“La jerarquía hospitalaria dificulta el parto normalizado”

Isabel Zabalza Goñi (Pamplona, 1984) matrona de Loratzen, un centro sanitario dedicado al acompañamiento de la mujer y la pareja, critica las políticas obstétricas y denuncia la falta de apoyo público al parto en casa.

Isabel Zabalza
Ione Arzoz Isabel Zabalza Goñi
6 mar 2018 06:28

Isabel Zabalza Goñi, hija de agricultores, nació en 1964 en el pamplonés barrio rural de la Magdalena. La mayoría de sus ocho hermanas vive del campo. Ella estudió enfermería y se fue a trabajar al Hospital de La Paz de Madrid. Luego se formó en Cuba, referente mundial en atención primaria. Pasó tres años en Mozambique con Médicos sin Fronteras, recién acabada la guerra civil. La mortalidad infantil y la pobreza extrema que vio la llevaron a formarse como matrona en Inglaterra. Más tarde puso sus conocimientos al servicio de las comunidades zapatistas en Chiapas y, a la vuelta, trabajó en el Hospital Virgen del Camino de Pamplona pero, desencantada con su política obstétrica, decidió montar su propia consulta de preparación.

¿Por qué te hiciste matrona?
No hay una razón especial pero sí un momento, en África, que fue decisivo. Fue por una mujer que trajeron en una camilla artesanal. El bebe asomaba la cabeza y estaba muerto: no había podido hacer el giro completo, lo que se llama una distocia de hombros. La madre sobrevivió, pero su cara de tristeza en los días siguientes me dejó una huella profunda.

No trabajas en la sanidad pública...
La defiendo, pero tienen que cambiar muchas cosas y creo que aporto más desde otro lugar.

¿Qué pasó?
Cuando volví de México en 2005 me puse a trabajar en el Hospital de Navarra y me encontré con que a la madre se le daba una hoja en la que tenía que dar su consentimiento al profesional para que hiciera lo que considerase oportuno. Se le pedía que delegara toda responsabilidad, se le negaba la autonomía y no se respetaba su ritmo. No tenía nada que ver con la formación que yo había recibido ni con mi experiencia. Intercalé el trabajo con colaboraciones en los campamentos saharauis y en Guinea Ecuatorial, pero no conseguí adaptarme y en 2011 lo dejé todo.

¿No han cambiado las cosas?
Se ha avanzado, sobre todo gracias al Observatorio de la Mujer y a las asociaciones El parto es nuestro y Nacer en casa. Es verdad que hay menos medicalización que, por otra parte, nadie niega que salve vidas. Hay menos cesáreas, episiotomías, oxitocina, epidural, y está atenuándose la violencia obstétrica, es decir, el trato es más humanizado, pero se siguen aplicando protocolos que la Organización Mundial de la Salud ha aclarado que no responden a la evidencia científica. Los acompañamientos respetuosos son la norma en la mayoría de nacimientos del Hospital de Navarra, pero en Tudela o Estella se va más despacio. En Bizkaia y Gipuzkoa tienen más alternativas: hay hospitales mejor equipados, con piscina y mejores ratio matrona/mujer, lo cual facilita una atención más cercana.

¿Cuál es la alternativa?
Lo ideal es garantizar un parto respetuoso. Que la mujer pueda decidir dónde, cómo y con quién desea dar a luz.

¿Y eso qué supone?
La sanidad pública tiene que ofrecer la posibilidad de parir donde se quiera, como recomienda la OMS. Ahora el seguimiento y la posibilidad de hacerlo con matrona en casa es privado. Varios países europeos ofrecen tres espacios para parir: la casa, los centros habilitados para el parto llamados casas de nacimiento o el hospital. La presencia médica tiene que darse cuando el parto deje de ser normal. El parto en casa es tan seguro como el parto hospitalario, siempre que el embarazo sea de bajo riesgo, no sea prematuro, se esté cerca de un hospital y haya atención profesional. Es más, cuando no es el primer parto, los resultados son mejores que los hospitalarios.

¿Se caricaturiza a las parteras empíricas?
Aquí no pueden ejercer, las organizaciones internacionales tampoco las recomiendan, salvo en partes del mundo donde no hay posibilidades de formación y regulación de la profesión. Históricamente, su actividad ha sido muy cuestionada, pero en algunos países se está haciendo un gran esfuerzo para facilitarles su formación y que puedan convertirse en profesionales con base científica.

En noviembre, a raíz del fallecimiento de un bebé cuya madre decidió parir en casa, el jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Cruces dijo que “dar a luz en tu domicilio es jugártela, carece de todo sentido”.
Es un juicio moral porque carece de soporte científico y, en el contexto de una desgracia como esta, muy injusto con la madre. También mueren bebés durante los partos en los hospitales, todos los años y en todos los sitios. Pero en esos casos la prensa no trata la noticia de manera sensacionalista y culpabilizadora. No hay ningún estudio que haya acreditado que la mortalidad neonatal, la que se produce durante los primeros 28 días de vida, sea mayor en los partos en casa que en los partos hospitalarios. Eso es lo relevante.

Cargando valoraciones...
Ver comentarios 2
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...
Cargando portadilla...
Comentarios 2

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...