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Movilidad
El bus de alta velocidad que no gusta al vecindario de Sanchinarro
Un autobús de alta velocidad puede ser la solución a muchos problemas pero, si no se ejecuta bien, también puede suponer el inicio de tantos otros. El anunciado Bus Rapid que dará servicio a varias poblaciones, entre ellas Sanchinarro, y las conectará con el hospital Ramón y Cajal, no está exento de críticas. Por un lado, el vecindario quería esa línea directa; por otro, este proyecto opacado por el Ayuntamiento de Madrid generará más tráfico y un desembolso de dinero público que se podría haber evitado con una mejor planificación. Además, la campaña electoral hace aflorar nuevas propuestas al respecto, como la Red Bus de Alta Velocidad auspiciada por Más Madrid que pretende crear conexiones en la periferia de la capital.
Desde que la Asociación Vecinal Sanchinarro se constituyó en 2007, la demanda de un autobús que conectara el barrio con su hospital de referencia, el Ramón y Cajal, siempre estuvo presente. “O no nos daban respuesta o nos decían que en el hospital no había lugar para una marquesina más. De repente hemos visto la implantación de este bus de alta velocidad que no nos parece mal, pero se ha hecho con muy poca transparencia”, explica Socorro Sáez, presidenta de la asociación.
“La junta directiva se reunió con el Ayuntamiento y nos lo enseñaron, pero no se podían sacar copias ni fotografías, solo tomar notas”
Por el momento, el vecindario todavía no ha tenido acceso al proyecto, por lo que tampoco han podido realizar sus alegaciones pertinentes. “La junta directiva se reunió con el Ayuntamiento y nos lo enseñaron, pero no se podían sacar copias ni fotografías, solo tomar notas”, continúa la representante vecinal. Pero, ¿qué han hecho en concreto? Según responde Sáez, “el recorrido estaba diseñado para el barrio de Valdebebas y lo han alargado hasta Sanchinarro. Lo llaman bus rapid pero cuando entra en la carretera A1 se convierte en un autobús más, sin preferencia semafórica ni carril segregado”. Además, a día de hoy tampoco saben en qué parte del hospital de destino parará. Una de las ideas principales es que el recorrido una el Hospital Zendal, pase por el centro de salud de Sanchinarro y termine en el Ramón y Cajal.
El carril segregado del que habla la presidenta de la Asociación Vecinal Sanchinarro incluye la eliminación de otros carriles para coches privados. La solución, factible en algunas avenidas, no lo es tanto precisamente en el caso del centro de salud ya mencionado. “Ahí había dos carriles y han dejado uno para este bus, así que se formará un cuello de botella importante porque no dejan de pasar coches que paran unos segundos para que otras personas se bajen. Van a conseguir que colapse la zona”, denuncia la vecina de este barrio.
Algo similar pasará en la avenida Niceto Alcalá Zamora, donde se ubican una escuela y un colegio. “Ahí es habitual ver los coches parados en doble fila a horas punta escolares, así que también habrá un cuello de botella y, con ellos, se incrementará la contaminación”, incide Sáez.
Críticas a la nula planificación
La mala planificación por parte del Consistorio madrileño también está presente en las críticas del vecindario. Lo que sucede es que la operación asfalto llegó a Sanchinarro en octubre del año pasado, algo que no habrá valido para nada y supondrá un importante desembolso de dinero público cuando en unos meses terminen las obras para acondicionar el carril segregado del bus rapid y tengan que volver a asfaltar. “Por donde va a circular, está todo levantado. Imagino que estarán metiendo cables de luz o sensores”, apuntilla Sáez.
“Han trasladado las marquesinas que estaban en su lugar habitual al medio de la calle, así que se incrementa el peligro de accidentes para los usuarios al tener que cruzar esa carretera"
A día de hoy, la confección del recorrido de este bus municipal de alta velocidad pasa por crear el dicho carril en una plataforma diferenciada en medio de las avenidas. “Han trasladado las marquesinas que estaban en su lugar habitual al medio de la calle, así que se incrementa el peligro de accidentes para los usuarios al tener que cruzar, obligatoriamente, esa carretera”, ilustra la presidenta de la Asociación Vecinal de Sanchinarro. Asimismo, defiende que hubiera sido suficiente con una línea de transporte público por carretera que les conectara con el hospital utilizando las paradas habituales.
