Global
Preocuparse demasiado por los demás: la maldición de las clases trabajadoras

¿Por qué la lógica de la austeridad ha sido aceptada por todo el mundo? Porque la solidaridad ha llegado a verse como una lacra.
Matt Kenyon

David Graeber fue un antropólogo y activista anarquista estadounidense. Combinó su faceta académica como profesor adjunto en la Universidad de Yale con el activismo, participando en las protestas antiglobalización en contra del Foro Económico Mundial en Nueva York en 2002 y siendo uno de los primeros organizadores de Occupy Wall Street en 2011. Ver bio completa

2 sep 2021 04:00

“Lo que no puedo entender es por qué la gente no está agitando las calles”. De vez en cuando escucho decir esto a personas de entornos sociales ricos y poderosos. Existe una especie de incredulidad. “Al fin y al cabo”, parece leerse entre líneas, “gritamos indignados cuando alguien osa amenazar nuestras exenciones fiscales; si alguien me impidiera obtener comida o un techo, seguro que estaría quemando bancos y asaltando el Parlamento. ¿Qué le pasa a esta gente?”.

Es una buena pregunta. Cabría esperar que un gobierno que ha infligido un sufrimiento tal sobre aquellos que menos recursos tienen para resistir, sin ni siquiera haber mejorado la economía, se encontrase en riesgo de suicidio político. Y, sin embargo, la lógica de la austeridad ha sido aceptada por casi todo el mundo. ¿Por qué? ¿Por qué los políticos que auguran un continuo sufrimiento logran el consentimiento general de la clase trabajadora, e incluso su apoyo?

Creo que la propia incredulidad que he mencionado al inicio nos ofrece una respuesta parcial. La gente de clase trabajadora puede ser, como tanto insisten en recordarnos, menos meticulosa con los asuntos de leyes y de propiedad privada que sus “superiores”, pero también son mucho menos egocéntricos. Se preocupan más por sus amigos, sus familiares y su comunidad. En su conjunto, al menos, son esencialmente más amables.

En cierta medida, esto parece reflejar una ley sociológica universal. Las feministas llevan mucho tiempo señalando que los que están en el nivel inferior de cualquier acuerdo social no igualitario tienden a pensar más en los que están arriba –y por lo tanto a preocuparse más por ellos– de lo que los de arriba piensan o se preocupan por los de abajo. Las mujeres de cualquier procedencia tienden a pensar más en las vidas de los hombres, y a saber más de ellas, que los hombres respecto a las mujeres. De igual manera, los negros saben más sobre los blancos, los empleados sobre los jefes y los pobres sobre los ricos.

Al ser criaturas empáticas, los humanos traducen el conocimiento en compasión. Los ricos y poderosos, mientras tanto, pueden permanecer ajenos e indiferentes, porque ellos se lo pueden permitir. Numerosos estudios psicológicos recientes lo han confirmado. Los nacidos en familias de clase trabajadora siempre puntúan mucho mejor en las pruebas de estimación de los sentimientos ajenos que los vástagos de las clases adineradas o profesionales. En cierto modo, no es nada sorprendente. A fin de cuentas, esto es lo que, en gran medida, significa ser “poderoso”: no tener que prestar mucha atención a lo que piensan y sienten quienes les rodean. Los poderosos emplean a otros para que lo hagan por ellos.

¿Y a quién emplean? Principalmente, a los hijos de las clases trabajadoras. Aquí creo que tendemos a estar tan cegados por una obsesión (una idealización romántica, me atrevería a decir) con el trabajo de fábrica como paradigma de “trabajo real”, que hemos olvidado a qué se dedica la mayor parte de la mano de obra en realidad.

Al ser criaturas empáticas, los humanos traducen el conocimiento en compasión. Los ricos y poderosos, mientras tanto, pueden permanecer ajenos e indiferentes, porque ellos se lo pueden permitir. Numerosos estudios psicológicos recientes lo han confirmado.

Incluso en los tiempos de Karl Marx o de Charles Dickens, los barrios obreros albergaban muchas más criadas, limpiabotas, basureros, cocineros, enfermeras, conductores, profesores de escuela, prostitutas y vendedores ambulantes que obreros en las minas de carbón, en las plantas textiles o en las fundiciones de hierro. Y esa diferencia es aún mayor hoy en día. Lo que consideramos como trabajo arquetípicamente femenino –cuidar de personas, velar por sus deseos y necesidades, explicar, reconfortar, anticipar lo que el jefe quiere o está pensando, por no mencionar el cuidado, la supervisión y el mantenimiento de plantas, animales, máquinas y otros objetos– representa una proporción mucho mayor del trabajo realizado por las personas de clase obrera que martillear, tallar, cargar o cultivar.

