Subcomandante Moisés: “La tormenta se acerca y solo el pueblo organizado puede detenerla”

“Algunas partes del todo” fue el nombre del Encuentro Internacional de Resistencias y Rebeldías organizado en territorio zapatista, con la participación de más de 3.000 personas entre bases de apoyo, ciudadanía mexicana y de otras partes del mundo.
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Stephanie Malen Viva el común.

Haciendo gala de una organización admirable, las, los y les zapatistas prepararon el Encuentro Internacional de Resistencias y Rebeldías “Algunas partes del todo”, donde acogieron por 15 días, del 2 al 17 de agosto, en tierra recuperada ubicada en el Caracol Morelia en Chiapas, México, a alrededor de 3,000 personas entre bases de apoyo zapatistas, ciudadanos mexicanos y de varias geografías del mundo, practicando aquello que el crítico del desarrollo, Gustavo Esteva, propuso como alternativa al desastre capitalista: la hospitalidad. Así lo hicieron les zapatistas, generando las condiciones para el reconocimiento mutuo y propiciando relaciones horizontales entre pueblos de diversas culturas.

Les zapatistas alojaron a asistentes y participantes (los que no solo escucharon, sino que también compartieron sus luchas) en estructuras techadas o bajo grandes toldos para acampar, mientras que elles, plantaron tiendas alrededor, dejando los mejores sitios para las visitas. Construyeron y pusieron a disposición de todos; baños, regaderas y lavaderos para la ropa. Se habilitaron, además, dos grandes auditorios, mesa 1 y 2, donde todos los días se realizaron las comparticiones de colectivos y organizaciones de varias geografías del mundo.

Hubo una gran presencia internacional, comenzando por la de distintas personas, organizaciones y colectivos de Abya Yala, así como de la Europa Rebelde o Slumil K’ajxemk’op (como la rebautizaron les zapatistas en la Gira por la Vida), jóvenes gringos organizados en tierra robada, Chile, Nicaragua, Brasil en resistencia, así como participaciones del pueblo mapuche, de Australia y muchos otros movimientos. Por México, asistieron representantes de las Madres Buscadoras, del Congreso Nacional Indígena, del Centro de Derechos Humanos Frayba, así como grupos de mujeres de las periferias y muchas otras organizaciones. Se encontraron un horizonte de luchas y lenguas increíblemente diverso, inabarcables aquí para nombrar en pocas líneas. Por si fuera poco, el comedor “El Común” trabajó todos los días bajo el cuidado del chef Manuel y Mari Jose, quienes, con un equipo de aproximadamente 30 personas, alimentaron al Encuentro todos los días en largas jornadas de 20 horas.

La denuncia del genocidio sionista y el apoyo a la resistencia palestina fue una constante durante todo el evento. En diversos conversatorios se gritaron consignas de solidaridad, se informó sobre la situación y se invitó a continuar organizándose y difundiendo la lucha. Durante varias jornadas se realizó una cacerolada de apoyo comenzando en el patio del Caracol Morelia que recorrió el Comedor y otras locaciones recordando a las y los asistentes la urgencia histórica que atravesamos.

“Destruir el pirámide”

Una de las propuestas claves que promovió el zapatismo durante el Encuentro fue la de destruir las pirámides del sistema capitalista (políticas, pero también sociales e ideológicas) y, en su lugar, construir “el común” en la base democrática de nuestros pueblos. También alertaron respecto a la necesidad de prepararse para la tormenta que va a venir, tanto la capitalista como la respuesta a esta de la madre tierra.

Durante los primeros días del Encuentro, los zapatistas realizaron una obra de teatro en varias partes en la que una pirámide monumental que representaba el capitalismo, con las leyendas de despojo, explotación, represión y desprecio escritas en cada cara de la pirámide, fue completamente destruida, quedando únicamente en pie la base, simbolizando su propuesta política.

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Quema de "el pirámide" durante el encuentro zapatista de este verano en tierras chiapanecas. Foto: Cybèle David.

