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Solo ha mantenido el cargo 48 horas. Emilio Bouza, el ya exportavoz del grupo Covid-19, creado entre el Gobierno central y la Comunidad de Madrid para tomar decisiones conjuntamente y transmitir serenidad a los ciudadanos de la región, ha presentado hoy sábado su dimisión.
Bouza ha explicado en su carta de renuncia que “creí en lo que se prometía”, en referencia a la “concordia política” pactada y al “impulso para trabajar unidos para buscar una solución al problema” en base a “criterios técnicos y científicos”, pero “las circunstancias que he presenciado en los dos días siguientes, junto con la contemplación de las ruedas de prensa simultáneas del viernes 25, me obligan a renunciar y a declinar el ofrecimiento”.
La concordia política no duró ni 24 horas, cuando ayer viernes hubo dos ruedas de prensa simultáneas: la del ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la que expresó que la Comunidad no había hecho caso de las recomendaciones, y la del viceconsejero de Sanidad de Madrid, Antonio Zapatero, el cual ampliaba a ocho las áreas sanitarias confinadas.
El ministro de Sanidad ha instado hoy a que el ejecutivo madrileño “revise sus decisiones y escuche a la ciencia”. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, le ha acusado de “enredar”.
Madrid encabeza la tasa de transmisión en el Estado y sigue siendo un misterio el número de rastreadores de los que dispone la Comunidad. Su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, anunció el 18 de septiembre que ampliaría el equipo a 1.000 rastreadores, pero no explicó cuántos hay de facto trabajando ni desde cuándo. En agosto, llegó a pedir voluntarios para realizar este trabajo; en septiembre, soldados.
El grupo Covid-19 ha sido creado para coordinar y planificar las respuestas a la pandemia de manera conjunta entre la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Sanidad.
Emilio Bouza, médico jubilado, es experto en enfermedades infecciosas, catedrático, fundador de la Sociedad Estatal de Microbiología Clínica y fue jefe de microbiología en el Hospital Gregorio Marañón. El jueves fue nombrado portavoz tras llegar a un consenso entre el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y su homólogo en la consejería de Madrid, Enrique Ruiz-Escudero. Encontraron en él un perfil técnico que podía transmitir las decisiones desde el conocimiento y la calma, un reflejo de Fernando Simón.
De votante del PP a crítico
En una entrevista publicada en el diario El Mundo en 2013, Bouza fue muy crítico con el PP ante el desmantelamiento de la sanidad pública que este partido estaba llevando a cabo. “Estoy con la sanidad pública, no pertenezco a ningún partido político. No tengo ninguna vinculación con ningún sindicato. He votado algunas veces al Partido Popular, he dejado de votarlo y no le votaré nunca más por lo que ha hecho en sanidad. No sé por quién voy a votar en el futuro, pero por el Partido Popular no, he vivido de cerca lo que ha hecho con la sanidad madrileña”, afirmó entonces.
#BuenaSuerte pic.twitter.com/remqkmwk0g
— Yolanda Fuentes🇪🇸🏳️🌈🇮🇨 (@_YolandaFuentes) September 25, 2020
La renuncia de Yolanda Fuentes
El 7 de mayo, otra técnica dimitía de su cargo ante la falta de escucha de la Comunidad de Madrid para seguir criterios médicos en la desescalada: la doctora Yolanda Fuentes, directora general de Salud Pública, presentó su renuncia porque el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso decidió entrar en la fase 1 de la desescalada.
En ese momento, Madrid se encontraba en una situación similar al descontrol epidemiológico de Lleida. Catalunya decidió ser más prudente. El ejecutivo de Madrid primó los motivos económicos frente a los sanitarios. Yolanda Fuentes prefería mantener a la Comunidad en fase cero, pero no logró que su criterio prosperara y dimitió. Ayuso la relevó con el exdirector del hospital de campaña en Ifema, Antonio Zapatero.
Coronavirus
El hospital del Ifema, un milagro que no cayó del cielo
Díaz Ayuso presenta el megahospital como un milagro, aunque quizá más que como fenómeno religioso deba considerarse un ejercicio de prestidigitación, no es poca magia haber hecho desaparecer 59 millones de las arcas públicas en tan solo 41 días.
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48 horas!! lo justo para ver cuatro informes , hacerse una idea del panorama y decir: hasta luego lucas!!
La foto del artículo es gloriosa. Ella totalmente IDA y toda su corte aplaudiéndola.
Se supone que la caída de un imperio es algo dramático. Está justo ahí en el nombre. "Caída" evoca imágenes de columnas de templos estriados derribadas hacia el suelo, derribadas por bárbaros vestidos de piel que se esfuerzan por destruir algo hermoso. Invasiones salvajes, derrotas aplastantes en el campo de batalla, ciudades saqueadas, gobernantes desafortunados ejecutados: Estos son los tipos de historias que normalmente no vienen a la mente cuando pensamos en el fin de un imperio. Parecen apropiados, los clímax que esperamos de una narrativa de ascenso, declive y caída.
Todos somos criaturas narrativas, pensemos explícitamente en esos términos o no, y las historias son una de las formas fundamentales en las que nos involucramos y comprendemos el significado del mundo. Es natural que esperemos que el final de una historia, el fin de un imperio, tenga algún drama.
La realidad es mucho menos emocionante. Cualquier unidad política lo suficientemente sólida como para proyectar su poder sobre una gran área geográfica durante siglos tiene profundas raíces estructurales. Esas raíces no se pueden levantar en un día o incluso un año. Si un imperio parece derrumbarse de la noche a la mañana, es seguro que las condiciones que produjeron el resultado habían estado presentes durante mucho tiempo, suplantando heridas que finalmente se volvieron lo suficientemente sépticas como para que el paciente pudiera sucumbir a un trauma repentino.
Por eso importan las banalidades. Cuando parecen problemas reales, los estados sanos, los capaces de manejar y minimizar la disfunción cotidiana, tienen mucha más capacidad de responder que aquellos que se acercan a su fin. Pero para cuando llega la crisis obvia y evidente y la verdadera magnitud del problema se vuelve clara, es demasiado tarde. El desastre —una gran crisis de legitimidad política, una pandemia de coronavirus, una catástrofe climática— no rompe tanto el sistema como muestra lo roto que ya estaba el sistema.
How Do You Know If You’re Living Through the Death of an Empire?
It’s the little things.
By Patrick Wyman, March 19, 2020 (Motherjones Magazine)
Pues que sirva de ejemplo a los que le eligieron.
Muchas gracias señor Bouza por su ejemplaridad.
Usted no estaba por dinero sino por sentido patriótico que los que le nombraron no tienen.
Hoy he visto la peli Estallido. Viendo lo que demanda la CAM, soldados,policia... Nada de personal sanitario... He llegado a la conclusión de que el equipo de Diaz Ayuso nos quiere fulminar a los madrileños, eso si, a los pobres. Los ricos ni tocarlos