Filosofía
Miseria de la estrategia. Sobre 'El capital odia a todo el mundo', de Lazzarato

A partir del último título de Lazzarato, El capital odia a todo el mundo, y teniendo en cuenta la lectura crítica que propone el autor sobre análisis como los de Foucault, Deleuze y Guattari, analizamos las formas de dominación que el modelo neoliberal dispone en la actualidad sobre la población.

Maurizio Lazzarato
Maurizio Lazzarato
www.lobosuelto.com
5 may 2020 10:00

“La teoría de la guerra es un modelo para la ciencia social”
León Rozitchner

1. El pensamiento del 68 y sus límites

Hay que agradecer el impulso que lleva a un escritor a sacudirse aquellas premisas que ya no le son útiles. Tanto más si sus desplazamientos ayudan a provocar pensamiento. El último libro de Maurizio Lazzarato, El capital odia a todo el mundo. Fascismo o revolución (2020), es ejemplar al respecto. Su crítica al llamado “pensamiento del 68” ―que fue, ostensiblemente, el suyo― propone una amonestación política a las corrientes llamadas autónomas, además de una refutación filosófica a textos clave de Foucault, Deleuze, Guattari, Agamben, Negri o Rancière.

Se trata de algo más que de meros ajustes de cuentas personales. Los desplazamientos propuestos por Lazzarato conectan con una insatisfacción respecto del estado actual de la teoría y de su capacidad para articularse con una política. En particular, el autor pretende llamar la atención sobre el dramático olvido de la guerra como principio que anima a la política, la economía y la técnica. No se trata sólo de la guerra como creciente amenaza de conflagraciones bélicas entre Estados en la actual coyuntura global. Sino, más en general, del poder fundado en la violencia y en la fuerza armada como razón última del capitalismo, y del neoliberal actual.

Para Lazzarato, 1968 fue el último intento europeo de animar una tentativa revolucionaria, luego de verificar la inviabilidad o el fracaso de la hipótesis leninista. En particular, el autor considera los grandes afluentes radicales que determinaron su formación ética e intelectual: la gran filosofía francesa de inicios de los años setenta ―muy en particular la obra de Foucault, Deleuze y Guattari― y la iniciativa teórica y militante de la llamada autonomía obrera italiana ―Mario Tronti y Toni Negri―.

Lazzarato opera sus desplazamientos, en primer lugar, alrededor de los límites que identifica en estas corrientes. Esos límites son tanto internos ―europeísmo, exaltación de una figura restringida al movimiento obrero del ámbito fabril, desconsideración del pluralismo del sujeto presente en el feminismo y en la lucha anticolonial― como externos ―la desactualización de muchas de sus categorías como producto de la evolución de la coyuntura global, la proliferación de discursos políticos y académicos que desfiguran ese pensamiento volviendo patética su impotencia para una coyuntura completamente diferente―. El cuadro de impotencia de la política radical del presente está configurado por estos límites.

Cinco décadas después, el panorama es desolador: el socialismo real implosionó; el capitalismo, sin amenazas que lo fuercen a hacer reformas, descarga toda su agresividad sobre el planeta; y el pensamiento filosófico radical se convierte en las universidades en simple racionalización de la derrota.

Respecto a la autonomía obrera y postobrera, el análisis que dedica Lazzarato a sus maestros de antaño es más bien ácido. No ve en ellos sino carencia de estrategia. A Mario Tronti le dirige dos críticas: haber errado teórica y políticamente al definir la “fuerza laboral” sin tomar en cuenta a los “colonizados” ni a las “mujeres”, y una torpeza estratégica al separar esta fuerza de una perspectiva concretamente anticapitalista. A Toni Negri, para quien la multitud sí es una subjetividad múltiple, le atribuye el abandono del principio fundamental del “rechazo al trabajo” ―cuestión que no se constata en Asamblea, el último libro de Negri en colaboración con Michael Hardt, en el que se postula más bien una teoría política para los procesos de valorización del trabajo vivo contra el dominio en términos de capital fijo―.