En dos ocasiones más, a lo largo del Encuentro, les compañeres zapatistas realizaron obras de teatro divulgativas con una magnífica participación de decenas de actores y actrices. En ellas se presentaron al público dos grandes ejercicios de reflexión y compromiso realizados por las comunidades. La primera, consistió en un diálogo entre los actuales pueblos zapatistas y una asamblea de zapatistas muertos; significando su compromiso con todes los que dieron su vida para que hoy sean libres. La segunda obra representó un diálogo con las “agüitas”, tal como le llamaron a una representación de óvulos y espermatozoides que representan el futuro, es decir, el compromiso de lucha por la libertad que han adoptado los actuales zapatistas con las comunidades del mañana.

La propuesta política de las comunidades zapatistas se inserta en la línea de organizaciones y movimientos del mundo que luchan por fuera del Estado y de las pirámides. Tal como señaló Raúl Romero, mientras neoconservadores y neoliberales se disputan el control del planeta, es urgente una alternativa. Esta alternativa es la de los pueblos organizados abajo y a la izquierda, anticapitalistas. Ya desde la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, les zapatistas señalaron: “Nosotros solo decimos que el nuestro es un anticapitalismo más modesto: es el que apunta al corazón mismo del sistema. Podrán cambiarse los hábitos de consumo de una sociedad o las formas y medios para circular las mercancías, pero si no cambia la propiedad de los medios para producir, si no desaparece la explotación del trabajo, el capitalismo seguirá vivo y actuante”.

Mientras el mundo padece una oleada de neofascismo, con movimientos de ultraderecha campando a sus anchas y mandando en las pirámides de los Estados nacionales; mientras partidos de derecha y socialdemócratas en el poder continúan apuntalando el capitalismo y el poder de las corporaciones mediante megaproyectos, así como repartiendo programas sociales que, en lugar de cambiar la estructura, dividen a las comunidades, el zapatismo sigue convocando a la organización, a bajar y no subir, a no claudicar en la creación de alternativas anticapitalistas.

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Un grupo de zapatistas se dirige a los asistenses. Daliri Oropeza

Durante el Encuentro hicieron constantes llamados a fijarnos en lo que nos une y a aprender de otras luchas. Señalaron que elles pueden compartir de su lucha en la montaña, pero que en las ciudades es otro contexto, y que los que luchan ahí nos pueden aportar mucho al resto. Indicaron también que elles estaban para escuchar y aprender de otras luchas.

El zapatismo es una de las resistencias más transformadoras del mundo, ejerciendo y promoviendo el aprendizaje continuo. Aportan un baño de frescura a movimientos de viejo cuño, donde la autocrítica brilla por su ausencia: Raúl Zibechi

El zapatismo es una de las resistencias más transformadoras del mundo, ejerciendo y promoviendo el aprendizaje continuo. Aportan un baño de frescura a movimientos de viejo cuño, donde la autocrítica brilla por su ausencia, y la conquista de la cúpula de la pirámide es el verdadero objetivo. Así lo señaló Raúl Zibechi, poniendo el foco en la capacidad de autocrítica del zapatismo, que les ha permitido ser una de las revoluciones más longevas de la historia.

El común y la no propiedad

En el 30 aniversario del movimiento zapatista, en el Caracol de Dolores Hidalgo en 2023, las y los compañeros zapatistas presentaron su proyecto de “Tierra en común” o de “No Propiedad”, que fue otro concepto clave en el presente Encuentro Internacional, que ya se sumó a tantas otras aportaciones que han enriquecido la lucha de les compañeres zapatistas y de las redes de solidaridad, como “la digna rabia”, “para todos todo, para nosotros nada”, “la alegre rebeldía”, etc. En la sesión de compartición del Ejército Zapatista (EZ), el Sup Moi -como se le conoce coloquialmente al Subcomandante Moisés- señaló que ya habían puesto a trabajar la tierra en común. Se trata de tierras recuperadas que se prestan a compañeres zapatistas y no zapatistas para que tengan una fuente de trabajo. “La cosecha que se obtiene es para la gente que ha trabajado esa tierra a partes iguales, pero la tierra se mantiene en común” dijo el subcomandante.

