Educación
Paulo Freire ante las nuevas (y las viejas) opresiones

Son malos tiempos para el pensamiento crítico. Por ello, ahora que se acerca el centenario del nacimiento de Freire, recordar el impulso liberador que generó el autor quizá sirva para repensar nuestro presente.
Paulo Freire
Painel Paulo Freire. CEFORTEPE - Centro de Formação, Tecnologia e Pesquisa Educacional Prof. "Milton de Almeida Santos", SME-Campinas (Luiz Carlos Cappellano)
Doctor en Filosofía del Derecho
4 may 2021 10:00

Una fecha redonda, como suele ser el nacimiento de una figura intelectual relevante, puede ser un buen momento para releer —o acercarse por primera vez— al autor o autora en cuestión. Si en el caso de Paulo Freire el centenario de su nacimiento nos puede servir para desempolvar sus obras, la efeméride no puede venir en mejor momento. El presente inmediato necesita, a mi entender, una buena dosis de Freire.

Convendría, por ello, leerlo evitando la nostalgia o la mera rememoración de un tiempo pasado de luchas. Hacerlo desde las circunstancias actuales, con nuestras particulares problemáticas, nuestras luchas y dificultades, como sujetos eminentemente históricos —esa cualidad que, para él, constituía lo humano— y, sobre todo, tratando de actualizar aquella forma de entender la acción política y la acción cultural; dos elementos que, en la obra feireana, aparecen como necesariamente indisociables, en posición dialéctica de retroalimentación, como si se tratara —y este símil es el propio Freire quien lo utiliza— de dos piernas que, alternando sus pasos, propician el movimiento.

Hablamos, pues, de una acción cultural cuyo fin sería llevar al plano de lo político todos los temores, deseos, aspiraciones, insatisfacciones y esperanzas de aquellos y aquellas —que, en mayor o menor medida, somos casi todos y casi todas— a los que el secuestro de la política, y el expolio de lo común por parte las élites globales, deja más en peligro, más a merced de los vaivenes de la realidad, impidiéndonos, así, gozar de la vida en plenitud. Una acción cultural, en definitiva, capaz de devolver al sujeto y a las comunidades humanas el ethos de lo político como precondición de una verdadera democracia.

Se considera a Freire, con razón, un pedagogo. Pero entendiendo la pedagogía, tal y como él lo hacía —y, en este sentido, se autorreconoció gramsciano “incluso antes de conocer la obra de Gramsci”—, como el momento teórico de la praxis. Es por este motivo que la acción cultural supone, en su forma de entender el trabajo intelectual, por encima de todo una labor de comprensión de la realidad y del momento desde el que se actúa. Por tanto, volver a Freire hoy habría de suponer, en esencia, entender la distancia que separa nuestro momento del suyo; entender que los grandes relatos de emancipación final que inspiraron aquellas luchas han dado paso a relatos quizá más prosaicos —y de aspiraciones más modestas— pero, al mismo tiempo, más diversos, más ricos en matices, algunos meramente circunscritos, de forma totalmente deliberada, en el ámbito de lo local. Sin que todo ello haya supuesto, por mucho que les pesara a los profetas del fin de la historia, que hayan dejado de emerger situaciones, aspiraciones y momentos revolucionarios.

Filosofía
¿Hacia una educación emancipadora?
Exploramos diferentes alternativas en las obras de Iván Illich y Paulo Freire hacia una concepción emancipadora de la docencia.

Freire y su obra: un recorrido diverso para combatir las relaciones de opresión

Si analizamos la obra de Freire a través del tiempo, no es difícil observar que entre sus primeros escritos y su última etapa hay una distancia profunda. Sin embargo, más que un momento puntual de ruptura, lo que hubo fue un proceso de crecimiento, fruto de una trayectoria de casi cuarenta años de lectura, aprendizaje, enseñanza y escritura de alguien para quien la labor intelectual era solo un medio para orientar la acción, y no un modo de sostener preconcepciones apriorísticas para ganar batallas dialécticas. No hay mayor cura contra la soberbia intelectual, mayor antídoto contra el dogmatismo doctrinal y el inmovilismo que haber de confrontar las ideas propias, no con otras ideas, sino con la misma realidad.

Así, desde un primer Freire marcado por el existencialismo —que, en los años cincuenta, predominaba en todos los ámbitos de la cultura—, puede observarse cómo va evolucionando hacia posiciones donde esa concepción de la libertad propia de las filosofías de la existencia es matizada por la presencia de condicionantes —bien económicos, bien psicológicos— que marcan la acción humana concreta y que hay que conocer para superar. De esta manera, Freire lleva su obra hasta el marxismo y el psicoanálisis. Es, de hecho, del psicoanálisis frommiano de donde extrae un término clave en su obra, como es el de necrofilia. Hasta abrirse, a partir de un determinado momento, a lo que él mismo llamó postmodernidad progresista.