Si bien la polémica principal de Lazzarato se dirige contra lo que él denomina los “foucaultianos”, una noción genérica en la que agrupa diversas corrientes teóricas que tendrían en común el haber desarrollado todo aquello que en Foucault sería errado y nocivo. Esto es, una cierta imagen de los dispositivos de poder que crean subjetividad mediante una serie de automatismos, despojados de toda consideración de su violencia expropiadora. Este sería el caso de las analíticas del neoliberalismo en autores como Luc Boltanski y Ève Chiapello, o Christian Laval y Pierre Dardot. La positividad del poder circularía en el neoliberalismo entre las finanzas y las tecnologías, como si estos funcionamientos no respondieran a estrategias de guerra entre clases sociales.

Lo ausente, sobre todo en el último Foucault, sería una analítica del papel de la violencia tanto en los dispositivos coloniales como en los propiamente neoliberales. Pero lo que en Foucault es una ausencia fatal, en sus seguidores, afirma Lazzarato, es complicidad flagrante. Es el caso de Giorgio Agamben y de Roberto Esposito, cuyas retóricas referidas a los dispositivos “biopolíticos”, con todas sus variantes, no harían otra cosa que opacar o mistificar la realidad que es necesario pensar: el neoliberalismo como la estrategia del capital que, para aumentar la ganancia a toda costa, acude a la violencia y la emplea como medio para extraer valor de la vida. Al denegar esta verdad fascista del neoliberalismo los “foucaultianos” olvidan el ensamble político entre la violencia neocolonial, patriarcal y propiamente neoliberal. Con esto renuncian a la tarea intelectual del momento: aportar las categorías para crear una organización capaz de enfrentar al enemigo principal.

Para Lazzarato, 1968 fue el último intento europeo de animar una tentativa revolucionaria, luego de verificar la inviabilidad o el fracaso de la hipótesis leninista.

El reproche a la izquierda universitaria (los “foucaultianos”) se basa en que haya dejado de lado los orígenes fascistas del neoliberalismo. Este borramiento, para Lazzarato, se da por la vía de una desconexión entre “dispositivos” ―en tanto que dominación de los automatismos― y subjetividad estratégica de dominación en manos de sujetos concretos y específicos. Para ilustrar esos orígenes, el autor recurre a la implantación de las políticas neoliberales en América del Sur, al papel contrarrevolucionario del terrorismo de Estado que instauró los “dispositivos” neoliberales, pero también al fascismo neoliberal actual de Bolsonaro.

2. La teoría social continúa la guerra por otros medios

El núcleo de la intervención de Lazzarato consiste en mostrar que toda analítica de poder falla cuando no se remite el dispositivo a la estrategia bélica que le da vida y racionalidad. En el fondo, se trata de retomar la vieja máxima del teórico militar Carl von Clausewitz, según la cual la guerra es la prolongación de la política por otros medios. O, más bien, de seguir la inversión leninista por la cual la política prolonga y da forma, en el mejor de los casos, a la guerra.

Lazzarato acierta en buscar la clave de la relación interna entre guerra y política (neoliberal) en la coyuntura sudamericana de mediados de los años setenta. Sin considerar aquella derrota de las fuerzas de la revolución, es difícil comprender la profundidad de la instalación de los dispositivos neoliberales, con la deuda ocupando el primer lugar. Ahora bien, la filosofía de León Rozitchner, muy en particular sus libros del exilio ―desde Perón: entre la sangre y el tiempo a Las Malvinas: de la guerra sucia a la guerra limpia―, capta tres cuestiones vinculadas a la guerra que aún faltan desplegar en Lazzarato: el carácter ético y cognitivo de las estrategias de la guerra; las consecuencias subjetivas del terrorismo de Estado; el papel de la contraviolencia como respuesta desde abajo a la guerra implementada desde arriba.