El Sup Moi señaló que ellos copiaron por 30 años el sistema político piramidal que aplicaron en su sistema de municipios autónomos y Juntas de Buen Gobierno. No les funcionó, y entonces lo cambiaron ejerciendo la autocrítica

“El común” parte de tirar “el pirámide”, que son las muchas estructuras verticales de poder, que tienden a la corrupción. Pero les zapatistas, explicaron, no lo hacen como algo que se hayan leído: “No lo estudiamos en los libros para entender qué significado es…, lo estudiamos de nuestros abuelos, bisabuelos, esa buenísima idea de vivir y defenderse en común”. El Sup Moi señaló que ellos copiaron por 30 años el sistema político piramidal que aplicaron en su sistema de municipios autónomos y Juntas de Buen Gobierno. No les funcionó, “hubo actos de corrupción”, y entonces lo cambiaron ejerciendo la autocrítica.

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Público zapatista. Stephanie Malen

Es por esta razón que llevan un año poniendo en práctica un sistema político nuevo basado en los GAL, Grupos Autónomos Locales, que básicamente son los pueblos, de población variable, quienes directamente deciden como gestionar todos los ámbitos de comunidad: educación, sanidad, justicia, etc. Al crear los GAL se suprimieron las Juntas de Buen Gobierno anteriores. Así mismo, crearon otra estructura llamada Colectivo de Grupos Autónomos Zapatistas (CGAZ), que sirve de espacio de encuentro, pero donde no se toman decisiones. Finalmente, la Interzona es la asamblea general de todos los CGAZ.

Un quirófano en la Selva Lacandona

En México hay una tradición de pensamiento antisistémico que pone en el centro la amistad y la convivialidad de las comunidades como fuerza transformadora, escapando de los expertos, de los tecnócratas que, desde fuera, colonizan y no permiten la autoorganización. Se trata de aquellas personas, grupos e instituciones que han estudiado y difundido el pensamiento de Iván Illich, el gran crítico de las instituciones modernas que vivió en Cuernavaca, en los años setenta.

El pensamiento de Iván puede ser observado en la práctica en las comunidades zapatistas mediante su propuesta de “El Común” y un gran ejemplo es el proyecto del nuevo quirófano zapatista. Un ámbito de comunidad, como la salud, es un espacio social donde las personas se reconocen mutuamente como sujetos, se cuidan unas a otras y cooperan sin depender de mediaciones institucionales.

“Desde los primeros días, han venido participando voluntariamente una gran diversidad de personas, colaborado de diferentes formas, en común, es de todas, todos, todes en el mundo” con el en el primer quirófano zapatista

“No es un trabajo solo de zapatistas, sino que es en común”, reivindicaron les zapatistas. Una de las novedades que llamó la atención en este Encuentro fueron los avances conseguidos en el primer quirófano zapatista, el cual se espera cubra las necesidades de una amplia región. Actualmente se encuentra en la primera etapa de construcción. “Desde los primeros días, han venido participando voluntariamente una gran diversidad de personas, colaborado de diferentes formas, en común, es de todas, todos, todes en el mundo”, se explicó en la presentación.

Para la edificación ha habido trabajo, apoyo y solidaridad de “personas, grupos, colectivos, organizaciones y movimientos de varias partes del mundo”. Los trabajos y las aportaciones económicas se han realizado con compañeres más allá de las bases de apoyo zapatistas; también han participado indígenas no zapatistas, compañeros del Congreso Nacional Indígena, Slumil K’ajxemk’op, así como zapatistas de varias generaciones, lenguas e historias.

