Feminismos
Mujeres de las artes, sobre el acoso: “No estamos solas, ahora lo sabemos”
La Caja de Pandora, un grupo de más de 3.000 mujeres, ha hecho público un comunicado en el que denuncian las “estructuras de poder” que permiten las agresiones sexuales en el mundo de las artes.
Medio centenar de mujeres han arropado esta mañana en las escaleras del Museo Reina Sofía en Madrid a una de las integrantes del colectivo La Caja de Pandora que ha puesto la voz a todas. “Somos La Caja de Pandora, un grupo no mixto de más de 3.000 mujeres y otras identidades de género no hegemónicas vinculadas con el arte y la cultura. Somos feministas, antirracistas, anticapacitistas e inclusivas con todas las diversidades, organizadas y en lucha por un contexto libre de violencias machistas y abusos de poder”.
Así ha empezado la lectura pública de un comunicado en el que explican el origen de “las pandoras”, como ellas mismas se denominan. El grupo, han explicado, “se constituye en 2017 como plataforma de apoyo y cuidados en respuesta a la denuncia por abuso sexual que la artista Carmen Tomé interpuso e hizo público contra José Javier Barba Sánchez, conocido en el mundo del arte como Javier Duero”. Esta agresión, han explicado, es posible por unas “estructuras de poder” que no solo permiten la agresión sino que hacen que muchas veces se silencien las voces de las víctimas, a quienes han preferido referirse como “supervivientes”.
“Este tipo de agresiones y/o abusos se realizan con normalidad en todas las situaciones de la vida, y en nuestro sector del arte y la cultura de una forma muy específica”, han asegurado. Cuando se denuncia, dice el comunicado, las denunciantes quedan “profesionalmente expuestas”. “Las mujeres en el arte estamos constantemente expuestas a ciertas agresiones absolutamente normalizadas e interiorizadas”, agrega.
Por eso, han pedido a las instituciones que “establezcan los protocolos, actos y consensos necesarios para salvaguardar la vida y facilitar que esta pueda desarrollarse con dignidad y libertad”. También reivindican su “legitimidad para señalar las agresiones a las que nos vemos sometidas así como a las instituciones que las silencian”.
Tras la lectura del comunicado y ante las preguntas de los medios, las convocantes han emplazado a las y los periodistas a enviar sus preguntas por correo para poder contestar de forma consensuada, un gesto con el que han dejado claro que son ellas quienes van a marcar los códigos y los tiempos de La Caja de Pandora.
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