Entre todos los textos de Rozitchner, quizás sea Freud y los límites del poder, libro escrito en 1981, a partir de un seminario brindado en México, el que mejor articula su perspectiva sobre el problema de la violencia. Su razonamiento es aproximadamente el siguiente: dado que tanto en Marx como en Freud la organización social aparece como el resultado de un enfrentamiento en el que se pone en juego el dominio de la voluntad ajena, y dado que, entonces, lo que estructura el campo político es la posibilidad de recuperar el poder colectivo expropiado, cabe responder a la pregunta en torno a las razones por las que los dominados suelen manejarse con “las mismas categorías del poder dominante”, muchas veces elaboradas por los estrategas de los países colonialistas.

El neoliberalismo, escribe Lazzarato, debe ser leído como el acto de fuerza que convirtió al pueblo en armas en mera “población” y, en su despliegue, como la declaración continua de una guerra a esa población.

De esta manera, la respuesta de Rozitchner es la siguiente: sucede que el individualismo burgués es el producto de la introyección de una violencia y de unas categorías que operan despotencializando toda tentativa de organización colectiva contra el objeto exterior o enemigo común. Mientras las cosas se mantengan en estos términos, todo intento de los grupos militantes de armarse en nombre del pueblo no hará sino profundizar el problema de una izquierda sin sujeto. Al arrogarse la representación del colectivo, sin lograrlo en los hechos, los grupos revolucionarios, afirma Rozitchner, desconocen la realidad y viven “una representación mítica”. Por el contrario, habría que suscitar en las personas “un interés mucho más profundo”, llamado deseo, para que “puedan constituirse en un poderoso medio colectivo de recuperación del poder”. Así, el problema de la subjetividad queda planteado como el de la relación entre la violencia y las categorías.

El problema de la guerra debe ser entonces reorganizado. La guerra no aparece como la interrupción de la política, como si esta fuera un campo de paz hasta la llegada del terror que la aboliera. Esta comprensión abstracta de la guerra, propia del modelo del duelo, ignora la conexión interna entre las fuerzas enemigas, que en la política aparecen al desnudo como Estado terrorista en situaciones límites. Asumir el paso directo a la guerra como momento de verdad, como si la política fuera solo falsedad, no conduce a otra cosa que a dramatizar la ineficacia ya ostensible en el campo político. Por el contrario, “si la guerra está presente en la política como violencia encubierta en la legalidad, se trata de profundizar la política para encontrar en ella las fuerzas colectivas que, por su presencia real, establezcan un limite al poder”.

La miseria de la estrategia que denuncia Lazzarato es inseparable de la miseria de la teoría social, tal como la descubrió Rozitchner hace ya cuatro décadas: la teoría de la guerra es un modelo para unas ciencias sociales que comprendan la relación entre las categorías y su prolongación en la acción, cuya verdad final se verifica en última instancia en el campo de batalla.

3. Máquina de guerra revolucionaria contra el neofascismo

El desplazamiento más original y fecundo se da en torno a la noción central de “máquina”. Fusionando dos nociones de Deleuze y Guattari, las de “máquina social” y “máquina de guerra”, reorganiza el modelo racional de su tesis: toda máquina técnica (o dispositivo), responde a una máquina social (o máquina de guerra) capitalista. De modo tal que los mecanismos creadores de modos neoliberales de vida deberán ser asumidos, desde ahora, como meras tácticas de una estrategia subjetiva y guerrera del capital: el consumismo, las finanzas, los medios de comunicación o las tecnologías no son procesos que producen en automático un individualismo burgués, sino piezas que refuerzan e intensifican los efectos de una derrota militar.