Cuenta El Capitán que el diseño arquitectónico se solicitó a un arquitecto profesional y este accedió a hacer el proyecto por 500,000 pesos. Sin embargo, la Interzona (o sea, entre todes pensaron): “si para hacer otro mundo nuevo y mejor no dependimos de los grandes teóricos y pensadores, sino que con nuestro propio pensamiento y nuestra propia práctica lo estamos haciendo, entonces pues hagamos un edificio de acuerdo con lo que queremos y con nuestros conocimientos”. Así que, con la sabiduría de las comunidades y la solidaridad del Común, ahí está caminando el proyecto del quirófano zapatista, un gran orgullo para la convivialidad zapatista.

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Presentación del quirófano a Slumil K_ajxemk_op. Foto: Cybèle David.

El cerco mediático

Los cambios que se observan en las comunidades zapatistas en sus ya más de 30 años de vida pública son notables. Debemos recordar que, cuando el zapatismo opta por tomar las armas y hacerse visibles, el número de indígenas en Chiapas que moría de desnutrición era, según el finado Sup Marcos, de 15 mil indígenas al año, más que en la guerra de El Salvador; sin embargo, los muertos eran de un solo bando: el indígena. En algunos textos se reconoce también que, en esa época, aún ejercían los finqueros el derecho de pernada (la mujer que se iba a casar tenía la obligación de pasar la noche con el patrón antes de casarse); en definitiva, los caciques que ocupaban la punta de la pirámide gobernaban un sistema de tiranía absoluta.

Hoy, 31 años después, con una autonomía robusta, los territorios zapatistas son referente nacional e internacional de las luchas de resistencia para aquellas personas, grupos, colectivos, redes que deciden construir en común alternativas por fuera del Estado, de la pirámide, que buscan comunalizar los ámbitos que sostienen la vida. No es un capricho. Las compañeras zapatistas han comprobado en la práctica cómo una sociedad piramidal tiende a la corrupción: “les copiamos su pirámide, pero vimos que no sirve, por eso la tiramos, y ahora son los mismos pueblos los que deciden todo”.

Sin embargo, este empeño de construir la autonomía integral, de socializar todos los ámbitos de vida, de ejercer la autocrítica y seguir organizándose desde una perspectiva anticapitalista, ha llevado a que la prensa tradicional u oficialista haya construido un cerco mediático inquebrantable desde hace muchos años.

Hoy, como siempre, si alguien en México o el mundo quiere informarse sobre zapatismo, cuesta trabajo, hay que esforzarse. Los periódicos de alcance nacional han realizado una cobertura nula o testimonial del Encuentro. En realidad, se ha difundido principalmente en redes sociales o medios alternativos como Desinformémonos, Radio Pozol o Radio Zapatista. Esta es la explicación del porqué, a pesar de que el zapatismo ha demostrado ser una alternativa real para los de abajo desde hace ya más de 30 años, mucha gente cuestiona desde la ignorancia, no solo su validez como alternativa política, sino incluso se preguntan si han desaparecido.

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Sup Moi durante una intervención. Daliri Oropeza

“Como zapatistas toca ir a hacer los trabajos a nuestros pueblos”, fue una de las frases con las que el Sup Moi, vocero del movimiento zapatista, terminó el Encuentro Internacional de Rebeldías y Resistencias “Algunas partes del todo”. Con este mandato señaló que lo aprendido durante el Encuentro debería ser ahora socializado en las comunidades zapatistas, así como en los barrios y pueblos de origen de las y los asistentes de otras geografías del mundo. Organicémonos pues y rompamos el cerco allá donde estemos.

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La solidaridad zapatista con el pueblo palestino también estuvo presente. Daliri Oropeza

hshaksh

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
¿Qué aprendimos de la Gira Zapatista? Otra Europa es posible
Décimo sexta, y última entrega, del especial que conmemora la aparición pública del EZLN hace tres décadas. El autor se centra en tres posibles aprendizajes que la “Europa insumisa” pudo experimentar con la Gira Zapatista de 2021.
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