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Machismo
¿De verdad hay un problema de machismo con los chavales?

Ha vuelto a pasar. De nuevo, sale una investigación compleja, llena de matices y lecturas posibles, y el mismo día nos encontramos con una avalancha de artículos encabezados por titulares que van a incidir sobre una idea en la que llevan años incidiendo (¿asentando?). Esta semana salió el Informe Juventud de España 2024, del Injuve y el Ministerio de Juventud e Infancia. Un informe con más de 600 páginas separadas en dos volúmenes donde se aborda de manera compleja y responsable un montón de dimensiones materiales, políticas y culturales sobre la población más joven.
¿Y qué dicen los titulares? “El 23% de los hombres jóvenes y una de cada ocho chicas niegan la violencia de género: creen que es un invento ideológico” (Cadena SER), “Casi la mitad de los varones jóvenes no apoyan el derecho al aborto” (El Periódico), “'Es un invento ideológico': aumenta el negacionismo de la violencia de género entre la juventud española” (eldiario.es)… Que los medios, incluso los progresistas, sigan incidiendo machaconamente (una vez al mes sale un artículo sobre el tema) en un alarmismo simplista que no beneficia a nadie salvo a la derecha es preocupante.
Sí, los chavales están más distanciados de la igualdad, pero no se puede entender ese distanciamiento sin traer a colación el machaque mediático constante
Lo digo claramente: estamos como estamos en parte también por una irresponsabilidad mediática basada en una cultura de medios nefasta. Sí, los chavales están más distanciados de la igualdad, pero no se puede entender ese distanciamiento sin traer a colación el machaque mediático constante sobre una realidad que han terminado creando. Profecía autocumplida: le han dado tanto peso a la reacción juvenil que al final la alimentaron.
La cultura de medios en contextos digitales, donde los medios pelean neuróticamente para aumentar el flujo de visitas y por lo tanto el flujo de capital (en una economía digital basada en la publicidad segmentada donde empresas pujan por medios según estadísticas de visualización) ha llevado a una cultura donde el clickbaiting, los titulares engañosos, alarmistas y polémicos han sido el arma de las empresas de comunicación para competir exitosamente en este capitalismo de la atención.
Y lo hemos hecho demonizando a los chavales (somos una sociedad profundamente adultocentrista), simplificando sus posturas en dos cajitas, profeminista o antifeminista, confundiendo conceptos (antifeminismo con machismo) y, en definitiva, generando una alarma social con tal de vender y ganar visitas. La situación de los chavales es compleja y desde luego análisis simplistas sólo empeoran las cosas.
Machismo
CIS Una cobertura mediática simplista empeora el machismo
¿Qué recoge el informe sobre juventud y feminismo?
Como he dicho, el informe (disponible aquí) aborda muchiiiisimos temas. Voy a centrarme en los que han generado revuelo, los del apoyo al feminismo. Las cifras que mencionan los artículos son ciertas, pero como ya apuntábamos algunos en relación al famoso 44,1% de hombres que creían que “el feminismo había ido demasiado lejos”, las encuestas no pueden abordar números totales sin hacer un análisis interseccional y de cruce de variables.
Entre los 315 chavales encuestados que se sitúan en el espectro político del 9-10 (siendo 10 derecha) casi el 30% vota un uno en nivel de identificación con el feminismo
Sí, cerca de un 25% de los varones jóvenes está en desacuerdo con que la violencia de género es uno de los problemas sociales más importante. Pero esas cifras están infladas por chavales de derecha, por chavales con niveles bajos de estudio, etc. Entre los 315 chavales encuestados que se sitúan en el espectro político del 9-10 (siendo 10 derecha) casi el 30% vota un uno en nivel de identificación con el feminismo (pregunta 60A). Entre los que se quedaron en primaria la identificación con el feminismo es de tres. En estos casos hay una clara reactividad (¿quién carajo responde un uno si no es para trollear?), como en la respuesta por la democracia: un 40,3% de los chavales de ultraderecha le dan un uno a la democracia española, ¡un uno! O sea, reactividad clarísima. Pero ¿qué pasa con el resto?
Entre los 565 chavales que se sitúan en el 1-2 (siendo uno izquierda), sólo aproximadamente un 12% no se sienten identificados con el feminismo (menos de un cinco de valoración), alrededor de un 80% sí. Y no es que esa cifra sea porque hay muchas más chicas de izquierda que chicos. Sólo un 8.9% de los varones jóvenes se posiciona en la ultraderecha política (frente al 13,4% que se sitúa en la extrema izquierda). Pero es que, además, podríamos llamar la atención a que ¡incluso entre los chavales de ultraderecha alrededor del 40% está de acuerdo en algún nivel con el feminismo (más de cinco en nivel de identificación) ¿What?