El neoliberalismo, escribe Lazzarato, debe ser leído como en sus comienzos, como el acto de fuerza que convirtió al pueblo en armas en mera “población”. Y en su despliegue, como la declaración continua de una guerra a esa población. Este es el sentido del título de su libro. El odio del capital brota de una tentativa maquínica por sostener la ganancia, única verdad que guía a la globalización, que explica sus crisis irresueltas, y hasta permite anticipar sus salidas cada vez más violentas y expropiadoras. Es, incluso, la verdad en la que hay que buscar las claves para dar cuenta de la pandemia. La afirmación quizás más importante y la que más discusión merece, entonces, es aquella que sostiene que por detrás de las estructuras de la globalización, o adyacente a ellas, se encuentra una producción subjetiva que debe ser combatida de modo directo por la máquina de guerra revolucionaria. Esas subjetividades de la máquina de guerra del capital van del ejército norteamericano (la empresa más grande del mundo), a las bandas neofascistas ―que llegan crecientemente a los gobiernos―, pasando por una variedad de técnicos e investigadores que, como se torna ostensible en las crisis furibundas, trabajan full time en los arreglos del funcionamiento.

Filosofía
Máquina de guerra: manual de instrucciones
El auge del fascismo y el dominio del modelo neoliberal obligan a plantear alternativas (más acá y sobre todo) más allá de la lógica electoral.

¿Qué obtiene Lazzarato con esta reforma de las nociones de Mil mesetas? a) Una formulación que vuelve a reenviar la política y la violencia a la lucha de clases (Marx y Lenin, autonomía obrera). b) Una ampliación de los sujetos de esa lucha por la vía (tardío reconocimiento) de las luchas feministas y anticoloniales. c) Un reacomodamiento teórico que permite comprender la subordinación estratégica de las máquinas técnicas (dispositivos) al funcionamiento de la máquina social (máquina de guerra del capital). Y finalmente, d) la postulación de la revolución como creación de una máquina de guerra revolucionaria global, sin la cual no hay crítica ni alternativa posible.

Si lo comparamos con El huracán rojo, la extraordinaria narración de la revolución europea ―de Francia de 1789 a Rusia de 1917―, escrita recientemente por el profesor Alejandro Horowicz, podremos multiplicar la pluralidad de perspectivas desde la que la parte más sensible de la intelectualidad politizada no deja de volver sobre el asunto. Mientras para Horowicz la revolución es un fenómeno de doble poder, que comienza por la capacidad de las clases subalternas de construir una autoridad moral para devenir fuerza armada, capaz de inscribir en las estructuras económicas y jurídicas nuevas perspectivas de igualdad, en Lazzarato se trata de un discurso de crítica filosófica que procura combinar, a partir de las luchas actuales, los ejes que las revoluciones del siglo XX no supieron coordinar: la intensidad (obrera) y la extensión (nuevas subjetividades); la dimensión igualitaria y la libertaria; la revolución con los devenires revolucionarios; el antagonismo político efectivo con las máquinas de guerra.

Quizás sientan lxs lectorxs, al menos lxs sudamericanxs, que las orientaciones principales de Lazzarato ya se venían desarrollando localmente de diversos modos y con referencias propias. Sin ese tono impugnador y unilateral. Con mayor comprensión y generosidad por los intentos del pasado. Y que al mismo tiempo falta un estudio integrador, comparable al que Horowicz dedicó a la coyuntura europea, sobre las vicisitudes de la revolución latinoamericana del siglo XX. La intuición de Lazzarato sobre lo imposible que resulta asumir la comprensión del neoliberalismo, en sus fundamentos militares, sin retomar a fondo las consecuencias de la derrota de las fuerzas revolucionarias, ha circulado y se ha desarrollado durante décadas entre nosotrxs. No deja de ser cierto, sin embargo, que la historia de la revolución continental, exitosa en Cuba y Nicaragua y liquidada militarmente en el resto del continente, aún espera nuevos estudios de filosofía política militante capaz de descubrir continuidades inesperadas, útiles para enfrentar el odio del capital.

