We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Palestina
Algunas reflexiones sobre Gaza y la cuestionable posición que adopta Israel para defender su política bélica
En homenaje a Tonny Judt
Todos somos conscientes de las altas cotas de horror y asesinatos de civiles (solo entre mujeres y niños se estiman 25.000) que está conllevando la política bélica de Israel contra Gaza y su población, desde que el pasado 7 de octubre comenzara el ataque tras la ofensiva cometida por Hamás y otros grupos armados palestinos contra cientos de israelíes y un número menor de extranjeros (aquel día murieron unas 1200 personas y 250 fueron capturadas).
Antes de reflexionar sobre esta nueva y terrible guerra contra Gaza, para situarnos haré un breve resumen de ciertos antecedentes del complejo conflicto palestino- israelí.
El conflicto comienza a fines del siglo XIX con el surgimiento del movimiento Sionista cuyo discurso aboga por la búsqueda de una patria que acabe con la diáspora y permita vivir a los judíos sin sufrir la exclusión y los ataques a los que solían estar expuestos por el antisemitismo reinante en los países donde vivían. Los sionistas sitúan su necesidad de patria en la tierra de palestina, donde estarían sus orígenes y la tierra prometida por Yahvé. Desde fines del XIX se produce la llegada de los primeros colonos judíos que compran tierras y se asientan en el territorio donde vivían los palestinos. La llegada masiva de judíos se produce a partir del establecimiento del régimen nazi alemán y sobre todo a partir de su caída: muchos eran supervivientes del Holocausto, lo cual supone la intensificación del conflicto con los palestinos que allí vivían en un momento en que este territorio estaba regido por el Mandato Británico. Los palestinos comenzaron a rebelarse y organizar motines contra la expansión de estos migrantes judíos llegados en su mayoría de Europa desde 1920. Entre 1936 y 1939 protagonizaron la Revuelta Árabe de Palestina, duramente reprimida por los británicos.
Genocidio
Genocidio en Palestina Los niños asesinados por Israel en cuatro meses superan a los de cuatro años de guerras en todo el mundo
Gran Bretaña que apadrinó al sionismo, al tiempo que había utilizado y engañado a los árabes de la zona prometiéndoles la independencia, tras sufrir graves atentados por parte del terrorismo sionista, decide dejar el tema en manos de la recién creada ONU, que en 1947 hace una resolución optando por la creación de dos estados que los palestinos no aceptan por ser considerada la culminación del expolio de su tierra y sus derechos sobre ella.
En 1948 Israel proclama su estado y desde entonces hasta ahora la guerra en la zona ha estado presente de forma intermitente, a veces con gran crudeza, dando como nefastos resultados la paulatina pérdida de territorios palestinos y la ocupación israelí desde 1967 de los territorios que les quedan. Además de los miles de refugiados palestinos en la diáspora y miles de muertos y heridos, la gran mayoría palestinos. Los diversos acuerdos entre las partes para resolver el conflicto tampoco han funcionado. Ello ha impedido la conformación de un estado palestino propiamente dicho, el Estado Palestino es reconocido de forma parcial o simbólica, y su estatus en la ONU es de estado observador no miembro (2012), lo que inevitablemente ha generado una gran rabia y frustración entre los palestinos.
Hamás es una organización palestina que aboga por configurar un estado palestino islamista independiente, y niega la legitimidad del estado de Israel, aunque con el tiempo ha reconocido las fronteras palestino-israelíes de 1967. Hamás pretende conseguir su objetivo ejerciendo la política y también la violencia contra objetivos israelíes, incluyendo ataques suicidas. Nace en 1987 por oposición a la política de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina que surgió en 1964 liderada por Yasir Arafat) y tampoco comparte la política del gobierno palestino encarnado en la ANP (Autoridad Nacional Palestina que surge en 1993).
Según Amnistía Internacional la violencia de Hamás también la han sufrido palestinos que no comparten sus valores. Hamás, ganó con mayoría absoluta (44% de los votos) las últimas elecciones generales palestinas realizadas en 2006 para escoger a los integrantes del Consejo Legislativo Palestino, órgano que ha de legislar y elegir al primer ministro palestino. Este resultado generó una gran crisis a nivel nacional e internacional pues diversos países y organismos internacionales consideran a Hamás un organización terrorista. Israel mostró su total oposición. A nivel interno, el triunfo de Hamás trajo consigo la ruptura y enfrentamiento entre Hamás y Fatah, partido laico perteneciente a la OLP que lideraba la ANP y que no aceptó los resultados. Desde entonces no se han repetido las elecciones. Fatah se quedó con el control de Cisjordania y Hamás con el de Gaza, que fue bloqueada por Israel lo que conllevó terribles consecuencias. En 2017 Hamás y Fatah firmaron un acuerdo de reconciliación.
