Opinión
Repasando temores, ¿hacemos borrón y cuenta nueva?

Estamos comenzando 2022 y la distopía a la que nos llevó la pandemia por el virus de la COVID-19 al comienzo de 2020 sigue instalada entre nosotros.
Coronavirus en Malasaña
Calle San Andrés, en el barrio de Malasaña, vacía la noche del viernes. Álvaro Minguito
18 ene 2022 06:00

En estos momentos que estamos en una nueva ola mundial, dado que la cepa dominante actual, Omicron, es muy contagiosa, la buena noticia es que, en general, parece menos agresiva que las anteriores. Por otro lado, desde hace meses, en los países con alto nivel de vacunación, como España, el porcentaje de muertos e ingresos en UCI respecto a los contagiados está decreciendo exponencialmente. Según los expertos y las estadísticas, la razón fundamental de la menor letalidad de la covid es la eficacia de las vacunas, esas tan criticadas por un sector de población minoritario y ruidoso que desconfía profundamente de la ciencia, entre los que se encuentran los que llevan años instalados en el conspiracionismo, ya sea político, religioso o espiritual.

Las grandes crisis, y llevamos varias, son aliadas de la exacerbación de prejuicios y bulos que señalan a chivos expiatorios en los que soltar la culpa, la rabia y el desconcierto. Al margen de dar veracidad a teorías propias de paranoicos como las que sostenían que la vacuna era una forma de instalar microchips de la tecnología  5G, o de que el covid-9 era un invento para controlar a la población, que afortunadamente se están olvidando, la crítica habitual es que no son vacunas, pues no evitan los contagios. Se la pela que los vacunólogos sí las consideren como tales, pues, aunque no impidan la infección, previenen infecciones graves.

Estamos ante un fundamentalismo del todo o nada. El hecho de que la mayoría de vacunados no desarrolle una patología grave parece un tema baladí para los que se instalan en la desconfianza. Para ellos, vale más el miedo a posibles efectos secundarios futuros no previstos de las vacunas (de los que ciertamente no podemos estar al 100% exentos dada su rápida homologación y escaso recorrido temporal), que la cantidad de vidas que están salvando  y los muchísimos vacunados que pasan la enfermedad sin riesgo reseñable. Lo de vivir el “aquí y el ahora”, que algunos de los escépticos practican, desaparece cuando la desconfianza se instala. Es comprensible que se considere que las farmacéuticas implicadas hacen un pingüe negocio, que los peores políticos sacan tajada de las desgracias, e incluso que algunos han pretendido o conseguido aumentar su poder a costa de la pandemia, pero ello no puede llevar a desconfiar en general de todos los estudios estadísticos que constatan los beneficiosos efectos de las vacunas, ni tampoco de todos los políticos a los que está tocando gestionar esta dura pandemia (al menos en democracias estables). Y es que donde crece el fundamentalismo ideológico, desaparecen el raciocinio y el empirismo. Las creencias, del tipo que sean, llevan a eso. También al aumento de la intolerancia a la incertidumbre.

 Donde crece el fundamentalismo ideológico, desaparecen el raciocinio y el empirismo

El monotema y el presente

Dejemos el monotema, tan solo esperar y desear que la vacunación se universalice, el virus se vaya debilitando y las políticas sanitarias estén acordes con ello, calibrando mejor las consecuencias del grado de restricciones, ahora que tenemos más vacunados y más experiencia. Nos va en ello también la salud mental de la población, y especialmente la de la infancia y la juventud. 

Precisamente este año tan trufado de manifestaciones contra las políticas sanitarias en el mundo en nombre de la libertad (muchas veces, mal entendida), ha sido en España, pero no solo, un año de violentos botellones juveniles. Las causas son multifactoriales. Evidentemente las restricciones de ocio, especialmente nocturno, han aumentado la cantidad de jóvenes que se han apuntado a los botellones; en ellos corre más fácil el alcohol, una gran desinhibidor. A ello se suman grandes dosis de frustración y nihilismo que acumulan por esta dura pandemia que les ha impedido o cohibido el presente a muchos niveles (social, laboral, afectivo, sexual...), la necesidad que sienten muchos de enfrentarse a la autoridad, la banalización de la violencia de otros, la impunidad que ofrece la masa, la presión de entornos juveniles tóxicos y violentos en los que suelen encontrarse los jóvenes más agresivos, la polarización política sin control de los peores líderes que victimizan a la juventud para manipularla… Es un tema complejo que no conviene banalizar. Las políticas nacionales y locales han de facilitar al máximo el ocio, la cultura, la formación y el trabajo juvenil. Nos va el futuro en ello. Qué digo el futuro, nos va el presente.

