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LGTBIAQ+
Doce leyes en ocho comunidades recogen ya la autodeterminación de género que cuestiona ahora una parte del PSOE
La Ley integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía hace nueve alusiones a la “autodeterminación de género” y reconoce expresamente en el artículo 1 del capítulo 1 este derecho: “La presente Ley tiene por objeto establecer un marco normativo adecuado para garantizar el derecho a la autodeterminación de género de las personas que manifiesten una identidad de género distinta a la asignada al nacer”. Organizaciones trans destacan esta ley como una de las más avanzadas en materia de derechos de las personas trans. El texto, vigente desde 2014, salió adelante por unanimidad del Parlamento de Andalucía con un Gobierno de PSOE e IU. La Ley de igualdad LGTB andaluza, de 2017, también incluye este derecho.
Hasta doce comunidades autónomas han probado desde 2009 leyes autonómicas que recogen derechos del colectivo LGTB o específicos de las personas trans. Algunas de estas leyes recogen expresamente el “derecho a la autodeterminación de género”, como hace la ley andaluza.
La Ley de igualdad de las personas LGTBI de la Comunitat Valenciana, vigente desde 2018, incluye en el apartado de derechos el “reconocimiento del derecho a la propia personalidad” y especifica que este incluye “el derecho a construir para sí una autodefinición con respecto a su sexualidad, incluyendo cuerpo, sexo, género, orientación sexual, identidad de género y expresión de género. Estas características son esenciales para la personalidad de cada persona y constituyen uno de los aspectos fundamentales de su autodeterminación, dignidad y libertad”. En el mismo sentido se pronuncia la Ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y a la expresión de género en la Comunitat Valenciana o Ley Trans de esta comunidad, de 2017.
En Navarra, la Ley para la igualdad de las personas LGTBI+, de 2017, también incluye en su apartado de principios y derechos las autodeterminación de género.
Con fórmulas similares, otras siete comunidades autónomas recogen la “autodeterminación de género” entre los principios de diferentes leyes. Son las de Aragón (en dos leyes, una Ley LGTB y una Ley Trans, ambas de 2018), Madrid (también en una Ley LGTB y una específica trans, ambas de 2016), Illes Balears (en su ley de 2016), Extremadura (en su ley de 2015), Murcia (en su ley de 2016).
Es decir, un total de doce leyes en ocho comunidades autónomas ya recogen la autodeterminación de género. De las doce comunidades que tienen leyes LGTBIQ+ o leyes trans, ocho recogen este derecho. En Canarias, cuya ley LGTB no lo recoge, el Parlamento debatirá a partir del próximo martes una ley que sí lo hace. Este texto, de aprobarse, sustituirá a la Ley de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales, de 2014, que los colectivos consideran desfasada por ser anterior a la despatologización de la transexualidad por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sobre el resto de territorios, Asturias, Cantabria, La Rioja, Castilla La Mancha y Castilla León no tienen, por el momento, leyes de igualdad LGTB y solo las de Galicia, Catalunya y País Vasco no aluden a la audoterminación de género.
La autodeterminación de género no es, pues, un concepto nuevo, como explica Marcos Ventura, coordinadora del Grupo Trans de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), que entiende este derecho como una contraparte de la despatologización de las identidades trans que se produjo cuando la OMS, en 2018, eliminó la transexualidad del capítulo de trastornos de su manual, que sirve de referencia en el ámbito de la salud.
“Esto tiene una consecuencia lógica: si nuestras identidades no son una enfermedad, nuestras identidades son igual de válidas que las identidades cis y, por lo tanto, tienen que ser tratadas en un plano de igualdad”, explica. “El principio de autodeterminación no es otra cosa que asumir que una persona exprese sin ninguna tutela externa lo que hay es su propio foro interno”, asegura.
Ventura, que es también procuradora de los tribunales, explica que “la autodeterminación de género puede ser un principio o puede ser un derecho", y que algunas de estas leyes, pese que lo recogen en sus principios, flaquean luego en el desarrollo como derecho, lo que supone una diferencia de trato a las personas trans entre las diferentes comunidades. “En la práctica, la autodeterminación es el reconocimiento por parte de los poderes públicos de la identidad de género manifestada sin necesidad de pruebas médicas psicológicas o de ningún otro tipo”, resume Ventura.