Rojava
David Graeber: “En Rojava saben que no te puedes librar del capitalismo si no te libras antes del patriarcado”

La mutación del capitalismo, la uberización del empleo, el poder del feminismo, la lacra moral de la deuda o el origen de la desigualdad son algunos de los temas que trata en esta entrevista el antropólogo estadounidense David Graeber, que visita Madrid para participar en un evento en apoyo al pueblo Kurdo y la revolución de Rojava.

Esto es así no solo porque la mayoría de las personas de clase trabajadora son mujeres (ya que las mujeres son mayoría en el conjunto de la población), sino porque tenemos una visión distorsionada incluso de lo que hacen los hombres. Tal y como los huelguistas del metro han tenido que explicar recientemente a los usuarios indignados, los “revisores” no solo se dedican a comprobar billetes: de hecho, pasan la mayor parte de su tiempo explicando cosas, arreglando problemas, buscando a niños perdidos y cuidando de ancianos, enfermos y desorientados.

Pensándolo bien, ¿acaso no es ese el sentido fundamental de la vida? Los seres humanos son proyectos de creación mutua. La mayoría del trabajo que realizamos, lo hacemos los unos para los otros; solo que las clases trabajadoras hacen una parte desproporcionada. Son las clases compasivas, y siempre lo han sido. Pero la incesante demonización dirigida a los pobres por aquellos que se benefician de ese trabajo compasivo dificulta reconocerlo en un foro público como éste.

Como hijo de una familia de clase trabajadora, puedo dar fe de que esto es lo que, de hecho, nos enorgullecía. Se nos decía constantemente que el trabajo es una virtud en sí misma –forma el carácter o algo así– pero nadie se lo creía. A muchos de nosotros nos parecía que el trabajo debía evitarse más bien, a menos que beneficiara a los demás. Del trabajo que sí lo hacía, ya fuera construir puentes o vaciar orinales, podías estar merecidamente orgulloso. Y había algo más de lo que estábamos sin duda orgullosos: éramos de esa clase de personas que cuidan las unas de las otras. Eso era lo que nos diferenciaba de los ricos, quienes, según percibíamos la mayoría, apenas se molestaban en cuidar de sus propios hijos muchas veces.

Existe una razón por la cual la mayor virtud burguesa es el ahorro y la mayor virtud de la clase trabajadora es la solidaridad. Sin embargo, ésta es precisamente la soga de la cual está suspendida esa clase en la actualidad. Hubo un tiempo en el que preocuparse por la comunidad propia significaba luchar por la clase trabajadora en su conjunto. En aquellos años, solíamos hablar de “progreso social”. Hoy, estamos viendo los efectos de una guerra implacable contra la idea misma de ‘la política obrera’ o de la ‘comunidad obrera’. Esto ha dejado a la mayoría de los trabajadores con pocos medios para expresar esa preocupación por los demás, salvo dirigirla hacia alguna abstracción artificial: «nuestros nietos» o «la nación», ya sea a través del patrioterismo o de llamamientos al sacrificio colectivo.

Como resultado, todo se ha vuelto del revés. Generaciones de manipulación política han convertido finalmente ese sentido de solidaridad en una lacra. Nuestra compasión por los demás ha sido utilizada como arma contra nosotros. Y probablemente seguirá siendo así hasta que la izquierda, que dice hablar en nombre de los trabajadores, empiece a pensar seria y estratégicamente en qué constituye, en realidad, la mayor parte de la actividad laboral y qué virtudes ven en ese trabajo aquellos que lo realizan.

Sobre este blog

Guerrilla Media Collective es una cooperativa de traducción feminista y orientada al procomún. Somos un grupo internacional de profesionales empeñadas en preservar el arte de la traducción y concebimos la cooperativa como una herramienta de trabajo sostenible, digno y ético para las trabajadoras del sector del conocimiento. Traducimos, corregimos, editamos y diseñamos campañas de comunicación. Nuestro objetivo es ofrecer un resultado final impecable cuidando de las personas que lo hacen posible. Por eso abogamos por el cooperativismo como una alternativa justa y solidaria en un sector cada vez más precarizado.

 
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.
Sobre este blog

Guerrilla Media Collective es una cooperativa de traducción feminista y orientada al procomún. Somos un grupo internacional de profesionales empeñadas en preservar el arte de la traducción y concebimos la cooperativa como una herramienta de trabajo sostenible, digno y ético para las trabajadoras del sector del conocimiento. Traducimos, corregimos, editamos y diseñamos campañas de comunicación. Nuestro objetivo es ofrecer un resultado final impecable cuidando de las personas que lo hacen posible. Por eso abogamos por el cooperativismo como una alternativa justa y solidaria en un sector cada vez más precarizado.