En el tema de la violencia contra la mujer tampoco hemos de bajar la guardia en España. Los feminicidios siguen a la baja afortunadamente, pero no las condenas por distintos tipos de violencias sufridos por las mujeres como tales, y asusta el aumento de las violaciones grupales. Igualmente hemos de estar alertas en relación a otros delitos de odio como los que se ejercen contra colectivos LGTBIQ+, inmigrantes, prostitutas, etc. 

LGTBIAQ+
Mar Cambrollé “Tramitar de urgencia la Ley Trans estatal es una vacuna frente al odio de la extrema derecha”
Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, señala que, si Vox puede proponer en la Asamblea de Madrid la derogación de las leyes LGTBI, es porque aún no se tramitado una Ley Trans estatal que blinde los derechos de este colectivo.

La corriente hiperconservadora que abandera la extrema derecha hace peligrar los avances conseguidos en los derechos del colectivo LGTBIQ+. Pero, además, en el feminismo se ha abierto una gran falla en torno al tema del anteproyecto de  la “Ley Trans”, que por cierto no aborda la exclusión laboral que sufre el colectivo, uno de sus principales problemas. De nuevo el miedo es el gran protagonista, en este caso el miedo al “borrado de las mujeres”, ciertas razones no les faltan a l@s que lo temen, tampoco les faltan a l@s que defienden la pertinencia de la ley para dejar de patologizar a las personas trans. El odio se adueña de las redes sociales de muchas feministas debilitando el movimiento y llevándolo a un callejón sin salida. Seguramente la ley se podrá mejorar para acercar ambas sensibilidades pero no cabe el exceso de temor de cierto feminismo que parece rezumar transfobia. Mi postura al respecto se halla cercana a la de la antropóloga investigadora del CSIC Remedios Zafra: “como feminista apuesto por la (trans) inclusión y apoyo la necesidad urgente de leyes trans. Nunca la igualdad de un colectivo supondrá poner en riesgo la igualdad como principio feminista que afecta a la mitad de la humanidad. Las luchas por la igualdad de las personas desde la consideración de nuestra diversidad (humana) debiera generar siempre una alianza”

En relación a la problemática de la prostitución el problema más grave es la tolerancia o indiferencia que hay en nuestra sociedad e instituciones a la esclavitud sexual, pues son muchas las personas prostituidas, la gran mayoría mujeres, víctimas de trata, siendo ineficaces las políticas que se ejercen para perseguir al proxenetismo esclavista, y poca la crítica que reciben los consumidores de este tipo de prostitución. Pero también hay otra problemática relacionada con la petición del reconocimiento del trabajo sexual ejercido por personas que no son víctimas de trata que hacen colectivos que lo ejercen, y de su petición de derechos. Sobre el temor de los conservadores más religiosos y del feminismo abolicionista a esta petición ya hablé en su momento.

En la actualidad, la pandemia está afectando a la supervivencia de miles de personas que trabajan con su cuerpo en actividades relacionadas con el sexo, que en España ya tienen derecho a sindicarse, según sentencia del Tribunal Supremo. La problemática también lleva tiempo haciendo falla en el movimiento feminista. Es un tema complejo, pues no podemos olvidar ciertos condicionantes vitales que pueden llevar a elegir o aceptar, sin que medie trata, este tipo de trabajos. Es un tema que necesita analizarse con profundidad, sin prejuicios, y escuchando a las personas afectadas. El maniqueísmo no sirve (nunca sirve) y  manifestaciones como las recientes de Beatriz Gimeno, portavoz de Unidas Podemos en la  Comisión de Mujer de la Asamblea de Madrid, hacen flaco favor al problema fundamental que sufren las personas de estos colectivo, que es la estigmatización. Beatriz afirmó que la prostitución sirve para “separar a las mujeres entre nosotras” y comparó la minería a cielo abierto con el trabajo sexual, diciendo que ambas actividades “contaminan”. Desde la antigüedad se ha marginado a personas, colectivos y pueblos azuzando el temor a la “contaminación” que producían. Este temor es uno de los mayores revulsivos del odio, la antropología da cuenta de ello, y es muy triste que una representante institucional feminista recurra a ese término en este contexto.  

