Feminismos
Se buscan feminismos que impugnen las fronteras

Mientras algunas asambleas y comisiones del 8M apuestan por incluir una mirada antirracista, colectivos y activistas lamentan que la lucha contra la ley de extranjería y por los derechos de las personas migrantes no sea aún prioridad para la agenda feminista.
8M 2021 Valencia - 1-
8m del 2021 en Valencia Mathias Rodríguez
7 mar 2023 06:59

El pasado 25 de febrero, en el marco del Encuentro Internacional Feminista organizado por el Ministerio de Igualdad en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, se celebraba la mesa El feminismo será antirracista o no será. Durante el debate, varias de las presentes entre el público se acercaron a la mesa y tomaron la palabra. Se trataba de activistas del Movimiento Regularización Ya, que llevaban a este gran encuentro feminista una demanda por lo que llevan mucho tiempo peleando: la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por la regularización, que, después de conseguir 700.000 firmas, depende para la aprobación en el Congreso de los votos del PSOE, en plena cuenta atrás para el fin de la legislatura.

Las activistas cuestionaron que ellas y sus reclamos no hubieran sido invitados a participar en esa mesa. Se encargó de cederles la palabra la escritora y periodista Gabriela Wiener, una de las ponentes, quien interpeló a Unidas Podemos para supeditar un eventual segundo gobierno de coalición a la regularización extraordinaria. La misma demanda había resonado entre quienes unos días antes, el 22 de febrero, se encontraron en un acto sobre la ILP en el Congreso de los Diputados, un encuentro en el que, junto a otros grupos de la izquierda parlamentaria que apoyan la iniciativa, estaban presentes diputadas de Unidas Podemos, partido al que se le conminó en un par de ocasiones, de nuevo, a condicionar su apoyo a Pedro Sánchez a la regularización, mostrando la misma presión que ha mostrado para la aprobación de las leyes de igualdad.

8 de marzo
Hacia el 8M 2023 La Comisión 8M calienta motores “sacando el feminismo a las calles” con una gran asamblea abierta
La Comisión 8M de Madrid ha sacado hoy “el feminismo a las calles” a través de una gran asamblea abierta, en la Plaza Callao de Madrid, para colectivos y asociaciones, pero también para las vecinas que no están organizadas.

Volviendo al 25 de febrero, pero cambiando de ubicación, aquel sábado, en Barcelona, los colectivos antirracistas habían convocado una protesta ante el CIE de Zona Franca tras la apertura sorpresiva del módulo de mujeres. Una pancarta denunciaba: “Contra el sistema capitalista, heteropatriarcal, colonial”. El comunicado, apoyado por decenas de organizaciones, en primer lugar antirracistas, ponía una vez más el foco en la Ley de extranjería.

Las asambleas y comisiones 8M de diversas ciudades llevan años incluyendo el eje antirracista en sus agendas. La asamblea del 8M en Barcelona ha puesto el combate contra la ley de extranjería entre sus prioridades. En Valencia, la manifestación saldrá del propio CIE de Zapadores, y en Madrid, la lucha de las trabajadoras domésticas o por la regularización también estuvieron presentes en la asamblea que tuvo lugar el sábado 4 de marzo en Callao, como estuvieron también presentes los reclamos, por parte de activistas de Regularización Ya de dar más prioridad a la impugnación contra fronteras y CIE. Y es que, más allá de incorporar lemas, e integrar las demandas en los manifiestos, desde los activismos antirracistas se reclama una mayor implicación de los feminismos en la lucha por los derechos de todas las mujeres, también de aquellas migrantes y racializadas.