Según la información de la que disponen, serán 10 autobuses los que harán la tan ansiada ruta por el vecindario. “Nos han dicho que tardaríamos 30 minutos en llegar al hospital, pero habrá que verlo”, matiza la vecina de Sanchinarro. Por su parte, la asociación vecinal a la que representa no ha cejado en su empeño de formar parte en las decisiones políticas que les afectarán de manera directa. Ya han realizado una concentración que describe como “exitosa” y en la que han reclamado tres aspectos principales. En sus propios términos, “el replanteamiento del proyecto bus rapid para evitar la formación de atascos, contaminación y posibles accidentes; que termine la tala de árboles y los destrozos que están causando las obras a los parterres; y el acceso abierto a la información del proyecto”.
Alta velocidad para la periferia
La conexión por bus de la periferia madrileña con los lugares de interés para la ciudadanía no pasa desapercibido en campaña electoral. “Lo que están haciendo en Sanchinarro carece de un estudio del tráfico, de una motivación concreta”, tal y como explicita Álvaro Fernández, integrante de las listas de Más Madrid a los comicios municipales del 28 de mayo y experto en movilidad. “Se conectan dos zonas que no requieren ese modelo de transporte porque no hay la demanda suficiente, que es lo que el vecindario no acaba de entender”, añade el que fuera el gerente de la EMT durante el mandato de Manuela Carmena.
Desde su perspectiva, no se ha creado una línea de bus de alta velocidad donde hacía falta, sino donde se podía “para decir que se ha hecho”, lo que sentaría un mal precedente. “Tan solo el 4% de los madrileños se desplaza en autobús a su hospital de referencia. Eso se ha hecho ahí porque era fácil hacerlo”, determina el experto.
Fernández tiene otra propuesta para los buses de alta velocidad en la capital, mucho más ambiciosa. “Sabemos que el 80% de los desplazamientos en coche ocurren fuera de la M-30, y esto sucede porque no existe un transporte público atractivo, rápido, eficiente y puntual”, comienza su diatriba. Su propuesta, denominada Red Bus de Alta Velocidad, está íntimamente ligada a la creación de un nuevo sistema de transporte público que, unido a la red radial del Metro, atienda a la periferia.
“Es una especie de sistema de tranvías pero con autobuses, con plataforma segregada y preferencia semafórica, que hará que los tiempos de viaje se reduzcan y que el coche pase a ser una opción de la misma calidad que cualquier otra”, se explaya el miembro de Más Madrid. Es decir, quieren evitar que una persona que necesite desplazarse al distrito de al lado tenga que ir, de manera irremediable, hasta el centro de la ciudad para coger la conexión que le lleve a su destino. “A nosotros lo que nos dice la gente es que le gustaría ir en transporte público, pero que pierde mucho tiempo, porque no olvidemos que la mitad de la población no tiene coche particular”, añade el propio Fernández.
Ocho años para hacerse realidad
Este plan, si llega a buen término, reduciría el tiempo hasta la mitad, según en qué casos. Por ejemplo, para ir desde Vicálvaro a Entrevías en autobús, actualmente se tardan unos 41 minutos, y con el nuevo bus de alta velocidad serían 20 minutos. Lo mismo pasaría desde Las Tablas hasta Pitis, dos zonas relativamente cercanas.
No son el único partido político que aborda esta materia en sus promesas de cara a la campaña electoral. Tanto el PSOE como el PP proponen una ampliación de la red del Metro, algo que Fernández ve como no excluyente. “Lo que sí me parece mal es que se le mienta a la gente. Cuando se propone una ampliación de ese tipo, pueden pasar 20 años hasta que se materializa”, opina. En cambio, su Red Bus de Alta Velocidad podría estar desarrollada en los próximos ocho años. “Hablamos de un coste mucho menor que el metro y el tranvía y un tiempo de ejecución más rápido”, incide este experto en movilidad.
La idea, a su vez, está interrelacionada con otra propuesta de Más Madrid, llamada Red Verde. “También queremos redistribuir el uso del espacio público para que las calles estén adaptadas al estado de emergencia climática en el que vivimos. Restaremos espacio para el coche particular, pero también reduciremos sus usuarios”, concluye el mismo Fernández.