“Esta es una lucha en la que llevamos muchísimo tiempo y no es ninguna novedad”, dice Ventura, que indica que los Principios de Yogyakarta —un documento que recoge recomendaciones sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos con relación a la orientación sexual y la identidad de género— que la ONU utiliza para fijar los derechos LGTB reconoce ya la autodeterminación de género. Añade que el PSOE ha apoyado estas leyes autonómicas que reconocen la autodeteminación.
EL PSOE, ¿CONTRA EL BORRADO DE QUIÉN?
El documento interno del PSOE titulado “Argumentos contra las teorías que niegan la realidad de las mujeres” y que algunas militantes compartieron en redes hace unos días encendió a unos colectivos trans que hace un año ya vieron como algunas feministas socialistas aireaban su discurso transexcluyente en la Escuela Feminista Rosario de Acuña —donde se dijo entre risas que “las activistas transgénero son tíos, y digo tíos porque son tíos”—.
Esta vez, el argumentario lo recogía por escrito un documento sellado por el PSOE. El escrito recoge algunos tópicos de un feminismo que dice querer frenar los que considera un “borrado de las mujeres”, borrado qye supuestamente produce la inclusión de las mujeres trans y la lucha por sus derechos en el feminismo. Entre sus conclusiones, recoge que “la teoría queer desdibuja a las mujeres como sujeto político y jurídico poniendo en riesgo los derechos, las políticas públicas de igualdad entre mujeres y hombres, y los logros del movimiento feminista”.
Este posicionamiento, que choca con el del Ministerio de Igualdad que encabeza Irene Montero, de Unidas Podemos, se produce ante el inminente rescate de dos leyes que quedaron aparcadas, primero por el adelanto electoral y luego por la crisis del coronavirus: la Ley de Igualdad LGTBI —impulsada por la FELGTB— y la Ley Trans —que promueve la Plataforma Trans—.
“La primera paliza que me dio mi padre fue por comportarme como una niña, no por leer la teoría queer”, ironiza Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma Trans, que ha impulsado la segunda de esas leyes. Cambrollé ve en el documento del PSOE un intento de crear confusión, como ocurrió, dice, con el matrimonio igualitario. “Con este tema, la Iglesia sacó miles de personas a la calle y 15 años después de aprobarse no se ha destruido ninguna familia”, explica. Sin embargo, esta vez ese rugir no viene de partidos conservadores, sino de un PSOE que en su programa electoral y también en el de Gobierno se comprometió a garantizar los derechos de las personas trans.
“Estamos esperando a que el PSOE se pronuncie y que conteste a la carta que hemos enviado y que apoyan 260 organizaciones de todo tipo”, dice cuando se le objeta que el documento refleja, por el momento, un posicionamiento interno que se corresponde con las ideas de un sector del feminismo. Entre las referencias que más le duelen, dice, está la mención a la “ficción de hembra”: “Es espeluznante y recuerda a tiempos franquistas; muchas activistas no vamos a permitir que las nuevas generaciones de personas trans pasen otra vez por eso”.
El documento al que se refiere Cambrollé hace tres peticiones al partido de Pedro Sánchez: una rectificación pública, apoyo al trámite de la Ley Trans estatal y una reunión presencial con colectivos. De momento, el PSOE no ha rectificado ni ha respondido a ninguna de las otras dos peticiones.
Sobre la autodeterminación de género, el escrito recoge que el derecho a la libre determinación de la identidad sexual y expresión de género ha adquirido rango de derecho humano fundamental, reconocido tanto por el Consejo de Europa en distintas directivas a sus Estados Miembros, por la ONU y es conocido como un derecho blindado jurídicamente en países como, Dinamarca, Irlanda, Luxemburgo, Malta y Noruega.
Cambrollé —que también es presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA) que promovió la Ley Trans andaluza— insiste, como Ventura, en que este concepto no es nuevo y no solo queda ya recogido algunas leyes autonómicas sino que legislaciones que no lo contemplaban, como la navarra y la vasca, han sido actualizadas para hacerlo.
