Guinea-Bissau
La UE condena el autogolpe en Guinea-Bissau y exhorta a publicar los resultados electorales reales
Tras tres semanas del autogolpe de Estado en Guinea-Bissau, parece que la comunidad empieza a moverse. Ayer mismo, 18 de diciembre, la UE condenó la detención de los líderes de la oposición, así como la persecución a medios y periodistas y exigió la publicación de los resultados electorales. También la Comunidad de Países Lusófonos (CPLP) emitió un comunicado suspendiendo al país “hasta que retorne el orden constitucional”. Se trata de un cambio de rumbo de la comunidad internacional con el que ya nadie contaba y que puede provocar novedades en las próximas horas.
En estos momentos la incertidumbre en el país es total, con informaciones contradictorias y con cada vez dos bandos más polarizados, pues Sissocó mantiene a sus defensores activos en redes sociales. Mientras, la oposición se moviliza fuera del país y ha convocado nuevas protestas en Lisboa para el próximo domingo día 21 de diciembre, al igual que en otros lugares como Brasil o Francia, donde también existe una importante comunidad en la diáspora. También las organizaciones de la sociedad civil en Bissau y en la región continúan posicionándose públicamente y presionando para que se den a conocer los verdaderos resultados electorales de los pasados comicios y se pueda proceder a la configuración de un nuevo Gobierno y Parlamento en función de los mismos, que garanticen el respeto a la voluntad popular emanada de las urnas el pasado 23 de noviembre de 2025.
Los dos escenarios y la supuesta victoria de Sissocó
Las pasadas elecciones de noviembre de 2025 en Guinea-Bissau se celebraron en medio de una tensión acumulada, no solo electoral, sino también histórica. Cuando se convocaron, se planteaban dos escenarios: por un lado, el temor a la consolidación del poder de Umaro Sissocó Embaló, presidente desde 2020, ahora legitimado legalmente mediante un segundo mandato; y por el otro lado, la posibilidad de una guerra civil si era derrotado.
Las elecciones se llevaron a cabo en unas condiciones de dudosa legitimidad democrática, ya que el principal partido de la oposición, el histórico PAIGC, no pudo presentar a su candidato, Domingos Simões Pereira, debido a un defecto de forma en su coalición electoral. Esto hizo que la coalición tuviera que apoyar a otro candidato: Fernando Días, del Partido de Renovación Social (PRS). El PRS es la segunda fuerza política del país y se trata de un partido vinculado a la etnia balanta (animista), la mayoritaria. En los últimos años, sin embargo, el peso de los fulas (musulmanes) se ha ido incrementando. Es en estos últimos donde se asienta el poder de Sissocó, quien ganó las elecciones de 2019, consideradas fraudulentas por la oposición del país. El líder había perdido las elecciones en primera vuelta, pero supuestamente logró superar al PAIGC en la segunda ronda tras llegar a un acuerdo con el resto de fuerzas políticas para que lo apoyasen frente a Domingos Simões Pereira.Tras proclamarse presidente del país, Sissocó reformó el Tribunal Supremo para colocar magistrados de su cuerda que evitasen cuestionar su victoria electoral, recurrida por el PAIGC. Luego vendría la disolución del Poder Legislativo por decreto presidencial en diciembre de 2023; y el cierre de la Asamblea Nacional Popular, en la que el PAIGC tenía la mayoría. El presidente de la Asamblea era Domingos Simões Pereira, quien desde entonces se ha visto imposibilitado a participar de la contienda política en igualdad de condiciones.
La CEDEAO y su papel en esta crisis
De todas estas circunstancias; también de la persecución a medios de comunicación y activistas, ha tenido conocimiento la UE y la embajadas de los países europeos que tienen sede en Guinea-Bissau: Portugal, Francia y España. También la UE tiene su propia embajada y Naciones Unidas; instituciones, ambas, que continúan financiando este tipo de regímenes con fondos que muchas veces se destinan a apoyo presupuestario del gobierno de turno, sin una fiscalización o una contrapartida que garantice la buena gestión de los mismos.
Durante estas semanas de incertidumbre, la población de Guinea-Bissau ha estado a la espera de que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) puediese restablecer el debilitado sistema democrático en el país; pero esto no ha sucedido. Se anunció una misión diplomática al más alto nivel que tenía que ser respaldada, en teoría, por el presidente de Cabo Verde, el de Senegal y el de Togo. Esta misión no llegó a producirse en los términos en los que estaba planteada y acabó siendo más bien una visita de cortesía a las nuevas autoridades sin la presencia de los tres mencionados mandatarios.
El pasado 1 de diciembre, el actual presidente de la CEDEAO y de Sierra Leona, Julius Maada Bio; quien también llegó al poder tras un golpe de Estado, junto con el representante especial del Secretario General de la ONU para África Occidental y el Sahel, Leonardo Santos Simão; y el jefe de la Comisión de la CEDEAO, Omar Aliu Ture se reunieron con las autoridades golpistas del país y, pese a llegar con la intención de concluir el proceso electoral, finalmente aceptaron los planes de estas para una transición pacífica y la no publicación de los resultados electorales.
El propio candidato presidencial y supuesto ganador de las elecciones, Fernando Dias, tuvo que refugiarse en la embajada de Nigeria en Bissau
La misión abandonó el país sin ni siquiera visitar a Domingos Simões Pereira ni a los otros cuatro lideres de la oposición detenidos el mismo día del golpe sin que se conozcan los cargos por los que están acusados. A día de hoy, se cumplen tres semanas de su detención, permanecen incomunicados y nadie sabe nada de ellos. El propio candidato presidencial y supuesto ganador de las elecciones, Fernando Dias, tuvo que refugiarse en la embajada de Nigeria en Bissau, donde permanece.
La CEDEAO es una organización internacional de cooperación e integración, basada en el principio de soberanía de los Estados miembros. No se trata de una organización supranacional como la Unión Europea. La UE tiene un cuerpo legal que prevalece sobre las leyes nacionales, mientras que la CEDEAO se mueve mediante acuerdos de cooperación y políticas comunes entre sus Estados miembros, representados por sus presidentes. Puede emitir obligaciones legales vinculantes, incluso intervenir en un país si no se cumplen las directrices, como ya hizo hace casi una década en Gambia, cuando retiró del poder a Yayah Jammeh.
Ilídio Vieira Té (primer ministro de Bissau): “A un Estado no se le impone nada, se le recomienda”
En este caso, según un analista consultado que prefiere mantener el anonimato, “la CEDEAO tenía información fidedigna de que, si tomaba medidas contrarias a las intenciones de Sissocó y su gente, Guinea-Bissau seguiría los pasos de Malí, Burkina y Níger, países que han abandonado la organización. Es decir, las resoluciones confirmadas el pasado domingo 14 de diciembre en la reunión de la CEDEAO en Abjuda tenían por objetivo salvar a la organización de la pérdida de otro Estado miembro, tras la salida de los gobiernos que forman parte de la Alianza del Sahel, en la órbita de Rusia y China”. No hay que olvidar que uno de los principales financiadores de la CEDEAO es el gobierno francés, y esto podría explicar por qué la organización actúa de esta manera; es decir, con la emisión de resoluciones que no son tomadas en consideración y concretadas, mientras los golpistas continúan dando pasos en la consolidación de su gobierno y los opositores continúan detenidos sin acusación formal.
Este análisis coincide con las declaraciones del actual primer ministro de Bissau, Ilídio Vieira Té, antiguo responsable de finanzas del gobierno de Sissocó, director de su campaña electoral y hombre fuerte del régimen, en las que afirmó: “A un Estado no se le impone nada, se le recomienda”.
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