 
Ver todas las entradas
Educación pública
Iglesia Semana Santa: negocios, procesiones en colegios, inmatriculaciones y fervor
Más allá de la expresión cultural, la Semana Santa tiene una esfera económica que genera millones de euros y otra social que le sirve a la Iglesia Católica para legitimar sus privilegios dentro del Estado español.
Industria
Transición industrial Mecaner, un cierre injusto o cuatro alternativas con mirada ecosocial para mantener la fábrica de Urduliz
ESK y LAB han presentado el ‘Plan de Transición Ecosocial’ que ha elaborado la cooperativa Garúa como una herramienta para la búsqueda de soluciones al ERE propuesto por la multinacional Stellantis.
Palestina
Palestina Viaje al fondo del horror
El fotoperiodista Javier Bauluz cubrió la primera Intifada, la primera gran rebelión del pueblo palestino desde la creación del estado israelí.
Argentina
Argentina Myriam Bregman: “El de Milei es un típico gobierno neoliberal con recetas ortodoxas clásicas”
Quien fuera candidata de la izquierda a la presidencia en las elecciones en las que Milei salió victorioso, evalúa las consecuencias del gobierno de La Libertad Avanza y las respuestas que están dando los distintos actores políticos.
Maternidad
Maternidades Reaprender la espera
El tiempo de gestación es largo y va a un ritmo distinto al que acostumbras: el ritmo natural al que desarrolla una playa, un monte, un océano. Y no estamos ya habituados a darle la mano a la pausa.
Momus Operandi
Momus operandi Todo es una narración
Nos dicen que las mentiras son la única realidad. Que aprendamos a mentirnos, que nos engañemos, que no nos importa la salud, ni los derechos laborales, ni las violencias estructurales.
Ríos
Radiografía fluvial de España La tierra que no amaba sus ríos
Los ríos ibéricos agonizan. Casi la mitad de las masas de agua está en mal estado. Presas, sobreexplotación, contaminación y crisis climática son sus principales amenazas, con la agroindustria como mayor agresora.
Accidentes laborales
Accidentes laborales Detenidos tres empresarios en Galicia tras la muerte de un migrante que trabajaba sin equipo de protección
El joven de 28 años, que estaba empleado con un contrato irregular, falleció el 26 de febrero tras precipitarse desde una carretilla elevadora sin la protección necesaria para esa labor.

Últimas

Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda La PAH València clama por el derecho a una vivienda digna: “¿Duermen tranquilos?”
Centenares de personas protestan frente al palacio de la Generalitat para exigir que se haga efectivo el derecho a la vivienda ante la insoportable alza de los precios.
Sidecar
Sidecar Crisis intratable en la República Democrática del Congo
Una y otra vez los actores externos han fracasado a la hora de contener la escalada de violencia en la República Democrática del Congo.
Deportes
Rugby femenino +35 Las Milnoh Granada, un club de rugby femenino +35 creado y gestionado por mujeres
32 mujeres nacidas en mil novecientos y pico, federadas en un equipo que les ha dado un espacio propio, sentido de pertenencia, una tribu donde “yo soy porque somos”
América Latina
Caribe Haití: el fracaso neocolonial y el “eterno castigo de su dignidad”
La crisis de gobernabilidad que vive Haití después del alzamiento paramilitar que liberó a más de 3.600 presos y expulsó al primer ministro es un capítulo más de una historia colonialismo y dependencia.
Trabajo sexual
Estudio sobre trabajo sexual De la Policía, los dueños de locales y los clientes: así es la violencia que sufren las trabajadoras sexuales
Las trabajadoras sexuales sufren múltiples violencias y un estudio las recoge en sus propios términos. Las violencias más frecuentes por parte de los clientes consisten en la retirada del condón sin consentimiento o malos tratos verbales.
Urbanismo
Urbanismo La nueva Ley del Suelo va al Congreso bajo la acusación de fomentar pelotazos urbanísticos
Sumar y Podemos no garantizan el apoyo a la ley, que limita las posibilidades de declarar nulos los planes urbanísticos, así como la acción ciudadana contra las irregularidades urbanísticas.

Recomendadas

Memoria histórica
Marc Solanes “Mi bisabuela luchó en el frente y fue considerada una mala madre, pero lo hizo por sus hijas”
En ‘Las niñas de Elna’ (Pollen, 2024) el periodista reconstruye la historia de las mujeres de su familia resolviendo enigmas para resignificar la imagen de la mujer en la historia.
Euskal Herria
Korrika Correr a favor del euskera cruzando fronteras
La Korrika es el mayor evento de Euskal Herria. En la última edición de esta carrera de más de 2.500 kilómetros ha participado un tercio de la población vasca.
Cine
María Alché y Benjamín Naishtat “El cine puede proponer imágenes y reflexionar, y por eso Milei necesita destruirlo”
María Alché y Benjamín Naishtat dirigen ‘Puan’, una película optimista y amarga, entre la comedia y el cine social, que ofrece nuevas lecturas tras los primeros cien días de gobierno de Milei en Argentina.