“El principio de autodeterminación de género convierte a las personas trans en sujetos de derecho, porque a día de hoy somos objeto pero no sujeto”, dice Cambrollé en referencia a la Ley 3/2007 de rectificación del sexo en el registro, que permite cambiar la mención a al sexo en el DNI tras un proceso médico.
Sobre la supuesta “inseguridad jurídica” que según mantiene el documento interno del PSOE se produciría con el reconocimiento del derecho a la autodeterminación de género, Mar Cambrollé dice que “para inseguridad jurídica, la de las personas trans” que piden tener derecho al trabajo, a la salud o a practicar deporte, es decir, “una equiparación en derechos, no privilegios”.
Marcos Ventura lo explica de otra forma: “Toda ley puede ser utilizada de forma espúrea, para eso está el artículo 6.4 del Código Civil que establece el principio de ‘fraude de ley’”. Ventura pone un ejemplo: el hecho de que el matrimonio pueda utilizarse para burlar la Ley de Extranjería no implica que deba prohibirse el matrimonio. Porque el ordenamiento jurídico tiene medios más que suficientes para detectar el fraude de ley y combatirlo, argumenta. “Además, honestamente, nadie se declara una persona trans si no lo es, porque estamos sometidas a unos niveles de exclusión y de violencia enormes: la idea de que de la noche a la mañana todos los hombres machistas van a inundar los registros civiles para cambiarse de sexo no tiene mucho fundamento”.
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“La primera paliza que me dio mi padre fue por comportarme como una niña, no por leer la teoría queer”.
¿Qué es comportarse como una niña? ¿Qué es ser niña? Si el padre de Mar Cambrollé no asociara ciertas conductas a un sexo, seguro que no le hubiera dicho que se comporta como una niña. Esas ciertas conductas se llaman género, lo que nos lleva a pensar que si desempeñamos conductas del otro género, es que somos del otro sexo. ¿Tenemos el sexo equivocado entonces? Si me gusta el fútbol y no quiero depilarme, ¿soy un hombre? Si me gusta maquillarme y llevar tacones, ¿soy una mujer? El problema no es de nuestros cuerpos: nuestros cuerpos están bien. El problema es el género, que nos oprime y nos encasilla. Para el sistema es mucho más fácil que un individuo se torture pensando que ha nacido en el cuerpo equivocado, antes que abolir el género. La sociedad se lava las manos haciendo sentir culpable a la víctima. El género es el problema, no nuestros cuerpos.
Para el sistema resulta mucho más fácil que las personas que no están conformes con su género se mutilen y se mediquen, o simplemente se mientan a sí mismas, porque así se elimina cualquier crítica feminista a ese mismo sistema, el patriarcal. Así quién se sienta cómodo ejerciendo su opresión, o cómoda sufriéndola, puede seguir igual sin trabajarse lo más mínimo, porque al final seguir la corriente es lo más fácil. Las leyes trans, con su incapacidad (voluntaria o no) de dar una definición estable de lo que entienden por género, apuntalan el sistema patriarcal. Las identidades individuales de cada persona no pueden ser base jurídica de ninguna ley.
¿Cómo se hace eso? ¿se prohíbe por ley la asociación de ciertas conductas a determinados atributos? ¿se obliga legalmente a la gente a olvidar todo lo que ha aprendido durante toda su vida? En ningún documento oficial se hace referencia al género, solo al sexo. La asociación de un rol al sexo, eso que llamamos género, es una ficción colectiva y puede que para algunas personas sea opresora pero no creo que sea algo que se cambie con un texto legal. Será cuestión de educar a los que vengan detrás para que esa costumbre muera con nosotros. Pero desde luego el padre de Mar Cambrollé no va a dejar de asociar ciertas costumbres a un sexo porque un político redacte una ley.
Eso es mentira xDDDDDD puedes leerlo hasta en la ley de violencia de genero que se hace referencia a este y no al sexo, no sé de donde sacais esas invenciones más alla de que en el DNI pone el sexo registral que no hace referencia a los genitales sino a la i. de genero
No es correcto. En el país Vasco se reconoció el pasado junio de 2019 con la modificación del artículo 3 de la ley de 2012.