Diego Sztulwark es animador del blog Lobo Suelto. Ha sido miembro del Colectivo Situaciones y de la Editorial Tinta Limón. Es autor del libro La ofensiva sensible (Caja Negra, 2019)

Archivado en: Capitalismo Filosofía
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Capitalismo
Opinión Araba frente a la nueva fiebre verde: cuando la transición energética amenaza a la tierra común
Más de 80 macroproyectos energéticos y una red de alta tensión planean atravesar Araba, vendiéndonos la transición verde mientras arrasan bosques, pastos y comunidades rurales. Pero este territorio ya conoce otra forma de gestionar la energía.
Opinión
Opinión La hostilidad del fin del mundo
Me da por pensar qué tal vez estoy haciendo algo mal, que tal vez tuve que aprovechar las cuatro horas atrapado en un coche para grabar un documental o un reel sobre la necesidad de parar.
Racismo
Arun Kundnani “Arrazakeriak gizarteko baliabideen banaketarekin du zerikusia”
Militante eta ikerlari antiarrazistak abiapuntu argia adierazten du: arrazakeriaren aurka borrokatzea ez da zeregin psikologiko edo diskurtsibo bat, baizik eta egiturak desegiteko premia.
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Extrema derecha
Extrema derecha Llámalo X: cómo y por qué las élites tecnológicas cabalgan la ola del posfascismo
Los “broligarcas” de las grandes tecnológicas han tomado el relevo de las masas de desamparados del primer trumpismo para llevar las ideas de extrema derecha y antiilustradas a un nuevo estadio.
Polonia
Polonia Las elecciones presidenciales en Polonia deciden el futuro de la coalición de gobierno de Donald Tusk
Trzaskowski, el ganador de la primera vuelta, tiene por delante la complicada misión de asegurarse los antiguos votantes de los candidatos de izquierdas y a la vez ser competitivo entre votantes de la extrema derecha.
Literatura
Edurne Portela y José Ovejero “Nuestras protagonistas hicieron historia, pero no están representadas en ella”
En ‘Una belleza terrible’, Edurne Portela y José Ovejero novelan a cuatro manos la historia de un puñado de mujeres y hombres que pusieron sus vidas al servicio de la revolución.
Servicios públicos
Servicios Públicos La lección de Olof Palme, las ayudas para la compra de gafas y el transporte gratuito
La frase del político sueco, “un servicio para pobres siempre será un pobre servicio”, vuelve a estar de actualidad a cuenta del debate sobre la universalización de las ayudas públicas.
La vida y ya
La vida y ya La risa
Una vez me dijo que para ella la risa era una forma de imaginarse de otra manera, que siempre conseguía imaginar una vida mejor en los momentos en los que se reía.
Palestina
Genocidio Israel fuerza el cierre del último hospital operativo del norte de Gaza
El centro médico situado en el campo de refugiados de Jabalia llevaba prestando atención médica desde el inicio de la campaña genocida a pesar de los ataques israelíes. Este jueves, un ultimátum del ejército sionista obligó a desalojar el edificio.
Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Última primavera en Smack City
En 1985, el Liverpool perdió con la Juventus una final jugada prácticamente al tiempo que se recogían casi 40 cadáveres, la mayoría italianos, en las gradas de Heysel. Ese año, sus vecinos del Everton ganaron la liga inglesa y la Recopa de Europa.
Comunidad de Madrid
Antipsiquiatría El Orgullo Loco marcha en Madrid contra la violencia “de la psiquiatría y el resto de las instituciones”
“La abolición del trabajo asalariado permitiría crear otros espacios desde los que gestionar los sufrimientos”, opina una integrante de la organización que aboga por eliminar la psiquiatría y psicología y despatologizar la conducta humana.

