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En el último par de días, los chats de las ampas, de los wasaps de los grupos de colegas y vecinas, de las entidades sociales del barrio de Vallecas, echaban humo. Una noticia corría como la pólvora, Vox viene a dar un mitin a la “Plaza Roja”. Una pregunta recorría el ambiente una y otra vez, “¿vamos el miércoles a la plaza roja?”, se preguntaban unas, “no caigamos en su provocación”, decían otros. No nos podemos quedar de brazos cruzados apuntaba el vecino del 4b argumentando que su abuelo, un veterano del barrio, siempre le había inculcado que la única forma de parar al fascismo es plantándole cara.
El lunes, a través de la plataforma Zoom, hubo una asamblea de la Plataforma Vallekas por lo Publico con una participación masiva de unas 80 personas. En la misma estaban representadas sino todas, casi todas las sensibilidades del barrio, desde la agrupación del PSOE del distrito, hasta las asociaciones de vecinos, pasando por grupos feministas, Bukaneros, Más Madrid, Podemos, PCE, entidades en defensa de la educación y la sanidad publicas, etcétera.
La reunión fue difícil. Desde un primer momento se vislumbró una fuerte brecha generacional respecto a la propuesta de salir a la calle. Mientras que la gente más joven, en su mayoría, apostaba por salir a la calle de forma no violenta e imaginativa, la gente de mayor edad, en su mayoría, apostaba por hacer el vacío a Vox y no convocar ningún tipo de acto mientras se desarrollase el mitin. Finalmente, y ante la ausencia de consenso, una parte del grupo realizó una serie de trabajos de cara a la movilización del miércoles, mientras que el resto del grupo se desmarcó de la misma.
Finalmente, la movilización se tradujo en dos citas, una en la Plaza Roja y otra en la Plaza del Nica, dos de esos lugares que como decía Kortatu pertenecen a batallas que no puedes encontrar en los mapas, o al menos en google maps. Ambas complementarias y llamando a grupos diferentes.
A media mañana, un comunicado de Más Madrid, Unidas Podemos y el PSOE afirmaba que se desmarcaban de las convocatorias coincidentes con la de Vox, a la vez que llamaban a no caer en provocaciones, evitar el conflicto y demostrar el antifascismo vallecano en las urnas el próximo día 4.
Santiago, visiblemente enfadado baja del estrado y se dirige a buscar la foto que hasta ese momento Vallecas le estaba negando
A las 17h el barrio ya estaba tomado por la policía, si bien es cierto que su disposición sobre el terreno recordaba más a escenas berlinesas que a escenas madrileñas. En ese momento, comenzaban a convivir en la plaza las primeras vecinas que vestidas con hiyab habían acudido a la plaza con la idea de mostrar a Vox que no les parecía una buena idea que vienesen a su barrio. Había algunos simpatizantes de Vox, efectivos de la UIP y madres, abuelas y gente pequeña jugando en los columpios de la plaza. Una cierta sensación lisérgica recorría el ambiente, como si por un momento la convivencia no ya entre diferentes, sino entre distintos, fuese posible.
Poco a poco la plaza se fue llenando. Sorprendentemente, el dispositivo policial no vacía la plaza y permite la entrada a la misma a todo el mundo previa solicitud del DNI. Empiezan a llegar los primeros comensales al festín de Vox. Van ataviados con sus mejores galas. Para una vez que salen del Barrio de Salamanca no van a venir vestidos como unos vallecanos cualesquiera. Pero todo sigue discurriendo con una tranquilidad pasmosa.
Van pasando los minutos y el acto está en marcha. Abascal toma la palabra desde el estrado, el sonido de la protesta es ensordecedor. Santiago, visiblemente enfadado baja del estrado y se dirige a buscar la foto que hasta ese momento Vallecas le estaba negando. Junto con sus guardaespaldas se dirige a los y las vecinas que protestan contra su presencia en el barrio, rompe el cerco policial para encararse con los y las vecinas y en ese momento la policía carga contra la concentración.
Parece que Santiago estaba muy enfadado por dos motivos. Uno, no se le escuchaba y, dos, no había conseguido la foto que quería. No se había dado ningún tipo de provocación por parte de los manifestantes, ni se había lanzado ningún tipo de objeto ni se había quemado ningún contenedor. Así que no le quedó más remedio que tirar de esa gallardía española que tanto le caracteriza e ir directamente él a provocar. Sabía que la policía, por acción o por omisión haría el resto.
Y así, Santiago y sus acólitos terminan por abandonar la Plaza Roja, una plaza que no aparece en los mapas, con una foto que no era la que ellos querían. La foto con la que se van es la de un barrio digno que les ha plantado cara de forma firme, que no ha caído en provocaciones. Ha tenido que ser él mismo el que se ha lanzado contra los manifestantes para generar la provocación.
Una chica grita en medio de la plaza: “¡Voy a votar al Coletas!, ¡Esto es una vergüenza esa gentuza no ha trabajado en su vida y esto es un barrio obrero!”. Una amiga se acerca y mientras se enciende un cigarro le dice “ten en cuenta una cosa, no debe ser fácil pedir que te voten en los barrios del sur desde Galapagar” a lo cual la primera responde “sí, pero nosotras nos podremos mirar al espejo mañana cuando nos levantemos”. Las dos se alejan de la plaza tranquilamente.
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Artículo necesario entre tanta desinformación orquestada en los medios del régimen. Gracias
Gracias Richard, por tu exposición de los hechos, así han sido, a S. Abascal le faltaba el enfrentamiento y lo ha provocado el.