Cuestión de prioridades

Que los feminismos deben ser antirracistas es una demanda que se ha venido repitiendo con fuerza en los últimos años. Sin embargo, para muchas activistas antirracistas y migrantes este reclamo suele toparse con una realidad, la no priorización de la agenda antirracista, contra la ley de extranjería o por la regularización. “El primer contacto siempre pasa por entender el lugar de pronunciación que tenemos nosotras como mujeres migradas, que no necesitamos ser rescatadas sino escuchadas y trabajar a partir de ahí”, explica Edith Spinola, de Servicio Doméstico Activo y activista de Regularización Ya. Para ella, el régimen de interna muestra este paradigma: “No podemos hablar de feminismo rompedor cuando las mismas feministas siguen calladas ante el régimen de interna, cuando quienes exigimos la erradicación de este régimen esclavista somos nosotras y algunas aliadas”, explica. Para esta activista, el silencio ante las muertes en la frontera, la ley de extranjería, o los CIE, tienen que ver con que esta realidad “no atraviesa” a algunos feminismos.

Y esto, lamenta Kenia García del Colectivo de Prostitutas de Sevilla, limita las alianzas: “Para nosotras, una herramienta importante podrían ser las acciones del feminismo institucional, pero lastimosamente muchas de las que llegan al poder, en vez de luchar en contra, siguen colaborando con políticas punitivistas e incluso la militarización de las fronteras y la industria de la guerra”. Las mujeres, considera la activista, cuando están en situación de poder, pueden ser una herramienta para introducir transformaciones, “pero esto no sucede cuando estas mujeres son herederas del colonialismo”, con lo que es difícil establecer alianzas coordinadas para derribar el poder punitivo del Estado.

Nadia Azougagh forma parte de varios colectivos en Almería, pero fundamentalmente de La Resistencia. La activista habla de un ecosistema diverso, donde la cuestión de las alianzas está en proceso, siendo estas, considera, una herramienta esencial para combatir la explotación. Donde se ven las alianzas claramente, considera, es justamente dentro de los colectivos más vulnerados, las mujeres que sufren directamente la explotación y el abuso sexual en los asentamientos. La alianza es entre quienes viven lo mismo. Quienes no lo viven no están, asume. “Son las propias mujeres las que se organizan para combatir explotación y violencia. Por ejemplo, hacia un abuso sexual dentro de un asentamiento en concreto, las mujeres lo que hacen es gritar para que las otras mujeres sepan que están sufriendo en ese momento un abuso o están intentando entrar a su chabola y todas ellas se juntan, y la apoyan y las cuidan y combaten a ese tío que está intentando entrar a la chabola. Entonces son una alianza feminista que se crea dentro del propio colectivo”.

Feminismos propios

Organizarse para defenderse de agresores, de explotación laboral o cuidar a los hijos e hijas, es una práctica habitual en los asentamientos. Aliarse con aquellas que están atravesando la misma situación, señala la activista desde Almería: “Alianzas en los cuidados o la sororidad que se crean entre quienes sufren una situación de vulnerabilidad concreta”. Que te afecte pasa a ser central en la organización.

Algo que se construye, en palabras de Spinola, “merendando o almorzando mientras hablamos de maternidad transnacional, derechos laborales o buscando una sonrisa. Para nosotras, el feminismo es abrazarnos entre las de abajo sin olvidar todo lo que nos atraviesa, para ser más fuerte en nuestra exigencia de condiciones justas como mujeres, y en especial como mujeres migradas trabajadoras de hogar”.

De “hacer alianzas entre las excluidas” habla Kenia García, que define el feminismo de las trabajadoras sexuales como “disidente, popular y transfeminista”. El objetivo es “hacer frente a un sistema que no solo nos deja fuera sino que nos estigmatiza porque no cumplimos con los mandatos y convencionalismos sociales heteronormativos y patriarcales de lo que debería ser una ‘mujer aceptable y respetable’”. Lo que se sufre y se vive son elementos que “nos unen y colectivizan para no solo denunciar nuestra situación de desigualdad generada por el propio sistema, sino también para reivindicar políticas que nos reconozcan como sujetos activos merecedoras de derechos, de respeto y reconocimiento, todo esto a través de la autoorganización y apoyo mutuo”. El feminismo, concluye García, “es una herramienta que nosotras también necesitamos”.

