Educación
Estudiantes palestinos en Egipto piden ayuda para seguir adelante: “La educación es nuestra única arma”

Sin otra opción que seguir con su vida y sus estudios mientras la ofensiva israelí en Gaza pone en riesgo la supervivencia de sus familias, los 6.000 estudiantes palestinos inscritos en universidades egipcias, lidian con la penuria económica y la falta de apoyo de las instituciones educativas.
Maisa - 4
Café en la rivera del Nilo, en El Cairo Bianca Carrera
El Cairo
22 feb 2024 06:00

La mañana del 7 de octubre, Maisa se levantó como un día cualquiera en El Cairo para ir a la escuela donde trabaja como ayudante. Palestina de Gaza, la joven de 30 años vive en Egipto desde hace un año, donde decidió estudiar su doctorado debido a la falta de oportunidades en la Franja. Si bien antes de la guerra su padre solía enviarle una pequeña manutención, Maisa cubría parte de sus gastos ayudando frecuentemente en una escuela para refugiados sirios a las afueras de El Cairo. Lo que siguió a esa mañana, no obstante, saldría de lo ordinario.

“Mientras me disponía a salir de casa, mis hermanos llamaron desde Gaza para decirme que unos hechos inéditos acababan de suceder” recuerda con dolor mientras se seca las lágrimas. “Tú, que te habías levantado para conseguir tus sueños, para trabajar, estudiar, poder convertirte en doctora, volver a Gaza y enseñar en sus universidades. De repente, sucede un evento como este, y tus sueños se desvanecen delante tuyo”.

La mayoría de estudiantes, apoyados económicamente por sus familias, se encuentran ahora al borde del vacío

Egipto alberga actualmente a más de 6.000 estudiantes palestinos en sus universidades, la mayoría provenientes de Gaza. Un fenómeno que lleva produciéndose durante décadas, sobre todo mientras El Cairo controlaba la Franja entre 1948 y 1967, ya que la consideraba parte de su área competencial en el ámbito educativo. En consecuencia, generaciones de palestinos crecieron estudiando el currículum escolar egipcio hasta 2001, así como acudiendo al país vecino para completar su formación superior hasta el día de hoy.

Tras casi cinco meses desde que empezó la ofensiva Israelí sobre la Franja de Gaza, la cual ya ha dejado más de 29 mil muertos, tanto Maisa como otros cientos de estudiantes se encuentran prácticamente solos, mentalmente abrumados, y económicamente al borde del vacío.

Maisa - 2
Maisa intenta estudiar en su salón mientras mira las noticias para saber sobre el estado de su familia. Bianca Carrera

“Incluso antes de la guerra, la situación ya era difícil. Lo que mi padre me enviaba eran unos 100 dólares para al menos el aquiler del piso,”  cuenta Maisa. “Ahora, obviamente, no envía nada. Además, las cosas en Egipto se han complicado con la subida de los alquileres”. A pesar de ello, el trabajo en la escuela consigue mantenerla a flote, al menos hasta ahora. Pero no todos los estudiantes cuentan con eso.

Majed y Ahmed, dos gazatíes que cursan sus másteres en El Cairo, viven del dinero que habían ahorrado y traído desde Gaza para pagar las tasas universitarias de este año. Con sus permisos de residencia caducados, trabajar no es una opción.

“Al empezar la guerra, las universidades públicas egipcias decidieron retrasar el cobro de las tasas universitarias hasta el año que viene. Es por eso que de momento estoy utilizando ese dinero para mantenerme, pagar el alquiler e intentar traer a mi familia desde Gaza,” cuenta Majed, que ha conseguido traer a su madre, hermana y sobrina pequeña a cambio de altas tarifas en el lado Egipcio del paso de Rafah. Una investigación de The Guardian apunta que se ha llegado a cobrar hasta 10,000 dólares por persona por cruzar.

Maisa - 3
Mahed y Ahmed, estudiantes gazatíes en Egipto, tomando té en un café a los pies del Nilo. Bianca Carrera

Mientras toma una taza de té junto a su amigo Ahmed, en un pequeño café a los pies del Nilo, Majed no puede evitar pensar en lo que su familia atrapada en Gaza estará experimentado: el sonido de los aviones, el temblor de las explosiones o el anhelo por un mero vaso de agua. Una presión psicológica que obstaculiza su capacidad de seguir con sus estudios tanto como la situación económica.

Comprensión y ayuda brillan por su ausencia en el país vecino

“Nosotros estamos destrozados por dentro”, expresa Maisa mientras toma una pausa para coger aire. También confiesa no haber encontrado ningún consuelo ni comprensión por parte de algunos profesores. “Una vez fui llorando a mi profesor a decirle que me había llegado una noticia que decía que alguien de la familia Matar, mi apellido, había muerto. Fui a decirle al doctor que quería ausentarme para hablar con mi familia, y me dijo que tenía que ser fuerte, que yo era capaz de arreglármelas para no romper mi asistencia”.

Como en la mayoría de universidades públicas en Egipto, tres o más ausencias pueden suponer que Maisa o sus compañeros palestinos vean denegado su derecho a examinarse a final de semestre, incluso mientras se enfrentan a un genocidio.

