We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Memoria histórica
Guadiana contra el caudillo
La causa contra Franco es un excelente trabajo a cuya visualización debería haber acudido el alcalde de Guadiana, si no fuera porque había convocado un pleno municipal a la misma hora de la proyección pública.
Si en algo coinciden las opiniones y testimonios vertidas en la película documental La causa contra Franco, dirigida por Lucía Palacios y Dietmar Post -a excepción de lo expresado por la jueza argentina María Servini-, es en la falta de fe en la Justicia española para juzgar los crímenes cometidos por el Estado español durante el franquismo y el postfranquismo.
No obstante, la perseverancia de quienes hablan en el documental y de lo que cuentan, un relato de desapariciones y torturas, responde al deseo y a la necesidad de desenterrar de la huesa del olvido la verdad de lo que sucedió en un país donde el discurso oficial sigue negando esa misma verdad, y con ello la justicia y la reparación que se debe a las víctimas, que es toda la ciudadanía española, dejando en manos de asociaciones y particulares que buscan a sus desaparecidos o que denuncian los crímenes lo que debería ser asumido de modo institucional por los órganos del Estado.
La proyección de esta película documental el pasado día 1 de febrero en Guadiana del Caudillo evidencia, por el topónimo del pueblo anfitrión, la desidia y desprecio que aún existe en nuestro país por la recuperación de la memoria histórica y la restitución de un discurso institucional que reconozca la legitimidad de la República traicionada y de quienes la defendieron, así como de quienes tuvieron el arrojo de enfrentarse a un régimen criminal, la dictadura y sus postrimerías, en defensa de las libertades públicas e individuales.
El summum del cinismo se alcanzó cuando en esos certificados de defunción de quienes eran asesinados y asesinadas mediante fusilamiento se hacía figurar como causa de la muerte hemorragia interna
Personajes como la hija de Juan Yagüe, que aparece en el documental mostrando ufana los reconocimientos a su padre y a su apellido de personajes como el nazi Göring o de José María Aznar, hacen patente la impunidad de los crímenes y de los criminales, reconocidos por un sistema judicial que permite que existan organizaciones como la Fundación Yagüe, entre cuyos fines y objetivos se encuentra “la defensa del buen nombre y de la importancia histórica del General por todos los medios a nuestro alcance”, o la Fundación Francisco Franco, reconocedora de los méritos del alcalde de Guadiana, si antes del PP ahora de otro partido neofascista, quien gasta dineros del municipio en defender lo indefendible o en colocar placas franquistas con el escudo anticonstitucional en la misma fachada del ayuntamiento del pueblo, vigiladas por cámaras de seguridad a costa del erario público, sin que haya juez o fiscal alguno que le interpele por su exaltación del fascismo.
Primo Levi, víctima de Hitler y Mussolini, llamaba la atención sobre el uso del lenguaje como fórmula para ocultar la verdad. No se escribía “exterminación”, sino “solución final”, no “deportación” sino “traslado”, no “matanza con gas”, sino “tratamiento especial”. Del mismo modo, aquí, en España, la “defensa del orden constitucional” pasó a ser “adhesión a la rebelión”, y en los certificados de defunción –cuando los hubo- de quienes fueron ejecutados en las cunetas o en los barrancos figuró cualquier otra causa menos la real y verdadera. El summum del cinismo se alcanzó cuando en esos certificados de defunción de quienes eran asesinados y asesinadas mediante fusilamiento se hacía figurar como causa de la muerte “hemorragia interna”.
Ya lo dejó escrito el pobre de León Felipe, de cuya muerte se cumplió el pasado año el 50 aniversario sin que fuera recordado como es debido: “¿Por qué habéis dicho todos que en España hay dos bandos, si aquí no hay más que polvo? En España no hay bandos (…). No hay más que un hacha amarilla que ha afilado el rencor” (“El hacha”, Elegía española, México, 1939).
El topónimo de Guadiana “del Caudillo” avergüenza, con razón, a gran parte de las vecinas y vecinos de este pueblo. Su alcalde, cuya poca credibilidad quedó fulminada al abandonar el partido por el que fue elegido electoralmente para seguir ostentando la alcaldía en nombre de otro partido de extrema derecha, por el que no fue elegido, se ha erigido en adalid de una causa más que reprobable, la de quien encabezaba los crímenes cometidos por el fascismo en nuestro país.
La Plataforma GUADIANA DESPIERTA, creada al margen de partidos políticos con el único fin de dignificar la imagen de un pueblo secuestrada por su primer edil
La Plataforma GUADIANA DESPIERTA, creada al margen de partidos políticos con el único fin de dignificar la imagen de un pueblo secuestrada por su primer edil, mantiene movilizaciones y actos como el que se celebrará el próximo 16 de febrero a las cinco de la tarde en la plaza del pueblo, actos como el de la proyección de la película documental La causa contra Franco, organizado en colaboración de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX), cuya labor es tan necesaria en unos tiempos en los que el trabajo de la Justicia y otras instituciones en este aspecto deja tanto que desear.
Lucía Palacios y Dietmar Post recuperan en esta película una manera de hacer documentales que va quedando poco a poco en el olvido interesado y que complementa otra de la misma autoría, Los colonos del caudillo, proyectada también en un acto organizado por la ARMHEX hace unos años en Badajoz. Congratula encontrar documentales como éste de indagación, cuando hoy día han sido reemplazados por otros metrajes completamente “guionizados, productos cuya estructura narrativa y contenido están planificados de antemano, un tipo de documental que se inspira en la publicidad, la propaganda y el cine de ficción”.
Con tales palabras reivindica Dietmar Post documentales como el que ofrecieron en Guadiana, vertidas en el libro en edición trilingüe (alemán, español, inglés) que acompaña al documental Los colonos del caudillo y cuya lectura se hace imprescindible para comprender el modelo actual de filmación y narrativa audiovisual.
La causa contra Franco es un excelente trabajo a cuya visualización debería haber acudido el alcalde de Guadiana, si no fuera porque había convocado un pleno municipal a la misma hora de la proyección pública.
Relacionadas
Memoria histórica
Memoria de Extremadura Antonio Elviro Berdeguer y la rebeldía contra la desmemoria en extremadura
Energía nuclear
Antinuclear Desmantelar Almaraz
Teatro
En defensa del teatro Extremadura Teatral, contra el cierre de la Sala Trajano de Mérida
Cuanto nos queda aún avanzar en nuestra piel de toro en democracia y en civilizar a cierta derecha