Opinión
El cazador cazado

Reflexiones ácidas sobre la dimisión de Ignacio Higuero, consejero extremeño de Gestión Forestal y Mundo Rural, autotitulado licenciado de una carrera inexistente.
Ignacio Higuero Junta Extremadura
Ignacio Higuero de Juan, dimitido Consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural de la Junta de Extremadura. Fotografía: Junta de Extremadura.
2 ago 2025 06:00

Ha dimitido Ignacio Higuero de Juan, Consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural de la Junta de Extremadura, sucesor a su vez de la también dimitida Camino Limia (su breve gestión duró tres meses). El mismo que fue, antes, director general de Gestión Forestal, Caza y Pesca. Ambos, de la cuota de Vox en el gobierno de María Guardiola, la presidenta extremeña de derecha moderna que juró y perjuró, in illo tempore y antes de que le apretaran las clavijas los que de verdad mandan (era para ver su cara en aquella rueda de prensa donde de todo se desdecía), que nunca gobernaría con los neofascistas. Así, en clave de estrambote se escribe en este suroeste extremo la crónica política.

Don Ignacio, indiscutido representante del loby industrial de la caza en Extremadura se ha ido, según él mismo afirma, “para no empañar el buen hacer del Gobierno a tenor de las informaciones aparecidas en prensa”. ¿Qué informaciones son esas, tan obvias, que lo han puesto en la calle en 24 horas?

Pues que en su currículum, perfectamente a la vista de todo el mundo, se autonombraba graduado en una licenciatura inexistente. Así, como suena. No hablamos de un malentendido, de que no hubiera terminado la carrera, de que le faltara un creditillo o de que los estudios hubieran mudado su denominación, pues es bien sabido que la vida estudiantil de nuestros liderazgos patrios suele ser, a veces, dilatada, debido a un justo disfrute de su juvenil y despreocupada condición (pudiendo, por tanto, saltar por encima de planes Bolonia y otras zarandajas). No. Es que decía, el buen hombre, estar licenciado en marketing una década antes de que esos estudios existieran y, además, en una universidad, la CEU, que principiaba a poder titular en el mismo curso, 1993, en el que el ya exconsejero sostenía haberse titulado. Pura magia que nadie reparara en el entuerto antes.

En su currículum, perfectamente a la vista de todo el mundo, se autonombraba graduado en una licenciatura inexistente. Así, como suena. No hablamos de un malentendido, de que no hubiera terminado la carrera, de que le faltara un creditillo

En resumen, nos hallamos frente a un crack que afirmaba desafiar al tiempo: sostenía haber concluido en el 93 una licenciatura (de las que requerían cinco años) aún no implantada en nuestro sistema educativo hasta una década después, en una universidad que nace proporcionando titulaciones oficiales ese mismo curso... No era un consejero, era más, era un viajero que, burlando las leyes de Cronos, encomienda su vida a Tánatos.

¿Por qué afirmamos esto último? Pues porque, revisando su relación de méritos, y pasando ya página del capítulo académico, se encuentra que también fue cazador profesional en Zimbabwe. Un auténtico matador, un hombre de acción. Y sí, justamente desde 1993, de manera que no es difícil imaginarlo terminando velozmente la “carrera” fantasma y salir corriendo a pegar tiros al África ardiente.

Tiros que lleva pegando toda su existencia, por otro lado. Metafóricos y de los otros, pero siempre en la misma dirección. Repasando, encontramos que fue empleado de Sierra de San Pedro S.L. ―la que se considera empresa profesional de caza más antigua de España― de 1994 a 2003, y CEO de la misma hasta 2013. Desde 2009 hasta pasar a gobernar con María Guardiola, asumió la presidencia de la Asociación de Profesionales de Caza de Extremadura (APROCEX). También acumula en su hoja de virtudes ser “gestor de fincas cinegéticas, forestales, agrícolas y ganaderas”. Blancos y en botella, entonces, aparecen tanto los intereses que representaba como de quién era el consejero. Tampoco es que el hombre se escondiera, en eso hay que ser honestos, que aún son recordadas aquellas declaraciones suyas, al principio de su mandato: “Extremadura siempre ha sido caza, pesca y toros, y creo que debe seguir siéndolo”.

Este caso no es único y caracteriza, otra vez, esa necesidad de la derecha (y ojo, que ahora la derecha es amplia) de reivindicarse en el espejo de una cultura del esfuerzo que les es particularmente ajena

De Vox, en estricto sentido, ya no era voz, porque cuando llegó de arriba la orden de romper con el PP los pactos de gobierno, el Sr. Higuero prefirió mantenerse en el cargo, bajo el ala de un Partido Popular en el que todo cabe y que todo digiere. Pero no se quedó por transfuguismo ni por aquello del apego al sillón, no acudamos a explicaciones obvias. Fue por responsabilidad y porque su “lealtad estaba con los extremeños”, una lealtad y responsabilidad (en realidad con el interés propio y, por extensión, de su clase) que, esgrimida desde el poder, vale como ungüento sanador tanto para el trolero como para el tránsfuga. 

Cabe concluir, en honor a la verdad, que este caso no es único y caracteriza, otra vez, esa necesidad de la derecha (y ojo, que ahora la derecha es amplia) de reivindicarse en el espejo de una cultura del esfuerzo que le es particularmente ajena. Todo ello acompañado de la imperativa urgencia por aparentar un saber que justifique, quizás, el acceso a espacios de poder que les han llegado, de verdad, como en este país han fluido tantas cosas: por derecho de sangre (propia y, cómo no, derramada).

Hablamos, en el fondo, de una galería de personajes nacidos con la cuchara llena, refinados patanes muchas veces, simples pijos otras, que pueblan administraciones con la impunidad del que ha mandado siempre, acostumbrados a no responder ante nadie. Tan engreídos a veces, tan fuera de razón, que se atreven a dejar constancia por escrito, en sede pública y oficial, de su insaciable vanidad. Cazadores algunas veces cazados, pájaros, pájaros de cuenta como el que aparece en la fotografía que acompaña estas líneas sosteniendo en el brazo un halcón.

Extremadura
Un consejero extremeño de Vox incluye en su currículum un título que no existía en 1993
El consejero extremeño Ignacio Higuero asegura tener una licenciatura en Marketing por el CEU en 1993, pero dicha titulación no existía oficialmente en España en esa fecha.
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