Joder, que la cosa no está taaaan mal, ¿no? Además, este año el INJUVE tuvo una idea interesante: meter una pregunta de identificación con el feminismo y otra pregunta de identificación con la igualdad de género (pregunta 60B). La respuesta más común (moda) de la gente que se sitúa en el nueve del espectro político con relación a la igualdad de género ¿sabéis cuál fue? ¡Un nueve de acuerdo!
En el campo de la sociología sabemos que los datos nunca son datos. Datos viene etimológicamente de aquello que está dado, algo evidente en sí mismo. Pero cuando los datos son complejos, la lectura del dato es fundamental, y a las malas lecturas las carga el diablo.
Además, hay una cuestión clave. Somos una sociedad que denosta activamente la investigación cualitativa y endiosa a la cuantitativa, pero lo cuanti sin lo cuali no permite entender en profundidad dinámicas complejas como de las que estamos hablando. No sólo se trata de saber el qué, sino de profundizar en el por qué. ¿Por qué los chavales que se sitúan en la ultraderecha boicotean activamente las encuestas y dan respuestas infladas? ¿Por qué podría haber correlación entre el abandono escolar y posturas reactivas? ¿Podemos entender esto sin entrevistas, grupos de discusión, observación, y demás técnicas de recogida de información? ¿Podemos ir más allá del espejismo de los porcentajes?
Juventud y desafección
Si hay un problema claro es que está habiendo una desafección de algunos sectores (más o menos amplios según el caso) juveniles respecto a algunos temas. Y digo desafección en el sentido de que se trata de un desplazamiento afectivo en ejes como el de la igualdad de género, las relaciones amorosas libres o la democracia y la política (los chavales que más en el centro político se posicionan menos interés muestran por la política). Lejos de estar movidos por pasiones alegres, por ilusión y ganas de hacer cosas, los afectos imperantes están siendo tristes.
Y digo algo aún más preocupante: pasa en algunas claves más aún con la gente progresista. Los chavales que más a la izquierda (un 10) se sitúan en el espectro político son los que menos confían en partidos políticos (35,5% frente a un 34% de la ultraderecha y un 31,7% del extremo centro), en el Congreso de los diputados (34,2% frente a un 33,7% y un 25,5%), en los tribunales de justicia (25,9% frente a un 16,5% y un 11,4%), etc. Y entiendo la postura por la decepción y frustración que nos devora después de unos ciclos tan dolorosos a nivel político, pero la movilización activa y afectiva de la ultraderecha en un contexto de desafección de la izquierda puede ser un buen eje de lectura para entender qué está pasando con el distanciamiento de los chavales del feminismo. No es todo lo bien que hace la derecha, nosotras desde la izquierda también tenemos que hacer autocrítica y análisis de la pesadumbre que nos domina. Y esa pesadumbre nos está dificultando la movilización afectiva hacia postulados igualitarios, hacia postulados anticapitalistas o progresistas.
Sin embargo, como comentan los compas de Proyecto UNA, nos olvidamos a veces de cómo el eje del antifeminismo no es el único que debería llamarnos la atención. Estamos frente a una generación joven que tiene prácticas más allá de la heterosexualidad, para los cuales las definiciones tradicionales muchas veces quedan pequeñas, chavales que aunque no se identifiquen (ese verbo maldito, ¿qué significa identificarse? ¿Es lo único que importa?) con el feminismo sí que tienen integradas prácticas de cuidado que a nosotros nos costó años.
Necesitamos también una nueva cultura de medios, que implica también una nueva cultura de consumo de noticias, ¿por qué nos pone más leer titulares terribles?
Es verdad que si hace tres años el problema del antifeminismo en los chavales no era un problema, ahora sí que lo es, pero lo es porque no hemos parado de señalar el monstruo hasta que el monstruo ha aprendido que lo era. Necesitamos nuevas narrativas, necesitamos más análisis complejos y profundos como los de, por ejemplo, Mozo Yefímovich que en los vídeos de su canal de Youtube profundiza en marcos filosóficos y discursivos de la cultura de la que beben muchos chavales con muchísima minuciosidad.
Necesitamos también una nueva cultura de medios, que implica también una nueva cultura de consumo de noticias, ¿por qué nos pone más leer titulares terribles?, profundizar más y empezar a buscar lo bueno para generarnos ilusión en vez de ir a comprobar lo malo para darle sentido a nuestro malestar.