“El hecho de que una mujer no tenga papeles conlleva que está en desigualdad total”, algo que, considera Azougagh, no parece siempre fácil de ver desde la posición de mujeres blancas urbanas presentes en los movimientos

Ampliar los feminismos

Azougagh celebra los pasos adelante que han dado los feminismos en los últimos años, pero considera necesario recordar a todas las mujeres que aún se quedan fuera, la falta de atención que reciben. Para explicar esta percepción recurre también a lo cercano: considera que en el movimiento feminista en Almería, por ejemplo, no se le da importancia debida al hecho de no tener papeles. “El hecho de que una mujer no tenga papeles conlleva que está en desigualdad total”, algo que, concede, no parece siempre fácil de ver desde la posición de mujeres blancas urbanas presentes en los movimientos. Una despreocupación que es fruto de un privilegio, considera la activista.

Pero los feminismos son diversos, y el feminismo dentro del movimiento antirracista, considera García, “está haciendo un trabajo muy potente no solo para resistir sino para avanzar, no solo en el plano político sino también en el social, en el cambio de las narrativas y el imaginario social”, las 700.000 firmas de la ILP serían muestra de esto, un objetivo, recuerda, que se ha alcanzado precisamente a fuerza de alianzas: “Han involucrado a todos los agentes sociales posibles, desde sindicatos, partidos políticos e incluso la iglesia”, destaca García, todo un ejemplo de “cómo se pueden establecer estrategias y potenciar alianzas”.

“Si queremos realmente desestructurar el sistema de dominación, la mirada de cómo afectan la migración y la racialización en las mujeres es fundamental”, afirma Kenia García

La potencia y capacidad transformadora a futuro pasa, para estas activistas, por seguir la vía del antirracismo. Sin él, “el feminismo no solo pierde su potencia como movimiento político radical y de justicia social, no se desarrolla ni evoluciona sino al revés, cuando desde los feminismos no cuestionamos ni nos preocupamos por la desigualdad, seguimos reproduciendo jerarquías, privilegios e incluso opresión y retrocesos, si queremos realmente desestructurar el sistema de dominación, la mirada de cómo afectan la migración y la racialización en las mujeres es fundamental”, apunta García. Y es que, recuerda, “el racismo y las políticas de fronteras son estructuras, herramientas, que aseguran y sostienen por ejemplo la división del trabajo en función a la clase, raza y género”. Se trata, en definitiva de “luchar por redistribuir recursos y no alimentar al capitalismo que se lucra explotando mediante la desigualdad”. 

Priorizar otras agendas y poner delante otros sujetos, así lo expresa Spinola: “Para un feminismo transformador se debe luchar por las invisibles, por las que están en el margen”. Para la activista, es contradictorio hablar de poner “la vida en el centro” mientras “se realiza quita de custodia a las madres migradas sin atender las circunstancias que la llevaron ahí”, ni se puede hablar de violación o violencias machistas, sin tener en cuenta cuántas deben callar por miedo a que una denuncia derive en un castigo para ellas: una orden de expulsión. “No se puede hablar de todas cuando la ley de extranjería nos discrimina, nos asesina en la frontera, nos viola en nuestros puestos de trabajo”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Melilla
Melilla Encerradas en la ciudad frontera: las trabajadoras marroquíes en Melilla se han cansado de esperar
Desde que en 2020 se cerrara la frontera con Nador, muchas personas marroquíes que hasta entonces podían desplazarse entre ambas ciudades, se han visto empujadas a un callejón burocrático. Un informe documenta las trabas con las que se encuentran.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”

Últimas

Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.
Más noticias
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Crisis energética
Análisis Los aerogeneradores no son molinos, son gigantes
El megaproyecto eólico del Clúster Maestrazgo, punta de lanza del capitalismo verde, destruirá un área natural de alrededor de 1325 campos de fútbol.

Recomendadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.