Últimas

Hazlo Posible
Hazlo posible Un año de investigaciones en El Salto: más impacto y visitas que nunca
En el último año El Salto ha publicado decenas de trabajos de investigación, con más impacto y visitas que nunca: desde la exclusiva de los festivales de KKR a la foto manipulada de Mazón, pasando por los agentes infiltrados en colectivos sociales.
Colombia
Colombia Petro se la juega en las calles ante el boicot en el palacio
El paro nacional en apoyo al Gobierno es el último capítulo de una escalada de tensión entre el bloque que lidera Gustavo Petro y los poderes fácticos que obstaculizan la agenda de cambios del primer presidente progresista de la historia de Colombia.
Partido Popular
Partidos políticos Feijóo deja en su congreso la puerta abierta a Vox y busca un pico de crispación antes del verano
El presidente del PP ha hecho saber a los suyos que no quiere ni hablar de pactos electorales para quedar con las manos libres. La ponencia ideológica será solo sobre trazos gruesos, con la migración como nuevo eje.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De manifestaciones y juicios
VV.AA.
Miles de personas desfilan por las calles de Valencia y las plataformas ambientalistas extremeñas claman contra el proyecto minero.
Palestina
Cisjordania Las sanciones europeas contra colonos israelíes, sin impacto en Cisjordania
Mientras el mundo mira hacia Gaza, Israel y los grupos de colonos violentos que residen en Cisjordania están haciendo lo mismo de siempre pero a un ritmo más elevado que nunca.
Psicoactivos
Psicodélicos Iglesias psiquedélicas en Estados Unidos: las contradicciones constitucionales del trumpismo ácido
La nueva administración estadounidense está más abierta a contribuir al renacimiento psicodélico, pero las iglesias que utilizan este tipo de sustancias siguen encontrándose en una zona alegal.
Más noticias
Residencias de mayores
Comunidad de Madrid Un segundo proceso judicial amplía los altos cargos de Ayuso imputados por las muertes en residencias
Además de los responsables de los protocolos excluyentes, un juzgado de Leganés añade al director del SUMMA 112, Pablo Busca Ostolaza, y a una geriatra de enlace por primera vez, entre otros investigados.
Contigo empezó todo
Contigo Empezó Todo La saga de los Archs en las luchas de Barcelona
Manuel Archs muere fusilado a finales del siglo XIX. 30 años después, su hijo Ramón se pone al frente de la defensa armada de los sindicatos.
Crisis climática
Crisis climática La crisis climática ha añadido un mes de temperaturas extremas a España en el último año
En el periodo de un año desde mayo de 2024, en el Estado español se han vivido 48 jornadas de calor extremo, que se reducirían a 18 sin la influencia del cambio climático, según un informe.

Recomendadas

Cine
Lucía Delgado y Tábata Cerezo “Las escenas de intimidad van mucho más allá del sexo”
Lucía y Tábata son coordnadoras de intimidad, es decir, se ponen al servicio de una historia audiovisual para acordar, delimitar, construir escenas que pueden suponer situaciones de especial vulnerabilidad a los actores y actrices.
Chile
Chile Daniel Jadue: “4,8 millones han creído en una Constitución que es la que la mayoría del pueblo chileno quiere”
El exalcalde de la localidad chilena de Recoleta se encuentra actualmente en arresto domiciliario por un contencioso con las farmacéuticas. Desde su Ayuntamiento puso en marcha una experiencia pionera: las farmacias populares.
Andalucía
Sanidad pública El colapso sanitario desborda la atención a la salud mental en Andalucía
La Junta de Andalucía no ha aprobado aún el Plan para la Salud mental en una comunidad con dos suicidios diarios y más de un millón de personas que consumen benzodiacepinas de forma crónica
Palestina
Genocidio La ONG anti-UNRWA lanzada por exespías y marines de EEUU siembra el caos en el reparto de alimentos en Gaza
La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) creada a comienzos de este año y vinculada a agentes del ejército y la inteligencia estadounidense ha sido acusada de desaparecer a una persona y disparar a quienes estaban esperando ayuda.