Todo ello hace que el resultado de su pensamiento sea una rica combinación metodológica que integra la fenomenología, la dialéctica marxista —y, por extensión, la hegeliana—, el psicoanálisis social, así como esa forma más asistemática de abordar la realidad que él llama las tramas, y que recuerda enormemente al análisis foucaultiano de la microfísica del poder. Solo Simone Weil, quizá por la marcada actitud de desconfianza ante todo sistema cerrado que caracterizó a esta pensadora, parece permanecer como un referente constante en toda la obra de Freire.

Se considera a Freire, con razón, un pedagogo. Pero entendiendo la pedagogía, tal y como él lo hacía —y, en este sentido, se autorreconoció gramsciano—, como el momento teórico de la praxis.

Y este es otro de los aspectos a reivindicar de su legado: una vuelta a Freire con ese mismo espíritu de apertura que él demostró. Una filosofía orientada a la acción —y en este punto Freire fue un marxista militante— que trate de pensar el mundo, pero no (solo) para interpretarlo sino (también) para cambiarlo; una actualización de aquel espíritu siempre dispuesto a aprender y a cuestionar; a revisar las ideas ya adquiridas y que incorpore toda la experiencia vivida alrededor del feminismo, de las disidencias corporales y sexuales, de los procesos de empoderamiento popular de las mareas contra los recortes de derechos perpetradas por el neoliberalismo… Poner, en definitiva, todo el saber adquirido a través de décadas —y siglos— de luchas diversas al servicio de un fin último: el de dejar al descubierto todas las opresiones, tramas y estructuras que, todavía hoy, permanecen veladas por la cultura hegemónica. Realizar esa historicidad radical que no se queda en un momento fijo del pasado sino que, en todo caso, mira al pasado y sus ruinas para, como en el Angelus Novus que inspiró a Walter Benjamin, traer aquellas luchas al presente y realizarlas.

Por este lado, si tuviéramos que explicar de forma breve lo que entendía Freire por opresión, podríamos citar aquella frase de Pedagogía del oprimido, en la que se califica como opresora “toda situación en que, en las relaciones objetivas entre A y B, A explote a B, A obstaculice a B en su búsqueda de afirmación como persona, como sujeto”.

Una definición de opresión así supone, respecto a la praxis revolucionaria de aquel momento, la ampliación del sujeto revolucionario. Pues en Freire este análisis no queda circunscrito exclusivamente a la clase obrera tradicional, sino que trata de abarcar a todos los “condenados de la tierra”. Una clara alusión a la obra de Frantz Fanon, dedicada a los pueblos que en aquel momento estaban bajo dominio colonial, y que Freire hace extensiva a toda persona que padece opresión. Se trata así de no acotar ni cerrar y, por ello, tampoco de fragmentar los grupos o individuos que componen el sujeto político.

Así pues, aquella misión liberadora de la humanidad en su conjunto que György Lukács atribuía, en Historia y conciencia de clase, a la clase obrera, es tomada por Freire y ampliada a toda entidad humana que padece opresión y a toda violencia ejercida por la estructura del sistema —que, sin embargo, requiere de sujetos para hacerse efectiva— y que impide que la persona sea. Violencia que se manifiesta de diversos modos, aunque el sufrimiento que genera en la persona que la padece no sea, en esencia, muy diferente de unos casos a otros, como también expresó Albert Memmi al afirmar que “todos los oprimidos, de algún modo, se asemejan”.

Filosofía
Mujeres que se “atrevieron a saber”… y a actuar
A partir de la obra de diferentes pensadoras proponemos un cambio de paradigma educativo desde la óptica de la inclusión activa.

Freire hoy: pedagogía para la liberación de toda subjetividad oprimida

De hecho, uno de los méritos que se atribuyen, merecidamente, a la obra de Freire es que, respecto a la cuestión de las opresiones, permite una superación de la antinomia objetivismo-subjetivismo, yendo más allá del análisis en que la opresión queda reducida a la estructura económica, lo que supone ver en la identidad personal un mero reflejo de aquella, pero también de aquel planteamiento que, poniendo el foco en la construcción de la identidad personal, acaba por minimizar el elemento de clase.

En realidad, el mérito de Freire radica por esta parte en rescatar el análisis de la opresión del olvido al que la praxis lo había relegado, actualizándolo en relación a su momento histórico y político. Con todo, Freire sigue de esta manera tras los pasos de algunos de sus principales referentes, pues la idea de que la quiebra social generada por la división de la humanidad en dos clases genera opresiones que van más allá de la alienación económica, es algo que ya estaba contemplado dentro de la propia tradición marxista.