Me queda en el tintero hacer un repaso por el devenir de los nacionalismos más perversos en España, por los últimos acuerdos entre Gobierno, sindicatos y patronal para abordar la Reforma laboral, por los estupendos avances españoles recientes en investigación contra el cáncer por mieloma múltiple, por la evolución del universo etarra (diez años sin ETA, la película Maixabel que recomiendo, la petición que hace el colectivo de presos de ETA de que se abandonen los homenajes públicos a los exreclusos etarras), por la reedición ampliada de mi libro Ideologías Excluyentes (ebook)… Y otras buenas noticias con las que me hubiera gustado terminar la columna. No ha podido ser. Solo desear a la humanidad un año en que superemos la pandemia y no dejemos de recordar que ser humanos es tener humanidad. ¿Hacemos borrón y cuenta nueva?

Sobre este blog
El espacio para la libre expresión de los socios y las socias de El Salto. Si quieres participar sigue los pasos que encontrarás en Cómo publicar en el Blog de las Socias. El Salto no se responsabiliza de las opiniones que sus socios/as expongan en este blog.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Comunidad de Madrid
Pandemia La Fiscalía abre diligencias por primera vez por muertes sin asistencia en domicilio durante la pandemia
Los padres de Francisco Rodríguez fallecieron en su domicilio de Madrid tras contagiarse de covid-19 y después de llamar de manera recurrente para conseguir asistencia médica que no consiguieron a tiempo.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Presentan la primera demanda por mayores muertos en domicilios sin traslado hospitalario durante el covid
Los padres de Francisco murieron sin recibir traslado hospitalario ni asistencia médica a tiempo cuando enfermaron por covid-19 en su domicilio de Madrid, entre mediados de marzo y principios de abril de 2020.
Sanidad
Investigación La exclusión hospitalaria de mayores durante el covid en Madrid precedió a la existencia de protocolos
El primer protocolo de la Consejería de Sanidad sobre derivación a hospitales de pacientes de covid residentes en centros de mayores es del 18 de marzo, pero la disminución de residentes derivados empezó el 7 de marzo, según una investigación.
yguio3-d59ce4a4
11/3/2022 14:33

Muchas gracias Rafael.

1
0
Rafael Santana
17/2/2022 21:25

Me ha gustado mucho este artículo.

1
0
Sobre este blog
El espacio para la libre expresión de los socios y las socias de El Salto. Si quieres participar sigue los pasos que encontrarás en Cómo publicar en el Blog de las Socias. El Salto no se responsabiliza de las opiniones que sus socios/as expongan en este blog.
Ver todas las entradas
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.

Últimas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Crisis energética
Análisis Los aerogeneradores no son molinos, son gigantes
El megaproyecto eólico del Clúster Maestrazgo, punta de lanza del capitalismo verde, destruirá un área natural de alrededor de 1325 campos de fútbol.
Ecofeminismo
COP29 La brecha de género en las Cumbres del Clima
VV.AA.
Las cumbres del clima no están aisladas del resto de espacios políticos y también están atravesados por las dinámicas patriarcales, pero ¿en qué lo notamos? ¿cómo abordan las negociaciones climáticas las políticas de género?
Más noticias
Galicia
Galicia Activistas de Greenpeace instalan ‘una celulosa’ en la sede de la Xunta en protesta contra Altri
Los ecologistas han realizado una acción en la sede del Gobierno gallego de Alfonso Rueda para animar a gallegos y gallegas a asistir a la manifestación de este domingo en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Comunidad de Madrid
Educación pública El Gobierno de Ayuso recula y aplaza hasta junio los despidos masivos en Educación
Integradoras sociales, enfermeras, educadoras, auxiliares y otros perfiles de personal laboral se enfrentaban a la incertidumbre de ser cesados en plenas vacaciones de Navidad.

Recomendadas

Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.