We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
En los últimos días hemos presenciado la perfecta muestra de uno de los peligros de una economía financiarizada y global: el rápido contagio de los problemas económicos de un país a las empresas y parqués bursátiles de todo el planeta. Los mercados están revueltos y la guerra comercial de Estados Unidos contra China (o más bien contra todos) está recolocando la correlación de fuerzas mundiales que el gigante asiático parecía querer variar. Estaba claro que Estados Unidos no iba a soltar su poder hegemónico sin batallar por mantenerlo y que su única manera de librar esa guerra sería atacando a las economías, y monedas, de aquellos que empezaban a acelerar en la carrera de la economía global: los países emergentes.
La subida del petróleo, los cambios en los precios de las materias primas provocados por la guerra arancelaria y el paso firme de Trump para make the dolar great again, anunciando nuevas subidas de los tipos de interés del dólar, han hecho tambalearse a varios de esos emergentes y sus monedas. Los mercados han huido a refugiarse en el billete verde, lo que ha provocado, entre otras cosas, la brusca caída de la lira turca y el peso argentino.
La semana en Argentina ha sido movidita. El presidente, Mauricio Macri, ha necesitado echar mano a los 50.000 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional había puesto a su disposición mediante un nuevo acuerdo firmado el pasado mes de junio porque, según ha declarado, “en las últimas semanas hemos tenido expresiones de falta de confianza en los mercados”. El peso argentino se hundió el jueves un 7%, llegando a cifras récord de más de 36 pesos por dólar. En los últimos 12 meses, la divisa argentina se ha devaluado un 98% frente a la estadounidense, con consecuencias desastrosas sobre el poder adquisitivo de la población y la enorme dificultad del Gobierno argentino para pagar su deuda externa, referenciada en gran parte al dólar. Como colofón, y en un intento de mantener el precio del peso y evitar la huida de capitales, el Banco Central argentino subió los tipos de interés, tras haberlo hecho ya hace 20 días, otros 15 puntos, hasta alcanzar el 60%.
La caída de la lira turca y el peso argentino han arrastrado al Ibex 35 debido a la fuerte exposición de sus empresas a estos países
El país presidido por Recep Tayyip Erdogan ha sufrido una caída de su divisa provocada por una falta de confianza por parte de los mercados en las políticas del polémico presidente, su fuerte dependencia, al igual que Argentina, de una financiación externa referenciada en el dólar y, sobre todo, al ataque estadounidense: Trump duplicó a principios de agosto los aranceles sobre el aluminio y el acero turco como castigo a Erdogan por seguir comprando petróleo a Irán pese a las sanciones internacionales.
Las caídas de la lira turca arrastraron a otras divisas de países emergentes: el rand sudafricano, el peso mexicano o el real brasileño se han sumado al despeñe del peso argentino. El dólar gana fuerza a la vez que los países emergentes ven como el poder adquirido en los últimos años de bonanzas y dinero barato por parte de la Reserva Federal se esfuma en una bola de deuda impagable.
El Ibex 35 tiembla
Pero, como comentábamos al principio, el contagio no solo es entre países emergente y sus monedas. La fuerte inversión, presencia y exposición de las empresas de los países europeos o estadounidenses provocan que las caídas de esas monedas o cualquier atisbo de crisis azonten las bolsas de todo el globo. Las empresas españolas, lejos de ser ajenas a estos contagios, tienen una enorme exposición a las economías de los emergentes.
Cuando el 10 de agosto la lira turca se dejaba un 10% frente al dólar, el BBVA caía un 5% en bolsa, perdiendo cerca de 4.000 millones de euros de valoración en una sola sesión. ¿El motivo? La entidad española obtiene el 14,8% del total de sus ingresos de Turquía. El banco turco Garanti, en el que el BBVA ha invertido 7.000 millones de euros para hacerse con el 49,85% del accionariado, caía hasta valer tan solo unos 2.000 millones en el parqué. La caída del peso argentino también golpeó a este banco. El banco presidido por Francisco González obtiene el 4,7% de sus ingresos de Argentina. En total, según la compañía de datos financieros FactSet, la exposición del banco a los países emergentes es del 53,8%. Otros datos apuntan al 46%. En ambos casos, difícil situación se encontrará el banco en caso de una crisis global de los emergentes.