Los análisis de Engels sobre la familia concluían que, si el trabajador era capaz de hacer las extenuantes jornadas de trabajo que el sistema fabril le imponía y seguir con vida, era porque otra persona, de forma gratuita, se ocupaba de lavar su ropa, limpiar su casa y cocinar su alimento. El patriarcado sería, así, una de las construcciones culturales que propiciaba esa plusvalía de cuidados, lo que a su vez hacía posible que el obrero pudiera estar en condiciones de ser explotado en la fábrica. Pensadoras como Silvia Federici, así como, por su parte, autoras vinculadas al ecofeminismo, han subrayado el vínculo existente entre el sometimiento progresivo de la mujer, con la caza de brujas como exponente máximo, y el de los caracterizados como salvajes desde una mirada etnocéntrica, primero dentro de Europa y, posteriormente, en otros continentes. Considerando ambos fenómenos como presupuesto previo para el crecimiento y desarrollo del modelo capitalista y su creciente necesidad de, por un lado, mano de obra y mujeres que la generaran y cuidaran y, por otro, de tierras y materias primas.

Es en la esfera de lo económico, como hecho que determina la intrínseca historicidad de lo humano, donde ubica Freire el punto de partida de su teoría de la opresión.

Por su parte, a las relaciones que Freire no deja de analizar en su obra entre el colonialismo, el esclavismo y el comercio mundial —relación que deber ser leída en el marco de lo que se entendió por acumulación originaria—, ya se refirió Marx en títulos como Miseria de la filosofía. En todo caso, el racismo occidental no puede entenderse si no es como soporte ideológico necesario, propiciado por el proceso expansivo de las potencias europeas en los momentos de crecimiento de sus economías. Todo este proceso de conquista, expansión y expolio de recursos estuvo en todo momento fundamentado en una idea que, desde las ciencias, la teología y las artes le daba la legitimidad requerida: la de que los pueblos no europeos eran culturas atrasadas y, por tanto, susceptibles de ser sometidas legítimamente. De todos los sometimientos, el más extremo fue, sin duda, el padecido por la población negra y el tráfico de seres humanos desde África hacia los campos de América; por lo que, desde esta perspectiva, no es casual que fueran las poblaciones negras las que más fuertemente vieron puesta en cuestión su condición humana por parte de los europeos. Así, del mismo modo que no podemos entender la discriminación de la mujer como un fenómeno aislado de la expansión capitalista, no se puede entender el racismo sin vincularlo al proceso de acumulación de las élites de las potencias europeas y la expansión que de ella se derivó.

Siguiendo esta línea, es en la esfera de lo económico, como hecho que determina la intrínseca historicidad de lo humano, donde ubica Freire el punto de partida de su teoría de la opresión, afirmando que es la “situación concreta en la que se encuentran los hombres, lo que condiciona su conciencia del mundo”. Todos los aspectos ideológicos y de carga cultural que están presentes dentro de la situación de opresión son ciertamente reales. Pero están condicionados por una situación de partida de desigualdad que, si bien trasciende en el análisis de Freire el mero esquema de las relaciones de producción, parte de una privación originaria. En última instancia, hay una razón de tipo económico y material sobre la que se construye el ideario de la discriminación, sea de tipo racial o de género.

Respecto al aspecto subjetivo, la referencia a la conciencia puede parecer en el momento actual una cuestión ya superada. Sin embargo, plantearla como tránsito, desde una conciencia precrítica hasta la criticidad —lo cual sería, en esencia, el fin último de la pedagogía—, tiene la ventaja de hacernos entender el modo en que interesa al opresor mantener dormida la conciencia del oprimido, el cual acaba reforzando el esquema del opresor. Parte, en este punto, Freire de una frase de Simone de Beauvoir: “lo que pretende el opresor es transformar la mentalidad de los oprimidos, y no la situación que los oprime”; para sostener que la opresión requiere mantener la conciencia en un estado de nebulosa mítica que impida al sujeto percibir la opresión. Esa tensión dialéctica entre la estructura y la conciencia, entre los elementos objetivos y los subjetivos que subyacen en todo proceso trasformador, es lo que llevó a bell hooks —según ella misma relata— a reconocer, por un lado, el modo en que la realidad personal está mediatizada por “la política de clase y raza” y, por otro, a la necesidad de “materializar la idea freireana de tránsito de objeto a sujeto político”.

Una muestra más, al fin y al cabo, de la vigencia del pensamiento de Freire cuando se trata de cartografiar y transformar el presente.

Archivado en: Filosofía Educación
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Oasis en directo y la melancolía
El anuncio de la vuelta de Oasis tiende a ser interpretado como la resurrección de un pasado heroico de la industria musical, menos algorítmico, más puro, donde los músicos tocaban de verdad y los conciertos eran de verdad.
Opinión
Opinión Razones para leer a Fredric Jameson
Gracias a las herramientas teóricas que desplegó Fredric Jameson es posible interpretar con acierto lo que sucede en las sociedades del capitalismo tardío.
Filosofía
Transmodernidad El último Dussel y el futuro de la Historia
El articulo que publicamos constituye el prólogo a la obra Al otro lado de la modernidad. Ensayos de filosofía de la Historia (Bellaterra, 2024)
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.