Madrid
‘Un planeta de inquilinos’, el ciclo de cine patrimonial que lleva la crisis de la vivienda a la gran pantalla

Todo comenzó fruto de un arduo trabajo de recuperación de la memoria fílmica. El equipo de la Filmoteca Española había decidido recuperar El inquilino (1957, José Antonio Nieves Conde), un clásico del cine neorrealista español que fue censurado durante la dictadura por ser retrato fidedigno de uno de los grandes conflictos de antes y ahora: la crisis habitacional. La labor de difusión de esta pieza del patrimonio audiovisual español desencadenó la idea de ampliar la mirada y aunar en una misma muestra hasta una veintena de títulos que orbitaran en torno a la vivienda. “Nos pareció sin duda que era un tema estimulante porque es una problemática muy viva y muy urgente, por tanto resonaba muy bien en el ciclo”, traslada en conversación con El Salto Manuel Asín, coordinador del Área de Cine del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Así nació “Planeta de Inquilinos”, el primer ciclo donde la Filmoteca Española y el Círculo de Bellas Artes (CBA) abordan conjuntamente esta temática con títulos “que tienen como eje, desde ángulos y sensibilidades diversas, el problema del acceso a una vivienda digna”. La cita está abierta al público hasta el próximo 1 de noviembre en los espacios de ambas instituciones. Su título nos retrotrae a finales de la década de los años 50, cuando el arquitecto y ex ministro de Vivienda y Agenda Urbana franquista, José Luis Arrese, pronunció su famosa frase “no queremos una España de proletarios sino de propietarios”, en aras de desmovilizar la lucha inquilina.
Sin embargo, el título también evidencia la vocación internacionalista del ciclo y da cuenta del carácter global de la emergencia habitacional. Metrajes de países como China, EEUU, Francia o Japón están presentes en la cita con un claro enfoque transfronterizo: “Hemos podido hacer un ciclo que se ha salido de nuestras fronteras, aunque la idea inicial era solo con el cine español, pero más tarde decidimos ampliarlo a un espectro global, introduciendo películas asiáticas, de Latinoamérica, africanas…”, explica Carlos Reviriego, director de programación de la Filmoteca, para quien la vivienda es “un escenario profundamente cinematográfico”.
Así, como detalla el catálogo de esta institución, entre las cintas presentes en la muestra pueden hallarse Il Tetto, (Vittorio de Sica, 1956), Cathy Come Home (Ken Loach, 1966), La vie comme ça (Jean-Claude Brisseau, 1978) o El precio de una vida (Edward Dmytryk, 1949). La conjunción de todas ellas en un mismo evento cinematográfico abre las puertas a que pasado y presente dialoguen a través de géneros tan eclécticos como el cine negro español, thriller político, el documental, la sátira, los kichen dramas de la cinematografía británica, representados en Ken Loach y Mike Lee (que planteaban temas como los desahucios y las dificultades para encontrar una vivienda digna) o el cine policíaco.
Muchos lenguajes para narrar una problemática común: la precariedad habitacional es, ha sido y será, el gran conflicto social que atraviesa a generaciones enteras en todas las latitudes. En este sentido, destaca Manuel Asín, “toda la discusión en torno a la vivienda social y la propia historia del cine aparecen casi simultáneamente, a finales del siglo XIX, en casi todos los lugares del mundo”.
La crisis habitacional, un conflicto histórico y trasnacional
“Son en su mayoría largo y cortometrajes sobre las nuevas políticas de vivienda y cómo los planes de urbanidad han cambiado y han transformado las metrópolis y han desplazado a ciertos sectores sociales más allá de los centros geográficos de las ciudades y cómo esto también ha transformado las rutinas, las formas y estilos de vida etc.”, relata Reviriego. Así, en el film estadounidense La gran apuesta (The Big Short), basado en la novela homónima de Michael Lewis, el cineasta Adam McKay sitúa la trama en la época inmediatamente anterior a la crisis mundial de las hipotecas de 2008 y narra la historia de cuatro hombres que vaticinan acertadamente la quiebra del mercado hipotecario global. Otras como Man With No Name, de Wang Bing abordan cuestiones íntimamente ligadas con la emergencia habitacional como es la soledad no deseada y el aislamiento (una problemática que hoy palpita también en la mayoría de urbes europeas).
Aunque la horquilla temporal que comprende el ciclo es amplia (desde los años 30 del siglo pasado hasta la actualidad), los ecos los conflictos de antaño resuenan con fuerza en la contemporaneidad: “Se pueden buscar diferencias y aspectos específicos de cada época, pero hay una misma preocupación de fondo y casi es más sorprendente y estimulante reflexionar sobre las continuidades de estos problemas”, determina Así
n. El conflicto inquilino llevado también a escala barrial y urbanística, las transformaciones sociales derivadas de los planes de vivienda, el individualismo galopante o los cambios que han experimentado instituciones tan centrales como la familia nuclear laten en todas estas piezas del patrimonio fílmico.
“Podría haberse hecho una muestra con toda la historia del cine, podríamos haber incluido películas de los años 10 y haber llegado a otras que ahora estén en cartelera, es un tema tan universal que podría cubrir toda la historia del cine”, confiesa Asín. De este modo, sostiene Reviriego, la muestra busca establecer una conversación entre “aquel cine que recuperamos, el cine que queremos difundir”, con los acontecimientos contemporáneos, “para resignificarlos o ponerlos en valor de alguna forma”.
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