La exposición del BBVA y el Banco Santander a los países emergentes es del 53,8 y el 36% respectivamente
El otro gran banco español, el Banco Santander, no se libra de los vaivenes de la economía de los estos países. La entidad presidida por Ana Patricia Botín recibe aproximadamente el 3,6% de sus ingresos de Argentina y un 25% de uno de los emergentes que está notando el contagio y la guerra de precios de las materias primas: Brasil. En total, el Santander obtiene sobre un 36% de sus ingresos de los mercados emergentes. Tras las decisiones a la desesperada de Macri de este pasado jueves, el Santander se dejaba un 2% en bolsa, tocando su mínimo en lo que va de año.
NO SOLO BANCOS
Pero no son solo los bancos los expuestos a las economías y monedas de los emergentes. Mapfre, los supermercados DIA y Gas Natural Fenosa obtienen alrededor del 20% de sus ingresos de Brasil. La cadena de supermercados también obtiene un 16% de sus ventas de Argentina. Al igual que Telefónica, con un 4,7% de su facturación. La empresa de seguridad Prosegur, que también ha sufrido una gran caída en bolsa cercana al 5%, obtiene un 7,6% de sus ingresos que preside Macri. Siemens Gamesa, Repsol, Iberdrola, Viscofan, ArcelorMittal o algunas empresas cotizadas de fuera del Ibex, como Codere, OHL o CAF también están fuertemente expuestas a lo que pase con la economía y monedas de Argentina, Brasil, México, Turquía o China.
El 31% de los ingresos de las empresas del Ibex 35 proviene de los países emergentes, diez puntos más que la media de los selectivos de la zona euro
Y no, no existe exactamente el mismo riesgo en todos los países y en todos los parqués. Según cifras de la agencia de datos y noticias de economía Bloomberg, el 31% de los ingresos de las 35 empresas del selectivo español viene de los países emergentes. Un porcentaje mucho más elevado que el 22% de las empresas británicas, el 21% de media de la zona euro o el 10% de las empresas norteamericanas.
En los próximos meses la guerra arancelaria parece que se pueda endurecer, Trump no dejará de apretar las tuercas si ve, como parece, que su estrategia funciona. La FED subirá los tipos de interés. El Banco Central Europeo hará lo mismo a mitad de 2019. Los emergentes, también muy interconectados entre ellos, se enfrentan a una complicada situación de sobreendeudamiento y a un encarecimiento del petróleo y las materias primas que pueden provocar una caída de uno de ellos y el posterior contagio del resto. No sabemos si los bancos centrales de estos países tendrán que volver a emitir e inyectar billetes en sus economías, si todos tendrán que volver a ponerse bajo la tutela del FMI o si veremos la primera quiebra de un país en mucho tiempo, pero lo que parece seguro es que nada salvará al Ibex 35.
Paraísos fiscales
El Ibex35 crea una filial en un paraíso fiscal cada tres días
Fondo Monetario Internacional (FMI)
BBVA y Banco Santander son un peligro sistémico
La alta exposición de estos bancos a países como Chile, México, Portugal o Turquía ponen en riesgo la economía española y la de esos países, según avisa la institución que preside Lagarde.
Relacionadas
Ibex 35
Ibex 35 Las retribuciones de los grandes empresarios multiplican por 118 lo que ganan sus trabajadores
Tribuna
BlackRock ¿Por qué debe preocuparnos la presencia de Blackrock en España?
Tribuna
Gobierno Jordi Hereu, nuevo peón de las empresas para el impulso de la reindustrialización verde
Iglesias y Ribera salvaron al IBEX 35. La ocasión pasó y no se si viviremos otra.
Trump es consciente que en un mundo con recursos energéticos y minerales finitos que lo llevan al colapso (todo ello agravado con la financiarización en la ruleta global especulativa), tiene que exigir su parte del pastel previo al conflicto bélico que necesita para destruir su propia deuda.
El capitalismo de casino necesita una gran purga mundial y Trump sería su brazo ejecutor.
Muy buen análisis, ausente de los medios libres por cierto - ya sabes, los que nos cuentan lo que nos interesa y no lo que pasa ... jejeje ... solo un aporte, que en realidad está implícito en el análisis, pero al sacar el bisturí se pierde de vista: Trump no duplicó los aranceles sobre el aluminio y el acero turco "como castigo a Erdogan por seguir comprando petróleo a Irán pese a las sanciones internacionales" - esa es la excusa :)