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Sindicalismo social
Los centros de trabajadores y el presente del movimiento obrero
La reciente petición de solidaridad al sindicato CNT y la Confederación Internacional del Trabajo a la que pertenece por parte del Laundry Workers Center (Centro de Trabajadores de Lavanderías) puede ser una oportunidad para pensar el movimiento obrero desde nuevos parámetros. La lucha actual de este centro de trabajadores contra la multinacional Mondi Group se centra en exigir a la empresa el cumplimiento de medidas de seguridad y salud ante la pandemia y el fin de la política de hostigamiento a los trabajadores que se han destacado por reclamar sus derechos. El 5 de abril, un centenar de personas se concentraban frente a las instalaciones de la empresa en Nueva Jersey, apoyados por multitud de otros centros de trabajadores de la región y algún sindicato local, como el de los camioneros.
Los centros de trabajadores son asociaciones, constituidas legalmente como organizaciones no lucrativas, que agrupan y defienden derechos de segmentos de trabajadores (la mayoría de las veces migrantes) en empresas e industrias en las que los sindicatos no pueden o no quieren llegar. Los modelos tradicionales de organización sindical no suelen ser efectivos por la alta temporalidad, diferencias culturales o, sobre todo, por la fragmentación de la mano de obra (como es el caso de las lavanderías, un tipo de establecimiento fundamental en Estados Unidos que suele tener muy pocos empleados, dificultando la organización sindical tradicional basada en el centro de trabajo).
Los centros de trabajadores [...] aunque se enfocan en la justicia en el lugar de trabajo, generalmente se preocupan también por la totalidad de los aspectos de la vida de los trabajadores.
En Estados Unidos los centros de trabajadores han proliferado notablemente, presentando diversos modelos según su tamaño, orientación ideológica, especialización, composición de sus bases, etc. Sus relaciones con los sindicatos también son muy variables. Existen centros de trabajadores constituidos por grandes sindicatos para complementar su marco de actuación (como el Retail Action Project), pero otros, la mayoría, son independientes y su relación oscila entre la colaboración y la rivalidad según el contexto. Aunque la mayor parte de los integrantes de los centros de trabajadores son conscientes de la importancia de los sindicatos y promueven la sindicalización cuando es posible, también es cierto que suelen desarrollar una línea de trabajo propia que incluye la presión y la negociación directa con los empresarios. Por eso mismo, en ocasiones surgen fricciones.
Es preciso señalar también que los centros de trabajadores son organizaciones híbridas, como bien ha explicado la académica Janice Fine en sus publicaciones. Esto significa que aunque se enfocan en la justicia en el lugar de trabajo, generalmente se preocupan también por la totalidad de los aspectos de la vida de los trabajadores: vivienda, barrios, regularización de los migrantes, formación, idiomas, subsidios, etc. Son, además, organizaciones muy flexibles que van adaptando sus campañas y tácticas a cada momento. Escapar de las limitaciones legales que la regulación impone a los sindicatos también ofrece determinadas ventajas a estas asociaciones.
Laboral
Sindicatos a la deriva
El caso de organizaciones como el Centro de Trabajadores de Lavanderías plantea la necesidad de pensar el movimiento obrero desde una perspectiva más amplia que la estrictamente sindical. Jane Wills y Melanie Simms, en un artículo publicado en 2004 en la revista Capital & Class, subrayaron que el actual modelo sindical que predominó en Europa y América tras la II Guerra Mundial está experimentando determinadas transformaciones que lo hacen parecerse al movimiento obrero originario. Recuerdan que en sus inicios el movimiento obrero no estaba formado exclusivamente por sindicatos, sino que las organizaciones sindicales compartían espacio con una multiplicidad de organizaciones (cajas de resistencia, ateneos culturales, escuelas, cajas de ahorro, parroquias, etc.). Todas estas organizaciones comunitarias eran parte del movimiento obrero.
A partir de la década de 1940 se consolidó un “modelo representacional” que separaba nítidamente el ámbito del sindicato (laboral) y el resto de ámbitos que serían representados por los partidos de izquierda. Este modelo, que a la postre ponía peso en el diálogo social frente a la movilización en los sindicatos, venía a despojar al movimiento obrero de toda su dimensión comunitaria, de la que emanaba originalmente el poder sindical.
El caso de organizaciones como el Centro de Trabajadores de Lavanderías plantea la necesidad de pensar el movimiento obrero desde una perspectiva más amplia que la estrictamente sindical.
El auge del modelo neoliberal, el capitalismo flexible y la desindustrialización en Europa y América a partir de la década de 1980 han debilitado gradualmente los pilares sobre los que descansaba el movimiento obrero de la posguerra (o, en el caso de España, de la Transición). Fruto de ello es que hayan aparecido organizaciones comunitarias, como los centros de trabajadores, que también incluyen la reivindicación laboral entre sus fines diversos; pero también que numerosas organizaciones sindicales hayan experimentado un “giro comunitario”, incluyendo entre sus actuaciones actividades no estrictamente laborales y desarrollando alianzas con movimientos sociales. Se trata de una especie de vuelta a los orígenes comunitarios del sindicalismo, resultado de un cambio radical en el contexto en el que vivimos.
El estado español no es ajeno a dichas dinámicas: kellys, manteros, trabajadores de plataformas, jornaleros agrícolas, empleadas de hogar, trabajadoras sexuales, y otros sectores de trabajadores que no encuentran sitio en el modelo representacional tradicional de sindicalismo, han generado asociaciones para auto-organizarse y defender sus derechos. No es correcto ubicar dichas expresiones organizativas fuera del movimiento obrero. La reflexión sobre el futuro del trabajo y la organización colectiva para defender nuestros derechos no puede separarse de la experiencia de las organizaciones comunitarias. Por eso conviene prestar atención a la lucha de trabajadores como los de Mondi group y el Centro de Trabajadores de Lavanderías de Nueva Jersey. Y por eso las organizaciones sindicales tienen la necesidad de solidarizarse con dichas luchas y dialogar con sus protagonistas.
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¡Felicidades! Muy buen artículo.
Con todo esto del covid y la vacuna no ha pasado otra cosa que la unión de la clase obrera.
Diré: el burgués, no existe. Es una postilla del liberalismo. Por eso se empezó a convertir en neo-liberalismo.
El liberalismo lo malo que tiene es el autoritarismo, no la autoridad.
Y, lo mismo pasaría en otros movimientos, si se inventase, por ejemplo, la ramificalidad.
Si hay explotacion ,miseria y alguien dispuesto a pelear sin esperanzas de ganar hay sindicato,lo llamen como lo llamen....