron a muerte y al mayor sufrimiento posible.
Poco a poco sabemos todo lo que ocurrió dentro y cómo las mismas confirman que la Comunidad de Madrid abandonó a nuestros mayores de las residencias, pero también a las personas con discapacidad
Como lo saben después de todo, que no tendrían por qué haber muerto igual, deciden esconder las actas de los protocolos de la muerte, pero poco a poco sabemos gracias a los medios de comunicación que aún no tiene comprados, todo lo que ocurrió dentro y cómo las mismas confirman que la Comunidad de Madrid abandonó a nuestros mayores de las residencias, pero también a las personas con discapacidad. Y en esas actas que tanto se afana por esconder —por qué será— también se desvela el agotamiento físico y psicológico de quienes trabajaban en los centros residenciales.
Para quienes comentan que esto pasó en todos sitios por igual, quitando así peso a lo que ocurrió en la Comunidad de Madrid, me gustaría decirles que Madrid fue la región europea con mayor exceso de mortalidad en 2020.
Así que no, señora Ayuso no tendrían por qué morir igual y usted lo sabe y algún día la Justicia lo evidenciará.
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No murieron igual, sino bajo un régimen que aceleró su muerte frente a los elegidos que tenían seguro privado
El humor del programa "Polònia de TV3" como herramienta para mostrar la realidad:
https://www.youtube.com/watch?v=jVa-IN1zr5s
La degeneración ética y política de esta señora es galopante. Sólo sobrevive por el ecosistema mediático que ha creado o financia.