Y es que, más allá del retraso del pago de tasas universitarias, las autoridades educativas egipcias no han hecho prácticamente nada para ayudar a estos más de 6.000 estudiantes que frecuentan las aulas del país, ni a nivel de educación superior ni en niveles inferiores.

Ashraf*, que llegó a Egipto el día 9 de octubre —tan solo tres días después de que todo comenzara—, lleva cinco meses intentando registrar a sus tres hijos pequeños a la escuela. Sin un permiso de residencia egipcio, ningún niño puede matricularse en las escuelas públicas, lo que deja a cientos de familias gazatíes atrapadas en Egipto con la única opción de llevar a sus hijos a instituciones privadas por alrededor de 7.000 dólares por niño de matrícula.

“Hemos ido a la embajada palestina más de una vez para que nos encontraran una solución” dice Ahsraf* desesperado mientras admira como su hija Reem* hurga en su antigua mochila de la escuela, llena de cuadernos medio vacíos. “Mi hija Reem* era la primera de su clase, es muy trabajadora e inteligente, hasta tiene un diploma de excelencia”.

Maisa - 7
Reem*, de 9 años, admira sus cuadernos escolares deseando poder seguir estudiando a pesar de situación en su hogar, Gaza. Bianca Carrera

Incapaz de matricularla en ninguna escuela, Ashraf* y su mujer han impreso el currículum que les tocaría para ir enseñándoselo por su cuenta, “no quiero que mis hijas hagan una pausa a su educación, que se olviden de las cosas”. Saben que, pese a que todo en su vida ha sido destrozado y puesto en pausa, aquello que no puede parar es la educación —un pensamiento compartido por la mayoría de los gazatíes.

“La educación es la única inversión que, a pesar de todas las guerras, no se desvanece”

“Nosotros en la Franja de Gaza somos muy conscientes de que el proceso educativo es la única arma capaz de hacer frente a la ocupación,” apunta Maisa convencida. “La educación es nuestra única arma, porque todo lo demás que tenemos se va: Israel puede destruir tu puesto de trabajo, tu escuela, tu casa, todas tus pertenencias…la única cosa que no puede robarnos es nuestra mente”.

Desde el principio de la ofensiva, Israel ha atacado a casi todas las instituciones académicas de la Franja. Un informe de Euro-Med Human Rights Monitor expone que el 90% de las escuelas estatales han sufrido daños directos o indirectos, mientras que al menos 133 escuelas se estarían utilizando como centros de refugio.

Maisa - 1
Maisa continua avanzando en su doctorado con el objetivo de convertirse en la generación que construirá el futuro educativo de Gaza después de la guerra. Bianca Carrera

El mismo informe también afirma que todas las universidades de la Franja han sido sistemáticamente destruídas en diferentes etapas, lo que, apunta, llevará a generaciones a renunciar a esos estudios durante años.

“Aquí en Egipto, uno tiene su tierra, su casa, su país, todo”, suspira Majed mientras observa cómo la vida sigue a 346 kilómetros de su hogar. “Nosotros, al ser casi todos refugiados de otras partes de Palestina desplazados tras la Nakba de 1948, no tenemos nada, y por eso mismo, la educación es la base de todo”. 

Mientras enciende un cigarrillo y ojea las noticias desde su pantalla, su amigo Ahmed comparte esa opinión. “En Gaza, hasta el más rico lo ha perdido todo y ahora monta su tienda de campaña al lado del más pobre. Sin embargo, la educación es la única inversión que, a pesar de todas las guerras, no desaparece. La única garantía de seguridad y la posibilidad de un futuro mejor”.

* Se utilizan pseudónimos para garantizar la seguridad de las personas entrevistadas.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Palestina
Marcha a Gaza Cuando tienes que parecer indiferente (o turista) para poder mostrar tu humanidad
Breve crónica de una participante extremeña en la Marcha a Gaza, realizada desde las emociones y el compromiso militante contra el genocidio.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
22/2/2024 7:39

Desde la muerte de Al Nasser, todos los gobernantes egipcios han sido marionetas de EE.UU, apoyando, abandonando de una manera u otra al pueblo palestino hermano.

0
0
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
La madeja
La Madeja Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un centro de salud desbordado y con cucarachas y otro pendiente de construir desde hace 22 años
Los vecinos del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, se han manifestado para reclamar el nuevo centro de salud planificado desde 2003 y cuya parcela ya fue cedida por el Ayuntamiento a la CAM, que no da explicaciones por la paralización.
Centrales nucleares
Cierre de Almaraz Las empresas propietarias de Almaraz no acuerdan una propuesta conjunta para alargar la vida de la central
Solo Iberdrola y Endesa firman la propuesta de alargar la vida de Almaraz trasladada al MITECO. Naturgy se descuelga de la misma y bloquea su viabilidad, al estar la central explotada por las tres energéticas en un régimen de comunidad de bienes.
Más noticias
Israel
Oriente Próximo Israel mata al comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, que prepara “una respuesta contundente”
Israel ha atacado Irán en la madrugada del viernes 13 de junio con bombardeos de unos 200 aviones de combate. La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado la muerte de su comandante, el general Hossein Salamí.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.