Volviendo a la actual ofensiva israelí contra Gaza, la respuesta bélica de Israel está incluyendo actos considerados por el Derecho Internacional Humanitario crímenes de guerra: como la destrucción de todo tipo de edificios (incluidos hospitales), las deportaciones obligadas en pésimas condiciones, los ataques masivos a los gazatíes (incluso cuando se dirigen a recibir alimentos a los camiones de ayuda humanitaria), la retención en la frontera de ayuda humanitaria (cientos de camiones retenidos con alimentos, agua, material médico y medicamentos... ), miles de personas hambrientas y sedientas hacinadas en campamentos entre el fango sin higiene posible con nula o escasa atención médica, falta de electricidad y combustible... Cada vez hay más niños muertos por hambruna... Y el número de víctimas totales no para de crecer (superan los 30.000).
Por ello desde hace tiempo la Asamblea de la ONU, en resoluciones no vinculantes, ha pedido primero una tregua humanitaria y después un alto al fuego inmediato. Sin embargo, debido al reiterado veto de EE UU en el Consejo de la ONU, todavía no se ha conseguido que se apruebe ninguno de los tres intentos de resolución para pedir un alto al fuego definitivo (que sería de obligado cumplimiento). La UE sí ha solicitado dicho alto al fuego. Por otro lado, Sudáfrica, a quien apoyan muchos países, ha denunciado por genocidio al gobierno de Israel ante la Corte Internacional de Justicia, cuyo primer veredicto (no es el definitivo) impele a que Israel tome medidas inmediatas para garantizar que su ejército no viole la Convención sobre el Genocidio.Tampoco debemos olvidar la gran cantidad de manifestaciones multitudinarias que está habiendo a lo largo y ancho del mundo para pedir el alto al fuego y denunciar la política bélica israelí.
La respuesta del gobierno israelí a estos llamamientos y denuncias internacionales es siempre la misma: tienen derecho a defenderse frente a los ataques del 7 de octubre. La respuesta ante estos ataques no ampara los crímenes de guerra que están cometiendo, ni la desmesura de su destrucción, que supera hasta el infinito la antigua Ley del Talión: ojo por ojo y diente por diente. Según ellos, su objetivo es acabar definitivamente con la amenaza que les supone el brazo armado de Hamás y similares. Pero no olvidemos que, como ya dije, desde hace mucho tiempo, para una parte importante de los líderes israelíes, cualquier palestino es un potencial terrorista, y este discurso de odio ha ido calando en la población general. Para otros muchos la muerte de civiles palestinos bajo las bombas israelíes es entendida como un daño colateral, consecuencia de las “acciones terroristas” de sus compatriotas. Hay una deshumanización total de las víctimas palestinas.
Sionismo
Genocidio Disputar al sionismo la memoria del Holocausto
Esta forma deshumanizada y/o demonizada de mirarlos ha facilitado la justificación que hacen los gobiernos israelíes de su manera de “defenderse” contraria al Derecho Internacional, así como de la política de apartheid que aplican a los palestinos en los territorios ocupados, e incluso de la existencia de asentamientos ilegales israelíes en tierras palestinas. Y por ello llevan 75 años despreciando muchas resoluciones de la ONU que les conminan a cambiar estas prácticas.
La impunidad internacional de Israel tiene mucho que ver con el apoyo del EE UU, que cuenta con una poderosa comunidad judía y siempre ha sido su aliado; también con la pobre implicación de Europa, quizá lastrada en su reflexión por la culpa o responsabilidad que tuvo al permitir el genocidio nazi de los judíos; pero sobre todo tiene que ver con la perversión con la que el gobierno de Israel acusa de antisemitas a las instituciones o personas que cuestionan su política con los palestinos. Cuestión relacionada a su vez con una pedagogía sobre el Holocausto que llevan décadas extendiendo por el mundo, donde se minimiza el sufrimiento de las otras víctimas del nazismo.
Sobre ello hizo una fantástica conferencia en 2007 el historiador judío Tonny Judt que merece ser recordada, cuyo subtítulo fue Demasiado Holocausto mata al Holocausto publicada en Le Monde Diplomatique en 2008. Es un tema que me toca muy personalmente, pues lo traté en mi libro Ideologías Excluyentes (actualizado en la segunda edición), cuyo asunto central era cómo fue posible el Holocausto, y parecía, como todavía parece a según quien, que tratar este tema era traicionar la memoria de las víctimas judías, cuando nada hay más lejos en mi intención, y para mi tristeza no conocía el texto de Judt que me hubiera consolado. Indudablemente es un tema tabú que atenaza la libertad de expresión de la comunidad investigadora e intelectual, y que debemos no acallar si queremos afrontar soluciones de raíz a conflictos como el que nos ocupa, como pedía Judt.